Lamento mucho la tardanza, aquí está el nuevo capítulo, espero que lo disfrunten.

También disculpen por lo corto que es.

Capítulo 4:

Takahiro estaba cansado.

Su hermana, como pudo investigar, se queda con una familia rica y en estos momentos no podía hacer nada, la habían adoptado con todas las de la ley.

Sin embargo no todo era malo, Misaki había despertado y él tuvo que tomar corriendo el tren para llegar rápidamente al hospital. Dio su nombre en la recepción y esperó a que lo dejaran entrar a la habitación de su hermano, el único que le quedaba, pensó.

- ¡Misaki!- gritó de alegría al poder ver al pequeño niño recostado en la camilla, ya sin cables ni tubos conectados a su cuerpo. Lo que Misaki había sufrido fue un estado de coma leve al enterarse del fallecimiento de sus padres y recién hoy pudo despertar.

- ¡¡Ni-chan!!- respondió alegre.

- ¿Cómo estas?

- Un poco cansado, pero bien- le respondió, haciendo que el mayor suspirara.

- Eso es bueno, ya muy pronto vas a salir de aquí, tan solo en unas horas ya estaremos en casa.

- ¡Si!- se puso muy feliz, aunque poco a poco su rostro de felicidad fue cambiando hasta terminar con uno de tristeza absoluta- Ni-chan, ¿qué pasó con mamá y papá?

El rostro de Takahiro se ensombreció por un momento para después poner una sonrisa forzada que no pasó inadvertida por el menor.

- Ellos ahora están en un lugar mejor- siguió hablando antes de que el menor lo interrumpiera- sin embargo, tienes que entender que nada de esto fue tu culpa- ya para estos momentos lo estaba sosteniendo por los hombros, mirándole a los ojos y hablando con toda la determinación y fuerza que podía poseer en estos momentos- no quiero ver que te culpes por algo que no hiciste ¿entendido?- Misaki no respondía, se había quedado en shock por las palabras de su hermano mayor, Misaki pensaba que si no les hubiese dicho que regresen rápido no hubiese sucedido nada de lo que pasó, aparte tenía el presentimiento de que se había olvidado de algo, o más bien de alguien.- dije, ¿entendido?- lo regresó a la realidad su hermano zarandeándolo suavemente.

- Si, entendido- bajó la cabeza levemente regresando en sí.

Takahiro suspiró nuevamente y miró a su pequeño hermanito y tuvo una idea para alegrar al menor.

- Misaki, ¿qué te parece si, cuando salgamos de aquí, vamos a comer lo que tu quieras?

- ¿Lo que yo quiera?- preguntó de una manera infantil y propia de un niño de 4 años, no como él que ya tiene 8 años y no le gusta que le digan bebé.

- si, lo que tu quieras- le sonrió suavemente.

Varias horas después ya con el estómago lleno y más relajado, volvieron a la casa que hace casi un mes no veía Misaki, cuando entraron todo seguía igual, hasta el jarrón destrozado que recuerda que rompió cuando desesperado esperaba a sus padres. La tristeza volvió a apoderarse de él, pero la dejó de lado para seguir admirando su hogar. Pasó por la sala de estar hasta el pasadizo donde habían 4 puertas, sabía que una era el baño, otra de su hermano y él que compartían habitación desde que tenía memoria, la otra era de sus padres, decidió ignorar esa puerta, sin embargo había una puerta más, usaba todas sus fuerzas para recordar, pero no daba ningún resultado, asi que, sin escuchar ya a su hermano, llegó al final del pasillo y abrió la puerta, se sorprendió enormemente cuando, al entrar, observó que todo el cuarto era rosa, pero no solo eso, había un montón de peluches en una cama de igual color que el cuarto.

Takahiro al ver la actitud de su hermano la interpretó mal y le dirigió una sonrisa triste mientras le decía.

- No te preocupes Misaki, Hizumi está en otro lugar ahora, pero te prometo que muy pronto la tendremos con nosotros.

Misaki se quedó callado por unos momentos y luego le dijo una pregunta que nunca pensó el mayor que le diría.

- Entiendo, ni-chan, pero ¿quién es Hizumi?