Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

38 - Inicia el viaje (Aviso)

Los jóvenes caballeros habían ido a visitar por última vez el Orfanato. Mañana partirían al Santuario, asique querían ver por última vez el lugar donde crecieron (menos Kagome, por supuesto).

—Parece que se divierten mucho —comento Hyoga observando como los niños jugaban fútbol.

—Me dan un poco de envidia —admitio la amazona, añorando esos momentos de diversión de cuando era niña.

Los demás caballeros también tuvieron esos recuerdos nostálgicos, los pequeños niños que ahora eran caballeros tuvieron una infancia difícil, pero esos momentos simples marcaron la diferencia y hicieron su estadía en el Orfanato algo más alegré.
Pronto salieron de su ensoñación, recordando que mañana empezarían una intensa batalla.

—Saori, creo que es mejor que no nos acompañes al santuario —dijo Hyoga, captando la atención de la chica.

—¿Crees que seré una carga si los acompaño?—acuso la joven arqueando una ceja, haciendo que el caballero de cisne se tensara un poco.

—No, no es eso —se apresuró a decir—. Es solo que esta vez nos enfrentamos a enemigos más fuertes, es incierto lo que va a pasar —explico—. Dudo mucho que alguno de nosotros quiera que algo malo te pasé, más de uno, se lo lamentaría toda la vida.

—Si, pero...—interrumpio Kagome captando la atención de todos— queremos demostrar que Saori es Athena, que ella debe liberarnos, ¿No sería contra producente qué lleguemos sin ella? —se cruzó de brazos de forma pensativa

—Kagome tiene razón —concordo la diosa— pero, incluso si no fuera Athena yo los acompañaría. No quiero que nada malo les pasé, de todos modos, tengo fé de que triunfaremos—miro nuevamente a los niños que jugaban —. Después de todo, es nuestro deber crear un mundo mejor para estos niños.

Se quedaron en silencio por un momento, hasta que el pitido del silbato los saco de sus pensamientos. Todos dirigieron su mirada a los niños, estos recibían indicaciones de Miho.
Una sonrisa se asomó por los labios de Seiya, el foco se le había encendido. Miro a sus compañeros de forma infantil.

—¿No quieren sudar un poco para recordar los viejos tiempos?—propuso el castaño, de inmediato los dos chicos sonrieron y los tres fueron a jugar como si fueran niños pequeños.

Kagome rio levemente y pensó en dejar de usar vestido para poder jugar, probablemente no lo haría, pero a veces era aburrido ver cómo se llevaban toda la diversión.
Una música le llamo de inmediato la atención, busco con la mirada el lugar de donde provenía y de inmediato su rostro se iluminó de ilusión.

—¡Un camión de helados!—chillo de emoción —. Ven Saori, vamos por unos—tomo la mano de la chica para jalarla en dirección al vendedor.

—¡E-espera! —dijo la chica quien apenas había reaccionado.

Y así, mientras los jóvenes caballeros jugaban al fútbol, las dos féminas degustaban de un sabroso y fresco helado de chocolate. De este modo se pasó la tarde, con los seis disfrutando de sus últimos momentos de tranquilidad.
Cuando el sol comenzó a esconderse, el grupo de amigos comenzó a retirarse del orfanato. Sentían un pesar al oír a los pequeños preguntar cuando vendrían, quizás está era su última visita, a menos de que todo transcurriera en paz o tuviera un gran golpe de suerte.

Esto no paso desapercibido por Miho, ella intuía que los santos de Athena harían algo peligroso, algo de lo que quizás no volverían.

—Seiya, porque no mejor te quedas un rato más—dijo Saori al percatarse de las facciones tristes de Miho.

—¿Eh? Pero...

—Si, ¡Quédate Seiya!—pidieron los pequeños, la joven de cabellos azules solo asíntio.

Seiya no tuvo tiempo de responder, sus amigos ya se dirigían de regreso a la mansión. Al final, todos sabían que esos dos necesitaban hablar y darse una despedida apropiada.

( . . . )

La noche cayó y, como el día anterior, Kagome no podía conciliar el sueño por los nervios. Estaba rezando, quería que sus amigos tuvieran una chance de sobrevivir y vivir sus vidas con tranquilidad, que se casarán, tuvieran hijos o lo que hicieran las personas con vidas normales.

—¿Tu tampoco puedes dormir?—hablo una voz a su lado.

Movió su cabeza con lentitud, encontrándose con la reencarnación de la diosa de la sabiduría. Solo asíntio suavemente, un poco avergonzada por no descansar como se debe.

—Saori, ¿No tienes miedo?—pregunto de la nada la amazona. La joven se tomó unos minutos en contestar, pero abrió sus labios dispuesta a responder con sinceridad.

—Me muero de miedo—confeso— pero no puedo dejar que ese sentimiento me dominé, es mi deber proteger este mundo y voy a hacerlo.

—Es normal que tengas miedo—comento Kagome— yo también lo tengo, apuesto que los chicos también—se encogió de hombros y luego se relajo—. Pero, mientras estemos juntos, sé que podremos lograr lo que sea—la miro directamente con una sonrisa—. Gracias por confiarme tus sentimientos...

