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58 - Misión en Solitario

God Poseidón Arc

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El Santuario, la sede sagrada de los caballeros al servicio de la Diosa Athena, había atravesado una de las más grandes guerras internas en la historia. Hace dos meses, los caballeros de bronce libraron feroces batallas contra los santos de oro que custodiaban los doce templos zodiacales, con el fin de derrotar al Gran Patriarca impostor que buscaba asesinar a la reencarnación de Athena, Saori Kido.

Tras revelar que el impostor era nada más y nada menos que Saga de Géminis, la paz había regresado a los dominios de la Diosa de la sabiduría. Los seis guerreros que lucharon al lado de Saori, retomaron la rutina diaria que tenían antes de enlistarse en el Torneo Galáctico, y en esos dos meses no se habían visto.

( . . . )

En el coliseo se daba un pequeño enfrentamiento entre dos mujeres, una de cabellos miel ondulados y la otra de despeinados cabellos verdes. Lo único similar entre ellas era el uso de una máscara de metal.

—¡Atacamé!—exigió con ferocidad la de hebras verdes—¡No puedes solo hacer truquitos!

Su contrincante solo esquivaba cada patada o puño que iba hacia ella, ya sea haciendo una acrobacia o desviandolo con sus manos.

—Bueno, ya que insistes...—murmuro la chica, sonriendo de costado debajo de su máscara.

Esquivo un golpe más a una gran velocidad apoyando sus manos en el suelo y levantando su peso, haciendo así una vertical. De inmediato le dió una patada con su pierna izquierda y posteriormente repitió la acción con la derecha. La mujer grito de dolor y cayó de espaldas al suelo, dándole la oportunidad a la otra de reincorporarse, apurandose en apoyar su pie en su pecho para evitar que se levantará.

—Creo que gane, Shaina—rio levemente, provocando un gruñido en la mencionada. Apartó su pie y le extendió su mano para ayudarla, sin embargo la amazona solo la apartó de un manotazo y se levantó sola—De nada—bufó cruzándose de brazos, mirando como Shaina se perdía en la multitud

—No estuvo mal—habló una voz a sus espaldas, captando la atención de la fémina—Pero Shaina tiene razón en que no puedes hacer solo truquitos.

—¿No fuiste tú el que me dijo que probará estilos nuevos?—llevo sus manos detrás de sus caderas—. Eso hago y, en mi defensa, me hice más rápida y ágil desde entonces...

—Kagome, no debes confiarte tanto—sonrio el de piel canela antes de despeinarla—. Además, después de enfrentarte a los santos de oro, Shaina no implica un desafío para tí.

Tras decir eso comenzó a caminar hacia la salida del coliseo, suponiendo que su hermanita iba a seguirlo. Kagome gruñio y corrió un poco para alcanzarle, argumentando que Shaina aún era un fiero oponente pese al historial que ahora ella tenía. Claro que Aioria no le creyó del todo, pues sabía que la única razón por la que Kagome permanecía al lado de Shaina era por una promesa y no por una amistad.

—¿Y a dónde vamos?—pregunto la chica después de varios minutos, cambiando por fin el tema de conversación.

—Entrenaras conmigo y Milo, ¿Te parece bien?—respondió Aioria mirándola sobre su hombro. Inmediatamente el lenguaje corporal de su hermana cambio, se enderezó y comenzó a caminar delante de él para llegar más rápido.

—¡Date prisa! Más que león pareces una tortuga—dijo intentando inútilmente de ocultar su emoción.

—¿Qué le ven las mujeres a ese bicho...?—se pregunto así mismo soltando un suspiro frustrado.

Por supuesto que sabía que a su hermanita le gustaba Milo, ella no sabía disimular muy bien y, pese a todo, no le molestaba que fuera así. Conocía al caballero de Escorpio, quizás era bastante ojo alegre pero no miraba a las menores de dieciocho, mucho menos si era la hermana de uno de sus compañeros, (al menos eso quería creer). Solo era un enamoramiento pasajero por el que pasaba todo adolescente, pues solo le gustaba por ser guapo. El mismo pasó por eso a su edad.
Lo que si le molestaba, eran los chicos de la edad de Kagome, chicos que claramente le coqueteaban y buscaban algo más que una amistad. ¿El grupo de amigos de Kagome entraba en esa listas de pretendientes? No, al menos no lo parecía por varios de ellos.

Kagome le contó que Shiryu tenía una novia, que Shun parecía gustar de una ex-compañera de entrenamiento y que por último, su mejor amigo Seiya tenía cierta tensión con Athena. Aunque pensándolo bien, esto último no era tan conveniente...

Bah, que más da, mientras no sea Kagome que se ilusione de cualquier otra.
Solo tenía que preocuparse por dos, ¿Verdad?

Quizás estaba siendo sobreprotector pero conocía a los hombres, no dejaría que ninguno le partiera el corazón. Ningún chico era digno de su princesita, asique le tocaba espantar a todos.

—AIORIA—gritó la menor en su oído sacándolo de sus pensamientos. El mayor dió un brinco hacia atrás levantando los puños.

No había ningún enemigo, solo una mocosa que se le reía en la cara por su reacción.

—¿¡Qué demonios te pasa!?—exclamó molesto—¡Me vas a matar de un infarto!—la menor dejo de reir y se puso "sería".

—No, me ofende que pienses así de mí...—le dió la espalda molesta y un silencio abundó entre ellos. Aioria relajo sus facciones y abrió los labios para preguntarle qué ocurría, sin embargo, ella hablo antes—Yo me esperaría a que hagas el testamento antes de matarte —sonrio burlona.

—¡Niñita del demonio!—el rostro del adulto se puso rojo por el enojo y comenzó a correr detrás de ella para atraparla.

Kagome salió corriendo a una gran velocidad, levantando algo de tierra en el proceso. Aioria la hubiese alcanzado sino hubiese sido porque ella se escondió detrás de Milo, quien inmediatamente le hizo burlas.

—No puedo creer que una niña te altere tanto—dijo entre carcajadas el escorpiano.

—Ay, tu no lo entiendes—contesto el de ojos verdes ciñendo los puños—A ti no te gritaron en el oido—bajo un poco el tono de voz, bastante avergonzado y eso hizo que Milo riera más.

Kagome por otro lado se levantó la máscara y le saco la lengua a su hermano mayor, logrando que su rostro nuevamente se pusiera rojo. La chica volvió a colocarsela rápido cuando el de hebras azules giro para verla.

—Enana me hiciste el día —sonrio galante y ambos chocaron los puños.

—Fue un placer —rio divertida.

Tras esa situación cómica, los tres comenzaron a entrenar. Tal y como dijo Aioria, el entrenamiento fue más complicados con ellos que con Shaina. Eran más rápidos y precisos con sus golpes, no importaba que ya hubiese peleado contra ellos, enfrentarlos era todo un reto.

Varias veces Milo la acorraló con la aguja escarlata, y la velocidad de Aioria seguía siendo impecable. Sin embargo, ella ya no estaba tan indefensa como antes, había adquirido una gran experiencia en su anterior aventura, dándole la posibilidad de golpearlos en varias ocasiones además de lograr sostener los enfrentamiento por más tiempo. Sin dudas, si refinaba aún más sus técnicas de combate estaría a su nivel.

Pronto las horas pasaron y el atardecer llegaría en unos cuántos minutos.

—Uff ya estoy cansada—se quejo la chica recostandose en el césped —¿Me puedo sacar la máscara?

—No—respondieron al unisono, logrando que la chica soltará otro quejido pero no siguió insistiendo.

—Te mal acostumbraste a no llevarla—recriminó el escorpió llevándose una manzana a la boca—. Aún estás obligada a usarla, porque sigues siendo una amazona al servicio de Athena.

