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Capítulo 9

- Prepara una dosis.

- Ya la tengo preparada - dijo una enfermera.

Las chicas corrieron al ver gente en la habitación.

- ¿Qué a pasado?

- Tiene una crisis epiléptica aguda - dijo un enfermero.

Sarah se acercó a la cama sujetando a Katie mientras Meredith se quedó mirándola paralizada.

- ¿Qué hacemos? - preguntó el enfermero.

- ¡Meredith! - alzó la voz Sarah.

- Le e administrado dos gramos de Loracepam. Le e dado una segunda dosis - le explicó el enfermero.

- ¿Han llamado a Bailey o al Dr. Shepherd? - preguntó Meredith reaccionando.

- El Loracepam no funciona - dijo el enfermero.

- Necesita Fernobarbital - contestó Sarah suministrándoselo.

- Sigue igual - le dijo otra enfermera.

- ¿Han llamado a Shepherd? - insistió Meredith.

- Ya le he avisado - contestó la enfermera.

- Envíele otro busca, ¡Vamos!

- ¿Qué hacemos? - las miró el enfermero.

- Su corazón está parando. ¡Código azul! - gritó Sarah - desfibrilador - cogió las palas - descarga de doscientos.

La enfermera lo hizo y Sarah presionó las palas en el pecho de la paciente pero el corazón seguía sin latir.

- Sigue sin pulso.

- Cargando; diecinueve segundos.

- Dale trescientos - dijo Sarah volviendo a presionar - vamos - murmuró.

- Nada, veintisiete segundos.

- trescientos sesenta - volvió a presionar - vamos miss Spokein - le puso los dedos en el cuello para sentir el pulso.

- Cuarenta y nueve segundos.

- A los sesenta debe administrarle otra dosis - dijo el enfermero.

- Vuelve a cargar - dijo Sarah, pero al ver que solo la miraban, se enfadó - vuelve a cargar, ¡Ya!

La enfermera hizo lo que le pidió y Sarah presionó las palas de nuevo. Todos oyeron como el pulso volvía.

- Hay ritmo sinusal - dijo la enfermera.

- La presión sube.

- Bien - Sarah suspiró aliviada.

- Está recuperando el pulso.

En ese momento apareció Shepherd.

- ¿Qué coño pasa? - se acercó.

- Una crisis, su corazón se ha parado - contestó Meredith mientras Sarah dejaba las palas en su sitio.

- ¿Una crisis? ¡Debíais vigilarla! - contestó Shepherd poniendo el estetoscopio en sus oídos para oír su corazón.

- La examinamos y...

- Yo me quedo, marchaos.

Sarah abrió los ojos incrédula mientras Meredith la arrastraba fuera de la habitación también en shock.

- Genial, nos odia el Dr. qué es el mejor en la especialidad que quiero yo - se quejó Sarah - nunca me pedirá con él en un quirófano.

- ¿Quieres ser neurocirujana?

- Sí - el brillo de sus ojos se apagó - pero la hemos jodido.

- No, he sido yo. Me he quedado paralizada - respondió Meredith.

- ¿Qué ha pasado?

- No lo sé - suspiró.

- ¿Ocultamos también su cuerpo?

Meredith rió.

- Si hay un 9-1-1 me mandáis un busca inmediatamente - les regañó Bailey apareciendo - no en lo que tardáis en llamar a Urgencias. Estáis en mi equipo y si alguien muere, ¡se me cae el pelo! ¡Grey!

Meredith siguió caminando dejando a Sarah explicando lo ocurrido. Después corrió afuera y vio a Cristina junto a Meredith que había vomitado.

- No se lo contéis a nadie - dijo Meredith volviendo a entrar.

////

Al día siguiente...

- Dijeron que era un desorden epiléptico - dijo el padre de Katie - ¿Y ahora dice que no?

- Les digo que no lo sé - contestó Shepherd.

Sarah oía discretamente mientras rellenaba unos informes de otros pacientes a su cargo. Hizo una mueca al ver como trataba el hombre a Shepherd de incompetente y de como quería a alguien mejor que él.

/////

- Menuda bronca le ha echado el padre de Katie a Shepherd - murmuró, Meredith y Cristina la miraron - en resumidas cuentas, a pedido a otro doctor mejor que él.

- En otras palabras, le ha llamado incompetente - dijo Cristina.

- Seh, ¿Qué estás haciendo?

- Saturando un plátano con la esperanza de no caerme de sueño.

