S I E T E
—Katsuki, ¿ya casi? —pregunta su madre viendo como se esfuerza en acabar los trabajos que se le han ido acumulando.
—¡Por una mierda, no me sale como quiero! —exclama jalandose los cabellos. Por estar pensando en pitos y flautas, había dejado sus deberes escolares de lado y no quería demostrar que no podía con una agenda apretada así que...
—¿Cuántas veces llevas escribiendo el mismo resumen?
—Seis veces.
—¡¿POR QUÉ?! —Katsuki para de teclear.
—¡PORQUE ES UNA MIERDA, NO ME CONVENCE!
—¡TIENES OTRAS TAREAS!
—¡NO QUIERO ENTREGAR MEDIOCRIDADES!
—¡NO TE VA A DAR TIEMPO!
—¡OH, QUE SÍ PUEDO!
—¡ESTÁS MATÁNDOTE!
—¡QUE YO PUEDO!
—¡NO HAS COMIDO EN TODO EL FIN DE SEMANA! —Mitsuki golpea su cabeza con insistencia— ¡TU PAPÁ YA ME DIJO QUE NO HAS COMIDO COMO NOS HICISTE CREER!
—¡NO COMERÉ HASTA ACABAR!
—¡MIERDA, TIENES UNAS OJERAS HORRIBLES!
—¡TAMPOCO DORMIRÉ SI NO ACABO!
—¡ASH, SI SIGUES CON ESA ACTITUD VOY A PROHIBIRTE HACER TODAS TUS DEMÁS ACTIVIDADES! ¡NO ES SANO!
—¡ME GUSTA HACER LO QUE HAGO!
—¡KATSUKI, BAJA EN ESTE MISMO MOMENTO Y COME UNA MIERDA!
—¡NO VOY A COMER NI MIERDA Y MEDIA!
—¡KATSUKI BAKUGŌ, VE A COMER!
—¡QUE NO, QUE NO, QUE NO, QUE NO, QUE NO!
—¡VOY A LLAMAR A IZUKU-KUN PARA QUE HABLE CONTIGO!
—¡NO LLAMES A ESE CARA DE VERGAAAAA!
—¡KATSUKI!
—¡VIEJA, POR FAVOR, DEJAME ACABAR ESTE RESUMEN, NO ME CONCENTRO!
—¡TIENES QUE COMER, TE ME MORIRÁS ASÍ!
—¡NO COMERÉ!
—¡MASARU, LLAMA A IZUKUUUUU!
—¡NO, VIEJAAAAA!
—¡LLÁMALOOOOO!
—¡YA, IRÉ A COMER!
—Te espero abajo.
—Ti ispiri ibiji.
—¡¿Qué mierda quieres?! —exclama Katsuki para después meterse una buena cantidad de spaguetti a la boca.
—Tus papás me llamaron porque aparentemente no has comido bien, van a salir y pues... —Izuku está nervioso, no pensó atrapar al rubio usando una falda corta. Hacía calor y la cola la sentía sudada, ni de coña usaría pantalón o bermuda. Ya traía bóxer debajo, eso era más que suficiente.
—¡Coño, te pidieron que me cuidaras! —grita irritado terminando de comer. No pensaba que sus padres jugaran tan sucio como para hacerle bajar a comer. Se levanta de su asiento y se dispone a limpiar lo que ha ensuciado.
—Sí, me pidieron eso —Izuku se pase a donde está él y acaricia su trasero. Katsuki para de tallar el plato.
—Quita tu puta mano de mi nalga derecha.
—¿Seguro? —su falda es alzada lo suficiente para meter la mano debajo del bóxer.
Katsuki se quita y le da la cara.
—Mira, Deku de mierda, me cagas, pero me atraes bastante. Te juro que lo haría contigo de no ser porque eres literalmente una mierda.
—¿Esto tiene que ver con que te gusta Todoroki? —pregunta Izuku, sonriente.
—Ya, ¿y? ¿te jode o qué?
—Kacchan, te aseguro que él también te tiene ganas, no sólo como a una chica.
—Eso no te incumbe.
—Has estado viéndole la cara dos meses, ya hubiera sospechado, ¿no lo crees? —Izuku le susurra en el oído haciendolo estremecer.
—Le diré la verdad.
—¿Por qué no lo haces ahora? Le llamé diciendole que tienes casa sola, así que tienes tiempo suficiente para maquillarte y esperarlo.
—¿Por qué haces esto?
—Para que lo dejes de intentar y te des cuenta que sólo yo te voy a aceptar.
—Hola, Gogo —la sonrisa de Shōto no se hace esperar. Está nervioso. Es la primera vez que estará a solas con la chica que le gusta. Habían salido al cine, a cenar e incluso a patinar, pero siempre rodeados de gente y ella de incógnito debido a que era una modelo reconocida.
No creyó que tuviera casa sola y que se atreviera a ir.
Lo toma de la mano para meterlo a su casa y cierra la puerta. Una vex dentro, lo conduce a las escaleras. Shōto sigue a Gogo sintiéndose más nervioso. Entonces ve que abre una puerta y, detrás de ella, ve una cama contra la pared de la ventana.
Dios.
Dios.
Dios.
—Yo... No quisiera que nos interrumpieran.
Katsuki está nervioso. Shōto ha entrado a su habitación igual o peor que él. La puerta está cerrada con el seguro por si acaso, pero eso no ayuda a sus corazones bastante agitados.
—No te preocupes.
Se sienta en la cama y Katsuki hace lo mismo. Se miran un poco hasta que decide dar el primer paso. Toma su mano y la pone en su pierna. Shōto la acaricia suavemente haciendo suspirar a Katsuki. Entonces ve su pene erectarse, poniendo nervioso al joven Todoroki y ocultarlo con su otra mano.
—¡Perdón! Es la primera vez que hago algo como esto.
—También yo, pero no sólo te traje aquí para esto...
—¿Qué pasa?
—Creo que, antes de que esto evolucione más, debo de ser franco contigo.
—¿Franco?
A Katsuki le pitan los oídos. No puede. No puede decirle la verdad. Quizás por eso se abalanza hacia Shōto en un beso y se pone encima de sus piernas. Quizás por eso lo empuja contra la cama para sentarse sobre su genital.
—¿Gogo?
—Llámame Bakugō, por favor.
—Bakugō.
Katsuki quiere llorar.
—Di que te gusto.
Sólo puede tener así a Shōto, él sólo lo quiere cuando es mujer.
—Me gustas, Bakugō.
Shōto no es gay.
—¿Quieres hacerlo por detrás? —Shōto admira el trasero de su ¿novia? desde su posición. Lastimosamente la mano de Bakugō no le deja ver su genital.
Katsuki está apoyado contra la cama abierto de piernas y el pecho sobre esta. Está dispuesto a hacerlo de esa manera tan extraña. No quiere que le vea la cara, se siente tan abochornado de hacerlo así.
Shōto acaricia su entrada con los dedos húmedos de su saliva y lo prepara haciendo que Katsuki en más de una ocasión quiera aferrarse a la cama con ambas manos pero no quiere que le descubran un par de sorpresas entre sus piernas. Y cuando se pone pegado a su trasero a nada de metérsela, deja de cubrirse para agarrarse de las sábanas. Por suerte tiene su pene escondido gracias al elástico de la falda que no ha querido quitarse.
Entonces lo ingresa lentamente mientras besa su nuca y espalda. Tampoco le ha dejado ver su pecho. Se había desnudado la parte de en frente dandole la espalda. Por un momento olvida que está con Gogo y se dedica a disfrutar de los movimientos apasionados de Shōto quien lo hace con un ritmo marcado y lento.
Se siente mal, sucio y patético. Shōto solo está con él cuando es un ella. Shōto no lo ama, sino a ella. Pero él es ella. Él ha sido desplazado por sí mismo vestido de mujer.
El mitad pelirrojo lame su oído y apenas se da cuenta que la mano de Shōto está en su intimidad.
Katsuki se impacienta y quiere que pare, así que voltea decidido a decírselo antes de que se de cuenta.
Entonces nota la mirada triste de Shōto, quien parece sentirse igual de culpable de él.
Vuelve a enterrar su rostro en el colchón dejandose acariciar por el mitad albino que le acaricia su pene con suavidad.
—Gogo, Katsuki o como quieras que quieras que te llame, yo te voy a amar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro