4 - ¡El inicio del Torneo! ¡Ánimos Seiya!
Kagome estaba inquieta, hacia unas horas tuvo esa "plática" con la señorita Kido. El trato que ella le había propuesto, podría causarle problemas con el Santuario más adelante. Lastimosamente para la amazona, tuvo que aceptar, todo sea por conseguir la armadura de Sagitario.
—Ahora, ¿Cómo le explicaré a Aioria que me quedaré por más tiempo de lo pensado?—se preguntó así misma, soltando un suspiro pesado.
Ya estaba fuera de la mansión, estaba en busca de su amigo, aunque realmente no sabía dónde estaba. Al menos con ayuda de su cosmos podía tratar de buscarlo.
Caminaba cabizbaja, trataba de pensar que le diría a su hermano mayor, el se preocuparía si se tardaba más de la cuenta. No quería preocuparlo, ser un caballero dorado conllevaba mucha responsabilidad y no quería ser una carga para su amado hermano. Mientras caminaba, sintió como alguien saltaba sobre ella. Se exaltó y tomo a la persona, derribandola.
—A-auch—se quejo la persona en el suelo—Si que eres brusca, Kagome.
—Ah eres Tú... Seiya—suspiró aliviada. Le extendió su mano para ayudarlo y el chico acepto—. Es tu culpa por asustarme.
—Cuando eras pequeña me hacías estás bromas, y yo no podía quejarme—hizo un puchero, como si de un niño pequeño se tratase.
—Es distinto—se cruzó de brazos y levantó un poco el menton.
—No, no lo es.
—Si lo es.
—Que no—fruncio el ceño.
—Que si—fruncio el entrecejo bajo su máscara.
—Eres una tramposa, tu si puedes y yo no—se cruzó de brazos y le dió la espalda.
—Es porque yo soy una chica—paso sus brazos por su nuca, de manera despreocupada.
—Por cierto, ¿Tienes dinero para tu viaje de regreso? Si no es así, yo puedo prestarte—la vio un poco preocupado. Jamás se pusieron a hablar de esos detalles, y no deseaba que su amiga se quedara varada en un país que no conocía.
—No te preocupes, si lo tengo pero...—hizo una pequeña pausa con nervios—No voy a irme, no aún...—soltó un suspiro pesado.
—¿A qué te refieres?—arqueo su ceja, no entendía las palabras de su amiga.
—Voy a participar en el Torneo Galáctico...—bajo la mirada, preparándose para el bombardeo de insultos, pero su corazón no quería colaborar.
Seiya se quedó en silencio, estaba en shock por esta inesperada y extraña noticia. Kagome lo miro un poco preocupada, ¿Se encontraba bien? ¿Tan malo fue su anuncio? Su amigo sacudió la cabeza para reaccionar, y de inmediato la miro con seriedad.
—Kagome, no lo hagas—fruncio el ceño molesto—. Tu misma lo dijiste, el torneo que organiza Saori va en contra las tradiciones de los caballeros—apreto sus puños—. Entonces, ¿¡Por qué cambiaste de parecer!?
—S-seiya...—dijo un tanto nerviosa, jamás había visto a su amigo de esa forma—. ¡Tu te uniras también!
—¡Es distinto!—crispo los dientes con ira—. ¡Yo lo hago por mi hermana! ¡Tu no tienes motivos para unirte!
Tenía ganas de gritarle que ella también lo hacía por su hermano. Aún así, contuvo sus ganas, no quería que el también lo juzgará por ser la hermana del traidor del santuario. No podía perder a la única persona que siempre se quedó a su lado. No, eso no iba a pasar.
—Y-yo si tengo un motivo—bajo la mirada, no se atrevía a verlo a los ojos—. ¿Si sabes que el premio es una armadura dorada? Mi deber es llevarsela al Gran Patriarca, por eso participaré en el torneo...
—¿Solo por eso...?—bajo la mirada furioso—. ¡Pudiste dejar que yo solo participará! —volvol a levantar la mirada—. ¡Yo te habría dado la armadura!
—Seiya...es algo que debo hacer yo, no lo entenderías—se cruzó de brazos y le dió la espalda.
—Tienes razón, no lo entiendo...—en su voz se notaba la decepción que sentía—Has lo que quieras—le da la espalda para irse caminando.
Kagome no hizo nada para detenerlo, solo se quedó parada en su lugar, haciéndose la fuerte. Sin embargo, bajo su máscara, sus ojos eran cristalinos, hacia lo posible para no romper en llanto pero no podía. Retiro la carcasa de metal para poder secar sus lágrimas, le dolía no poder decirle la verdad a su mejor amigo.
—La verdad, a mi también me interesa saber cuál es la verdadera razón de que estés aquí—hablo una voz.
—¿Eh?—volteo a ver a aquella persona—. ¿Señorita Saori?—La señorita Kido le hablaba desde la ventanilla de su auto.
—Tu amigo te ha abandonado, ¿No?—hablo sin mirarla.
—El no me abandono—fruncio el ceño, y limpio sus lágrimas—. Ahora esta enojado, pero se que me perdonará... espero —susurro eso último.
—Entoces deja de llorar—solto un suspiro—. Si dices que te perdonará no estés tan triste.
—Pero no puedo evitarlo...—respondio cabizbaja.
—Tienes un rostro muy bonito, lástima que se estropea con esas lágrimas.
—¿Eh...? Y-ya no molestes—desvio la mirada un poco sonrojada, y volvió a colocarse su máscara.
—Crei que eras arrogante, pero se ve que no lo eres tanto—rio levemente—. Ya sube, supongo que no tienes donde quedarte...
- 2 DÍAS DESPUÉS -
El tan esperado torneo Galáctico por fin dió inició. Kagome ya se había colocado su armadura, estaba en los únicos vestidores para chicas. Aunque, se notaba que habían sido preparados a último momento, pues era un espacio muy pequeño y apenas tenía una pequeña ventana.
No podía culparlos, ella llegó de imprevisto y casi obligada por la organizadora del torneo.
—Lo haces por el santuario—se dijo asi misma, dándose ánimos—. Vencerás a los demás participantes, esto terminará pronto y volverás a al Santuario en paz.
Decidió tomar un trago de agua, para bajar sus nervios un poco, luego inhaló y exhaló para lograr relajarse.
Se puso de pie tras unos minutos y se dirigió a la arena, dónde se llevaría a cabo el primer combate del Torneo Galáctico.
Toda la multitud que había la dejo impactada, ¿Encerio tanta gente los vino a ver pelear? No podía evitarlo, su corazón empezó a latir rápidamente por la emoción. La última vez que se sintió así, fue cuando tuvo su prueba para obtener su armadura de bronce.
Miraba a todos lados, sin saber dónde fijar su atención, ni siquiera se preocupó por ver si su amigo se encontraba entre los participantes. Por distraída, termino chocandose con uno de los caballeros. Dió unos pasos hacia atrás, estaba apunto de caerse pero el caballero la sostuvo de la muñeca. De esta manera evitó caerse.
—L-lo siento—se disculpo un poco apenada—. Creo que estaba demasiado distraída—rio levemente rascando su nuca.
—Descuida, no hay problema—dijo el chico con un tono amable—. Veo que no era un simple rumor, de verdad una amazona se unió al torneo.
—Vaya, al parecer los chismes entré los caballeros se esparcen rápido—bromeo un poco.
Esto provocó que el joven frente a ella, soltará una pequeña risa.
—Oh, que mal educado soy, no me he presentado...—se disculpo—Soy Shun de Andrómeda—le extendio su mano para estrecharla.
—Me llamo Kagome—acepto su mano—, Kagome de Lobo albino—dijo en un tono alegre para caerle bien—. Por cierto, la leyenda de Andrómeda es una de mis favoritas.
—Supongo que gracias—rasco su nuca, con un leve color carmesí en sus mejillas. No muchos llegaban y te decían algo así.
De pronto, los reflectores se apagaron, señal de que el torneo estaba por iniciar. Kagome estaba nerviosa, ella no sabía el orden de enfrentamientos y quizás debía subir a la arena. Se maldecia así misma por no preguntarle a la señorita Kido en qué turno le tocaría pelear, ¿Cómo podía ser tan descuidada?
La arena fue iluminó, mostrando a los primeros competidores. Arriba se encontraba un caballero alto y corpulento, también...¡Seiya estaba en la arena!
—¿En esta batalla Seiya será participé?—penso la chica sorprendida.
—¡El siguiente combate será, entre el caballero de Pegaso y el caballero del Oso! ¡Sin dudas, será un combate sensacional!—dijo el presentador.
Tras estás palabras, la batalla comenzó
Seiya dio un salto, logrando darle un punta pie en la cara a Geki, el caballero del Oso.
El marcador de kilovaltios, subió rápidamente revelando al fuerza que fue utilizada en el ataque.
—Nuestro marcador, marca 1375 kilovaltios—mensiono el presentador, sorprendiendo al público.
—¿Tan solo 1375 kilovaltios?—dijo el caballero del oso con burla—. Entonces fue un desperdicio ir a entrenar a Grecia, cuna de la sabiduría y el arte del combate.
La pelea de estos dos poderosos guerreros, continúo. Mientras los demás caballeros, comentaban el combate desde el área de participantes.
—¿Quién crees qué gané?—le pregunto Shun a la única fémina entre ellos.
—No estoy muy segura—respondio cruzandose de brazos—. Hay varios puntos, que juegan a favor de cada uno. Un ejemplo sería que Seiya es más pequeño que el caballero del Oso. Sin embargo eso le da una ventaja, porque significa que es más rápido.
—Tienes razón...—se quedó pensando en lo que dijo y volteo a verla nuevamente —Espera, ¿Conocés a Seiya?—dijo con sorpresa.
—Eh, si...—desvio la mirada—. Somos amigos, ambos entrenamos en el Santuario, de ahí nos conocemos.
—Comprendo...
Volviendo a la batalla de los dos caballeros.
Geki, había tomado a Seiya por el cuello y lo levanto como si fuera una pluma. Esto, preocupo bastante a la amazona de lobo albino.
El caballero del Oso, empezó a dar una breve explicación de cómo fue su entrenamiento. Explicación a la cual, los demás caballeros prestaron completa atención.
—¿Aún crees qué Seiya puede ganar? Niñita—se burló uno de los caballeros.
Kagome volteó a verlo, era un caballero que para tener su misma edad se veía muy viejo. Su cabello era una cresta larga grisácea, su piel era muy pálida, además de que el era muy huesudo. Incluso sus ojos estaban algo hundidos. Básicamente, era...Feo, al menos a los ojos de Kagome.
—¿Y tú crees que no podría romper tu fea nariz en este momento?—desafió con enojó.
El caballero de nombre desconocido para ella, le lanzó una mirada de odio. Pero esto ni siquiera le molestó, en lo más mínimo.
Kagome volvió su mirada a la batalla, le preocupaba que Seiya no hiciera nada. Geki aumentaba la fuerza de su agarré, esto preocupo aún más a la chica, incluso comenzó a temblar por los nervios.
—¡Seiya!—grito y se acerco a la arena—. ¡No puedes rendirte, no aún!—apreto sus puños, tratando de bajar sus nervios—¡Recuerda todo lo que te enseño Marín! ¡Ataca su punto débil!
Pareciera que sus palabras hicieron efecto, sobre su amigo. El empezó a hacer presión en las muñecas de Geki, y logró destruir las protecciones de los brazos, permitiéndole así liberarse del agarré del Oso.
Seiya logró reincorporarse, y lo atacó con miles de patadas a una gran velocidad, haciéndo imposible para el ojo humano verlas a todas. El golpe que Geki recibió fue tal, que ni siquiera pudo reaccionar. Se desmayó luego de quedarse paralizado por varios minutos, nombrando como ganador al caballero de Pegaso.
Tras finalizar su ataque, Seiya cayó al suelo agotado, hincandose en su rodilla con una cara de satisfacción. Lo hizo, logró ganar el primero de sus encuentros en el torneo Galáctico.
—¿Qué decían?—dijo Kagome, voltenadolos a ver. No podian ver su rostro, pero se imaginaban que estaba sonriendo de oreja a oreja—¿Qué el no ganaría? Con todo respeto, ¡En su cara! —solto una carcajada.
—Para ser una chica...está muy loca—mensiono Jabu, viendola algo inquieto.
—Pero en el buen sentido...—dijo Shun con una leve sonrisa. Tenía el presentimiento de que se llevaría bien con la muchacha.
—¡El combate de mañana será entre el caballero de grulla y la única amazona del torneo!—anunció el presentador, causando una gran euforia en todo el grupo—¡La amazona del lobo albino!
—¿Tanto revuelo por ser una chica...?—pensó Kagome. Se estaba muriendo de nervios por dentro.
🌸🌸🌸
Perdonen la demora, la escuela me tiene algo ocupada pero ya no me están mandando tanta tarea.
Debo dar una advertencia, por si no lo notaron ya, la historia original va a cambiar COMPLETAMENTE.
Estas son cosas que pasan cuando agregas un nuevo personaje
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