George rió.

- ¿De qué te ríes 007? - él dejó de reír - perdona, el sueño me pone borde.

- ¿Sabes? Me da igual - respondió - tengo que apoyar moralmente a una familia y esperarles fuera. Me va muy bien.

- ¿Para qué estamos aquí? - preguntó Meredith.

- Buenos días - saludó Shepherd entrando a la sala. Meredith y Sarah se miraron - voy a hacer algo raro en un cirujano. Pedir ayuda a mis internos. Mi paciente Katie Bryce por ahora es un misterio. No responde a la medicación, análisis negativos, escáner negativo pero tiene ataques. Crisis epilépticas sin causa aparente. Se está yendo, morirá si no consigo tener un diagnóstico claro. No puedo hacerlo solo; necesito vuestras mentes, vuestros ojos. Jugad a ser detectives para saber porqué tiene los ataques. Estáis cansados, tenéis más trabajo del que podéis abarcar. Lo entiendo, así que habrá un incentivo; quién acierte se vendrá conmigo. Poneos los guantes para ayudarme. La Dra. Bailey os dará los informes, el tiempo se acaba. Sí queremos salvarla hay que correr.

Los internos se acercaron a la mesa y cogieron los informes.

////

- Eh, quiero ayudar a Shepherd - se acercó Cristina a ellas - os asignaron a Katie, ¿Lo hacemos juntas? Si encontramos la respuesta, una de las tres ganará.

- Os ayudaré, pero yo no quiero entrar en el quirófano, os lo cedo - dijo Meredith.

- ¿Qué? - se sorprendió Sarah - es lo mejor que podría pasarle a un interno. Yo estoy deseándolo.

- No quiero pasar más tiempo del necesario con él - respondió Meredith.

- ¿Qué tienes contra Shepherd? - preguntó Cristina.

- Si encontramos la respuesta, una de las dos lo ayudará. Trabajamos juntas, ¿o no?

- Hecho - dijeron las dos.

////

Ni amogsia, ni insuficiencia renal ni acidosis - negó Cristina - ni un tumor porque la TC no lo revelaría. ¿No nos vas a contar porqué no quieres trabajar con él?

Sarah levantó la mirada del libro que estaba leyendo y observó a Meredith. Recordó la confianza que tuvo Shepherd con ella llamándola por su nombre y llevándola a otro lugar después.

- No - contestó - ¿Y una infección?

- No, los leucocitos no han aumentado y no tiene fiebre - dijo Sarah - punción lumbar negativa. ¿Es por algo que te dijo cuando hablasteis a solas?

Cristina las miró.

- Cuéntalo.

- No lo comentéis - dijo Meredith cerrando el libro - no pongáis caras ni nada - las miró - nos acostamos.

Gracias al entrenamiento con SHIELD pudo poner su cara de póker ante la sorpresa de esa información.

- ¿Y una neurisma? - preguntó Cristina.

- No hay sangre en la TC ni dolores de cabeza - negó Sarah.

- Ya, no se droga, no está embarazada ni tiene traumas - dijo Meredith.

- ¿Lo hizo bien? - preguntó Cristina - tiene cara de no montarselo mal.

- Nada mal - Sarah sonrió divertida.

Meredith se levantó seria.

- No hay respuestas, ¿y si nadie descubre nada?

- ¿Quieres decir si muere? - preguntó Cristina.

- Sí - asintió Meredith.

- No suena muy bien pero me encantaría operarla - suspiró Sarah.

Cristina asintió de acuerdo.

- No va a tener la oportunidad de madurar - negó Meredith - el sumo de su existencia será con ganar el concurso de miss lo que sea. Ensayaba cuando se cayó.

- ¿Ensayaba? - preguntó Cristina.

- Gimnasia rítmica - respondió Meredith.

Las dos rieron mientras Sarah estaba pensativa.

- ¿Quién hace gimnasia rítmica? - sonrió Meredith - ni siquiera sé lo que se hace.

- Creo que se coje una pelota y...¿qué? - preguntó Cristina al ver a Sarah levantarse de golpe.

- ¡Ya sé qué tiene! - sonrió - ¡Arriba, vamos!

Meredith y Cristina se levantaron y la siguieron por los pasillos.

- Como no se me ha ocurrido antes, seré tonta - se regañó Sarah a sí misma.

- ¿Sarah?

- Lo único que falta es una angiografía - respondió Sarah, oyó el sonido del ascensor - ¡Dr. Shepherd, un momento! - corrieron hacia él - Ensayaba para un concurso de misses.

