17 - La Derrota del Fénix
Kagome y Ikki se miraban a los ojos con seriedad, antes de empezar alguna pelea. Sin esperar más, la amazona se lanzó a atacar al Fénix.
Lanzo un puñetazo, que fue fácilmente esquivado por el chico de hebras azules. La chica frunció levemente su entrecejo. Ikki trato de darle una patada, pero Kagome lo bloqueó con su antebrazo. Sin embargo, Fénix le dió un golpe en la cara que la hizo retroceder, incluso caer al suelo.
—Maldicion—se quejo en su mente para ponerse nuevamente de pie—. Debo tener cuidado, corro riesgo de que mi herida se abra nuevamente. No solo eso, también he perdido mucha sangre, un solo descuido y ni la ayuda de mi hermano me salvará.
—¡Kagome!—exclamo Seiya preocupado.
—¡No te atrevas a interferir Seiya!—regaño la chica.
—Hazle caso Seiya, no vaya a ser, que esta mujer pierda su dignidad al no cumplir con su palabra—dijo fénix en un tono de burla.
La chica de cabellos color miel, lo miro con irritación, el estaba dando su orgullo. Se dió media vuelta y nuevamente se lanzó a atacarlo.
Entre ambos, hubo un pequeño intercambio de puños, pero nuevamente, Ikki logró derribarla dejándola en el suelo. Kagome, se apoyó con sus manos y se levantó un poco para mirar al Caballero con irá.
—Veo que eres puro palabrerío—rio con malicia.
—Tsk—se puso de pie y trazo las estrellas de su constelación—. ¡Las garra de Lobo!
Se lanzó a atacar a Ikki, el cual esquivaba los golpes de la chica, hasta que ella logró hacerle un arañazo en la armadura. El Cabellero frunció el ceño con molestia, y le dió nuevamente un fuerte golpe en el abdomen, que hizo que terminara en el suelo.
Un tintineo se escucho, interrumpiendo el ambiente tensó.
—Deberias cuidar mejor tu espalda—hablo una voz masculina.
Ikki volteó y se quedó perplejo al ver quién era.
—¡Hyoga!—exclamaron felices, Pegaso y Lobo blanco.
—No, esto no es posible—dijo fénix—. Te atravesé el corazón.
—El destino no quiere que muera, sin antes haber acabado contigo—respondio el rubio—. Ikki, está vez no me vencerás.
—Otra vez juntos al fin—hablo Shiryu, quien había estado inconsciente—. Ikki, aunque te muestres orgulloso por ser el más fuerte de los caballeros, las fuerzas del bien no te han perdonado.
—Ya es tarde—hablo Seiya—. Parece que tú suerte ha empezado a cambiar, será mejor que te rindas ahora mismo.
—Ni siquiera tu puedes contra cinco de nosotros a la vez—comento Shiryu.
—Hazles caso Ikki...—dijo la amazona frunciendo el entrecejo.
Ella quería pelear contra el, quería vengarse por robar la armadura, pero también sabía que ella sola no podría como ella creía.
Todo se quedó en silencio, hasta que Ikki soltó una risa malévola y a la vez burlona.
—Basta de palabrerias—volteo a ver a Shun—. Tú serás el primero en morir.
—Espera Hermano—se hacerco a él y lo tomó de la mano—. Hace seis años, tu me dijiste que nunca tenia que perder el valor ni la confianza, pasará lo que pasará—lo miro a los ojos—. Tomaste mis manos entre las tuyas y las apretaste con fuerza, ¿No le recuerdas.
—¡Me aburres!—antes de que pudiera hacer algo, Hyoga apartó rápidamente a Shun.
—Te aconsejo que no uses el espectro del diablo—dijo Hyoga con seriedad.
—¿Por qué?
—Tu mismo me lo explicaste, ¿Recuerdas? No es aconsejable usar la misma técnica que usaste antes.
Ikki se lo quedó mirando, y luego puso sus manos al costado de su cintura.
—Me parece que no estás en posición de decirme que hacer—dijo con seriedad.
—Esta bien, haré que tú poderoso espectro del diablo se vuelva contra ti—afirmo Hyoga con arrogancia.
—¿Contra mí?—hizo una sonrisa de costado—. Muy interesante—le dió la espalda para alejarse un poco—. Ya estoy harto de oírte decir tonterías. Te voy a dar la oportunidad de probarlo, a ver de lo que eres capaz.
De esta forma la pelea inicio. Hyoga trazo las estrellas de su constelación y atacó con su Polvo de Diamantes. Mientras que Ikki, atacó con su Espectro del Diablo, desviando así el ataque.
Fénix iba a golpearlo, pero por suerte, con un espejo, echo del Polvo de Diamantes, logró evitarlo, y hacer que el ataque de Ikki fuera contra el. De esta forma, terminó dentro de una ilusión.
—Hyoga es simplemente increíble—dijo Kagome sorprendída.
En su Ilusión, los caballeros negros, que antes peleaban para el, fueron en su contra, traicionandolo.
—¿Bien? ¿Qué me dices?—pregunto el rubio—¿Qué se siente ser alcanzado por tú propia arma?—todo se quedó en silencio, y el sonrió con arrogancia—. Yo lo sentí en carne propia...
Nuevamente todo se quedó en silencio, Ikki no respondía. En ese momento, Hyoga les explico a sus compañeros en que consistía la técnica. Su alma había Sido destruido.
—Disfruta tus últimos momentos Ikki, porque por fin voy a terminar con tus maldades—exclamo Hyoga, quien estaba dispuesto a atacarlo.
Sin embargo, antes de que pudiera tocarlo, una cadena se enrollo en su brazo, evitando que hiciera algún movimiento.
—¿¡Qué haces!?—volteo a ver a su atacante—. ¿¡Qué estás haciendo Shun!?
—Lo siento mucho Hyoga, te suplico que perdones a mi Hermano.
—¿Qué dice?—dijo Seiya, que estaba perplejo como sus otros compañeros.
—No, ¿No recuerdas que el trato de matarte?—dijo Hyoga con seriedad.
—Shun debes entender...—dijo la chica mirándolo con angustia—. Comprendo bien lo que sientes, no quieres aceptar todas las cosas malas que hizo tu hermano, pero si no acabamos con el...el será el que nos termine aniquilando.
Aún después de esas palabras, Shun seguía insistiendo en que perdonarán a su hermano mayor Ikki. Pero por el tiempo perdido, El caballero de Fénix logró salir del embrujo y atacó sin piedad a Hyoga, nuevamente en su corazón.
—¡Hyoga!—exclamaron los caballeros asustados.
Sin embargo, no lo había matado. Ikki saco del huevo de la armadura de cisne, un rosario. Ese rosario, había evitado que matará a Hyoga.
Aquel colgante, era el único recuerdo que tenía Cisne de su difunta madre. Pero aún así, Ikki no tuvo piedad en destruirlo.
—Explicame algo—dijo Hyoga, ignorando su acción—. ¿Por qué el espectro del diablo no ha sido capaz de destruir tu alma, Ikki?
—Es fácil—respondio—. No me queda nada en este mundo, que yo realmente amé. El espectro del diablo no puede destruir mi alma, porque ya está desecha—nuevamente se puso en posición de ataque—. Ahora, ¡Hacerquense los cinco!
—¡Hermano!
—Sus caras ya empiezan a parecerse a la de hombres muertos, es inútil que pelen contra mí.
—¿Qué dice?—murmuro la chica frunciendo el entrecejo.
—Con un solo aleteo del fénix, me librare de todos ustedes—trazo las estrellas de su constelación—. ¡Vuela ave Fénix!
El ataque de Ikki, levantó una gran orda de viento y llamas. Los cinco fueron elevados, y recibieron el ataque de llenó, incluso soltaron gritos de dolor.
Su cosmos era tan fuerte, que incluso hizo pedazo el suelo y las grandes rocas que se encontraban al rededor. Cuando el ataque paro, todos terminaron estrellándose con fuerza en el suelo.
—Al fin todo ha terminado—dijo Ikki con seriedad.
Luego, ocurrió un echo que lo dejo en shock. La Armadura de oro se había reconstruido sola.
La Cloth de Sagitario, había protegido a Seiya del ataque de Ikki.
Nuevamente, un enfrentamiento surgía. Seiya atacó con sus meteoros de Pegaso, El caballero de Fénix, esquivo hasta quedó acorralado en una pared. Pegaso aprovechó esto para de nuevo atacarlo con su técnica.
—Deberias estar muerto, y eres más poderoso que nunca...
—Eso es porque la armadura de oro, solo desea ser llevada por un caballero digna de ese título—respondio el castaño.
—Imposible, por muchas ayudas que tengas no vas a poder acabar conmigo—se puso de pie—. Solo es un golpe de suerte.
Ambos iniciaron una pelea de puños, donde Seiya parecía tener la ventaja. Inclusive, había logrado destruir la armadura de Fénix.
Seiya aprovechó esto y lo atacó con su meteoro de Pegaso. Sin embargo, la armadura de Ikki renació, como si fuera un verdadero Fénix.
Ahora, el era completamente capaz de desviar los ataques de Seiya. Todo parecía que se iba a dar vuelta.
Ikki atacó, y Seiya trato de bloquearlo con su antebrazo. Ambos quedaron perplejos, al ver cómo el escudo de Shiryu se encontraba en su antebrazo. No solo eso, si no que la cadena de Andrómeda también lo estaba ayudando. El alma de sus amigos lo estaban ayudando.
Seiya se sentía más motivado, asique peleó con todas sus fuerzas contra Ikki, pero aún así, el caballero de Fénix no planeaba ceder ante el. Cuando estuvo a punto de utilizar su técnica "Ave Fénix", recibió un golpe en la espalda evitando que lo hiciera.
—¿¡Pero qué!?—exclamo furioso.
—¡KAGOME!—exclamo sorprendído el Pegaso.
—¿Qué?—el peliazul volteó a verla—. Has vuelto a levantarte...—fruncio el entrecejo.
La amazona, solamente lo miro de reojo con seriedad, luego llevó su mirada al castaño.
—Seiya, escúchame bien—dijo con seriedad—. Utilizaré lo que me queda de cosmos para brindarte la ventaja, asique estate preparado para dar el golpe final.
—Kagome...—murmuro—. Está bien, confiaré en ti.
—Ja! Pobre ilusa—se burló Ikki—. ¿No recuerdas que te humille? Conozco todos tus ataques, podré bloquear todo.
—El iluso aquí eres tú—sonrio con arrogancia—. ¿Encerio crees que esas son mis únicas técnicas?
—¿¡Qué!?
Kagome ya no dijo nada, simplemente elevó su cosmos y empezó a trazar las estrellas de una constelación. No era la suya, era otra completamente diferente, esto dejo sorprendidos a ambos Caballeros.
—Debo centrar todo mi cosmos en un solo golpe—dijo en su mente—. Lo siento Hermano, tendré que usar tu técnica, asique te ruego que me perdones.
—¿Qué técnica es esa?—penso Seiya—. Las estrellas de la constelación que marca, no son correspondientes a las del lobo...Son las de...
—¡Preparate para sentir el Rugido del León!—exclamo Kagome—. ¡PLASMA RELÁMPAGO!
Cuando los rayos llegaron hacia Ikki, recibió diversos golpes y choque eléctricos en su cuerpo. Eran demasiados rápidos como para esquivarlos. Fénix soltó un grito de dolor, pero aún así no cayó al suelo.
Kagome por otro lado, jadeo cansada, su vista se nublaba y su cuerpo temblaba, luego callo al suelo derrotada.
—Kagome... agradezco lo que has echo, no desperdiciare está oportunidad que me has dado—penso Seiya.
La pelea entre ambos continuo, Seiya mezclaba sus técnicas con las de sus compañeros, ahora tenía una gran ventaja sobre Fénix. Cómo se lo prometió a sus amigos, dió el golpe final que logró vencer al fénix.
—Fue una imprudencia creerme tan poderoso—murmuro Ikki—. Seiya, debo reconocer que por fin me has vencido.
—¿Qué te ocurre?—pregunto Pegaso algo preocupado.
—A partir de ahora, ya no tengo a nadie bajo mi mando—cerro sus ojos—. Mira atrás de ti—puso sus manos en los hombros del castaño para que volteara.
Sus compañeros, Shiryu, Hyoga y Shun estaban nuevamente poniéndose de pie.
Por otro lado, Ikki iba a caer al suelo, sin embargo Seiya lo sostuvo a tiempo.
—Ikki—lo miro con preocupación pero el no respondía—. Ikki, ¿Qué te ocurrió mientras estabas en la Isla de la Muerte?
Todo se quedó en silencio, hasta que el chico de hebras azules abrió los ojos para responder.
—Era el Infierno en la tierra...
—¿El infierno en la Tierra?—repitió el castaño.
—Desgraciadamente, nunca lo entenderás...
—¿Por qué?—se atrevió a preguntar.
Todo nuevamente se quedó en silencio.
🌸🌸🌸
ACLARACIÓN:
La razón por la que Kagome puede usar el Plasma Relámpago es simple, la aprendió de su hermano. Aún así, no es capaz de dominarla, ya que consume casi todo su cosmos y por eso se abstine a utilizarla.
Solo la usará unas pocas veces a lo largo de la historia, (si el enemigo es muy fuerte y su vida está en riesgo).
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