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Capitulo 24

   "Solo si tu me lo pides"

Anuncio parroquial, el nombre de Ashley (La novia de Beau) será cambiado a Brianna, sin más que decir a leer.

They don't know about us- One direction.

Tanner:

Faith era hermosa.

Y siendo honesto, incluso esa palabra le quedaba corta.

Pero no era solo eso lo que la diferenciaba del resto. Era la manera en la que sonreía y se le marcaban los pómulos enrojeciéndole la nariz y logrando que sus enormes cejas le cubrieran una parte significativa del párpado, que sus ojos avellana se llenaran de vida y te hipnotizaran al punto de saber que nunca verías nada similar. Que, a pesar de tener un mal día, podía dejar todo de lado por ayudar a las personas que le importaban, era tan sincera que lastimaba y sospechaba que era capaz de ocultar un mar de cosas con tal de no preocupar a nadie, porque la idea de verse indefensa le molestaba tanto como una piedra en el zapato, era única, extraordinaria, no importaba lo mucho que creías tú la conocías, siempre lograba sorprenderte. Siempre cambiante, evolutiva.

Y eran esas razones y las que no nombraba, las que me aterraban tanto, porque descubrí lo diferente que era, un diamante en un mar de rocas vacías. Y en el fondo sabía que no iba a encontrar a nadie igual, jamás conectaría tanto con otra persona, porque solo ella tenía el poder de saber que nervios tocar para sacar lo mejor de mí.

Ella era de este pequeño círculo de humanos extraordinarios que solo se te presentaban una vez en la vida, y una vez que los conocías, ya nada te llenaría igual.

Estaba loco por ella, y no era algo de un rato, tenía años pilladísimo. Llevaba toda la vida fantaseando con tomarla de la mano, salir a citas, intercambiar obsequios de Navidad, vacacionar por alguna playa cercana, besarnos a la luz de la luna o cuando se me hincharan los huevos; pero en cambio, todo este tiempo solo pude conformarme con dos que tres discusiones en clase por quebrarle la paciencia.

La cabeza se me estaba yendo por el canal de la locura, de nuevo. Al menos cuando salí con Hatice, el flechazo que le tenía disminuyó poco a poco, pero nunca del todo, siempre estaba ahí, presente, recordándome lo que jamás iba a tener, lo que siempre quise, pero no conseguiría por ser idiota. He incluso ahora, fingiendo una relación, sabía que las cosas no terminarían muy bien para mí, ni para las ilusiones de mi yo de seis años que fantaseó con llegar al altar con pañuelitos coloridos.

La había cagado, hasta el fondo.

No me puse a pensar en que lo que dije, pudo haber repercutido en ella de manera negativa. Nadie analiza lo que dice hasta que ya hizo daño. Al menos yo no lo hacía.

Pero sabía que no era culpa de ninguno, sino de toda la mierda que arrastrábamos. De todo lo que vivíamos por separado, estaba harto de esto, de no poder hacer las cosas bien. Le había confesado que siempre estuve interesado en ella, le dije que la quería ¿Cómo algo tan importante para mi tuvo que terminar tan mal?

No quería que me odiara, tampoco que sintiera que no podía ser libre a mi lado, que pensara que la juzgaría o que la intentaría sobreproteger como todos los demás lo hacían, ahora entendía todo. Sabía que la había pasado mal con Roger, que lo que tuvieron al inicio de su relación cambió drásticamente cinco meses después, al parecer ninguno hizo buena elección de pareja en el pasado.

Arranqué la camioneta, esperando que regresara, que al menos me permitiera irla a dejar, pero dudaba que eso fuera a pasar, Faith era demasiado orgullosa, mucho más que yo. El móvil sonó anunciando un mensaje nuevo, era Hope, venía por ella, lo que me faltaba, que esto se supiera.

Esperé cinco minutos, mirándola de lejos, la imagen de sus cicatrices me vino a la cabeza de pronto, las de lágrimas que no se permitió soltar, sabía que tarde o temprano las vería, pero la manera en la que lo hice fue incluso más traumática de lo que esperaba.

Estaba enojado, no podía creer lo mal que la había pasado, era de las mejores personas que conocía, inclusive metiéndome con ella, era prudente y respetuosa —al menos en la mayoría de los casos—, siempre hallaba la manera de poder ayudar, aunque el problema no le competiera directamente, como lo hizo conmigo.

No sabes lo que pasa la persona que más sonríe hasta que descubres que esa sonrisa jamás fue real. Que todo fue fachada para no volver a preocupar a nadie; era tan recta y consciente que jamás me di cuenta que lo que creí era un problema de noviecitos llegó a derrumbarla a tal punto de ya no poder confiar en nadie.

Una mala relación te destruye por dentro y por fuera, esa era la consecuencia.

Y con lo que le gustaba ayudar a los casos perdidos, estar con Roger la carcomió de a poco, y ese imbécil aun después de todo lo que le hizo pasar seguía sin dejarla ir. Siempre estaba ahí, cerca, haciéndole revivir todo lo que quería superar. No pude esperarla, salí del estacionamiento de un acelerón, sabía a donde tenía que ir, y aunque quizá no estaba pensando con claridad, no pude detenerme.

Ni siquiera estacioné la camioneta, en cuanto llegué al bar la moto de Vicco apareció en mi radar, ahí estaba, con Poppy, Beau, Brianda, Matt y Thomson, pero mi objetivo no era ese, sino el grupo de imbéciles que estaba a unos metros.

Roger reía con Ryan y los demás idiotas, a su lado derecho se encontraba Hatice y para mi sorpresa, Susanna.

—¡Dixon a dónde vas! —La voz de Poppy llegó a mis oídos, pero decidí no prestarle atención, Roger volteó el rostro en cuanto escuchó mi apellido y a mí no me hizo falta más para lanzarle el primer golpe.

No era de pelear, eran contadas las veces que me había metido en una discusión, y siempre eran en el campo de Lacrosse, pero esta vez no me quedaría con las ganas.

Los gritos comenzaron a escucharse, las personas se reunieron en círculo, Roger estaba en el suelo sin poder creer lo que acababa de pasar, la adrenalina me recorría por el cuerpo a una velocidad impresionante entumiéndome los músculos. Estaba sangrando por la boca, no sabía cuánta fuerza había puesto en aquel primer puñetazo, pero fue la necesaria para dejarlo sin habla, se puso de pie, pero no dejé que diera un paso más, esquivé el primer golpe que intentó lanzar del lado izquierdo aprovechando su guardia baja para golpearlo en las costillas, cayó de rodillas al suelo.

—¡Ahora ya no eres tan valiente! ¿Verdad? —grité—, ponte de pie, ahora tienes a alguien de tu tamaño, párate cobarde.

—¡Eres un maldito animal Tanner! ¿Qué coño te pasa? —Hatice corrió a su lado para ayudarlo a ponerse de pie—. ¿Tan traumado estás que no soportas que esté con alguien más?

—¡Cierra la boca Hatice! Ya quisieras que fuera por ti, pero créeme, ni siquiera estando juntos lo hubiese hecho —Parpadeó sorprendida, jamás le había alzado la voz, ni a ella ni a nadie.

—¿Te crees invencible acaso? —Preguntó Roger recuperando la compostura—, es por ella ¿No es así? ¿Qué te pesa? ¿Qué yo si me la haya podido follar y tu ni con el carro costoso de tu papi puedas llevarla a la cama?

Y eso fue todo lo que tuvo que decir para que el poco autocontrol que me quedaba se evaporara de mi sistema, me lancé importándome muy poco todo lo demás, quería callarlo, que pidiera perdón de rodillas por haberse aprovechado de la bondad de una persona tan especial como Faith. No pudo conectar ningún golpe, le sujeté los dos brazos con una sola mano, apretándoselos en el pecho haciéndolo toser, lo tomé de la barbilla con fuerza hasta que gritó.

—¡Repite lo que dijiste! Hazlo, para que entonces veas como te dejo sin dientes.

—¡Tanner suéltalo ya! —gritaron Hatice y Susanna a unísono, los oídos me zumbaban de la excitación, quería que se arrepintiera. Y si la manera de hacerlo era destruyéndole la cara, no me importaba.

Sentí unos brazos tomándome del torso y los hombros tratando de alejarme, pero no me permití soltarlo, forcejeé hasta que no me quedó más alternativa que dejar una mano libre.

—¡Tanner basta! —Gritó Poppy—, le has dado su merecido, suéltalo ya —Pero no lo hice, apliqué tanta fuerza en el agarre que le rompí la camisa.

—Suéltame —grité tratando de alejarme de Vicco quien no parecía tener la intensión de hacer caso—¡Suéltame Vicco!

—Dix no lo vale, no lo vale hermano, te hará mal, cálmate ya.

—¡Y una mierda! Haré que pagué, haré que sufra.

—¡Eso no la hará sentir mejor! ¡No seas imbécil y piensa! —Me gritó Thomson sosteniéndome la cara para que le hiciera caso.

—¡Eres un maldito trastornado! Con razón Hatice te dejó —Contestó Roger quien era sujetado por Ryan y Jake.

Vicco y Matt voltearon la cabeza al mismo tiempo, notando lo que Roger acababa de gritar frente a la mitad de estudiantes de Reeinder. Los dos decidieron soltarme, caminé con pasos gigantes hasta estar a milímetros de él, chocamos las frentes por impulso.

—Repite lo que dijiste.

—¿Acaso no la conoces? —Preguntó alejándose con una sonrisa sarcástica—, a Faith le gusta tanto que las personas se peleen como que la cuiden, te va a dejar por imbécil.

—¿Entonces es eso? ¿Te jode?

—Vete a la mierda Dixon, déjalo en paz, ya tienes a quien siempre has querido, ahora lárgate de aquí —añadió Hatice jalándolo de un brazo.

—Hazle caso, vete antes de que ahora seas tú quien termine con los dientes en el suelo —Agregó Ryan.

—¡Me importa muy poco que opine ella! —Contesté.

—¡Jake! Llévatelo de aquí —Ordenó Poppy, pero Roger carcajeó descolocándola, Jake apretó los dientes.

Sabía que Jake Forest era un estúpido, pero había un motivo enorme que lo podía aterrizar, y ese era Poppy.

—¿Por qué vienes a golpearme? Que yo sepa, Faith se follo a tu hermano descaradamente, te estas comiendo mis sobras y las de tu hermanito, estas en la mierda Dixon.

—Escúchame bien Roger, escúchame porque no lo repetiré —Lo jale de la playera ahora rota para tenerlo cerca y que se grabara lo que tenía que decir—, si yo te veo cerca de ella, si me entero que hablaste y dijiste su nombre, que la miraste, o que incluso te acercaste a menos de un kilómetro a la redonda, te prometo que te acabaré, esto no es una jodida amenaza, es una advertencia.

—No te tengo miedo.

—Pues deberías, porque por ella soy capaz de arruinar todo lo que todos ustedes aman —Tragó saliva, pero no relajó el rostro—, espero que te haya quedado claro.

Di media vuelta con el temor de que pudiera golpearme por la espalda, Matt caminó a mi lado sin decir nada hasta que escuchamos su risa, paré en seco, mirándolo de reojo.

—No creas que esa chica me importa, siempre ha estado jodida, desde que la conocí, su hermano es un idiota que solo piensa en él, al igual que todos sus amigos, aprovecharme de su vulnerabilidad no fue nada nuevo para ella —Añadió—. ¿Quieres que te cuente como fue que se volvió la porquería que es ahora?

Ya iba de regresó cuando un puño a su lado lo tiró al suelo, era Jake.

Todos quedamos con la boca abierta de la impresión, Hatice y Susanna dieron un paso atrás al igual que Ryan.

—Te lo advertí Roger, ahora estás solo.

Jake sacudió la mano con la que había golpeado a su ex mejor amigo y camino hacia nosotros sin esperar que alguien lo siguiera, Roger no decía nada, creo que era imposible que se hubiera esperado aquello.

—Yo te llevo —Informó subiéndose a mi camioneta, no dije nada, me acomodé del lado del copiloto viendo como todos los demás se iban en sus respectivos vehículos.

Los primeros tres minutos de viaje fueron silenciosos, demasiado, y yo no hacía más que pensar en lo que Roger había dicho, tenía razón, Faith me iba a matar.

—Dudo mucho que se enoje contigo.

—¿Disculpa?

—Faith, quiero decir.

—No estaba pensando en eso —carcajeó sin quitar la vista del frente.

—¡Dios! Los dos son pésimos mentirosos.

—¿Qué te hace pensar que aún la conoces Jake? Hasta donde yo sé, tiene años que tú y ella no intercambian ni miradas.

—Las personas cambian Dixon, es verdad, pero por mucho que Faith madure, jamás dejara de ser la niña que todos conocimos, ¿Puedo preguntar qué ha pasado?

—Lo mismo podía preguntar yo —asintió soltando un suspiro.

—Las personas cambian, pero no dejan de ser ellos mismos Dixon, ya te dije, hay un límite para todos.

—¿Y decidiste que seis meses antes de terminar la escuela era un excelente tiempo para recuperarlos? Conozco a Faith, sé que tarde o temprano terminara disculpándote, ¿Pero Brenna y Danielle? Dudo que tengas tanta suerte con ellos.

—Lo sé.

—¿Entonces? No confió en ti, todo puede ser planeado —Aseguré acomodándome en el asiento, estaba incomodo, tenía años sin conversar con Jake sin querer matarnos.

—No te estoy pidiendo que confíes en mi Dixon.

—Tampoco creo que lo haga Poppy.

—Me lo tendré merecido —Era demasiado bueno para ser verdad, que Jake estuviera aceptando todo esto era como ver por primera vez los colores.

—¿Qué esperas que te digan Danielle y Brenna? Al final eran tus mejores amigos —Pregunté curioso.

—Lo eran.

—¿Entonces? Si conozco a alguien más orgullosa que Faith, esa es Brenna.

—Ella no me necesita ahora.

Aparcó la camioneta frente a mi puerta, bajamos al mismo tiempo, di vuelta hasta estar a dos metros de distancia, me lanzó las llaves sonrientes.

—Jake.

—¿Si?

—¿Y quién si te necesita? —Pregunté temiendo la respuesta, rió a lo bajo.

—Creo que ya sabes quien Tanner.

Dio media vuelta alejándose sin decir adiós, miré de reojo la casa de Faith, solo estaba encendida la luz del jardín. Su FIAT amarillo arrancó desconcertándome, se paró a lado de Jake quien dio la vuelta y subió carcajeándose, desapareció de mi radar cuando dobló la esquina.

Ella ya se había enterado, y lo que era peor, estaba seguro que me gritaría hasta de lo que me iba a morir por la mañana.

Eran las tres de la madrugada y yo seguía pegado al ordenador, había estado leyendo sobre la depresión y la autolesión en las últimas cuatro horas, no podía parar de hacerlo, una vez que empecé solo me hicieron falta unas cuantas paradas la baño y no medicarme para quedarme despierto. Habían cosas que concordaban con los comportamientos de Faith y otras que no, era tan incierto como confuso.

Leí que a veces este tipo de autolesión no se hace por intentar quitarse la vida, sino más bien era una forma dañina de enfrentar el dolor emocional y la frustración. Podía traer a la persona en cuestión calma momentánea, pero pasado el tiempo regresaba la culpa y las emociones dolorosas.

También estaban los casos en los que los cortes ya no llegan a ser suficientes... pensar en algo más fatídico me provoco un miedo terrible.

Uno de los puntos que más me llamaron la atención, era la ansiedad que los cortes te provocaban tiempo después de hacértelos, el frotamiento en el área afectada podía ser un indicador de incomodidad y lapsus de ansiedad. Sospechaba que Faith no solía lastimarse porque quería, sino porque era un recordatorio de que todavía podía permitirse sentir algo más.

—Una pelea, no dormir y pausar la medicación, creí que las cosas estaban mejorando.

—Lo están.

—¿Qué fue lo que sucedió? Sé que no te gusta la violencia y que generalmente eres muy bueno controlando tus impulsos.

—Esta vez no pude dejarlo pasar.

—Ya veo —Lucille se encontraba con el semblante sereno, pero desde que había llegado solo me miró una vez, escribía y escribía en su ordenador sin parar.

Estaba jodido.

Sabía que no tomar la medicación en ocasiones esporádicas no me traería ningún problema serio, pero a sabiendas que nada de lo que me había recetado me funcionaba actualmente para dormir, me preocupaba, no quería que terminaran recetándome somníferos.

Ya de por si me era imposible mantener un rendimiento adecuado en los entrenamientos, si le metía más mierdas de esas a mi cuerpo no iba a poder tolerarlo.

El TDAH no solo era un trastorno que te jodia la atención, las personas que lo padecíamos teníamos un funcionamiento cerebral distinto, puede llegar a afectar nuestro criterio y sentido común, el agotamiento mental era un rasgo notorio y como era mi caso, la impulsividad; no solo podíamos experimentar problemas de conducta, sino que también se nos podía agravar a tal grado de padecer más de un problema, la ansiedad y bipolaridad eran los más comunes según sabía.

—Tanner, no puedes dejar que estos momentos de impulsividad te sobrepasen, recuerda que en el caso del TDAH los problemas de impulsividad no solo van de la mano a la violencia, ese ya es un rasgo personal, eres propenso a la adicción a las compras entre otras cosas.

—No he tenido deseos compulsivos de comprar para sentirme recompensado.

—Necesito que si eso sucede...

—Te diré, lo sé.

—Hablemos de lo que has escrito en la bitácora últimamente ¿Te parece?

—No creo que haga falta aclarar algo, todo está ahí.

—¿Quién es Faith? —La pregunta me llegó por sorpresa, era obvio que terminaría haciéndola, pero Lucille tenía la costumbre de no prepararme para ello.

—Mi novia.

—Tu novia —Repitió sonriendo—. ¿Es la chica con la que finges una relación?

—Es lo mismo.

—No lo es Tanner, platícame de ella.

—Ya dije que todo lo que quieras saber está ahí escrito.

—No quiero leerlo, quiero que tú me lo cuentes.

—¿Te puedo hacer una pregunta antes? —Asintió sin decir nada—. ¿Qué sabes de la autolesión?

—¿La autolesión?

—Si.

—Ya veo —Respondió llevándose las manos a la barbilla—, el termino científico por el que la mayoría de las personas lo conoce es Conducta autodestructiva.

—¿Sabes por qué se deriva? ¿O que consecuencias trae? —Asintió recargándose en la silla para estar más cómoda.

—Si tu pregunta es si trae consecuencias fatídicas, no en la mayoría de los casos, la autolesión va más de la destrucción deliberada de uno mismo, pero no se trata como trastorno sino más bien como un problema de conducta perjudicial para manejar las emociones —Añadió—, no solo es por una causa o por llamar la atención como la mayoría de las personas suelen decir, es un problema serio.

—¿Qué tan serio?

—Lo suficiente como para enviarte a una clínica —Contestó—, no es algo que la persona pueda controlar una vez empiece el ciclo, es algo que te atormenta mentalmente, la falta de control en las emociones fuertes perjudica la paz mental de más maneras de las que uno pueda entender.

—Ya veo.

—Puede llevar a un deterioro más recesivo Tanner, no es algo que puedas dejar pasar a la ligera, en la mayoría de los casos la autolesión viene acompañada de la depresión y la ansiedad, las personas poco profesionales llegan a asociar los casos de Autolesión No Suicida como una forma de manipulación, pero en el 95% de los casos no es así, para ejercer un tipo de culpa hacía otra, la persona debe presentar muchos más síntomas que ese, como el narcisismo ¿Por eso te has quedado despierto?

—Si.

—¿Quién se autolesione en tu entorno Tanner?

—Nadie.

—Necesitas serme sincero en estos casos, por tu comportamiento pasado...

—Sé que es lo que puedo llegar a hacer por alguien que me importa Lucille, pero no es el caso.

—¿No lo es? —Preguntó seria.

—No, simplemente quería saber más de ello, estar bien informado.

—Ya veo.

—Deja de decir "ya veo" en ese tono, me pones los nervios de punta.

—Tanner, voy a ser sincera contigo, no puedes volver a descuidarte, no de la manera en la que antes lo hiciste, tu problema no puede dejarse así porque sí.

—Lo sé, es por eso que he sido riguroso en mis horarios, solo fue ayer y listo, la medicación de la tarde me la podre tomar sin problema.

—Yo te creo, sabes que hay confianza, es por eso que te estoy diciendo esto ¿Qué tanto te afecto leer sobre la autolesión? ¿Sentiste ansiedad al respecto?

—No, solo frustración.

—¿A qué?

—A no poder analizar bien las cosas.

—No todo tiene que ser analizable Tanner.

—Pero...

—A ti se te dificultan algunas cosas, que quizá a la persona en cuestión no, pero ¿Te has puesto a pensar en que es lo que se le dificulta y no externa?

—¿Hay dificultades que se notan?

—Por supuesto, hay algunas que siendo un tanto analítico, llegas a notar, pero hay otras que no, porque están muy en el fondo. El comportamiento humano es más incierto que el océano, es tan basto y tan cambiante que, cuando crees haber resuelto una parte, esta ya volvió a cambiar.

—Y con mis neuronas cero funcionales, me voy a terminar volviendo loco.

—No siempre se puede comprender a las personas.

—¿Y qué se hace en esos casos?

—Bueno, hay muchas respuestas, pero en mi opinión profesional, te diría que ser empático ayuda.

—¿Y si quiero una opinión más personal?

—Entonces te diría que, en ese caso, cuando te encuentras a esta clase de personas muy poco comunes, la mejor alternativa, es ver a través de sus ojos, escuchar, guardar silencio, tratar de ver más allá de las heridas y el dolor, las personas que sufren no son solo problemas.

—Lo se...

—No presionar también es clave y, sobre todo, querer.

—¿Y si en problema es ese? ¿Que las quieras?

—El problema para quien Tanner ¿Para ti o para esa persona?

—Yo... no lo sé.

—Los humanos solemos desesperarnos con las cosas que no entendemos, pero recuerda siempre, que todos tenemos una forma diferente de demostrar el cariño.

—Si si, nadie quiere de la misma forma bla bla, dime algo nuevo Lucille.

—Vale, cambiare las palabras, así como las personas te quieren como ellos pueden y no como tú quieres, así también sufren, no hay sufrimiento igual en la tierra, así sea por la misma razón, a ti te puede doler un 5% y a esa persona un diez.

—Tiene sentido.

—Empezaremos con la terapia conductual y física después de las vacaciones, o quizá antes ¿Estás de acuerdo? Así tienes tiempo para prepararte mentalmente para ello.

—De acuerdo, quería pedirte permiso antes de irme.

—No, no puedes volver a golpear a alguien como bestia —Rodeé los ojos frustrado.

—No es eso, quisiera saber si puedo pausar la medicación el fin de semana, me voy de viaje escolar y quisiera poder beber un poco.

—¿Cuándo dejarías de tomarla?

—Pues, no lo he hecho hoy, así que desde este momento hasta el lunes.

—De acuerdo, pero si notas algún cambio brusco, llámame.

—Lo haré, gracias por todo Lucille.

Llegaría para la tercera clase, la suerte de tener sesiones del psiquiatra temprano, era lo que disfrutaba saltarme la del profesor Colbat, ya no lo soportaba tanto como los primeros dos años.

Tenía la cabeza hecha un lio, entre la pelea de anoche, Faith yendo a dejar a Jake, tener que esperarme sus insultos por comportarme como un animal y hablar con Hope de lo sucedido, decir que mis nervios aumentaban a medida que entraba al estacionamiento del colegio era decir muy poco.

—¡Tu¡ ¡Tu maldito pedazo de escoria humana!

—Buenos días a ti también Brenna, un gusto escuchar tu melodiosa voz a las diez de la mañana.

—No te hagas el chistoso ahora Dixon ¿Qué coño fue lo que le hiciste a Faith? —Arqueé una ceja como respuesta, Hope ya nos había alcanzado al igual que Danielle y Matt—. ¿Sabes el humor que traía en las primeras clases? Estuvo insoportable, se fue hace quince minutos.

—¿Por qué crees que eso tiene algo que ver conmigo?

—¿Cómo no? Le jodes la mente desde que te conoce.

—Pues para tu información Brenna, no le hice nada, tu novio podría confirmártelo.

—Basta Brenna, él no tiene la culpa —Dijo Hope esperando que a su novia se le bajara la rabieta, no funciono.

—Acaba de llegar B, él ni siquiera estaba aquí.

—No importa Danielle, no hace falta tener más de tres dedos de frente para saber que todo es su culpa.

—¿Y cómo has deducido eso? Con tu vasta experiencia en investigación me imagino.

—¿Pueden tranquilizarse? No es necesario tener una discusión —Añadió Matt tratando de calmar las aguas.

—No me malentiendas Dixon, tu existencia me importa un carajo hasta que esta afecta a mi mejor amiga.

—Y yo creí que la que afectaba el humor de Faith eras tú saliendo con Hope a escondidas.

—¡Buenoooo! Ya que esto está dejando de ser apto para todo el público, será mejor que sigamos la amistosa y educativa conversación afuera ¿Les parece? —Comentó Danielle saliendo a los jardines de la mano de Matt, decidí seguirlos.

La idea de Brenna explotando en el pasillo donde todo el mundo podía escuchar lo que fuera que se le llegara a salir, no me parecía tan atractiva.

—Vale, ahora sí, griten todo lo que quieran —Dijo Matt.

—No puedo creer que no te funcione le cerebro ¿Cuántos años de madurez tienes?

—¡Ah! Empezamos fuertes entonces, no me había preparado para tal debate —Añadí rodando los ojos.

—No puedo creer como ella te soporta.

—Brenna, he estado siendo paciente, pero no voy a tolerar que sigas gritándome como si nos tuviéramos la confianza del mundo.

—¿Crees que voy a dejar que sigas metiéndote con mi mejor amiga como lo hacías antes? Estas equivocado.

—No sé cuántas veces más tengo que repetirlo, pero, aunque el mal humor de Faith fuera mi culpa, es algo en lo que no debes meterte, en especial si estás aquí para lo que asumo ella no quiso contarte, aprende a quedarte callada.

Me estaba pasando, yo lo sabía, pero estaba hasta la mierda de todo, no iba a seguir tolerando que se metieran en la relación —falsa o no— era algo privado, y si ella no había querido decir nada, no veía porque yo si tenía que hacerlo.

La única persona con la cual podía obligarme a ser paciente y pensante era con ella, no con sus amigos, o incluso los míos. No odiaba a Brenna, de hecho, la tenía en alta estima, quizá no fuera reciproco, pero sabía que era una excelente amiga. Aunque no era mía, y no tenía porque aguantar sus arranques de ira solo por estar con mi mejor amigo, no metería a Faith en la ecuación porque no tenía nada que ver con cómo se comportaban sus amigos.

Entendía la necesidad de Brenna por querer saber que pasaba con Faith, solían ser como gemelas siamesas, pero creo que todos tenían que entender, que Faith ya no era una niña, debían dejar de verla como una damisela en apuros, eso le jodía, yo lo sabía, ella también, y creo que ya venía siendo hora que alguien lo dijera en voz alta.

—Esto no tiene nada que ver conmigo Brenna, tiene que ver con todos y la manera en la que la quieren sobreproteger.

—No Dixon, nadie está hablando de eso —Contestó Danielle metiéndose a la conversación.

—Perdón Dani, pero no estoy hablando contigo, lo que les duele es eso, saber que Faith por primera vez está haciendo cosas sin consultarles, si está de mal humor creo que es más que respetable, no siempre puede ir por allí sonriendo como si estuviera loca ¿No ven lo mucho que la daña tragarse el enojo?

—Nunca la habíamos visto así, ese es el tema, no estás viendo la gravedad de las cosas Dixon —Respondió Brenna.

—No, tu eres la que no está viendo las cosas, que sorpresa, te das cuenta que está mal cuando su humor te afecta directamente, pero no te vi muy preocupada mientras te besuqueabas a su hermano.

Hope, Brenna y Danielle abrieron la boca con sorpresa, Matt no, él sabía que tarde o temprano sacaría este tema a superficie.

—Tu no dijiste lo que acabo de escuchar ¿Verdad? —Preguntó incrédula.

—Lo dije y lo escuchaste bien, aprendan a dejarla cambiar y su vida y la de ella mejorara un doscientos por ciento, no es una cría de cinco años, nunca lo ha sido, no vengas aquí a querer aparentar que son su caballero de brillante armadura, porque al único que he visto últimamente preocuparse por ella es a Ronald, Danielle suele esperar a que esté lista para hablar ¿Pero tú? —pregunté haciendo una pausa—, así como hubo cosas que no le dijiste, me supongo que ella también.

—No es justo que metas aquí lo de Hope.

—No Brenna, así como tampoco es justo que me eches la culpa de las consecuencias que salir con el hermano de tu mejor amiga conlleva, no, su mal humor no es ni será jamás por mí.

—¿Tan seguro estás de eso? —Preguntó con expresión dolida, agaché la cabeza, apenado.

—Sí, ahora, si me permites, tengo clase, si quieres saber algo más, pregúntaselo, que yo ya estoy hasta la mierda de darle explicaciones a todo el mundo de lo que tenemos, eso te incluye Hope.

Pase a su lado sin mirarlo, me sentía liberado, probablemente Faith me arrancaría las pelotas por haber hecho esto, pero ya era momento que alguien se importara por lo que realmente le afectaba.

Las clases se me hicieron eternas, le había mandado más de mil mensajes y en ninguno obtuve respuesta, me daba miedo su silencio, no interesaba la guía, la paga o el trato, todo eso me importaba muy poco, ella era lo que me preocupaba.

Poppy estaba molesta por agarrarme a golpes como un bruto, Danielle no había tomado nada bien lo que le dije a Brenna así que Matt estaba con él tratando de consolarlo, Hope quería arrancarme la cabeza con la mirada, Ronald no me dirigía la palabra, tampoco Thomson, y Beau no había venido a la escuela, estaba más solo que una iglesia en lunes.

Pero, sorpresivamente, me sentía bien, como si una carga que no sabía llevaba en los hombros hubiese desaparecido.

—¿Se siente bien? —Preguntó Vicco legando a mi lado, bajamos las escaleras de la entrada juntos—, decirlo quiero decir.

—Los chismes vuelan en esta escuela ¿Verdad? —Pregunté rodando los ojos.

—Quizá más de lo que crees —Dijo señalándome el lado izquierdo con la cabeza.

Allí venia ella, caminando en mi dirección, solo esperaba que si quería golpearme no lo hiciera en la cara. Tres segundos después ya tenía sus brazos cruzados por detrás del cuello. No creía que un abrazo te pudiera hacer sentir tantas cosas, me era imposible creerlo en el pasado.

—Tu y yo estamos saliendo, ¿No es así?

—Con razón sentía que te conocía de algo.

—Si vuelves a pelearte con alguien, quien sea, juro que no vivirás para contarlo —Susurró, reí a lo bajo.

—Tendré que pensarlo.

Deshizo el abrazo lentamente, nos miramos, y por primera vez en estos cuatro meses me permití creer que sus ojos destellaban lo que sus labios no decían.

—Vamos, tenemos unas maletas que arreglar—Asintió mientras me tomaba la mano.

—¿Tanner? —Preguntó llegando al sitio en donde tenía aparcada la camioneta.

—¿Si Fairy?

—No vuelvas a golpear a alguien por mí, no sabría qué hacer si te llega a pasar algo.

—Solo porque tú me lo pides.

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