—Digo lo mismo—Saori le devolvió la sonrisa—. Estoy feliz de tener alguien que me escuché, incluso en cosas vergonzosas—admitio con un ligero sonrojo por la vergüenza.

—Bueno, somos ese tipo de amigas—respondio Kagome dejando salir una ligera risa.

El ambiente era relajante, eso les ayudo a dormir un poco después. Iban a hacer esto juntas, eso ya les brindaban tranquilidad, no importaba cuál llegará a ser el resultado.

( . . . )

Al otro día, la única chica entre los santos del lado de Athena, se estaba preparando para ir al santuario.
Se colocó el vestido que Marín le regaló, además de ponerse su característica chaqueta de jean. Ya estaba prácticamente lista, solo tenía que ir al punto acordado para comenzar el viaje.
Pero antes de salir miro el tocador de la habitación, ahí estaba el collar que Aioros le confío.

—Umh...—con cuidado se colocó el collar y acarició el dije — Aioros, hermano, prometo que honraré tu nombre en esta batalla —murmuro y salió de la habitación con un sabor amargo en la boca.

No tardó en llegar al aeropuerto privado dónde el jet los esperaba. Guardo su caja Pandora dónde se le indicó y se dedicó a esperar a sus compañeros.
Seiya y Hyoga no tardaron en llegar, asique los tres esperaron a que el resto de sus amigos llegarán. No estaban tan preocupados por Shiryu, el viaje desde de China era tardo, pero ¿Qué hay Shun? No podía tardarse tanto.

Kagome no aguanto más, tenía que preguntar si solo se retraso o algo malo le pasó.

—Oye Saori, Shun...—se asomó por la puerta del jet y su mirada se centro en Tatsumi, quien llevaba un extravagante traje Kendo y en su mano llevaba una espada de madera. No pudo evitar soltar una fuerte carcajada —. ¿Qué son esas fachas? ¿Vas a un festival escolar?

Ante las risas, los otros dos muchachos también se asomaron a ver, tuvieron que hacer un gran esfuerzo para no reír junto a la amazona.

—¡No te rías, mocosa malcriada!—reclamo el hombre pero la chica no dudo en ignorarlo y seguir riendo—. Encima que voy a ayudarlos, que malagradecida

—Tatsumi, ningún caballero se asustara con tu espada de madera—dijo Seiya, y ya sin poder aguantarlo comenzó a reír. Hyoga tampoco pudo resistir más y se dejó contagiar por la risa.

Luego de poco tiempo los tres pararon de reír, recordando de inmediato su preocupación.

—¿Creen qué se quedó dormido?—pregunto Seiya, mirando a los dos santos, manteniendo su conversación algo aislada.

—Lo dudo, el no es tan irresponsable como tú —dijo con burla Hyoga, ganándose una mala mirada del castaño—. Ya debe estar por llegar.

—Quizas tengas razón —hablo Kagome relajándose un poco —. Esperemos un rato más, aún tenemos tiempo.

Esperaron y esperaron pero aún no habían señales de Shun, su preocupación comenzó a subir y no sabían bien que hacer. Hasta los caballeros de acero llegaron antes que el, eso era malo.

—No podemos quedarnos de brazos cruzados, debemos ir a buscarlo—dijo el caballero de cisne que caminaba de un lado a otro.

—Estoy de acuerdo, algo malo le pasó—dijo la amazona, que se había estado mordiendo las uñas por los nervios.

—¿Pues que estamos esperando? Vamos—ordeno Pegaso. Los tres estuvieron a punto de irse en la búsqueda de su compañero, pero su diosa los detuvo.

—Esperen chicos—interrumpio—. Sea lo que sea que le pasó a Shun, el vendrá—setencio y los detuvo con la mano cuando iban a protestar—. Tenemos que tenernos confianza entre nosotros, de lo contrario, nunca lograremos salir victoriosos de la batalla contra los caballeros dorados. Debemos confiar en el...

Los jóvenes se miraron entre ellos, luego volvieron a mirar a la chica. Tuvieron que aceptar y esperar un poco más, tenían que confiar en su amigo.

🌸🌸🌸

Aviso:

El lunes vuelvo a la escuela, vuelven las tareas ajá.

Pero trataré de mantenerme activa, pues es uno de mis objetivos de este año.
Tengo que confesar algo, y es que creo que tengo una terrible ansiedad con tener buenas notas y estar al dia. Esa ansiedad me consume, me hace sobre exigirme y me quita las ganas de centrar mi energía en hacer cosas que realmente me guste hacer.

Me propuse controlar esa ansiedad, por el bien de mi salud porque no me hará bien estar siempre estresada. De todos modos, pido compresión si hay semanas que no subo nada, probablemente esté muy cansada.

Si logro organizarme bien, subiré capitulos los fines de semana, viernes o sábados, (pq ni por un examen me pongo a hacer cosas los fines de semana xd)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro