Una pequeña niña de 5 años, castaña clara de ojos grises estaba jugando con sus muñecas ajena a todo lo que le iba a suceder en unos instantes. De un momento a otro unos golpes en la puerta de su habitación la distrajeron de su juego. Ella abrió la puerta apareciendo en ella unos señores de traje que sin decir nada ingresaron al cuarto inspeccionándolo como si estuvieran verificando que todo estuviese en orden, en eso un grito suplicante proveniente de una de las personas más importantes para ella retumbó por el pasillo de la pequeña casa de dos pisos en la que vivía ella y sus hermanos, y en la que sus recientes fallecidos padres habían comprado con tanto esfuerzo.

- Déjenla por favor, se lo suplico- exclamó Takahiro

Takahiro Takahashi, un joven de 18 años recién ingresado a la universidad de  Mitsuhashi en la facultad de economía, alto, peliazul y de ojos grises azulados y que ahora es el apoyo de sus dos pequeños hermanos: Misaki y Hizumi con 8 y 5 años de edad respectivamente. Él ya estaba mal porque a Misaki lo internaron en el hospital por el terrible shock que tuvo al enterarse del accidente automovilístico que sufrieron sus padres sin dejar sobrevivientes, y ahora a Hizumi se la querían llevar al orfanato ya que era menor de edad y los agentes le dijeron a Takahiro que no podía cuidarla por no poseer el suficiente apoyo monetario, a Misaki se lo querían llevar también pero por lo del hospital van a esperar que se recupere totalmente.

- Taka-nii ¿qué está pasando?- preguntó la pequeña Hizumi asustada mirando a los hombres poner toda su ropa y cosas esenciales en una de sus maletas.

- No te preocupes, Hizumi-chan, estos hombres te llevarán a un bonito lugar donde están muchos niños y…- iba a continuar pero fue interrumpido.

- ¡¡NO!!- gritó fuertemente la niña haciendo sobresaltar al mayor- no quiero que me alejen de Taka-nii- en esos momentos sus ojitos grises se pusieron perlados para luego comenzar a llorar a mares abrazandose a las piernas de su hermano mientras que los hombres de traje trataban de separarlos de una forma no muy amable ni sutil.

- Esperen- dijo el joven peliazul a los hombres mayores- por favor déjenme despedirme de mi hermanita.

- Tienes 10 minutos- le respondió fríamente uno de ellos saliendo con sus demás compañeros dejando solos al par de hermanos.

Ya habiendo salido esos “hombres malos” como había catalogado Hizumi a esos hombres, el universitario soltó delicadamente a menor de sus piernas, se agachó y con el dorso de su mano se dedicó a limpiar el resto de sus lágrimas mientras le hablaba.

- Pequeña, quiero que seas fuerte, vas a ir a un lugar donde muchos niños sin padres como tú y como yo van, yo no puedo ir porque ya soy mayor de edad pero te prometo que vas a estar ahí muy poco tiempo, ya verás que voy a hacer todo lo posible para que salgas de ahí rápidamente de ahí, ¿entiendes?- la niña asintió y el mayor se tranquilizó un poco- prométeme que te portarás bien.

- Te lo prometo Taka-nii- Takahiro sonrió.

- Eres una niña buena Hizumi-chan, eso nunca lo olvides.

Luego de eso se dieron un fuerte abrazo, Takahiro de dio un beso en la frente de Hizumi que duró hasta que los hombres vinieron por la niña dejando al mayor de los Takahashi solo con un gran pesar en su corazón.