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44 - Quien ruge más fuerte

Si había algo de lo que Marín nunca dudo, era sin dudas el inmenso amor que el caballero de Leo sentía por su hermanita.
Incluso si era muy joven para criar a una niña, hizo su mayor esfuerzo en su misión de ser un papá para ella.

Todavía recordaba el día en el que tocó la puerta de su cabaña, buscando un consejo de su parte. La pequeña Kagome se quejaba de llevar el cabello desordenado, asique el se propuso aprender a peinarla.
Ni siquiera en los entrenamientos se le veía tan concentrado, era delicado al cepillar o trenzar los mechones.

Sin dudas, el era un ejemplo de hombre.
Por eso, cuando le dijeron que Aioria luchaba contra su hermana en el quinto templo, no pudo creerlo. Leo jamás sería capaz de acabar con su vida, algo malo estaba pasando.

( . . . )

Aioria evito hábilmente la patada de su hermana, utilizando su antebrazo para ello. Solo hizo un movimiento con su extremidad logro lanzar a la chica lejos, estrellandola contra uno de los pilares del templo. El impacto fue tal que la estructura de mármol se quebró a la mitad. Kagome se retorcío de dolor y cayó al suelo de rodillas, apoyando sus manos en el piso para tener un poco de estabilidad. Su pecho subia y bajaba, probablemente se le rompieron un par de costillas con el fuerte impacto que recibió.

El hombre comenzó a avanzar lento hacia ella, mirándola con cólera. Fue por culpa de ella que una de sus presas se escapó, ahora no podría disfrutar del placer acabar con su vida, al menos no como correspondía. Sin embargo, era probable que el caballero de Pegaso no sería capaz de vencer a Shaka y pasar del sexto templo.

Levantó la mirada al sentir los pasos metálicos cada vez más fuertes. Apretó los dientes y tambaleante se incorporó de nuevo, poniendose en guardia casi al instante.
Sino se mantenía calmada el caballero acabaría con ella en un abrir y cerrar de ojos.

—Es inútil, no vas a conseguir siquiera hacerme cosquillas—advirtió el hombre.

—Apenas estoy comenzando —sonrio en respuesta. La verdad es que le dolía todo el cuerpo, no sabía que tanto podría aguantar sin despertar el séptimo sentido.

Aioria no respondió nada, solo lanzo un fuerte golpe hacia ella a la velocidad de la luz. Nuevamente no fue capaz de prevenirlo, sus movimientos a la velocidad del sonido eran inferiores a comparación de los de su hermano.
Rodó por el suelo, sus heridas ardían como si la hubiesen bañado en alcohol. Los gemidos de dolor parecían música para su enemigo.

Kagome indago en su memoria, su batalla contra los caballeros negros se hizo presente. En ese entonces, Aioria le enseño a canalizar su cosmos por su cuerpo, y asi curar parcialmente sus heridas. Se concentro lo suficiente, intentando no olvidarse ningún detalle de la explicación dada por su hermano. Cuando el ardor se disipó sintió un breve alivio, uno que no duró lo suficiente.
Una patada fue directo hacia la femina, con la intención de impedir que se levantará de nuevo. De inmediato la amazona moldeo su cosmos, y uso su técnica "Garras de lobo" para bloquear el golpe. Por supuesto que el impulso hizo que se moviera de su lugar.

Tengo que intentar seguirle pasó—pensó la chica con una mueca en su rostro.

Elevó su cosmos lo más alto que pudo, tenía comenzar a atacar con sus técnicas más poderosas. Usar sus ataques físicos sin dudas no era la idea más sensata, lo más seguro, es que no sería capaz de hacerle siquiera un rasguño pequeño.

—¡Ráfaga de garras!—exclamó.

Aioria solo la miro sin reacción alguna, tan solo uso una onda de cosmos para pulverizar su ataque. La amazona frunció el ceño pero utilizó esa pequeña distracción, pateó uno de los escombros hacia él. Claro que el hombre lo atrapó al instante, apenas entró en contacto con sus manos se hizo añicos.

