cap 1 primera parte
En la habitación del castillo solo se podían escuchar los fuertes llantos del joven príncipe, su madre había muerto durante el parto, pero su padre estaba ahí.....que mala suerte. Ese día 20 de enero de 1385 se anunció el nacimiento del tercer príncipe de Gardenia. El principe Hunter Cross Joshua Van Eva tercero. Tal vez su destino estaba tallado en la piedra, pero nadie le diría que hacer.
Unos días después el 25 de enero de 1385. El hijo de la cocinera del castillo acababa de nacer. En una mansión una niña nació el 4 de febrero. ¿Quien diría que estás criaturas se encontrarían y se unirían de tal manera?
∆∆∆∆∆∆∆ 7años después∆∆∆∆∆∆∆∆
Un joven principe de 8 años corría por los puestos alrededor del palacio al que llamaba hogar. Le habían dado permiso de pasear en los alrededores.....tenía que aprovechar. No se dió cuenta cuando un niño más pálido que el, paso frente a su paso. Intento detenerse pero no pudo, el chico lo miro con horror antes de golpearse abruptamente con aquel niño. Posiblemente le quedaría un moretón o algo parecido.
Cuando chocaron sus cuerpos salieron disparados unos pasos para atrás, se incorporo con cuidado de no lastimarse.
Se tocó su frente adolorida por el golpe.....y comenzó a sollozear, miro al niño con el que se había golpeado......no estaba llorando. El niño solo se paro y sacudió su ropa, para después ofrecerle una mano.
Miro al niño con detenimiento, poseía una sonrisa perfecta y tenía un rostro demasiado bonito, como el de un ser pintado cuidadosamente en esas hermosas pinturas que representaban a los dioses. Con su piel blanca como la leche o la nieve tal vez, con pequeñas y lindas pecas estrañamente simétricas en sus cachetes, nariz y manos, apuesto que tenía más repartidas por partes del cuerpo que no estaban a su vista. Con ojos grandes y redondos de color verde claro, brillantes como gemas y claros como el agua. Eran cubiertos por sus párpados que poseían grandes, rizadas y anaranjadas pestañas. Sus cabellos rojos y naranjas como flamas de fuego, y rizados como la punta de las plumas para escribir. Un niño probablemente de su misma edad, verdaderamente hermoso. Tal vez demasiado hermoso, se preguntaba quienes eran los padres que habían creado un ser con tanta belleza, pintores y escultores seguramente, por crear semejante obra de arte fina como las joyas que llevaban en su cuellos y manos las reinas, y delicada como una flor. Si, era seguro, jamás había visto a una persona tan bella. Una belleza fuera de lo común, ¿Cómo decirlo?..........una belleza exótica.
El niño parpadeo un poco confundido por su silencio y hablo.
-lo siento mucho.......soy algo torpe........por favor perdóneme.......Alteza..
¿Alteza?.....¿sabía quién era?
El pelirrojo observaba a su principe un poco confundido. ¿Realmente estaba bien?
El niño frente a el era de la realeza. Se notaba mucho por su ropa fina y cabellos perfectamente arreglados. Sus ojos lo miraban curiosos, grandes y azules como el mar, y claros como el cielo, su piel blanca pálida como la porcelana. Sus cabellos negros como la noche, demasiado oscuros y sedosos. Sus pestañas casi tan largas como las propias y incluso más negras y lacias que su cabello. Por como había caído era seguro que era un chico algo flaco. Como era hijo de la reina fallecida y el rey, que eran muy bonitos también, no le sorprendía mucho el aspecto hermoso del principe.
El principe por fin respondió.
-mm.....yo....mmm.....está bien....te perdono....supongo......-dijo aceptando su mano parándose del suelo, notando que el niño era mucho más pequeño en estatura que el. Eso no era muy bien visto para los atractivos de un hombre por estos días.
-encerio lo siento mucho Alteza.
-¿sabes quien soy?- pregunto el principe volteando sus ojos azules a otra dirección.
-bueno..........mama trabaja en el palacio y yo vivo ahí.....lo he visto un par de veces Alteza- dijo haciendo una reverencia, aún sosteniendo su mano.
Todos comenzaron a murmurar cosas y a mirarlos raro. Hasta que parecieron darse cuenta.
-que niño tan mal educado.....como pudiste empujar al principe....
-fue un accidente....-se excuso el niño de naranjas cabellos- le pensaba compensar.....-hablo con ojos asustadizos, como si sintiera un terrible miedo.
-bueno........que tal.......trabajar para mí en el palacio??-propuso el principe ojiazul.
El niño de cabellos anaranjados lo miro confuso. Todos parecieron aceptar y el niño de ojos azules arrastró al niño de pelos anaranjados.