- Lo sé, pero hay que salvarla - dijo Shepherd mirándola.

- No tiene dolores de cabeza ni le duele el cuello. Su TC está limpia - siguió evitando que se cerrarán las puertas del ascensor - y no hay pruebas de un aneurisma.

- ¿Sí?

- ¿Y si lo tuviera de todas formas?

- Nada lo indica.

- Pero se torció el tobillo hace unas semanas cuando ensayaba.

- Aprecio el esfuerzo por eso no...

- Al tocerse el tobillo se cayó - intervino Cristina.

- No fue nada grave. Se levantó, enseguida se puso hielo en el tobillo y se le pasó - dijo Sarah - fue una caída tan leve que su médico ni siquiera lo mencionó cuando trajo su historial - volvió a evitar que se cerrara el ascensor - pero se cayó. ¡Se cayó!

- Hay una posibilidad entre un millón de que la caída causara un aneurisma - siguió Shepherd, y esta vez se cerró las puertas.

Sarah resopló.

- ¡Por dios que doctor más terco! Le acabamos de decir la solución...

Las puertas del ascensor se abrieron.

- Vamos - salió Shepherd y caminó delante de ellas.

- ¿Donde? - preguntó Meredith.

- A ver si Katie es esa una - contestó.

- ¿Eso era francés? - preguntó Cristina.

- ¿Qué? - la miró Sarah - oh, sí. También hablo ruso (por Natasha) Alemán, Español y latín. Aunque esté último no puedo practicarlo porque nadie lo habla.

Shepherd paró al oírla y se dio la vuelta mirándola sorprendido.

- Es la Dra. Barton, la más joven de los internos con solo diecinueve años y C.I. de 170 sabiendo hablar cinco idiomas.

- ¿Ha leído mi expediente?

- Los médicos teníamos curiosidad de como alguien tan joven había podido llegar aquí sin estudiar en la facultad.

- Le realizaron los exámenes y los aprobó con matrícula de honor - dijo Cristina.

- ¿Tú también? - se sorprendió Sarah.

- Ya te lo dije niña genio; siempre investigo a mi competencia.

- Aww, me llena de orgullo que me consideres como tal - sonrió poniéndose la mano en el pecho.

/////

Los cuatro esperaron las pruebas de la paciente.

- Increíble - dijo Shepherd al ver que las chicas tenían razón - ínfimo pero existe. Bajo la arapnoides. Tiene un derrame cerebral.

Las chicas se miraron aliviadas.

- Podría haber vivido siempre sin que le molestara - dijo Shepherd - un golpe en el sitio y...

- Explota - terminó Sarah.

- Exacto, hay que arreglarlo - contestó Shepherd, las miró a las tres - ha sido un gran trabajo, me encantaría besaros pero tengo que hablar con los padres - miró a la enfermera que estaba en recepción - el informe de Katie Bryce.

- Tenga - se lo dió.

- Doctor - se adelantó Cristina - dijo que escogería a alguien para ayudarle si lo descubríamos.

- Sí, claro, emm... - las miró - no puedo escoger a las tres. No cabríamos; Meredith vendrás tú.

Cristina y Sarah la miraron para que dijera que ella no quería entrar al quirófano, pero se quedó callada.

- Gracias - Shepherd se llevó el informe y se fue a hablar con los padres.

Sarah observó cómo se iba y luego a Meredith. Cristina se marchó enfadada y Meredith miró a Sarah.

- Tú misma nos dijiste que no querías entrar a quirófano con él - negó Sarah marchándose también.

////

Sarah se tumbó en la camilla junto a Izzie que estaba al lado de Cristina. La rubia se inclinó hacia delante queriendo decir algo.

- Izzie - la paró Cristina.

Izzie no dijo nada y se volvió a reclinar en la silla.

- Quizá Meredith no...

- ¡Izzie! - la miró Cristina.

Las tres vieron a Meredith acercarse.

- Le diré que e cambiado de opinión...

- No, no nos hagas favores, estamos bien - contestó Cristina.

- Deberías haber dicho algo cuando era el momento - dijo Sarah cerrando los ojos cuando Izzie le hizo caricias en la cabeza - ahora es tarde.

- Chicas...

- No has actuado bien - siguió Cristina - no me pidas que te dé la absolución. Si quieres trepar, hazlo.

- Yo no soy...

- Sí que lo eres, pero eso te hace sentir mal por dentro - siguió Cristina - jodete, no me eligen porque no me acosté con el jefe, y no entré en la facultad porque mi madre fuera famosa. Algunos tenemos que luchar mucho.

Meredith se dió la vuelta y se marchó enfadada.

- Guarda tus garras, gata salvaje - rió Sarah a Cristina, ésta le levantó el dedo del medio.

/////

Sarah estaba con unos informes cuando vio al Dr. Whebber hablar con Karev. Al parecer quería que le dijera de memoria las causas de la fiebre posoperatoria, pero no parecía recordarlo.

- ¿Alguien puede decirme las causas de la fiebre posoperatoria? - alzó la voz Whebber.

- Pulmones, infección, coágulos y antibióticos - dijo Sarah llamando su atención - pica es el acrónimo. Casi siempre es por derrame pleural o neumonía. Neumonía es lo normal si no tienes tiempo de hacer pruebas.

Whebber miró a Karev y después a Sarah.

- ¿Qué le ocurre a la 4b?

- Lacem, coágulos - respondió ella - es la candidata perfecta para una embolia pulmonar.

- ¿Qué recomiendas?

- TC espiral, radiografía de tórax, suministrarle una dosis de eparina y un filtro de vena cava inferior.

- Haz lo que te ha dicho - dijo Whebber mirando a Karev - y dile a tu residente que no te quiero en ese caso - se acercó a ella - me enorgullece tener a alguien como tú aquí. Bienvenida al juego - y se marchó.

- Qué cosas,¿No? Hace poco trataste mal a Lisa - miró a la enfermera y luego a Karev - porque según tú tenía que hacer cuatro años para que te dijera el diagnóstico correcto y ahora, ¿qué pasó, se te olvidaron esos cuatro años? - dijo burlona - me encanta el karma - volvió a mirar a Lisa - ¿A tí, no?

- Sí, Dra. Barton - le sonrió Lisa.

- Aunque a sido divertido verte quedar mal - dejó el informe en la mesa - tengo otras cosas más importantes que hacer. ¡Adiós engendro del diablo!

////

Sarah vio desde la galería como preparaban a Katie. Comenzaron a esparcirle el Betadine por el lado derecho de la cabeza.

- Hola a todos, es una bonita noche para salvar vidas - oyó decir a Shepherd - divirtamonos.

- Ya quisiera yo divertirme - dijo Sarah - es fascinante.

Cristina la vio y supo que profesión eligiría.

- Neurología.

- ¿Qué? - dijo sin dejar de observar lo que hacía Shepherd.

- Esa es la profesión que quieres elegir, ¿No?

- ¿Tanto se nota?

- Solo hay que mirarte - respondió - no quitas la mirada de la operación aunque te esté hablando.

- Sí, y por eso deseaba tanto está cirujía.

- Dios, a quién hay que matar para conseguir una cirujía - se frustró Cristina.

- Matar no. Solo herirlo de gravedad - sonrió Sarah al recordar una película que le obligaron a ver Cooper y Lila un día.

////

- El amor de mi vida es la neurología - dijo Sarah abriendo la puerta junto a Cristina.

Las dos pararon al ver a Meredith sentada.

- ¿Qué tal todo? - le dijo Cristina.

- Bien.

Cristina se sentó suspirando mientras Sarah apoyaba la cabeza en el hombro de Meredith.

- ¿No tendriamos que hacer eso de yo te digo algo, tú me dices algo y alguien llora y llega ese momento en el que...

- Sí.

- Bien.

- La gata salvaje tiene razón - dijo Sarah.

- ¿Qué? - se confundió Meredith.

- Es el apodo de Cristina - sonrió - y el tuyo es Sra. McDreamy.

- ¡Ni se te ocurra!

- Pero si es genial - rió Sarah - dormid un poco, estáis fatal.

- Estamos mejor que tú - contestó Cristina.

- ¡Ja! Eso es imposible - se levantó - soy más joven y aguanto mucho más.

Al irse oyó a Cristina contarle a Meredith como las enfermeras hablaban sobre Sarah ridiculizando a Álex.

Cogió el móvil e hizo una llamada.

- Mamá, no te vas a creer todo lo que he hecho en éstas cuarenta y ocho horas. Han sido alucinantes....¿Y mis hermanos? ¿Cómo está Nathaniel, ese bebé hermoso? Todavía no e entrado a quirófano, pero no importa, los compañeros son geniales, estoy tan feliz....

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