12 - El ataque de las Copias
El día para Kagome se amargo demasiado rápido. Aquel sentimiento de impotencia seguía sin irse y había aumentado cuando Shiryu decidió irse solo a reparar las dos armaduras de bronce. Una de esas cloths era suya, sin embargo se quedó en Japón sin hacer nada porque ni siquiera encontraban pistas sobre el paradero de Ikki. Para su mala suerte, la noticia del robó de la armadura de oro ya estaba en los periódicos y televisión, ahora era un "caso público" y eso le hacía hervir la sangre.
No se sentía cómoda con la situación, tenía unas ganas incontrolables de revelar su secreto. Aún así, de una u otra manera, lograba mantener la cordura y no decir a los cuatro vientos que era Hermana de Aioros.
La mansión ese día estaba ajetreada, habían varios periodistas. Era obvio a qué vinieron, querían saber todo lo ocurrido y Tatsumi y Saori daban los detalles.
Una gran polémica había iniciado por el hecho de que Ikki fue uno de los niños de la fundación. Eso dejaba mal parada a la empresa Graad, pues el chico realizó un atentado contra los civiles y además robó la armadura de Sagitario.
-Que lío...-murmuro Kagome. Ella estaba parada tras la puerta a la habitación, escuchando todo atentamente lo que ocurria en la rueda de prensa.
Su irá iba en aumento, algunos periodistas teorizaban que todo era por interés económico, y que en realidad, Saori buscará cobrar un seguro por la desaparición de la cloth. ¿La Armadura asegurada? ¿¡Acaso era una Broma!?
Las vestimentas sagradas, no son cualquier objeto que uno pueda asegurar como si fuera una lavadora.
-¿Kagome?-una voz la saco de sus pensamientos.
Pestaño un par de veces, y miro a la persona que llamaba. Era Seiya, su semblante era algo preocupado, sin embargo la Amazona no entendía el porque.
-¿Qué ocurre?
-Eso debería decirlo yo-solto un suspiro pesado-. ¿Te sientes bien...? Estas malhumorada desde que empezó la rueda de prensa.
-No, es solo que...-pensó unos momentos en que responder-La situación me tiene muy tensa-desvio la mirada.
Seiya la miro atentamente, sabía que no le estaba diciendo la verdad. Desde que llegaron a Japón, Kagome se comportó diferente, había algo que le estaba ocultando pero no podía forzarla a decirle que ocurría realmente.
Salió de sus pensamientos, cuando las sirenas de las policías, se escucharon fuera de la mansión. La chica de ojos verdes estaba confundida, ¿A qué vino la Policía? Esto era una batalla de caballeros, involucrar a gente normal solo causaría problemas.
Los agentes de Policía ya cruzaban a los pasillos, venían a su Dirección junto a un can que los seguía.
-¿Un Perro?-dijo la chica confundida al ver al canino.
-Si-respondio Seiya-. Pedí que lo trajeran, seguro el nos dara una pista.
-Esa es una idea muy descabellada...-fruncio levemente el ceño.
-No lo es...-la vio de reojo algo sorprendído por su actitud-Creo que funcionara.
-Que tontería...-se dió media vuelta y se marchó.
-Kagome-murmuro viendo como se perdía en los pasillos -. Guardarte lo que sea que esté guardando, solo nos distancia cuando más debemos estar unidos-pensó Seiya.
( . . . )
La muchacha salió al Jardín, necesitaba despejarse y relajarse. No podía estar encontrá de todos, por un error que fue meramente suyo. Aunque, le costaba dejar de sentirse de esa manera.
-Deberia revelarles quien es mi hermano...-pensó-pero si lo hago, quizás no me crean. No tengo forma de demostrar que Aioros era el Caballero de Sagitario.
Camino sin rumbo, estaba perdida en sus pensamientos. Y cuando se dió cuenta, ya se había perdido en el gran jardín qué más bien parecía ser un bosque.
-Me lleva la...-mordio su lengua para evitar decir una grosería.
-Veo que tu sentido de la orientación es pésimo...-hablo alguien.
Con tan solo temblar un poco por una suave brisa helada, se dió cuenta de que se trataba de Hyoga.
-Tsk...-desvio la mirada molesta.
-Si tu objetivo era engañarnos para no tocar tus asuntos, re está llendo muy mal-se cruzó de brazos.
-No me molestes-tambien se cruzó de brazo y le dió la espalda.
-Kagome, si nos concideras tus amigos deberás decirnos la verdad-dijo con seriedad.
La chica se quedó callada, y quieta en su lugar. El tenía razón, no podía ocultar para siempre su pasado, en algún momento debería revelarle a sus compañeros que era hermana de el anterior portador de la Armadura de Oro.
-Si...pero no todavía...-suspiro pesadamente, bajando su mirada-. Además, ¿Qué te importa? Tu no me concideras una amiga, hasta quisiste obligarme a matarte o amarte, ¿Qué ganabas con quitarme la máscara?-empezo a caminar para alejarse de el.
El rubio la tomó de la muñeca, y hizo que ella volteara a verlo. Puso la mano de la chica en su pecho para mirarla a los ojos con seriedad.
-Queria tener un combate enserio, uno más entretenido-respondio con tranquilidad-. Pero si eso es lo que te molesta, dejaré que me mates. Estoy desprevenido, puedes hacerlo sin problemas.
-¿Eh?-fue lo que salió de sus labios. Bajo su mirada, mirando su mano, la aparto y desvío la mirada.
-Olvídalo, ya no importa-levanto la mirada y le sonrió-. Todos los caballeros de bronce vieron mi rostro, no vale la pena cumplir las leyes.
El rubio la vio sorprendido, no se esperaba aquella respuesta. Nunca había escuchado de una Amazona, dejando de lado las reglas de la Máscara. Aunque, tampoco había oído de que varios Caballeros, contemplaran el rostro de una guerrera de Athena al mismo tiempo. La chica desvío la mirada, dió media y estaba dispuesta a irse. Hasta que recordó, que no sabía dónde estaba parada.
-O-oye...-lo miro de reojo mientras rascaba su nuca-¿Podrías llevarme a la Mansión? No conozco este lugar, me perdí con facilidad-rio nerviosa.
-Claro...-respondio con algo de duda.
Kagome se sentía algo aliviada, pero aún no podía relajarse. Sus problemas, recién estaban comenzando y más pronto de lo que se esperaría.
Una especie de neblina apareció, el viento se volvió helado e incluso empezó a nevar. Esto era extraño, el clima no podía cambiar de la nada, al menos de que haya sido obra de alguien.
-H-hyoga, esto no es divertido-reclamo la chica, frotando sus manos contra sus brazos-. ¿No te das cuenta de qué uso vestido? Has que pare...
-Pero no soy yo...-respondio con seriedad.
Algo andaba mal, de repente un ruido de un árbol destruyéndose, se escucho a lo lejos. Eso los alertó a ambos, debían ir a ver qué ocurría. Sin esperar más, Hyoga se colocó su armadura.
( . . . )
Llegaron corriendo, justo a tiempo para contemplar como un caballero idéntico a Hyoga, la única diferencia era que el portaba una armadura negra.
Aquel extraño sujeto estaba apunto de acabar con Shun, sin embargo, el Caballero de Cisne congelo el puño de su oponente deteniendolo.
-Los tipos como tú, dejan mal parados a los caballeros-comento el rubio dejando escapar una risa.
-¿Te encuentras bien, Shun?-pregunto Kagome algo preocupada.
-Si...-respondio el Caballero de Andrómeda.
-Me habían dicho que uno de los caballeros negros, portaba los mismos emblemas que yo, pero me negué a creerlo-Hyoga miro a su oponente con frialdad.
Kagome lo miro de reojo algo impactada, ¿Por qué no les mensiono eso? Que alguien use tu mismo emblema, es algo serio.
-Pelearemos entre nosotros, y el ganador será digno de llamarse el Caballero de Cisne-anuncio Hyoga.
Así ambos Caballeros de la misma constelación, se pusieron frente a frente para pelear.
En cambio, la chica de cabellos color miel corrió hasta el otro Caballero del Zodiaco. Puso su brazo tras la espalda de Shun, y paso la extremidad de su amigo detras de su hombro. De esa manera, lo ayudo a ponerse de pie.
-¿Cómo es que hay dos Caballeros de Cisne?-se atrevió a preguntar la chica-. Y además, es una copia exacta de Hyoga...
-Sin embargo...-contesto Shun-uno es el Caballero del Zodiaco, y el otro tiene el corazón tan negro como su armadura.
De repente se escucharon unos ladridos. Ambos voltearon a ver, ¡Era Seiya!
El caballero de Pegaso, llevaba puesta su armadura y era acompañado por el perro de los Policías.
-¿Qué esta pasando aquí?-dijo Seiya con seriedad.
-Seiya, ¿Qué haces aquí?-pregunto Kagome.
-El Perro siguió el rastro y me trajo hasta aquí-contesto, luego volteó a ver a Shun-. ¿Dónde está tu Hermano?
-Aqui no, te lo aseguro-respondio-. Mi hermano solía venir aquí, ese debió ser el rastro que encontró tu perro. Es una pista falsa.
-Que mala Suerte...-llevo su mirada a los caballeros-. Hyoga déjame ayudarte, entre los dos acabaremos con el.
-No necesito de tu ayuda-respondio.
-Pero...-iba a insistir, pero el rubio lo vio de mala gana y desistió.
El Guerrero de armadura negra atacó a Hyoga. Se había movido muy rápido, cosa que los sorprendio a los otros tres Caballeros de Bronce. No sabían bien que ocurrió, solo vieron como el Caballero de Cisne empezaba a congelarse.
-¡Hyoga!-exclamo la chica preocupada.
-Debemos ayudarlo o no sobrevivira-dijo Seiya preocupado.
Iban a intervenir, pero el rubio destruyó con facilidad el Hielo.
-¿Crees que me das miedo?-dijo el rubio con arrogancia, volteando a ver a su copia-. No eres más que un mentiroso, soy mucho más fuerte que tú.
-Pero no es posible...-lo miro impactado.
-Ahora es mi turno...-sentencio el Caballero.
El cosmos de Hyoga se encendió, y este empezó a trazar las estrellas de su constelación.
-¡Polvo de Diamantes!-exclamo atacando a su contrincante.
El falso Cisne dió un salto, logrando esquivar por muy poco el ataque. Sin embargo, su pierna se había congelado.
-Preparate, acabaré contigo-sonrio arrogante.
Pero no pudo hacer nada, pues fue atacado con unas cadenas similares a las de Shun.
-¡Son ellos...!-anuncio el de hebras verdes.
La neblina se disperso dejando ver a lo lejos cuatro figuras, eran más caballeros negros. No solo eso, eran la copia exacta de Seiya, Shun, Kagome y Shiryu. La única diferencia, era el color de sus Armaduras.
-¿Nosotros también tenemos gemelos malvados?-bromeo un poco la chica, tratando de aligerar el ambiente tenso.
Sin embargo, no sirvió de nada el ambiente seguía de la misma manera. La llegada de los secuaces de Ikki, los tomo por sorpresa.
-¿Puedes explicarme qué estás haciendo aquí? Cisne Negro-cuestiono la copia de Shiryu.
-Eso no te importa. Este es un asunto entre el y yo-respondio el mensionado.
-¡Silencio!-bramo con molestia-. Fénix quiere verte, y vendrás inmediatamente.
La copia de Hyoga, soltó un bufido molesto y se puso de pie.
-Tienes suerte, tu vida se ha salvado-le dijo al verdadero cisne, para luego dar un potente salto.
-¡Espera...!
De este modo, entre sus diabólicas risas, Los cinco Caballeros Negros.desaparecieron dejando aún en estado de shock a los guerreros de Athena. La nieve falsa se no tardó mucho tiempo en derretirse tras su partida.
-Demonios...-dijo Seiya-. Me paralice por completo.
-Si hubiera tenido la Armadura del Lobo Albino, los habría enfrentado-murmuro la chica.
Llevaron su mirada a Hyoga, sostenía su muñeca con una mueca de dolor. El caballero de Cisne Negro lo había herido cuando esquivo el ataque.
-Esos caballeros son unos traicioneros...-dijo Shun.
-Debieron ser enviados por Ikki-dedujo Seiya mientras fruncía el ceño molesto.
-Esto está cobrando un giro inesperado...-mensiono Kagome-. Se que no debería pensarlo, pero esto se pone cada vez más interesante.
🌸🌸🌸
Me demore un poco, pero al menos es más largo que los capítulos anteriores. Ahora regrese a clases, pero seguiré tratando de sacar actualizaciones seguido
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