cap 6 segunda parte
El retrocedió junto al príncipe.
- saldremos al pueblo...-aviso el príncipe.
Las grandes puertas se abrieron dejando ver un pequeño pueblo.
Había muy poca gente en ese pueblo al menos unos 600 habitantes. Eran tan pocos debido a que hace algunos años como por 1343 la peste bubónica había acabado con la mitad de Europa. Tardaron casi 49 años en restaurar el pueblo. Su padre le había contado algunas cosas. Cómo su abuelo con mucho esfuerzo restauró una parte del reino, luego cuando contrajo la peste negra tomo una votación del pueblo, coronando a su hijo rey a los 15, para que restaurará la otra parte. Y así no dejar al reino en ruinas después de su muerte. Así mismo su padre lo hizo también. Caso a sus dos hijos mayores con princesas del mismo país, para que como lo planeo enriquecieron las tierras.
-¿como es vivir en el pueblo?-pregunto.
-interesante.......
De nuevo el fuerte rugido resonó en sus oídos. Miro hacia arriba y un enorme dragón dorado voló encima de su cabeza derrumbando uno que otro puesto. El pelirrojo y el ojiazul se tomaron de las manos impresionados y comenzaron a correr siguiendo el dragón hasta unas colinas verdes con pinos y prados. Mientras corría sintieron el fresco viento golpear fuertemente su cara, llenando sus pulmones del aire con olor a pino y tierra mojada. Soltaron sus manos para correr más rápido y no tropezar, el ojiverde alzó sus brazos en el aire, cerrando sus ojos y alzando la cabeza hacia el cielo. Respirando profundamente el fresco aroma que lo envolvía de pies a cabeza, mientras el ojiazul hizo lo mismo riendo a carcajadas.
Ambos reían fuertemente, el principe nunca había salido del pueblo y el pecoso nunca se dió el lujo de disfrutarlo. El dragón se asomo por encima de los pinos y pareció regresar a un lugar que no podían ver debido a un gran árbol.
Lo persiguieron corriendo hasta divisar las colinas, miraron atrás, el pueblo está algo alejado pero no mucho. Caminaron a paso lento y se escondieron detrás del inmenso árbol de roble frente a ellos. El dragón está aterrizando en frente de ellos a unos escasos metros de ellos.
Pareció recostarse en el suave césped mojado y cerrar los ojos. Se permitieron caminar un poco más y verlo de más cerca.
Su cuello era largo y sus escamas eran de un color oro que brillaba un poco con el escaso sol que había. Estas últimas también parecían plumas, delicadas y brillantes, tenía una especie de plumas en su cabeza segunda de una piedra preciosa en su frente, su cola era larga y gruesa, para volverse delgada y con puntas celestes.
Era bellísimo. Media más o menos unos 40 metros.
-guau......
El ojiverde lo miro.
-si, guau
-¿Que sabes sobre ellos?-pregunto el ojiazul. Pues el le contó un cuento dónde aparecía un dragón dorado.
-mm que tienen hechizos para ver si dices mentiras, escupen ya sea fuego o gas y que son muy benevolentes.- dijo mirando con devoción al dragón.
El ojiazul prefería mirar la puesta de sol.
-¿Hunter?- pregunto.
-¿Emm?...-sacudió su cabeza para mirar el dragón.
-el dragón.......creo que se irá.
Decidieron caminar hasta quedar frente a frente al dragón. El ojiverde se agachó mirando al dragón dormido. Lentamente abrió sus ojos y se acomodo tumbando al pecoso en el proceso. El ojiazul lo abrazo por los hombros y el ojiverde retrocedió con una mirada de horror. Ambos eran presos del miedo.
El dragón los miro fijamente y luego volvió a recostarse sin dejar de mirarlos. Un sudor frío recorrió su espalda, el ojiverde sintió que su respiración se entrecortaba,
-hunter.....tal vez sea mejor irnos.....-susurró el ojiverde.
El pelinegro asintio. Estaban por irse cuando derrepente el dragón estiró una de sus garras queriendo tocarlos pero hunter se puso delante de Cameron quedando este detrás de el. Una gota de sudor resbaló por un lado de su mejilla. Morirían seguro. El ojiverde sintió que se iba a desmayar de solo pensar lo que sucedería.
- ten cuidado, podrías lastimarnos- dijo el ojiazul sin miedo alguno en su voz y mirada.
El pecoso estaba muerto de miedo. Si el dragón descubría- si es que lo sentia- que hunter tenia miedo los maldeciria. En cambio si decía la verdad-que esperaba que si- los dejaría y tal vez recompensará. Pero aún no sabía nada. Un sudor frío está carcomiendo lo por dentro. Sus manos apretaban el cesped. Posiblemente si moría el nadie le importaría así que no importaba, pero el principe era el principe, todo el reino se preocuparía y se alarmaría. De solo pensarlo se sentía culpable. Una gruesa lágrima bajo por su mejilla. Sentía como su corazón palpitaba desenfrenado como un caballo al correr, como un humano al ahogarse podría sentir a cada cosa viva en la tierra llamando por su pobre alma, que, si seguía así, muy pronto dejaría su cuerpo y el plano terrenal.
El dragón los examinó por unos segundos. Alzó su garra tocando la frente del pelinegro con cuidado. El pelirrojo comenzó a llorar del horror.
Lo vio asentir y el dragón volvió a levantarse con excepción que ahora desplegó sus alas y emprendió vuelo, derrumbando uno o dos árboles.
Suspiro agotado ¿Que demonios paso? Se preguntaron ambos niños mirándose a los ojos. El pelinegro noto como el pecoso tenía las mejillas llenas de gruesas lágrimas que no dejaban de salir de sus ojos.
-hey.....no llores....todo está bien....creo- dijo hunter.
-tenia tanto miedo....-susurro hinncandose y llorando a mares. Las lágrimas no paraban y sentía un dolor horrible en el pecho.
El ojiazul palmeo su cabeza.
-piensa en lo bonito que era el dragón....
El pelirrojo asintió y comenzó a respirar normalmente.
-ok........
-volvamos al castillo.....
Ambos se fueron caminando al castillo. La noche caía sobre el cielo. El viento era frío y tranquilo. El principe llegó al castillo a cenar. El pelirrojo se topo con su madre que le miro indiferente, pensó que se había salvado, bueno, eso hasta que sintió el horrible dolor en su mejilla y el estrepitoso sonido de la mano de su madre sobre su mejilla.
Eso dolía.......
Pero ya no tanto como antes...
Cada quien se fue a su respectiva habitación. Uno de ellos se acomodo en su suave colchón y se arropó con sus sábanas. El otro. Llegó a su pequeña habitación- que en realidad era como su casa- y se acostó en el tendido en el piso áspero y frío, se cubrió con una pequeña manta y intento mantener el sueño mientras gruesas lágrimas bajaban de sus ojos hasta caer en la pequeña almohada. Sobándose ligeramente su enrojecida mejilla derecha. Su hermana se sentó junto a el poniéndole hielo a su golpe, le acaricio los cabellos hasta que se quedó dormido junto a ella. Si, Ambos se dormían de formas diferentes. Pero ambos compartían que ninguno dejaba de soñar en lo bello que era el dragón y el miedo que sintieron de ser devorados.
∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆
un chico de cabellos negros paseaba por los jardines del palacio, cuando diviso una espada de mango de oro. Decidió caminar hasta esa pequeña colina en el jardín. Había un árbol enorme en el centro de la colina, debajo de el estaba un chico de altura pequeña y cabellos naranjas.
El árbol daba sombra a su alrededor y a el, la sombra del árbol cubría toda la pequeña colina.
En el centro, cerca del árbol, un pelirrojo estaba manejando una espada y el otro esperaba que terminara.
Al terminar el ojiverde se limpio las pocas gotas de sudor de su frente. Volteo en dirección a el y le miro con una sonrisa.
-hola...-fue lo único que dijo- ¿como está ella?- dijo antes de encajar la punta de la espada en la mojada tierra que lo rodeaba.
Sabía a quién se refería.
-ella está bien......-respondió-¿Y tú hermana como está?
El pelirrojo sonrió socarronamente.
-esta bien....pero....-recargo su codo en el mango de la espada, inclinándose ligeramente.-.....¿por qué estaría interesado en cómo está mi pequeña hermana?- pregunto con voz burlona.
El pelinegro frunció el ceño.
-por que me cae bien......-lo miro cruzado de brazos- habías dicho que tenía problemas......
El pelirrojo dejo de sonreír.
- eso no le incumbe.....-dijo serio.
Suspiro frustrado- a ti tampoco te incumbe como este mi prometida...-murmuro molesto.
El ojiverde frunció el ceño.
-claro que debe importarme ella es mi amiga....
-y tu hermana también es mi amiga.
Ambos se miraban fastidiados.
-si....pero no le da el derecho de involucrarse con ella.- elevó un poco el tono de voz- no tengo tiempo para discutir con usted.....- tomo el mango de oro y lo jalo sacando la punta de la espada de la tierra.- nos veremos en el almuerzo...- guardo la espada en su funda y la coloco en su cinturón, dándole la espalda.
-espera....-lo llamo y lo sostuvo del hombro.
Este se detuvo.-¿Si?....-pregunto mirándolo sobre el hombro.
-sobre......lo de antes..... disculpa......se lo mucho que querías a tu hermana mayor y lo muy cruel que fué.....perdón.
El ojiverde lo miro frustrado.
-un perdón no traerá a mi hermana de vuelta....-se soltó de su agarre caminando a paso lento.- un perdón jamás ¡¡Jamás!! La traerá a la vida. ¡Ella nunca volverá a estar conmigo! Jamás volverá a curar mis heridas y a consolarme por lo horrible que fueron ellos conmigo. Y mi pequeña hermana jamás podrá hablar con ella de las cosas que las cosas que deseaba que le preguntará cuando creciera.......ella jamás pudo ver crecer a mis hermanas pequeñas........todos estamos tan solos sin ella......nunca podré comer su comida de nuevo......ella jamás la vera casarse, jamás podré verla sonreír de nuevo.....ni abrazarla......o decirle cuánto la quiero....olvídalo no lo entenderías.......tu tienes a todos a tu lado.- comenzó a derramar pequeñas lágrimas que después seco con su manga.
El miraba su espalda. Habían Sido tan amigos y por un error el único amigo que tenía se estaba alejando. No podía soportarlo. El pelirrojo comenzó a avanzar.
-¿Cuando me perdonarás?- pregunto en voz alta.
El pelirrojo se detuvo y lo miro a los ojos.
- ya lo hize.....-sonrio gentilmente-....pero......no del todo...
-el pelinegro lo miro confundido.
El ojiverde sonrió de lado y camino hasta quedar frente a el.
-primero vengaré a mi hermana.....luego.......te tocará perdonar a tu prometida. Y cuando eso pase.......tal vez podríamos vivir en ese bonito bosque solo los cinco, tu, yo, mis hermanas pequeñas y obvio tu prometida. Esperaré por ese día......principe.
El ojiverde se marchó despidiéndose con la mano sin voltear a verle. Mientras tanto el pelinegro estaba envuelto en frustración.
-lo prometo...- susurró prometiendo lo que siempre quiso, el otro pudo escucharlo a la lejanía con una sonrisa llena de melancolía.
Despertó algo desconcertado. ¿Que había pasado? ¿Quienes eran los del sueño?¿Por qué estaban peleando las personas de sus sueños. No entendía nada.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro