7 - Una pelea de reconciliación
Los nervios de Kagome estaban a flor de piel, y todo por culpa del caballero de Cisne quien la había dejado de esa manera. Que algo así pasara estando en Japón no estaba en sus planes, aunque pensándolo bien, el participar de un torneo de luchas tampoco lo estaba. Se suponía que sería un tranquilo viaje para acompañar a su amigo, pero el mundo se encargaba de mostrarle lo contrario. Se sentía muy decepcionada de ella misma, ¿Cómo es que cayó tan bajo? Está era la segunda vez que se dejaba persuadir, a este paso sus problemas se harían el doble de grandes.
—Soy tan estúpida...—murmuró—. No debí venir en un principio—se quejo mientras miraba el techo de su habitación.
Hasta hace unas horas se había dedicado a entrenar con Shun, hecho que se estaba haciendo cada vez más recurrente. Le gustaba pasar tiempo con el caballero de Andrómeda, era alguien bastante amigable y la trataba con respeto. Pero, ni siquiera estar con el la hacía olvidarse de lo ocurrido con Cisne, y ni siquiera tenía el valor de comentarle lo ocurrido para que el la ayudara a saber cómo proseguir.
—Mi hermano debe estar preocupado...—suspiro con pesadez, girando en la cama de un lado al otro—Yo debía volver a hace días—coloco la almohada sobre su cara, ahogando un grito—. ¡Estaré castigada de por vida cuando regrese...!—se quejo.
Realmente no sabía que hacer, no podía amar a ese chico, ni siquiera lo conocía. Lastimosamente, la segunda opción era matarlo, y ella no tenía el valor suficiente como para realizar tal acto. Lo que había pasado fue un accidente, ¿Verdad? Hyoga no se arriesgaría a estar atado de esa manera a una amazona, ¿Verdad?
Esas eran las incógnitas que volaban por la mente de Kagome. Quizás debería pedirle un consejo a alguien más aparte de Shun, ¿Pero a quién? El resto de caballeros seguro no lo entenderían, y mucho menos la señorita Kido. Si tan solo estuviera en el santuario, probablemente Marín o alguna otra amazona, le diría que lo matará, al menos sabrian mejor como aconsejarla.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando tocaron la puerta. Se levantó de la cama, y se colocó nuevamente su máscara antes de abrir la puerta. Ahí estaba una de las sirvientas, que trabajaban en la mansión. Ella le comunicó que debía prepararse, pues pronto tendrían que ir al coliseo para continuar con el desafío Galáctico.
( . . . )
Pronto llegaron al Coliseo, nuevamente todo el lugar estaba repleto de gente ansiosa por ver los combates.
La amazona se encontraba algo perdida, por andar pensando en su situación con Hyoga. Asique no estuvo muy pendiente cuando anunciaban los combates que se darían ese día , solo le tocaba esperar a que los llamarán.
Sintió una mirada sobre ella, de hecho varias miradas. Por un momento pensó que era del público, pero no era así. Todos los caballeros ma estaban mirando.
—¿Acaso salí sin mi máscara?—preguntó algo molesta e incómoda—¿O cuál es el motivo para que me miren así?
—Kagome, ¿Acaso no te has dado cuenta todavía?—dijo Shun algo angustiado.
—¿Darme cuenta de qué...?—ladeo la cabeza con un poco de nervios.
—Tu eres la que luchará en esta ronda...—respondió Jabu sin mirarla, además estaba cruzado de brazos.
—Oh...—hizo una pausa—Eso no es realmente un problema—suspiro, pensó que era algo realmente importante.
—Si...lucharas contra mi—dijo el caballero de pegaso con seriedad.
Eso fue como un balde de agua fria, ¿Pelear contra Seiya? ¿¡Acaso era una broma!? ¿Estaba soñando...? No sabía que decir, pero no le quedaba de otra más que aceptarlo. Esto iba a ocurrir tarde o temprano, y evitar lo inevitable es imposible hasta para los caballeros de Athena.
( . . . )
Ambos guerreros estaban ya sobre la arena, de frente a frente, esperando a la señal de inicio de su pelea. Kagome no podía negarlo, estaba nerviosa pero no le quedaba de otra que pelear contra el pegaso.
Apenas la campana sonó, Seiya se aproximo a ella con gran velocidad y le proporciono un fuerte golpe en el rostro. La chica fue impulsada hacia atrás, pero solo retrocedió, en ningún momento calló al suelo por lo que recuperó rápidamente el equilibrio. De un movimiento rápido, la chica se aproximo a él y le dió un puntapié en el mentón.
La pelea continuo de esa manera, golpe tras golpe. El público ya empezaba a aburrirse, pues los anteriores combates habían sido más emocionantes.
—Apesar de que Seiya le tiene algo de resentimiento...—dijo Jabu con seriedad—Ni el, ni Kagome quieren dañarse...
—Por más de que sean amigos, deben luchar como se debe—mensiono el azabache, mientras se cruza se de brazos.
Seiya empezó a notar este comportamiento, frunció el ceño levemente molesto. No planeaba perder, haría todo lo posible por encontrar a su hermana. Incluso tener que derrotar a su mejor amiga, daría todo de si.
Su cosmos se encendío y se movió rápido, tomándola por atrás. Kagome se puso nerviosa, la atrapó por descuido de guardía. Seiya dió un potente salto y hizo que dieran vueltas en el aire.
Iban a estrellarse contra el suelo, pero Seiya la soltó para caer bien y ella golpeó fuertemente el suelo. Soltó un quejido y trato de levantarse, pero apenas apoyo sus manos en el suelo recibió una patada en el rostro, que la lanzó hacia atrás. Rodó por el suelo, pero luego freno en seco raspando las zonas de su piel no cubiertas por la armadura.
Con difícultad se puso nuevamente de pie, con las piernas temblando como gelatina.
Estaba jadeando, le dolía todo su cuerpo, incluso su máscara se había quebrado un poco debido a la patada.
No le quedaba de otra que ir enserio, tampoco podía estar comprometida por las leyes de la máscara con otro caballero.
—Vamos, debes ganar Seiya...—se ánimo así mismo—. ¡Meteoros de Pegaso!
Los golpes dieron en distintas zonas de su cuerpo, soltó un grito de dolor. Pero tuvo que aguantar y desifrar el patrón de los golpes.
—¡Eso es!—penso la chica.
Rápidamente empezó a esquivar los meteoros, acercandose lentamente al castaño. Con su cuerpo clamando de dolor, dió un potente salto y atacó una patada con su talón. El público nuevamente empezó a aclamar, la pelea estaba empezando a ponerse interesante, como lo fueron las anteriores.
—Veo que ahora sí lucharas enserio—dijo Pegaso con seriedad.
—Ni creas que te dejaré ganar, Pegaso—fruncio el ceño bajo su máscara.
Kagome dió un salto hacia atrás, para tener distancia entre ambos. Elevó su cosmos, y trazo las estrellas de su constelación.
—¡Las garras del lobo!—en sus manos se formaron unas especies de garras, hechas de su cosmos.
Empezó a atacar con ellas como si fueran dagas. Seiya empezó a esquivar formando una mueca en su rostro, la chica se había echo muy rápida y esquivar los golpes se hacía muy dificil. Gracias a un movimiento rápido, Kagome logró golpearlo en el pecho dejando marcas de arañazos en el peto de la armadura.
Seiya retrocedió adolorido, esto se le estaba complicando bastante. Ambos se miraron con enojó y se lanzaron atacar, los dos se dieron un fuerte puñetazo en el rostro y dieron un paso hacia atrás.
Sus cuerpos temblaban, era obvio que uno de los dos caería al suelo desmayado y coronaria como ganador al otro. La vista de Kagome empezó a nublarse, pero debía mantenerse en pie.
( . . . )
Se despertó exaltada observando atentamente el lugar en donde estaba, el cual se trataba de un hospital, ¿Cómo llego ahí?
—Hasta que despertaste...—hablo una voz femenina.
—¿Señorita Saori?—dijo confundida—. ¿Qué pasó? ¿Quién ganó?
—Tu... aunque, ambos se desmayaron al mismo tiempo...—explico cruzándose de brazos Seiya dijo que te dejarán a ti como ganadora.
—¿Qué...?—fue lo único que pudo pronunciar.
( . . . )
Estuvo pensativa un rato largo, ¿Seiya de verdad hizo eso? Pero el era muy orgulloso como para hacer eso, entonces ¿Por qué que le cedió el puesto? El ruido de la puerta abriéndose la distrajo de sus pensamientos. Llevo su mirar hacia la puerta, ahí estaba parado el caballero de Pegaso.
—Seiya, ¿Qué haces aquí?—pregunto algo sorprendída.
Cuando menos se lo esperó, el chico extendió sus brazos para abrazarla con fuerza y algo de cariño. La chica estába en shock, pero poco a poco fue correspondiendo el abrazo.
—Kagome lo siento...—murmuro con arrepentimiento— Soy un mal amigo...
—No lo eres...—susurro—. Tu solo querías cuidarme, si alguien aquí es una mala amiga, esa soy yo...
Ambos se quedaron abrazados un rato largo, realmente necesitaban disculparse el uno con el otro. Estar varias semanas sin hablarse fue muy sofocante para ambos.
—¿Me dirás qué ocurre?—pregunto Seiya.
—Si, pero ahora no—el chico frunció el ceño ligeramente—Debes esperar al fin del torneo...—respondio—cuando eso sea, te diré toda la verdad...
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Se que dije que la cancelaría pero tengo dos capítulos más ya escritos. Se que quizás nadie Lea esto, pero ni modo
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