—Es inu- —abrio los ojos para juzgar a la muchacha, pero ella no se encontraba frente a él. De inmediato sintió un cosmos fuerte detrás suyo. Volteó de inmediato, aunque por un momento sintió que todo iba en cámara lenta.

—¡Garras de lobo!—su cosmos se moldeo y ella lanzó su primer zarpazo, así uno tras otro.

El hombre retrocedía mientras ella atacaba, no lograba arañarlo a él, no podía decir lo mismo de su capa blanca está termino completamente rasgada.
Tenía que sacarsela de encima de inmediato, claro que un par de golpes más la mandarían al infierno.

—¡Plasma relámpago!—contrataco.

Kagome espero ese golpe, sin embargo no hizo nada para prevenirlo. Ella salió volando, mientras los rayos provocaron un sangrado en todo su cuerpo. Trato de no cerrar sus ojos pese al dolor, solo intento memorizar la dirección que tomaban cada uno de los relámpagos. Nuevamente se estrelló contra un pilar, soltando un grito de dolor ante el impacto y cayó al suelo adolorida.

Trato de levantarse pero el hombre la atacó con diversas patadas en su abdomen. Comenzó a escupir sangre, y casi podía oír sus huesos crujir, probablemente se le quebrarian un par de costillas más a este paso. Otra patada más hizo que rodará por el suelo.
El peto de su armadura comenzaba agrietarse, al igual que las hombreras que parecían apunto de quebrarse.
Apoyó sus manos en el suelo, comenzando a levantarse de a poco. Era como si le estuvieran clavando mil cuchillos, uno seguido tras otro.

—Mandale un saludo al traidor de Aioros, seguro ambos arderán en el infierno.

—A-aioros...—se puso completamente de pie— ¡No es un traidor! —su cosmos se encendió de inmediato, lo elevaba como nunca lo había hecho.

—¡Si lo fué!—respondio furioso, pero sintió nuevamente una fuerte migraña —. E-el me dejo...t-tu me dejaste...—sostuvo su cabeza— ¡Ya no los concidero mis hermanos! ¡Los odio!

Ella se quedó mirándolo, sus ojos se llenaron de lágrimas pero trato de contenerse. Había algo raro con el, después de lo ocurrido en el hospital, no creyó que volvería a oírle decir eso.

De nuevo Aioria uso su Plasma relámpago, pero está vez ella estaba preparada. Con su cosmos rozando el séptimo sentido, decidió atravesar su ataque. Memorizaba los lugares donde los rayos caerían, incluso si se movían a la velocidad de la luz lograba verlos.

Termino frente a frente con el, y de inmediato lanzo un puntapié directo a su rostro. El hombre se quedó paralizado al recibír el golpe, cayendo al suelo por la fuerza que la amazona aplicó.
Kagome aterrizó en el suelo, respiraba agitadamente, el sudor bajaba por su frente y mejillas, incluso su cabello comenzaba a obstruirle la vista de lo despeinado que estaba. Sin embargo, no apartó su mirada de él en ningún momento.

—Mi hermano...no fue ningún traidor—setencio con firmeza.

Tras esas palabras el hombre se puso de pie, su cosmos ardía como una llamarada.
Kagome se puso en guardia, pero hubo algo que hizo helar su sangre.
La mirada verdosa y amable de su hermano ya no existía, ahora era una carmín que lo hacía ver como un demonio.

¿Pero qué...?—pensó.

Notó como Aioria cerro su puño con fuerza, de este comenzaron a brotar las chispas de color dorado.
Kagome sabía que no sería capaz de esquivarlo una vez más, no le quedaba de otra que contratacar. Encendió nuevamente sus cosmos, de inmediato su puño fue rodeado por pequeños y luminosos rayos.

—¡Plasmas relámpago!—dijeron al mismo tiempo, logrando que sus voces parecieran una sola.

Los golpes de ambos provocaron una colisión. Los dos caballeros intentaban sobrepasar al otro en potencia, ninguno daría el brazo a torcer.

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Dos años antes

Ambos hermanos se encontraban en lugar apartado del coliseo. Ahi solían ir para entrenar sin ser molestados.
Faltaba un pequeño peldaño más para que la joven asumiera su puesto como amazona. Por lo que las lecciones de Aioria se hicieron más exigentes, claro que Kagome no prestaba atención siempre a la teoría.

—Te enseñare a usar una de mis técnicas —anunció un día el castaño claro—El Plasma relámpago.

—¿Eh?—dirigio su mirada hacia el, su expresión de confusión no se notaba bajo su máscara— ¿Es necesario? Creo que puedo apañarmelas con mis propias técnicas.

El hombre solo negó con la cabeza consternado, a veces su hermana decía cosas bobas de las que se terminaba arrepintiendo. No la juzgaria, ella apenas tenía doce años en ese momento.
Él camino hasta posicionarse frente a una enorme roca, la miro fijamente antes de preparar su puño. Así, incontables rayos destruyeron la piedra hasta hacerla añicos.

Decir que la muchacha termino sorprendida era poco, lastima que su expresión no era visible.

—Supongo que no quieres ser capaz de hacer eso—sonrio ladinamente.

—¡No, no! ¡Si quiero!—respondio rápido, ocasionando una risa suave en el mayor.

—Estate atenta, porque no lo diré dos veces—advirtió, a lo que ella asíntio con la cabeza —. El Plasma relámpago es una técnica que le permite al usuario asestar puñetazos a la velocidad de la luz, con un solo puño o incluso los dos. En total son unos cien millones de golpes por segundo.

—¿¡Qué!?—lo miro perpleja— Pero...yo no puedo moverme a la velocidad de la luz como tú.

—Dejame terminar —la miro de reojo con desaprobación, luego se aclaró la garganta para seguir hablando —. Es una técnica a distancia, se emplea mediante ondas de choque al superar la barrera del sonido. La velocidad a la que te mueves.

—Ya...—comenzó a entender el punto al que él quería llegar. Si podría usar la técnica, pero la potencia no sería similar a la del caballero de Leo.

El entrenamiento para dominar la técnica del león dorado fue duro. Lo peor sin duda, fue terminar en la fuente de Athena cada vez que intentaba usarla. Su cuerpo simplemente no resistía liberar toda esa cantidad de cosmos, siempre terminaba desmayandose del cansancio.
Ni Athena debía saber cuántos años le tomaría usar el Plasma relámpago en su máxima potencia.

—Kagome, no uses el Plasma relámpago sino es necesario —pidio su hermano. Su voz y semblante mostraban una temible seriedad, mientras que en sus ojos se podía ver plasmada la preocupación —. Vas a seguir desmayandote, y si lo usas seguido solo gastarás tu cuerpo. Será una gran desventaja en batalla...por favor, no te arriesgues.

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Actualidad

Kagome sentía que se le iba a caer el brazo, su hermano estaba ganando la contienda. Podía sentir como estaba siendo arrastrada hacia atrás, por más firme que se mantuviera. Además comenzaba a sentirse cansada, por más de que hubiese estado entrenando con Hyoga, no podía usar el Plasma relámpago de manera convencional.

Pronto fue rebasada por el ataque, no le quedaba de otra más que apartarse antes de ser golpeada por ambas técnicas. Se hizo aún costado, perdiendo el equilibrio y cayendo de rodillas.

No podía dejar de jadear, se sentía mareada y su visión era borrosa. Sin embargo, no podía detenerse todavía.
Se puso de pie, elevando su cosmos de nuevo. Utilizó la técnica del caballero de Leo intentando tomarlo desapercibido, pero sabía muy bien que no podría usar la técnica de Aioria en su contra por mucho tiempo. El castaño sabía mejor que ella como prevenirla, pronto iba a usar ese conocimiento en su contra.

