POV Akane: 

 Después de media hora, llegamos a la reserva, y debo decir, que es acogedora. En cuanto llegamos, todos pararon en seco al vernos; pero no con odio o miedo, sino con curiosidad y, me atrevería a decir, alegría. Supongo que eso se debe a que casi no ven extranjeros. Sin darle demasiada importancia, Sam manejó hasta su casa, en la cual, una hermosa joven de cabello largo y oscuro, de piel cobriza satinada, nos esperaba con una gran sonrisa. Al parecer, ella es la impronta de Sam, Emily Young. 
Una vez que bajamos de la camioneta, Sam literalmente corrió hasta ella, tomándola de la cintura y dándole un par de vueltas en el aire, haciéndola reír, cosa que me pareció muy tierna. Cuando Sam la soltó, se dirigió a mí y me abrazó maternalmente, tomándome por sorpresa y, sintiendo el calor de su loba. Rápidamente correspondí su abrazo, pues noté que era sincero y puro. 

-Es un placer conocerte, pequeña.- Habló cálidamente, casi como Sophy, aunque su voz era un poco más profunda.-Mi nombre es Emily Young, aunque puedes decirme Emy.- Añadió del mismo modo, haciéndome esbozar una gran y auténtica sonrisa. 

-El placer es mío, Emy.- Devolví con una gran sonrisa, la cual fue tapada por otro abrazo de oso por su parte. 

-¡Eres una hermosura de persona!- Declaró, o más bien chilló la mayor con mucha felicidad.-¡Sam, hay que adoptarla!- Añadió en el mismo tono, ganando así las risas de los tres varones y la joven que nos acompañaban. 

 -Sophy ya la adoptó como hermanita, querida mía.- Respondió Sam de modo tan dulce a Emy, que por un momento recordé cómo me trataba Francis al principio de nuestro noviazgo. 

 Al momento de que Emy me soltara, los brazos de Seth me jalaron, envolviéndome en ellos, sintiéndome en paz, y olvidando por completo a Francis. Cuando lo solté, lo miré a los ojos, y puedo asegurar que, podían ver mi alma, pues su mirada estaba tranquila al igual que yo, haciéndonos a ambos sonreír cálidamente. 

-¡Eh! ¿Por qué tanto escándalo, chicos?- Preguntó en tono divertido, un joven bastante alto y delgado, pero con buenos músculos, de cabello negro y ojos color café; un joven muy guapo a decir verdad. Escuché claramente como Seth gruñía en dirección al joven, ganando así, una leve risita por parte de todos y una mirada asustada por parte del chico frente a mí. 

-Akane, te presento a Embry Call.- Habló cálidamente Sam en mi dirección.-Embry, te presento a Akane Cullen.- Añadió de igual forma en dirección al nombrado, el cual tenía la boca abierta de asombro mientras me veía de arriba a abajo. 

-¡¿ERES HIJA DEL DOCTOR CULLEN?!- Gritó no muy alto, pero sí muy asombrado, a lo que yo solo asentí con una leve sonrisa y me aferraba más a los brazos de Seth, el cual apretaba el agarre pero sin hacerme daño, haciéndome sentir protegida.-Es un placer, Akane.- Habló muy alegre mientras me extendía su mano derecha, la cual no dudé en estrechar, consiguiendo así otro gruñido por parte de Seth. 

-El placer es mío, Embry.- Devolví del mismo modo. Cuando soltamos las manos, me volví a abrazar a Seth.-Calma, cachorro. Soy solo tuya, ¿de acuerdo?- Hablé muy bajo sobre su pecho, pero estoy muy segura de que todos los presentes me escucharon muy bien. 

-Lo sé, mi vida.-Escuché decir a mi lobo, cosa que en verdad me hizo muy feliz. 

-Muy lindo el show, pero hay que entrar a que todos te conozcan, Akane.- Habló divertidamente Paul, quien se divirtió en todo momento. Todos asentimos; primero entraron Sam y Emy, luego Sophy y Paul, después Embry, y por último nosotros. 

 Antes de entrar, escuché como unos chicos abrazaban a Sophy y le decían cuánto la extrañaban; cuando todo se tranquilizó, Sophy me hizo una señal para que entrara. Respiré profundamente y Seth me apretó delicadamente la mano derecha en señal de apoyo, haciéndome sonreír y ambos entramos. 
Cuando entré, recibí las miradas curiosas de jóvenes que aún no conocía, quienes tenían sorpresa, admiración y fascinación en sus ojos. 

