Hola amores míos que has soportado 2 meses sin tener noticias de mi. Lo siento de verdad, como había dicho en el aviso anterior, tuve que dar mi examen de admisión el cual lamentablemente no pude pasar (igualmente muchas gracias por sus mensajes de apoyo. Son l@s mejores). Luego de eso, a principios de este mes fue mi viaje de promo, donde estuve incomunicada toda una semana entera y ya cuando regresé he podido ponerme al día en escribir y por fin poder publicar este capítulo (el cual es larguito).

Ahora sin aburrirlos más les dejo con el capítulo, pero antes una pregunta: ¿De qué país son? Solo tengo curiosidad. Yo soy de Perú.

Psdta: Si quieren que les dedique un capítulo, déjenmelo en los comentarios :·

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Capitulo 9:

Hoy era el tan esperado día en el que la menor de los Onodera cumplía la mayoría de edad (creo que en Japón la mayoría de edad es la los 20, pero yo lo voy a poner a los 18 como lo es en mi país). Era de mañana en la gran casa, todo parecía tranquilo pero ahí dentro una joven y un adulto discutía. La razón: quien levantaría a Hizumi de su pesado sueño, ambos la conocían y sabían que aunque fuera el fin del mundo ella no va a levantase, al final perdió Ritsu y tembloroso ingresó lentamente a la habitación de la cumpleañera para verla ahí dormida en su cama con las sabanas enredadas entre sus piernas o algunas en el piso. Nada del otro mundo.

Ritsu se acerco de manera temblorosa y estiraba su brazo para poder darle unas pequeñas sacudidas mientras decía.

- Hizumi, ven levántate, hoy es tu cumpleaños- la chica no respondía, el mayor de los Onodera miró esperanzado a la puerta donde Nami señalaba el gran pastel que tenía entre sus brazos- mira que hemos preparado tu pastel favorito, es de choco...- no pudo terminar de hablar ya que con sus palabras se despertó de golpe tirando al piso a su hermano en el proceso.

Nami se reía silenciosamente mientras se acercaba y levantaba al hermano de su mejor amiga y ambos le cantaron el típico "Happy Birthday" a lo que la cumpleañera soplaba las velitas.

- Gracias chicos- dijo Hizumi mientras que los abrazaba y les daba un beso en la mejilla a cada uno- ahora quiero que salgan para poder cambiarme mientras que ustedes preparan ese rico desayuno que supuestamente tenía planeado- les dijo con una sonrisa para luego cerrarles la puerta en la cara.

Ya cambiada con un vestido blanco hasta la rodilla, unos tacones cremas y en su cabello una pequeña diadema que le dieron sus padres por su cumpleaños número 16, bajó a ver lo que le habían preparado. Decir que se asombró es poco, estaba más que anonadada y con razón. En la mesa del comedor había una gran variedad de alimentos, desde los típicos cereales con ensalada de frutas a unos deliciosos mousse de chocolate que tanto le encantaban a la cumpleañera.

- Feliz cumpleaños, otra vez- gritaron y sonrió.

- Gracias, de nuevo- los abrazó a cada uno y comenzaron a comer.

Así pasó la mañana y luego Ritsu se tenía que ir al trabajo.

- Solo trabajare medio día- le dijo a su hermana para que se tranquilizara- ya verás que para el almuerzo ya estoy aquí.

Se despidieron y Nami prendió la televisión que vieron hasta el medio día para luego cambiarse y en media hora dirigirse al aeropuerto.

Al llegar, sus padres ya estaban bajando del avión.

- Hizumi, querida, feliz cumpleaños- dijo su madre para luego darle un gran abrazo que dejó sin respiración a la más pequeña de los Onodera.

- Okaa-san, m-me estas asfixiando- dijo entrecortadamente soltando un suspiro exagerado cuando la soltaron.

- E-es que mi pe-pequeña y-ya está m-muy gra-grande- dijo entre hipos Yukiji mientras deslizaba lagrimas silenciosas por las mejillas.

Kaname no había dicho palabra alguna pero al ver el rostro de su padre se dio cuenta de que también estaba llorando y sin resistencia se lanzó de su papá que la atrapó justo a tiempo y se fundieron en un abrazo en lo que jalaron a su madre y a Nami también.

