Primer paso.
—Bakugō, ¿hacemos equipo? —aquella pregunta hace que Katsuki deje de leer el libro que tiene en las manos. Lo deja en su mesa y arquea una ceja. Sabe para dónde va el asunto.
—No, ya hice equipo con el Pikachu y el pelos de incendio así que piérdete. —Vuelve a tomar el libro, pero Shōto lo toma para dejarlo de nuevo sobre la mesa.
—¡Por favor! —insiste, sus mejillas se tornan rojas. Aún no sabe controlar sus impulsos. Quiere volver a ver aquella linda chica que conoció gracias a Katsuki.
—Ugh... —Desvía la mirada, después de todo, la intensidad de la mirada de Shōto es lo que lo pone nervioso. Si tan sólo supiera que la chica linda que conoció es él...—. No, bastardo, no quiero.
—¡Kaminari! —alza la voz Shōto llamando la atención de Denki.
—¿Qué pasa? —Lo mira intrigado. A duras penas comparten palabras y eso es porque Shōto y Hanta se la pasan compartiendo mangas.
—Te consigo una cita si me das tu lugar en el equipo. —Katsuki enrojece por ello. ¿En verdad estaba sobornando al idiota de Denki con tal de hacer equipo con él?
—¿Y con quién? —pregunta. Denki no era tan estúpido como lo esperaba.
—Jirō. Es la mejor amiga de mi mejor amiga, te conviene hacer tratos conmigo, ¿sabes? —Denki se lo piensa.
—Mmm... ¿En dónde? —Para nada idiota era Denki.
—Donde tú quieras, yo lo pago. —¿En serio estaba tan desesperado estar cerca de él como para sobornar a uno de sus amigos?
Al parecer, sí. Pero sin duda Denki no aceptaría aquello. No aceptaría un soborno y perder el diez. Porque claro, estar en su equipo equivale a la nota máxima.
—Tenemos un trato, Todoroki. —Esboza una sonrisa Denki, al parecer además de corriente es un idiota—. Lo siento bro, pero creo que haré equipo con Sero y Mina.
—Tú... Maldito. —Katsuki bufa. Buscar a alguien era demasiado precipitado ya. Los equipos ya estaban casi todos hechos en totalidad.
El único que veía por ahí libre era Izuku y ni jugando le pediría que fuera parte de su equipo de trabajo. Antes muerto. Sí, muerto.
—¡Kacchan! —saluda Izuku bastante sonriente. Katsuki pone los ojos en blanco. ¿Era en serio? El destino de plano no estaba de su parte—. Uraraka-san, Iida-kun y Tsuyu-chan me han dejado de lado y necesito un equipo. Vi que Kaminari-kun salió del tuyo, es una pena pero me gustaría ser parte del tuyo.
¿Tener a Izuku sólo para no estar cerca de Shōto?
Ni muerto.
Pero si acepta, sabe que nunca dejaría el equipo así como Eijirō, su mejor amigo. Ese par tenía una extraña fijación en él, una extraña cosa que los hacía estar pegados a él como si fuera la miel de las abejas.
—Midoriya, yo se lo pedí primero. —dice Shōto, cortante.
— ¿Y por qué no haces equipo con Yaoyorozu-san y Jirō-san? —pregunta Izuku bastante sonriente—. Ellas sin duda te aceptaran en su equipo, después de todo les falta uno.
—No porque... —Shōto mira a todos lados, toma a Tōru, una chica castaña casi invisible para todos en el aula—. Ella está en su equipo.
—¿Eh? —pregunta ella sin entender siendo arrastrada a donde están las otras dos chicas antes mencionadas—. Pe-pero yo haré equipo con Tokoyami y Shoji.
—No porque Kōda hará equipo con ellos —dice él, sentenciando todo.
Mineta protesta—. ¡Yo tampoco tengo equipo! Deberíamos estar juntos, Bakugō puede arreglarselas bien junto con Kirishima.
