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14.- Problemas

— ¿qué crees que sea?

Camus se removió bufando mientras se colocaba una almohada detrás de su espalda, su estado avanzaba satisfactoriamente ante la dicha de Seraphina. Selene rogaba que sea una niña para de esa manera no tener que compartir sus joyas con su consuegra la cual disfrutaba las joyas del tesoro como si fueran suyas.

—eso no importa madre—miró el lado vacío de Milo y suspiró pesaroso—solo deseo que Milo regrese completo de esa maldita guerra.

—tu marido regresará bien, Hijo—consoló ella—es un joven muy diestro y de caracter firme—traerá la cabeza de aquel tipejo en bandeja de plata.

—espero—dijo el joven cerrando los ojos dispuesto a descansar, Seraphina se dispuso a irse, cuando la voz del joven—¡ no te vayas mamá!

Eso era lo que quería oír, por lo que contenta se sentó en la cama mientras peinaba los lacios cabellos de su vástago que se adormeció. Deseaba que una vez que cesara esa guerra, Antares rompiera relaciones diplomáticas con el reino de su ex-esposo, una mera fantasía porque Milo mantenía buenas relaciones con Dégel y además que su hermano mayor era esposo de Dégel.

—espero que sea un niño...—su sonrisa se tornó oscura—así tendría más derecho para reclamar el trono que te arrebataron...

***********

La carta de Sisifo llegó al tercer día. Los hombres tenían instrucciones de interceptar cualquier cosa que llegase para los jefes del ejército por lo que la misiva fue destruida sin siquiera ser abierta.

De día el ejército libraba pequeñas escaramuzas con mercenarios, por la noche bebían y charlaban y hacían la vida íntima y privada de sus compañeros su parque de diversiones.

No se atrevían a hablar de Sus Señores, no querían replicar las obscenidades que hablaban esos dos cuando estaban enredados en la cama. Y no siempre Kanon y Aioria se la pasaban intimando como la mayoría de sus hombres imaginaba, a veces solían desvelarse haciendo guardias y cuando no dormían como un par de amigos más.

Si tenían sexo se encerraban temprano y se tornaban vulgares para sonrojo de los centinelas que custodiaban su tienda.

En cuanto al mensajero de Marin fue esposado y puesto con los caballos como castigo.

Hilda y su gente avanzaban a paso de tortuga, los caminos estaban siendo despejados de a poco, mientras que el monstruoso ejército de los tres reyes avanzaba a la par que la flota, las serpientes por el calor del sol se agitaban violentamente en sus cestos provocando que los soldados de Antares que se decían no temían ni a sus escorpiones se apartaran aterrados de la caravana que trasladaba a lo que sería empleado como arma biológica.

Milo contaba los días que faltaban para que su hijo naciera, quería que esa tonta guerra acabara antes de finalizar, además que deseaba que su esposo haga las paces con su padre al que a pesar de su fachada seria sabía bien que este sufría su lejanía.

Una de esas tardes, Dégel llegó hasta su tienda sin escoltas, cada reino tenía su espacio para evitar incomodar a los otros, Kardia en su curiosidad se fue a fisgonear los cestos con víboras ganándose unos cuantos regaños de la damas que custodiaban esas cosas, pero luego de convencimientos y alianzas productivas, accedieron a enseñarle como debía atacar al enemigo con aquella arma.

El monarca descendiente del primer rey Acuario fue recibido con honores por su yerno que se hallaba leyendo varios planos de la ciudadela de Giudecca, su plan era enviar espías que escalasen la muralla de la misma, penetraran en ella y una vea adentro estudiar los puntos débiles de la capital y de esa forma atacar a Radamanthys.

—¡ Alteza!—saludó Dégel, Milo sonrió al ver a su suegro y cuñado a la vez.

—¡ Majestad!—a pesar de su tratamiento ambos eran soberanos con la diferencia de que uno era un principado y el otro un reino—un día de estos pensaba acudir a su campamento para aunque sea armar un festín...

Dégel se rió con ganas, pero calmó su risa porque había acudido por un tema que los unían en especial... Camus. 

Milo lo supo cuando vio la postura del mayor y sin dudarlo lo invitó a sentarse en una silla de cedro forrada de terciopelo azul, Milo tomó la iniciativa.

—ambos están bien... todos están ansiosos en que nazca.

—me alivia saberlo, sin embargo—endureció su expresión—su madre, ella es la que me preocupa...

—por Lady Seraphina no debe preocuparse, Calvera la vigila y mi madre a pesar de su carácter difícil no permitirá nada—apartó los planos para mostrarle una carta que escribía cuando tenía tiempo—ahora mismo le escribo diciéndole que lo extraño y que lo amo. ¡ Si desea Majestad le trasmito sus palabras en la carta!

—no me trates de usted, somos iguales, aquí y donde sea...

Los escorpios tan auténticos.

—por ahora no—entristecido Dégel dejo la hoja sobre las manos de su yerno—me importa que todos lo que amamos estén bien y que ese demente no quede impune por sus crímenes.

—como desees Dégel—para animarlo decidió contarle sobre el embarazo de su amado principe—Camus está seguro que es un niño pero mamá dice que es niña, no estaría mal tener una heredera, no soy selectivo con eso. ¿ Tú que crees?

—si es niña tendrías que soportar a cuatro mujeres—ante eso Milo se rio—pero serías dichoso tal como yo que aunque conozco poco a mi hija, ella ha sido mi apoyo en todo este tiempo.

—no lo dudo—dijo palmeando su hombro—no está lejano ese día en que Camus regrese a ti y que entienda que un trono no lo es todo...

Dégel se quedó charlando con su suegro hasta bien entrada la noche, este regresó a su campamento en silencio pensando en todas las palabras dicha a su persona.

*************

Salones privados de la familia Sagittarius.

—tío—cuestionó Regulus al castaño que en esos momentos esperaba a la heredera del Conde de Aquila, Marín—estamos en guerra...

—lo sé y en mis manos está gobernar con prudencia junto al resto de nobles—se calló cuando la elegante figura de la joven pelirroja ataviada con un exquisito vestido rojo y adornada con joyas como diamantes y perlas desde las muñecas hasta el cuello entraba precedida por su mayordomo—¡ vete Regulus!

El joven imaginó lo que planeaba su tío y aquello le heló la sangre. Acaso no era suficiente la pérdida de Aioros y Shura como para llevar la desgracia o lo que sea a Aioria que por lo que sabía de las cartas cifradas a Aioros era feliz al lado del gemelo del Regente del reino y Canciller, Saga Geminae.

—¡ no lo hagas tío!—dijo con voz suplicante—enfócate en el gobierno y en que mi primo se recupere de esto...

Sisifo le dirigió una terrible mirada que hizo retroceder al adolescente. Marín aguardaba de pie a escasos metros,  en tanto se arreglaba las joyas de sus muñecas. Regulus no le simpatiza por que el adolescente apoyaba la relación de Aioria con Kanon algo que a ella la perjudicaba.

Pero Regulus le contaría en su habitual escapada, en la primera fue al refugio de gatos y había adoptado otro gato, en esta iría donde el mismísimo Saga Geminae al cual buscaría en su oficina y ver si él podía advertir a su hermano gemelo del ardid que se planificaba en su contra.

Y no se equivocó... 

Marín informaba a Sisifo que hacía unas horas bajo amenazas a uno de sus sirvientes le ordenó que escribiera una carta dirigida a Kanon y la firmara y sellara con el anillo de su padre.

Omitió decirle que envió un asesino para el gemelo el cual falló y tuvo que recurrir a otra táctica la cual estaba detallada en la misiva.

Sin embargo, Sisifo también había echo lo mismo... en la misma le urgía que terminara con esa burla de matrimonio que tenía con su sobrino y que se hiciera cargo del ejército el cual avanzaba lentamente dado a que eran tres, por los tres reinos. Y además si no deshacía su unión con Aioria, tenía espías con órdenes de indisponerlo ante el castaño menor.

Pero ya la misma había sido reducida a cenizas sin ser leída.

*************

—mph—musitó Aspros al despertarse—¿ Deuteros?

—aquí—habló la voz áspera de su gemelo—¿ te duele la cabeza?

Aspros agradecía los años de entrenamiento duro porque el panorama era peor que una trinchera polvorienta y llena de hollín. Cualquier otro hubiera enloquecido y se suicidaba.

Deuteros mantenía el ceño fruncido, su pie derecho lucía una pesada cadena que al tratar de moverla hacía un chirriante sonido que lastimaba los oídos.

—¿ hace cuanto que estamos en esta pocilga?—indagó el mayor incorporándose con dificultad.

—hace varios días—respondió encogiéndose de hombros—parece que has perdido la noción del tiempo, no te culpo, esos infelices te golpearon con saña.

Frente a ambos había vasos de cobre gastados, platos de barro sobre una mesa carcomida. Al parecer pretendían hacerles pasar una estadía por demás miserable y con muchas privaciones de por medio.

Deuteros se preguntaba en medio de su desdicha si Asmita ya lo sabía, bueno de seguro que si y conociéndolo se había trasladado a su antiguo palacio a exigir respuestas.

—espero que tu antiguo prometido venga con sus gorilas—espetó el menor con evidente burla refiriéndose a Milo y sus soldados los cuales algunos sobrepasaban el metro ochenta ejemplo su Comandante, Aspros chasqueo la lengua no dispuesto a compartir la broma—tsk, olvidé que te gustaba Kardia, pero como ya es rey de mi antiguo reino...

—muy chistoso, te recuerdo que somos animales prisioneros de este uniceja y que si no permanecemos juntos nos ejecutará para su diversión.

—no me lo tienes que repetir....—esperaba que su rubio hiciera algo porque quería estrecharlo en sus brazos, pero a decir verdad Asmita aún no se presentaba en su antiguo palacio, pasaba sus días con Shaka su amado hermano y las noticias de guerra y todo eso no llegaban al monasterio real.

Aspros no se quedaría tranquilo idearía una forma de escapar de ahí antes que llegaran más prisioneros de guerra y Deuteros tenía que dejar de pensar un rato en su Asmita y ayudarle en su plan de fuga. 

Con Radamanthys y Pandora.

—el sello de Aquila-Pandora tomó entre sus dedos sembrados de anillos la carta firmada por el referido noble—pide la cabeza de Kanon Geminae...

El rubio de ojos ámbar se rió, era una risa sin humor.

—ahí está inmersa la mano de una mujer—comentó tomando la hoja para leer la línea destacada por su pareja.

" Ruego, señor Gobernante que se encargue de alguien muy especial y que representa un peligro a mis intereses como padre...

Se trata de Su Señoría, el Marqués de Almar-Valenius, Kanon Geminae. El cual para desagrado de mi aliado, Su Excelencia Sisifo Sagittarius, tuvo la osadía de contraer matrimonio con Su Alteza Aioria Leons-Sagittarius, quien era prometido de mi hija desde la más tierna adolescencia y aquella unión es ilegal y va en contra de los acuerdos pactados con la familia Sagittarius.

Espero me haya comprendido lo que pretendo decirle... deseo ver su sangre derramada en la llanura de Denébola" 

Radamanthys arrugó con evidente desprecio la carta, era un desperdicio matar a Kanon, ni aunque sobornara a uno de sus hombres para que lo asesine en medio del fragor de la batalla, era lo que deseaba... él tendría un plan más beneficioso sin involucrar muertes innecesarias. 

Sin contar que en aquella batalla de hacía días, hizo añicos a su mejor batallón evitando de esa manera que se llevara a cabo la idea de capturar a Aioria por lo que abandonó aquello.

—celos querida... una mujer despreciada en favor de un brillante soldado que de seguro dejará descendencia pronto de lo que imaginas.

— qué harás?—indagó curiosa Pandora mientras repasaba los tensos músculos del rubio.

—su vida a cambio de que la guerra no toque a ese mísero territorio y por consiguiente su querido no será tocado, pero debe alejarse de él...

—lo odiará lo sabes—se inclinó para besar con sus carnosos labios la barbilla del rubio—no hagas caso a esa mujer y dedícate a seguir hostigando a esa gentuza hasta que se harten y luego arrasas sus reinos...

—me encantaría querida, pero tengo esta gran oportunidad en mis manos pero la haré a mi manera. Aparte que no olvido que masacró a mis hombres—tomó entre sus dedos una espada con restos de sangre—ese maldito Geminae me las pagará de la peor manera....

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Cuídense :D

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