(...)
Entonces le correspondí.

POV. Naira

Nos separamos y yo aún seguía con los ojos cerrados. Escuché a mis espaldas un carraspeo forzado y suspirando solté la cintura de Sam y me bajé de sus brazos, abriendo de nuevo los ojos. Le di una sonrisa de disculpa y me giré preparada para mandar esa tarde a alguien a la tumba. Creo que heredé el carácter de mi mamá.

Mis ojos se encontraron con unos rojos que me observaban desde la distancia. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal de arriba abajo. Me quedé paralizada en el sitio y él me dirigió una sonrisa siniestra antes de fundirse de nuevo en las sombras. Seguramente mis pupilas estaban completamente dilatadas, y creo que mis hombros estaban demasiado rígidos porque sentí en ellos unas manos grandes y reconfortantes.

- Que ocurre, pequeña?- me susurró Sam al oído.

- Na-nada.- dije un poco tartamudeando. Suspiré sonoramente y contesté con la voz más firma y algo más seca de lo que había pretendido.- Nada, estoy bien.

Él se puso delante de mi y me miró con duda en los ojos antes de asentir con la cabeza y dirigirse al edificio común.

- Voy a hacer la bolsa. No meto mucho peso, no?- me preguntó por el link.

- Vamos a ir andando. No te lo aconsejaría si no quieres acabar con una ernia en la espalda.- le respondí medio en broma. Escuché su risa antes de volver a la realidad. Miré a mi alrededor y sorprendi a Daniel mirándome con preocupación. Él era la persona que mejor me conocía, y vio que algo me inquietaba. Intenté brindarle una sonrisa tranquilizadora. Repito, intenté, porque me salió una horrorosa mueca. Él tan solo asintió con la cabeza y miró a otro lado, pero por la posición alerta de sus hombros descubrí que seguía vigilando y alerta. Sonreí sinceramente. Mi tío estaba cumpliendo con creces la promesa que le hizo a mi madre.

Poco a poco la gente que se había congregado a mi alrededor se fue dispersando a hacer otras cosas hasta que solo quedamos allí Jasper, Jorge, James, Josh y yo. Jasper se ofreció a enseñarme la habitación que usaría aquella noche y yo acepté gustosa, pues estaba agotada por la transformación. Caminamos por los largos pasillos del edificio recién reconstruído y nos detuvimos delante de una que tenía gravado el número 842. Sonreí inconscientemente al pensar que el número estaba compuesto por mis números favoritos. Él llamó educadamente a la puerta y abrió al cabo de unos momentos una chica pelirroja y muy pálida con cara somnolienta. Por su palidez supuse que sería un vampiro, pero me sorprendió su aroma a hembra soltera. Tenía una cara somnolienta que fue reemplazada por una de respeto al ver a Jasper. Éste le debió decir algo por un link privado, porque esta asintió y me ofreció una sonrisa amigable. Sus grandes ojos verdes destacaban en su cara. Se la devolví con facilidad y ella extendió su mano para presentarse. La estreché con gusto y se presentó en lo que la acción tuvo lugar.

- Belén Castro, hija de los betas de la manada de Colombia.

- Naira McFin Darkmoon, hija de...

- Oh dios mío, eres tú? Eres la hija de Keira y Christian?- preguntó como hiperactiva. Sonrei ante su efusividad mientras lentamente asentía con la cabeza. Me agarró de la mano y de un solo movimiento me metió en el cuarto. En el interior de éste había cuatro camas posicionadas de dos en dos en literas. Dos de ellas estaban ocupadas, una con las sábanas por todas partes y la otra perfectamente hecha. De las que estaban ocupadas, habían asomado la cabeza por debajo de las mantas un chico y una chica. La chica era rubia con mechas californianas rosas y me dio la impresión de que era un poco más bajita que yo (mido 1'80). El chico tenía una pinta un poco afeminada y desprendía un agradable olor a vainilla y macho soltero. Todo mezclado. Aspiré con profundidad el embriagador olor y escuché risas por parte de Belén y los otros chicos.

- Niños, esta es Naira. Darkmoon y McFin.

Ambos jóvenes abrieron de par en par los ojos y se apresuraron en levantarse. El primero en llegar a mi fue el chico, quien con su negra cabellera despeinada me dio un fuerte abrazo que casi me rompe los huesos. Su tez morenocha resaltaba sus ojos miel. Entre Belén y la rubia consiguieron hacer que me soltara mientras yo reía todavía en el suelo. Ambas me extendieron sus manos amablemente para ayudarme a levantarme. Las acepté gustosa y de un salto y con su ayuda ya me encontraba de nuevo en pie. El curioso chico me miraba comosi fuera un ratón de experimentos en un laboratorio y él fuera el científico loco. Me empzaba a incomodar por lo que lo más agradable que pude (que no fue mucho dadas mis ganas de dormir. Y cuando tengo sueño mejor apártate de mi camino si no quieres salir mal parado).

- Tengo monos en la cara?

Él salió de su estupor negando con la cabeza rápidamente.

- Chica, es solo que me cambiaría al otro barrio sólo por ti.- me dijo con voz grave y he de añadir bastante sexy. Estaba inmersa en mis reflexiones sobre su voz y no percibí el mensaje oculto.

- Qué barrio?- pregunté con el ceño fruncido. Ellos rieron escandalosamente y lo entendí. Me puse roja a más no poder y aparté la mirada un poco avergonzada por mi propia estupidez.

- Soy Leo. Puedes llamarme Leo, y como podrás comprobar gracias a mi novio, soy gay y no me importa decirlo y no me avergüenzo.- se presentó con una sonrisa. Se la devolví con más confianza y miré a la rubia.

- Emily. Me puedes decir Emi. Y soy completamente heterosexual.

Rei por la aclaración, al igual que Belén y Leo.

- Bueno, pues al parecer ya saben quien soy, por lo que si no os molesta, hoy acabo de tener mi primera transformación y estoy agotada, tanto física, como sicológicamente. Y mañana madrugo. Buenas noches.- dije con una sonrisa cansada. Me la devolvieron y antes de que me pudiese dormir Belén me preguntó.

- Emi y yo podemos ir contigo a COlombia?

- Supongo que si, pero les aviso que iremos andando.

- Gracias!!- respndieron ambas superentusiasmadas. Sonrei. Me caían bien los tres. Y con esos últimos pensamientos me sumí en un profundo sueño.