—Milo tiene razón—dijo Aioria secándose el sudor con un trozo de tela viejo—. Conocés las leyes, no puedes dejarlas de lado—la miro de reojo —Aunque conmigo a veces se te "olvida"—pensó el muchacho, recordando como ella en ocasiones se sacaba la máscara en su alrededor, cosa que antes de viajar a Japón no hacía.

—Cuando se me rompió en el Torneo Galáctico, no tenía como reemplazarla—explicó pasando sus manos detrás de su cabeza—. Estuve varios meses fuera del santuario, nadie tenía problemas con que no la usará, ni siquiera Athena...—en su voz se noto un poco la nostalgia .

No lo decía en voz alta pero extrañaba sus días en Japón. Ignorando el hecho de que transitaban una guerra interna, disfrutó de aquellas vivencias con los caballeros de bronce. Por prima vez tenía más de un amigo, tenía con quien compartir diferentes sentimientos y obtener muchos puntos de vista. Los extrañaba, no se compartían tantas cartas como le gustaría, vivían muy lejos y tardaban mucho en llegar. Era realmente frustrante. Además, Saori se fue del santuario hace un mes para retomar su lugar como la dueña de la fundación Graad. Prácticamente se quedó sola en el santuario, porque no tiene permitido irse del santuario.

( . . . )

La noche había caído pero ella no podía dormir plácidamente. Se removía en la cama, sudando como si estuviera corriendo una maratón. Eran muchas imágenes rápidas y confusas, pero sentía frío y había mucha pero mucha agua, caía y caía hacia un fondo oscuro.

Un risa macabra resonaba en su cabeza, intensificando la taquicardia en su pecho. Una mirada esmeralda atravesó su cabeza, destilaba maldad pero en el fondo también...tristeza y soledad.
Eso hizo que despertara de golpe, tosiendo como si se hubiese estado ahogando pero no estaba en el fondo del mar, estaba recostada en su cama, en su cabaña, sola.

Giro su cabeza hacia su ventana, el sol aún no salía.

—¿Qué habrá sido eso? —se pregunto así misma.

Se levantó de la cama y se acercó al espejo, observando sus facciones. Estaba cansada, se notaba en sus ojeras y el sudor era palpable. Se miro el cabello mojado, aún seguía corto pero iba creciendo poco a poco, esperaba tenerlo largo pronto.
Pensó en Seiya y los demás, ¿Cómo estarán? ¿También sufrían pesadillas? Movió la cabeza de un lado al otro para apartar esos pensamientos, seguir así no le haría ningún bien.

Suspiro y volvió a recostarse, esperando volver a dormir pero está vez soñar con algo más bonito. Acarició el collar de su cuello y sus pensamientos fueron directo a Aioros, pensar en el la hacía sentirse calmada. Sonrió levemente y cerró sus ojos, cayendo en los brazos de Morfeo nuevamente. Aunque fue por unas dos horas solamente, pues pronto tuvo que levantarse temprano porque pidieron su asistencia en el templo principal.

—¿Solicitaron mi presencia? —se arrodilló ante los cinco caballeros dorados.

—Levantate Kagome, estamos en confianza —dijo Milo y recibió una mirada regañadora por parte de los demás.

La chica sonrió bajo sus labios y se puso de pie, mirando a los hombres atentamente esperando a que le dieran su orden.

—Athena nos mandó un comunicado —empezó Mü con su natural calma—. Asistirá a una importante fiesta lejos de la ciudad donde se ospeda—la muchacha solo asintió.

—Como sabrás, tenemos caballeros de bronce cuidando de ella en ese lugar—comento Aldebarán cruzándose de brazos—. Pero me temo que en otra ciudad y más encima una fiesta, sería...demasiado llamativo si van los cinco caballeros que la custodian.

—El maestro Dohko no solicito ser su acompañante para asegurar su seguridad —retomó Mü— Pero tampoco sería apropiado que alguno de nosostros abandone su puesto, sobre todo si tenemos en cuenta que somos menos—los demás hicieron una mueca pero ella se mantuvo neutral—. Por eso consideramos que lo mejor es que seas tu quien la acompañe...

—¿¡Yo!?—repitió asombrada, ser la única cuidadora de Athena era una misión muy importante.

—Has progresado bastante en tu entrenamiento, además, eres muy cercana a la señorita Athena seguro estará más cómoda con tu presencia—intervino Aioria mirándola con seriedad—. Será una misión de alto rango, deberás estar prepara para lo que sea...

—Tampoco lo digas con tanta seriedad, es una fiesta de cumpleaños, ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Qué Athena se le derrame jugo encima?—dijo Milo, buscando aligerar el ambiente.

Mü frunció las cejas por un momento y luego suspiro, relajando sus hombros antes de volver a mirar a la adolescente.

—¿Estás dispuesta a hacerlo?—pregunto pero realmente no tenía opciones.

—Es un honor que me hayan elegido, haré mi mayor esfuerzo —hizo una reverencia ante ellos antes de abandonar la habitación.

Casi no tenía tiempo de alistarse, tenía que irse de inmediato y apenas tenía tiempo de armarse una mochila con lo necesario. Una vez tuvo todo listo, debía irse al puerto dónde abordaría un barco para viajar a Japón. Estaba muy nerviosa, todo estaba siendo muy repentino.

—Ten mucho cuidado con lo que haces —advirtió su hermano mientras acariciaba sus hombros—. No le causes problemas a la señorita, recuerda protegerla y traerla a salvó a su mansión—la miro a los ojos con seriedad, manteniendo el contacto contra aquella figura de metal— ¡Y nada de chicos!—sonrio de costado

—¡Que manera de matar el ambiente!—recrimino ella golpeando su abdomen, pero no fue la gran cosa para el—. Voy a hacer de guardaespaldas a una fiesta de cumpleaños, no es la gran cosa —se encogió de hombros—Y tampoco tengo tanto levanté—añadió.

—Solo cuídate, ¿Si?—acarició su cabeza antes de apartarse para que ella subiera el barco

La chica subio las escaleras y cuando ya se encontraba en la popa, giro sobre su eje para saludarlo con la mano. Está era su primera misión desde que se volvió amazona, puesto que se pasó medio año fuera del santuario siendo considerada una traidora.

La última vez que se marchó sus planes dieron un giro inesperado, por lo que no volvió a los días como había prometido. Mas está vez se iba a una misión oficial, en la que tenía un plazo de tiempo estipulado, está vez si volvería al santuario en el día acordado.

Solo era una fiesta de un rico....

Nada podría salir mal...

¿Verdad...?

🌸🌸🌸

ARRANCAMOS CON EL SEGUNDO ARCO 🔱

Cómo ya es obvio, en la encuesta ganó la adaptación del arco de Poseidón. Capaz luego de esto me animo a hacer un mini arco original... O no.

¿Les gustó el inicio?

Cambiando el tema, me puse a ver cosas y la edad de los protas ya no me encaja con la línea del tiempo que arme.
Cómo saben, yo en varias ocasiones dije que la guerra interna duró meses, entre el Torneo Galáctico, los ataques de los caballeros de plata y las doce casas y, como podrán ver, pasaron dos meses de todo eso para que fuera más orgánico... asique estás son las aclaraciones.

Según lo que busque, Julián Solo cumple el 21 de Marzo osea que todo Poseidón transcurre en ese mes y/o principios de Abril (tengo que volver a verlo para saber que ondis).

Eso significa que Kagome cumplió 15 años, ya que ella nació el 17 de Enero. Al igual que los otros que ya tienen un añito más...

Quedaría entonces:

Seiya: 14 años
Shun: 14 años
Saori: 14 años
Hyoga: 15 años
Kagome: 15 años
Shiryu: 15 años
Ikki: 16 años

De mayor a menor pq si.

Por cierto, reescribo los primeros caps para corregir algunos errores ortográficos

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