Con cada golpe que daban la casa de Leo se iba destruyendo más. Ahora, no solo debía esquivar el Plasma relámpago de su rival, sino que tenía que evadir los pilares y escombros que caían al suelo.

Kagome podía oír un zumbido agudo en su cabeza, no sabía cuánto más podría aguantar de esta manera. Llevaba escapando de los ataques de Aioria, pero su suerte comenzaba a acabarse.
Pudo sentir que su vista se oscureció por un momento, algo que uso el hombre a su favor.

Ni siquiera fue capaz de escuchar a su rival exclamar su técnica, solo sintió el choque del relámpago contra su cuerpo, y su espalda golpeó la pared de mármol, luego cayó de boca al suelo. Era un milagro que siguiera viva y conciente.

—Me sorprende lo perseverante que eres—hablo el castaño, manteniendo una sonrisa sádica en sus labios —Me das lastima—pateó su cuerpo como si fuera una pelota, rodandola por el suelo.

Trato de levantarse de nuevo, pero su cuerpo simplemente no respondía, estaba completamente paralizado.

—No perderé más el tiempo, acabaré contigo e iré tras Seiya—levanto su puño para darle el golpe final—. Te sacaré el corazón y lo pulverizare

¿Este era su fin? En ninguna de sus anteriores batallas se encontró en esta situación, siempre lograba encontrar un modo de sobrevivir. Estaba asustada, nunca creyó que su propio hermano seria su asesino.
Ese pensamiento resonó en su cabeza, el no se detendría, acabaría con todo aquel que se le pusiera en frente.

No puedo rendirme...—comenzó a juntar toda la fuerza que le quedaba —. Si dejo de luchar, las vidas de Shiryu y Shun correrán peligro...

Antes de que él logrará golpearla, ella logro rodar por el suelo apartándose del caballero. Frunciendo ligeramente el ceño,  se puso de rodillas ahogando un grito.
Su corazón latía con fuerza, parecía que se le iba a salir del pecho y no era capaz de dejar de jadear. Aún así, clavo sus ojos verdes sobre los carmín de su hermano

—No voy a dejar de pelear...—dijo ella con firmeza—. No te dejare acabar con la vida de mis amigos, vas a entrar en razón quieras o no...

—¿Cómo harás eso?—inclino su cabeza hacia un lado de forma arrogante—¿Acaso no eres conciente de tu estado físico? Incluso si logras despertar el séptimo sentido, vas a morir aquí.

—No, no moriré —refutó—. Logré evadir tus movimientos, planeó seguir de ese modo hasta acabar contigo.

—¿Mis movimientos?—rio de forma burlona. Kagome quizás por un milagro  logro prevenir los rayos, pero a fin de cuentas no fue suficiente para lograr golpearlo—. Solo lograste eso porque adapte mi velocidad a la tuya —le dió un fuerte golpe en su rostro a la velocidad de la luz. Por el impacto, cayó de espaldas, incluso provocó que su nariz comenzará a sangrar—. Debo admitir que me sorprende que sigas con vida, no cualquiera aguanta más de tres veces mi plasma relámpago.

El poder de los caballeros dorados era sin dudas mounstroso, no quería ni imaginarse lo duras que serían las batallas en los templos superiores. Sin despertar el séptimo sentido, los caballeros de bronce no tenían oportunidad alguna de ganar.

—Vas a lamentar el haber traicionado al santuario, ¡Hasta nunca, Kagome!—dijo con una voz profunda, listo para por fin darle el golpe de gracia. Mientras la chica usaba sus brazos para arrastrase hacia atrás, intentando inútilmente escapar del golpe.

—¡Detente, Aioria...!—se oyó una tercera voz.

🌸🌸🌸

En fin, me hicieron mierda a la niña. No hay que sacarle el crédito, porque aguanto como una campeona.

Dentro de la historia no, pero en el mundo real ya cumplió 15 añitos 🤧
Su cumpleaños fue la semana pasada, el miércoles 17 pero me olvidé XD

Asique si gente, la nena es de capricornio ¿Irónico, no?

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