Luego de esa escena tan conmovedora se dirigieron a un restaurante donde se encontraron con Ritsu. Este saludó a sus padres, pidieron el almuerzo y tuvieron una conversación amena. O lo más amena que se puede tener con las discusiones constantes de Nami y Ritsu.

A las tres de la tarde se dirigieron a su hogar para prepararse, Hizumi y Nami agarraron sus cosas y con un saludo rápido salieron corriendo a una boutique donde tenían reservaciones, a ambas le hicieron de todo, desde una manicura y pedicura hasta una mascarilla de pepinos. También las maquillaron y peinaron.

A Hizumi le rizaron las puntas y recogieron su cabello en un bonito moño, la maquillaron suavemente, un tono rosa pálido para los ojos y un rubor para las mejillas y por ultimo un labial con sabor a durazno. En cambio a Nami le dejaron el pelo suelto, lacio arriba y las puntas onduladas, el maquillaje era un tema totalmente aparte, ella no quería maquillarse pero Hizumi la persuadió para que le echaran brillo labial y delineador. Al final se pusieron sus vestidos con sus respectivos tacones, se dieron el visto bueno y salieron a la sala donde los esperaban sus padres y su hermano.

- Mira que preciosas están- exclamó Yukiji al ver bajar a las chicas.

- Sin duda alguna, respondió su esposo.

- Si, están muy guapas- terminó de hablar Ritsu.

- Pues vamos avanzando, los invitados ya deben estar por llegar, y tu Ritsu- el aludido se dirigió a su madre- apúrate y baja, que An-chan nos está esperando.

Al terminar de hablar las sonrisas de los tres jóvenes iba disminuyendo poco a poco.

- ¿Kohinata-san va a estar en MI fiesta?- preguntó seria la cumpleañera.

- Pues claro que va a estar.

- Pero si yo no la he invitado.

- Sin embargo es la prometida de tu hermano, debe estar ahí.

- Como tu has dicho madre, es la prometida de mi hermano, es más, Ritsu-nii te ha dicho millones de veces que lo suyo solo es amistad.

Ninguna de ellas alza la voz, no obstante la tensión es tanta que Kaname decide intervenir de una vez por todas.

- Hizumi- dice su padre tocándole el hombro- la señorita Kohinata ya se encuentra aquí, seria de mala educación dejarla de esa manera ¿no crees? – la chica asintió

- Esta bien, pero bajemos todos, que yo quiero ingresar a la fiesta del brazo de mi hermano.

Ya estando en el jardín de en frente, toda la familia Onodera (porque a Nami también la consideran parte de la familia) fue a saludar a la prometida (lamentablemente) del hijo mayor.

- Buenas noches señores, Ritsu y feliz cumpleaños Hizumi-chan.

- Gracias Kohinata-san – respondió cortante la cumpleañera- si nos vamos, que estamos tarde para la fiesta.

- Oh, es verdad, vamos todos, entren a la limosina- dijo Yukiji casi empujando a los demás para que entraran.

Llegaron al salón de recepciones y caminaron lentamente porque estaban discutiendo.

- Ya Ritsu, entra tu primero del brazo de An-chan- estaba que volvía a decir por millonésima vez Yujiki.

- No madre, Ritsu-nii va a entrar conmigo porque es mi hermano y eso tiene más peso que su prometida- dijo Hizumi comenzando a enojarse.

- Pero...- iba a seguir replicando su madre.

- No se preocupe señora Onodera, Hizumi-chan tiene razón, es su día especial y tiene todo el derecho de celebrarlo junto a su hermano- sin más Ann entró al salón de fiestas no dejando que Yukiji hable.

Esta suspiró y se dirigió a sus dos hijos.

- Pues no hay nada más que hablar, nos vemos dentro- le dio un beso a cada uno y junto con Kaname se dirigieron al salón con los demás invitados.

- ¿Lista?- le preguntó Ritsu ofreciendo su brazo.

- Lista- confirmó ella para adentrarse junto a su hermano a lo que sería una fiesta inolvidable.