(...)
Que Naira me sustituirá cuando mi tiempo se acabe.

POV. Naira (dos días después)

Había conocido a mis abuelos, Giselle y Baltazar, quienes me habían explicado la situación. Al parecer, al tener sangre de las tres "especies" más poderosas, tenía que sustituír a Giselle, a Baltazar y a Zeus cuando ellos se "jubilasen". Si, los dioses y demás seres al parecer también se jubilaban. Habían pasado dos días y Zack estaba saliendo con Belén y ambos vivían en la manada de esta última. Zack se había recuperado más rápido de lo normal gracias a una pequeña donación de sangre que yo le había hecho. Por cierto, cada vez podía mover más partes de mi cuerpo. El día anterior había conseguido levantar la cabeza para observar mejor el perfil de Samuel (lo se, muy buena razón para moverse) y después me había puesto a gritar un poco de felicidad. Todo aquello en el hospital, obviamente. A Amanda la mataron Baltazar y Giselle porque al parecer había estado matando y torturando a mucha más gente en tan solo tres días.
Escuché el ruido de la puerta de mi habitación de hospital abrirse y aún sin abrir los ojos pude reconocer su olor con facilidad. Una sonrisa se instaló en mi cara. Al parecer ya había despertado del coma en el que lo habían inducido...
- Hola Leo.- le dije abriendo los ojos y mirándole con atención. Su cuerpo estaba mucho menos magullado que tres días atrás y tenía algo más de color en la cara, ya no parecía un fantasma al menos.
- Hola Nai.- dijo él con la voz un poco (mucho) ronca. Le sonre8 amistosamente y milagrosamente conseguí mover mi mano para indicarle que se sentase a mi lado en la cama.
- Natalia es mi mate.- susurró al cabo de unos minutos en silencio. Lo miré extrañada.
- Ya lo se...
- Es... Raro. Pensaba que mi mate sería hombre y que si fuese chica me sentiría incómodo pero estoy... Bien, feliz.- añadió con la típica sonrisa de enamorado. Puse los ojos en blanco ante esta última y le sonreí con sinceridad.
- Me alegro mucho, Leo. Muchas Gracias.
- Por que?- me preguntó extrañado.
- Por todo. Por ir a rescatarme, por casi matarte por mi, por ser mi mejor amigo...- me emocioné al pensar en todo lo que él había hecho por mi en estas últimas semanas, a pesar de llevar poco tiempo como amigos, me había parecido una eternidad y media al haber pasado tantas cosas juntos. Mi cuerpo al parecer ya le apetecía obedecerme y pude sentarme en la cama y darle un abrazo un poco torpe pero efectivo. A mi mejor amigo se le escaparon alguna que otra lágrima tras mis palabras que se secó rápidamente con la manga de la bata.
- Oye, sabes que con esta bata se me ve el culo?- me preguntó con los ojos muy abiertos, como si hubiese descubierto América. Puse los ojos en blanco con obviedad.
- Lo se, a mi también se me ve.- le confesé en voz baja.
- Que cuchicheais los dos?- nos preguntó Baren con curiosidad mientras entraba acompañado de su mate, una mujer guapísima de largos cabellos dorados y ojos miel, alta, esbelta y de piel bronceada. Se llamaba Samantha. Me encogí de hombros.
- De que teneis que arreglar esto de que se nos vea el culo a los enfermos. Es que acaso sois unos depravados?- les pregunté con una ceja alzada, provocando que ambos se sonrojaran. Me encantaba que fuese tan facil hacerles sonrojar a los dos. Me rei con ganas, al igual que Leo, antes de que fuésemos interrumpidos por unos suaves golpes en la puerta.
- Adelante, aqui parece que va a haber una fiesta!- exclamé alegremente. Por la puerta entró la última persona que pensé que entraría. Mi primo Jorge, el hijo de Daniel y Amy. Las lágrimas se me volvieron a escapar cuando él corrió a velocidad vampírica hasta mi para darme un muy fuerte abrazo.
- Has crecido, Jorge.- le dije entusiasmada. Él siempre se andaba quejando de que era bajito. Mi primo rió.
- Y tú más mayor. Al parecer, no has perdido el tiempo, eh!- me comentó en tono picarón señalando a tres de las personas a las que más quería en el mundo (Jared, Samuel y Shane). Me sonrojé intensamente, lo que provocó la risa de todos los presentes en la gran habitación. Si, como siempre tenía un montón de visita, me habían cambiado a la habitación para pacientes más grande que tenían. De pronto escuché unas voces terriblemente familiares.
- ... Y cuando la veas, por favor, no la abraces hasta matarla, acaba de recuperarse! Además, seguramente esté...- Amy y Daniel entraron por la puerta y el discurso de Amy se interrumpió cuando mi tío prácticamente saltó sobre mi para abrazarme. Tras ellos entraron también mis abuelos (los padres de Christian), Finnick y su pareja Ana, James, Josh, Jessy y Cris, Andrea, David, mi mamá y mi papá. Llevaba ya un buen rato llorando por la emoción que me suponía el verlos a todos allí reunidos por fin. Había estado Buscando lo que alguna vez fue mío y por fin lo había encontrado. Mi familia, porque eso es lo más importante.

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Hola!! Bueno, esto es algo así como un capítulo final cortito y lo siguiente que voy a subir es el epílogo. Dios, me voy a echar a llorar, en serio, esto ya se va a acabar!! Aun no me lo creo... Muchisimas Gracias a Todos Aquellos Que me Leen y que comentan y votan, lo significais todo para mi. Muchos Besos Cibernéticos Con Sabor A Nutella Para Todooooos!!!