-Pequeña,- habló cálidamente Sam en mi dirección, haciéndome conectar mi mirada con la suya.-él es Jared Cameron,- señaló a un joven de cabello negro y ojos marrones quien, cuando se puso de pie para saludarme con la mano, tenía una gran estatura y bastantes músculos, aunque no tanto como Sam. Caminó hasta estar frente a mí y me extendió la mano, la cual estreché sin demora, ganando así una pequeña expresión de sorpresa en sus labios, oculta por una cálida sonrisa, la cual devolví al instante.-él es Quil Ateara,- señaló a un joven de cabello negro y ojos marrones, un poco más bajo que Embry, pero con un poco más de músculos que él. Se acercó con una gran sonrisa y, en vez de ofrecerme su mano, me estrechó delicadamente entre sus brazos, sorprendiéndome al instante, aunque correspondí su abrazo pues, transmitía el mismo agradable calor que mi Seth. Cuando nos separamos, notó mi sonrojo y se sorprendió.-él es Collin Littlesea,- señaló a un chico de rostro muy joven, pero de gran estatura y un poco musculoso, de cabello negro y ojos color café, quien se acercó con notorio miedo. Le sonreí cálidamente y le ofrecí mi mano, la cual tomó al instante, asombrándose.-él es Brady Fuller,- señaló a otro joven de rostro un poco más joven, pero de gran estatura y musculatura que Collin; su cabello era negro y sus ojos color café al igual que su amigo. El joven se me acercó con precaución y, del mismo modo me extendió la mano, la cual estreché del mismo modo, ganando así otra expresión de asombro.- y por último, pero no menos importante, Jacob Black.- Terminó por fin Sam mientras señalaba a un joven de cabello negro y ojos color café, alto y musculoso como él. Jacob me observaba con expresión seria pero tranquila; se levantó de su asiento y se acercó a mí con paso tranquilo y una cálida sonrisa. Me ofreció su mano, la cual estreché al momento, viendo sorpresa en su rostro. Volvió a su lugar y permaneció en silencio al igual que todos los que me habían saludado.

-Es un placer conocerlos a todos.- Hablé con una gran sonrisa, en la cual, transmitía paz y confianza.-Mi nombre es Akane Cullen, y antes de que se asombren, sí, soy hija biológica del doctor Carlisle Cullen.- Añadí un poco más sería, ganándome así las miradas asombradas de todos, en especial, la de Jacob, a excepción de Sam, Emy, Sophy, Paul y Seth, pues ellos ya lo sabían. 

-Imposible.- Expresó Jacob muy bajo y atónito, pero pude escucharlo perfectamente. 

-Lo es.- Hablé seria pero tranquila.-Puedo demostrarlo, si me dejan.- Añadí del mismo modo. Todos guardaron silencio, a la expectativa de lo que dijera.-¿Alguno de ustedes, ha leído sobre mitología griega?- Pregunté al aire, ganando así, varios asentimientos de cabeza. 

-¿Eso qué tiene que ver contigo, pequeña?- Preguntó Sam con notoria curiosidad. 

-Bueno, ellos son real. No son solo leyendas. Ellos existen y viven en New York. Lo sé, porque soy hija de Hera, diosa de la familia, las jóvenes embarazadas y los partos.- Hubo un gran silencio, en el que todos me veían con caras asombradas. Como nadie dijo algo, continué.-Mi madre conoció a Carlisle en la universidad y, al poco tiempo, quedó embarazada, dándome a luz. De ella saqué el cabello blanco y ojos rojos, los cuales, solo ojos de criaturas del bajo astral, entiéndase vampiros, hombres lobo, demonios, ángeles, duendes, sirenas, pueden vernos tal cual somos. Por eso pueden verme así. ¿Alguna pregunta?- Terminé de explicar mientras recorría a todos con la mirada. A los segundos, Brady levantó la mano un poco apenado.-¿Sí?- Pregunté cálidamente, dándole confianza. 

-¿Conoces a Hades y a Zeus?- Preguntó con un brillo especial en sus ojos. Sonreí cálidamente y asentí. 

-Sí; ellos junto al tío Poseidón, y las tías Hestia y Deméter, me cuidaron cuando mamá murió en un accidente de auto.- Respondí con una nostálgica sonrisa. Al momento, sentí un leve y delicado apretón en mi mano derecha, cortesía de Seth, en el que transmitía su apoyo incondicional. Le sonreí y volví la vista al frente.-¿Alguna otra pregunta?- Añadí con mi cálida sonrisa, consiguiendo así tres manos en el aire, las cuales eran de Paul, Embry y Jared.-A ver… Paul, ¿cuál es tu pregunta?- Hablé con la misma sonrisa en dirección al mencionado, ganando así una sonrisa por parte suya. 

-Si se supone que tu mamá era una diosa, ¿cómo es que murió así cómo así?- Preguntó con notoria curiosidad. 

 Tanto Sam como Seth lo fulminaron con la mirada, pues creyeron que esa pregunta me había tocado una fibra muy delicada; pero no era así, ya que al tener a mi madre conmigo en el collar, no me sentía mal. Respiré profundamente, apreté ligeramente la mano de Seth, logrando que se tranquilizara al instante y sonreí cálidamente a todos. 

-Verán, mi madre decidió vivir como humana, pues se había cansado de todo lo que conlleva el ser una diosa.- Respondí tranquilamente.- A ver… Jared, ¿tu pregunta es…?- Hablé con una sonrisa, la cual él me devolvió. 

-¿A causa de la muerte de tu madre has decidido venir a conocer a tu padre?- Preguntó del mismo modo que Paul lo había hecho, haciéndome dudar por unos segundos. 

-Se podría decir que sí.- Respondí lentamente, cuidando de cada palabra que saliera de mi boca.-Embry, ¿cuál es la tuya?-  Pregunté con mi sonrisa, ganando así, una sonrisa de lado por su parte. 

-¿Tienes novio?- Esa pregunta me hizo tensar cada músculo de mi cuerpo, clavé los ojos en la mesa y mi mirada ensombreció. 

-Ya no.- Fue lo único que respondí a Embry con la mandíbula tensa. Por otra parte, Sam, Paul, Jared y Seth lo fulminaron  con la vista, haciéndolo temblar levemente. 

-Muy bien, las preguntas terminaron.- Habló Sam en modo alfa, pero manteniendo su calidez. Todos los chicos, a excepción de Embry, Jared, Paul, Seth y Sam se quejaron, pues aún querían saber cosas sobre mí. Pero al ver el rostro serio de Sam, guardaron silencio.-Seth, por favor lleva a Sophy y a Akane a su casa.- Añadió más suave en dirección al joven, a quien había arrojado las llaves de la camioneta. 

-Sí, Samy.- Respondió al mayor con una leve sonrisa mientras atrapaba las llaves.-Vamos chicas.- Añadió mientras tiraba levemente de mi mano y lo seguí hasta la camioneta sin soltarlo. 

 Manejó unos pocos minutos, hasta que se estacionó en una cabaña, la cual se situaba a unos pasos del bosque. Primero bajó Sophy, la cual abrió la puerta y se adentró en la cabaña en busca de su abuela, dejándonos a Seth y a mí aún dentro de la camioneta en un incómodo silencio, el cual fue roto por él. 

-Ese imbécil, no debió de haber preguntado tal cosa.- Habló Seth en tono muy serio pero sin gritar.-Akane, te ofrezco una disculpa en nombre del zoquete de mi hermano lobuno.- Habló cálidamente y con una leve sonrisa, en la cual, ocultaba dolor, mientras tomaba mis manos. 

-No hay problema, Seth.- Hablé cálidamente, pues siempre que entro en contacto con su piel, me siento tranquila.-La que debería de ofrecerte una disculpa soy yo. No te dije la verdad de por qué estoy aquí.- Hablé tan seria que hasta a mí me sorprendió. Levanté la vista en busca de los ojos de mi Seth, el cual solo me miraba con expresión perpleja, esperando que continuara. Respiré profundamente.-Verás, sí tuve un novio hace poco, pero me fue infiel con Lucy, mi rival desde el preescolar. Por ese motivo, decidí venir aquí, para olvidar mi pasado y comenzar de nuevo. Crear una nueva historia para mí, y para la criatura que crece en mi vientre.- Hice una pausa, en la cual nadie dijo nada. 

-¿Tendrás al bebé de tu ex?- Preguntó por fin con un extraño brillo en sus ojos, y con la voz más dulce que haya escuchado. 

-Sí, así es.- Respondí con una cálida sonrisa, mientras separaba mi mano derecha de la mano de Seth y la colocaba delicadamente en mi estómago.-Esta criatura no tiene la culpa de la traición de su padre.- Añadí del mismo modo, volviendo mi vista a los ojos de mi compañero, quien sonreía con ternura. 

-Entonces,- hizo una pausa, en la que su sonrisa se ensanchaba cada vez más.- ¡¿seremos padres?!- Preguntó casi en un grito mientras sonreía muy feliz, haciéndome sonreír amargamente, lo cual fue notado por él.-¿No te gusta la idea de que sea el padre de nuestro bebé?- Preguntó en un adorable puchero. No lo soporté más y derramé algunas lágrimas. 

-No tienes por qué cargar con una responsabilidad tan grande como esa, Seth.- Hablé entre sollozos mientras acariciaba dulcemente su rostro.- Yo me metí en este problema sola, y sola lo voy a afrontar.- Añadí del mismo modo, ganando así un sollozo por parte de mi lobo. 

-Pero no sería ninguna obligación, Akane.- Respondió mientras sus lágrimas comenzaban a salir.-Sería un honor despertar abrazado a ti y a nuestro bebé cada mañana. Escuchar sus risitas, sus balbuceos.- Añadió del mismo modo, haciéndome llorar más, pero de felicidad.-Akane, por favor déjame ser el padre de nuestro bebé.- Pidió, o más bien suplicó con su carita de borrego a medio morir, logrando que riera y tomara sus mejillas entre mis manos. 

-De acuerdo, lobito.- Hablé entre risas mientras lo abrazaba.-Serás el padre de esta maravillosa criatura, mi Seth.- Justo al terminar de hablar, Seth me miró directamente a los ojos, sorprendido de haberle dicho Mí Seth. 

 Entonces, sin verlo venir, me besó. Fue un beso muy distinto de todos. El beso solo era labio con labio, pero aún así, éste estaba cargado de amor, paz, tranquilidad, calidez, inocencia, pureza. No era rudo ni salvaje como los de Francis. Sus labios eran tan suaves, que parecían algodón de azúcar; su sabor, era fresas con chocolate, una extraña pero deliciosa combinación. Su lengua rozó lentamente mis labios, haciéndome emitir un leve gemido, lo cual fue música a sus oídos, pues sonrió sobre mis labios. Al despegar un poco mis labios, introdujo su lengua, rozando lentamente mi lengua, haciéndonos gemir por el placer que ambos estábamos sintiendo. 

El beso se estaba tornando más salvaje, pero con la diferencia de que yo ya estaba sobre sus piernas, rozando mi feminidad con su hombría, sacando de él pequeños gruñidos, pues se notaba, por lo duro que estaba, que quería marcarme. Su mano se escabulló por debajo de mi top, en donde no encontró sostén alguno, por lo que tuvo libre acceso a mis pechos, los cuales, al momento de ser tocados, me produjo un sonoro gemido, el cual, nos hizo volver en sí. 

-¿Estás bien, Akane?- Preguntó sobresaltado, pues creyó que me había dañado. 

-Sí, no te preocupes.- Respondí mientras ocultaba mi rostro en su pecho, logrando así, ser rodeada por sus brazos.-Creo que deberíamos parar por hoy.- Hablé entre jadeos, ganando así un asentimiento de cabeza de Seth. 

-Sí, tienes razón. Además, ya debemos bajar. De lo contrario, perderé el control, y es lo que menos quiero contigo, mi vida.- Habló seriamente, lo cual me hizo verlo a los ojos. 

-Lo dices por Sam con Emy, ¿verdad?- Pregunté con notoria curiosidad, ganando así, una cálida sonrisa de su parte. 

-Así es. Sam no supo controlar a su lobo en un arranque de ira.- Explicó muy serio, casi preocupado.-No quiero descontrolarme y dañarte, Akane. Me moriría si algo te pasara.- Añadió mientras me aferraba a su pecho, haciéndome sonreír. 

-Eso no pasará, tranquilo.- Hablé con calma, ganando una dulce mirada por su parte.-Además, si eso llegara a pasar, que lo dudo, puedo sanarme.- Añadí de igual forma, ganado así, una mirada curiosa de su parte.-Verás, cuando nací, mi madre me llevó al Olimpo, en donde todos mis tíos y tías, me regalaron dones. Aunque nací con algunos propios, y entre esos, está el don de la sanación.- Expliqué de igual modo, notando como relajaba su cuerpo. 

-Es bueno saberlo.- Habló con un suspiro.-De acuerdo, bajemos. Antes de que nos dejemos llevar.- Añadió con un notorio sonrojo, ya que se percató de que su amigo estaba despierto, así como de que mis pezones se notaban debajo del top. 

-Permíteme.- Hablé en un susurro mientras extendía una mano en dirección a su hombría sin tocarla, emanando de ella una tenue luz blanca. Lo mismo hice conmigo. Ganando así una mirada de asombro por su parte.-Vamos.- Añadí mientras salía por mi lado, siendo seguida por mi Seth, quien se bajó por su lado.

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"Helli mi gente hermosa. Aquí les presento otro capítulo más de esta bella historia.

Si les gustó, por favor, denle estrellita, comenten y compartan.

Estaré siguiendo a las primeras 5 personas que den me gusta a los capítulos.

Sin más, me despido.

Chau chau❤