—Así es. —El nombrado le pasa el brazo por encima de los hombros de Katsuki—. Blasty y yo podemos solos. —Shōto frunce el ceño. No dejaría su brazo a torcer.
—No, yo quiero hacer equipo con Bakugō —sentencia, qué caprichoso, no puede creer que en serio le guste demasiado. Mineta se encoge de hombros.
—En ese caso sólo seremos Midoriya y yo —exclama esbozando una sonrisa.
—En realidad, yo quiero hacer equipo con Kacchan —habla sonriente—. Prueba suerte con Aoyama y con Satō.
—¡Cierto! —exclama yendo a donde están los susodichos.
—Hagan equipo con Ojirō —sentencia Katsuki cruzándose de brazos—. Se los agradecerá de saber que lo han integrado a un equipo sin necesidad de estar presente.
—Bakugō, por favor. Haré lo que sea. —Katsuki se lo piensa. Podría pedirle que se aleje de él.
Aunque no desea eso.
Podría pedirle una cita para su dizque hermana y salir con él.
No.
No podría mentirle de esa manera.
—No, bastardo, no quiero —sentencia—. Y tampoco quiero hacer equipo contigo, nerd. —Frunce el ceño, molesto. No le agrada la idea de que Shōto se acerque a él porque le guste su dizque hermana porque sabe bien que quiere estar cerca de ella aún sin saber que es él.
—Kacchan... —Izuku hace un puchero—. Por favor.
—No. —Vuelve a tomar el libro—. No quiero.
—Bakugō, por favor —ruega Shōto—. O al menos dejame ir a tu casa.
—¿Para qué quieres ir a casa de Kacchan? —pregunta Izuku confundido.
—Es que... —Shōto enrojece. Katsuki se pone impaciente. ¿Y si decía algo acerca de su dizque hermana? No. Podría decir todo y sabía bien que el único que sabe la verdad era Izuku. Él le diría que no tiene ninguna hermana lo que atraería las preguntas de Shōto y sabría la verdad.
No podía tomar riesgos.
—¡Está bien! —exclama Katsuki en son de derrota—. Bastardo, hagamos equipo. Sólo tú y yo.
—¿Ah? —Eijirō ladea la cabeza, cohibido—. ¿Y yo, Blasty?
Si al idiota del bastardo de Shōto se le ocurría preguntar por su hermana en casa y Eijirō lo escuchara, también le haría preguntas sobre ella. Entre menos supieran sobre Gogo, mejor.
—Haz equipo con el nerd —sentencia Katsuki, apuntando a Izuku.
—Pero, Blasty... ¡Creí que teníamos algo especial! —Eijirō se tira al piso, abrazándole una pierna—. ¡No me hagas esto!
—Idiota, haces el ridículo. —Katsuki se pone rojo. Le daba vergüenza cada que Eijirō hacía algo como eso. En realidad, de un tiempo para acá, no entendía porqué se ponía nervioso cuando su mejor amigo se la pasaba de encimoso.
—¡Blasty! —Los ojos de borrego a medio morir de Eijirō le pueden bastante, pero no, ya era suficiente con dar su brazo a torcer con Shōto. No lo haría de nuevo con alguien en ese día.
—No. —Rueda los ojos. Aquello hace que Eijirō se levante y vaya con Izuku con cara de perro arrepentido.
—Bien... —Sorbe por la nariz.
—Kacchan, ah...
—Nada, Deku, nada. —Katsuki desvía la mirada—. No digas nada, ¿bien?
—Bueno... —Acata la orden.
—¿En tu casa? —pregunta ansioso Shōto. Katsuki suspira.
No le queda de otra mas que aceptar en su hogar al chico heterocromático. Y fingir ser otra persona con faldas y vestidos incluidos.
***
Para saber más sobre estas actualizaciones, te invito a seguir mi canal de Whatsapp.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro