PV JULIETA

Son las 5:30 de la mañana y Emily ya está en mi cama sentada esperando que prepare mis valijas.

5:45. Solo me faltaba guardar mi tableta, que sirve tambien para ver el Olimpo desde la tierra, cuando apareció el ayudante de mamá. No podía salir todo bien, claro.

-Escucho pasos.- me apuró Emi discretamente. -¡Vamos, apúrate!- ya no era tan discreto.

-¡Calma! ¡No soy flash!

Los humanos siempre dicen esa frase cuando los apuran, lo que me hace supongo que Flash será alguien muy rápido, no lo sé.

Se escuchaban pasos, cada vez más cerca y...

***

De un momento a otro ya estaba en la tierra. No recuerdo muy bien cómo. ¿Nos habra borrado la memoria el viaje?

-¿Que hacemos aquí? ¿Cuando salimos?- le pregunte a Emily distraída por los árboles y las cosas bellas que habían.

-Justo cuando abrieron la puerta apreté el botón de salida y nos teletransporto acá de repente.- ella también estaba admirando la belleza del lugar, ninguna de la dos nos mirábamos a la cara.

Unos segundos después, frenamos y gritamos al unísono.

-¡Estamos en la tierra!

Salimos corriendo y bailamos como locas en una cancha de rugby enorme. Nuestra ropa estaba completamente sucia con barro, pero no nos importaba.

-¿Que hacemos ahora?- preguntó la rubia con la respiración agitada de tanto saltar y reír por ahí.

-Mmm... ¿por qué no vamos a darle una visita a nuestro tío?

PV EMILY

-La verdad no voy a extrañar nada del Olimpo.- comentó Juli mirándome rápidamente. Lo que teníamos no era una conversación normal, era más como palabra con palabra que quedaban en el aire y de casualidad alguien las escuchaba y respondía.

-¿Ni a tu mamá?- cuestioné mirando las casas y los niños jugar. Frenamos.

-Nunca tiene tiempo para mi. Es la diosa del amor pero ni siquiera ama a su propia hija.- sentí pena por ella. Iba a decirle algo a mi mejor amiga, pero ni siquiera me dejó.

Después, seguimos saltando y riendo como si no hubiera un mañana. No podemos mantenernos serias por mucho.

Estábamos a unas pocas cuadras de llegar a la casa cuando notamos a 6 adolescentes mirándonos a la distancia. En el camino muchos nos habían silbado o mirado el trasero pero estos, por primera vez, se nos acercaron a hablarnos.

Ignoramos a todos. No teníamos tiempo para esto. Ya mañana podíamos hablar, hoy debíamos llegar a nuestro nuevo hogar. Pero había un chico. Él ni siquiera vino a hablarnos. Pero si miraba mucho a Juli. Me di cuenta por la mirada de mi amiga que ese pobre chico sería su nuevo juguete.

Luego había un rubio. Era lindo, pero me intentó tocar de más así que perdió el encanto.

-¡Ey! Parecen niños de 3 años. No pueden tocarle el trasero a cualquier chica que vean caminando por ahí.- se enfadó Juli mirando fijo a ese chico que me había molestado.

-Mi nombre es Justo, maddam.- dijo el desgraciado.

Juli le estaba apunto de pegar una cachetada cuando salió un señor a preguntar que estaba pasando.

-¡¿Por qué tanto griterío?! Las están molestando...- no pudo terminar la frase porque mientras yo distraía a los chicos, Juli hipnotizaba al señor.

-¡Dejen de molestar a mis sobrinas!- gritó de repente, todos los chicos se fueron corriendo.

-Gracias tío.- dije con vos de niña buena y una sonrisa enorme.

-Por favor, díganme Daniel.- dijo sonriendo.- Bueno, les mostraré sus habitaciones niñas.

-Yo me llamo Juli y ella es Emi.- le aclaró Juli. Al parecer se había olvidado de ese pequeño detalle.

-Oh si, lo había olvidado, disculpen.- dijo como si fuera normal olvidarse el nombre de tus sobrinas que vinieron a visitarte desde el maldito Olimpo. Bueno, no vinimos por él pero... igualmente.

PV JULIETA

Rumbo a nuestro nuevo hogar vimos que 6 chicos nos miraban mucho. Habían tres que nos llamaron la atención. Mientras uno de ellos se acercaba a nosotras; un rubio con pelo un poco largo comparado a sus amigos, bastante bronceado con ojos verdes, yo veía cuál podía ser mi juguete, por así llamarlo.

No conozco otro término para llamar a lo que iba a hacer así que se juega con los juguetes.

Otra ventaja que te da ser hija de una diosa en la tierra, ademas de controlar personas, es que tienes la increíble cualidad de escuchar más allá del alcance de los humanos y leer sus mentes. Gracias a ello, escuché lo que los dos chicos que quedaban sin venir a hablarnos pensaban. Uno pensaba mucho en mi. Pero pude sentir que ya había sufrido mucho así que lo dejé en paz. El otro pensaba en otra chica, supongo que su novia. Pensaba en como festejar su aniversario de 2 años de novios. Chico lindo y popular, con novia en la mira. Perfecto.

Mi madre, Afrodita, me dió el don de la atracción. Por lo menos compensó su falta de amor con algo, ¿no? Así que lo use a mi favor para hacer que ese chico siempre pensara en mi. El aspecto ya lo tengo, pero se notaba que la amaba bastante a su novia así que un poco de ayuda no me vino mal.

Comenzó a mirarme con más intensidad. Puse sentir sus pensamientos confundidos, mas no pude escucharlos. Ni yo los entendía.

Fue fuerte, todavía no se acercaba. Tuve que darle un pequeño empujón moviendo sus pies lentamente, paso a paso. Estaba por empezar a caminar solo cuando su amigo, el chico que pensaba en mi, le dijo algo. No se que dijo, ya que Emi me distrajo. Pero se que fue lo suficientemente importante como para vencer mi encanto.