-¿por qué hizo eso su Alteza?-pregunto el ojiverde al ojiazul.
- era necesario.....
El se paro enfrente de los dos guardias que lo dejaron pasar pero detuvieron a su acompañante.
-¡Hey! El viene conmigo......es.....un nuevo....¿Sirviente?
Los guardias abrieron paso a su entrada y el ojo verde lo miro molesto.
-no me gusta esa palabra- murmuró para el mismo.
-¿que palabra?.....-pregunto el ojiazul.
-oh.......no es nada por lo que deba preguntarse, solo hablé en voz alta- volvió a sonreírle.
-oh.....lo lamento.......¿que sabes hacer?
-¿te refieres a trabajo?- el ojiazul asintió- mmm bueno se limpiar....se leer y escribir...
-¿sabes leer y escribir?- el ojiverde asintió- ¿como?.....pensé que solo los clérigos y la realeza sabía.....
-estuve viviendo en la iglesia durante un tiempo....me enseñaron lo básico.
-entiendo........dime........¿Que más sabes hacer?
-mm creo que es todo.....después de todo solo tengo 8 años Alteza.
-bien.....tal vez logré convencerlo.
Enfrente de ellos aparecieron dos enormes puertas. El pequeño príncipe las empujo un poco y estás se abrieron en una pequeña ranura, pero cabían perfectamente en ella.
Caminaron por el largo pasillo que llevaba al trono. El ojiverde miraba todo con admiración y sorpresa.
-el palacio es hermoso......
-si....supongo que sí.
El lo guío hasta quedar enfrente de ese hombre tan intimidante.
-principe....¿Quien es el niño que va detrás de ti?
-yo.........el tropezó conmigo, ya sabe cómo son las cosas en el pueblo y dijo que quería compensarlo.....le dije que podría trabajar.
El rey lo miro raro, seguro por la expresión de horror en su cara, y luego su vista paro en el niño que ha diferencia de el su mirada era de determinación y no de miedo. Su hijo parecía preocupado.
-Dime niño......-le hizo una seña para que se acercará y el niño lo hizo- ¿Que sabes hacer?
-Majestad- comenzó haciendo una reverencia- se limpiar, se leer escribir y se un poco sobre plantas- dijo sin ningún momento levantarse de su reverencia.- perdón si es poco......pero solo soy un niño......
El rey lo medito unos segundos, pasando su mirada de su hijo al niño frente a el. Tomo su decisión.
-bien......trabajarás limpiando el cuarto de mi hijo y ayudando a los herbolarios del castillo......aprende todo lo que puedas y así tal vez te hagas herbolario algún día......solo eso.....ya que eres un niño.
El pelirrojo asintió y por fin levantándose de su reverencia. Volteo a ver al príncipe con una enorme sonrisa, una que podría derretir el corazón de cualquiera.
-bien.......está decidido....¿Cuál es tu nombre niño?
-mm...soy Cameron Levi Marsden, majestad.
-¿el hijo de la cocinera?-el ojiverde asintió- ok......ve y preséntate con los herbolarios y jardineros......hablaré con mi hijo.
-si su majestad- dijo reverencia de nuevo- nos vemos Alteza- se despidió con otra reverencia, para salir corriendo del pasillo.
-hijo.......
-si padre
-no traigas a más niños.....
-de acuerdo- dijo mirándolo.
-¿Estas seguro de que sea un chico?- pregunto el rey.
El lo pensó un poco.
No era muy común que un niño fuera tan bonito, mucho menos que fuera tan pequeño. Normalmente los hombres eran guapos pero con aspecto rudo o normal, pero ese niño era bonito, en el sentido de un rostro bonito como se esperaría de una mujer. Tampoco había visto a una mujer tan bonita como el, tal vez algún día la vería.
-no, el es un chico- respondió seguro.
-ahora ve a vigilar que no rompa nada
-si padre- dijo para salir corriendo.
Corrió por los pasillos buscando al niño de ojos verdes y cabellos rizados.
Hasta que recordó que estaría en el jardín hablando con los herbolarios y los jardineros. Quiso darse un golpe por ser tan tonto y salió corriendo al jardín en busca de ese niño.
No tardó en encontrarlo. Se encontraba hablando animadamente en el césped con dos herbolarios. Estos le dieron unos libros y se fueron a trabajar.
-hey......Cameron...- el nombrado volteó a verlo.
-Alteza...¿Que hace aquí afuera? Podría lastimarse.-lo miro con ternura.
-no nos hemos presentado....-el de ojos verdes lo miro raro.- me llamo hunter Cross Joshua Van Evan tercero......puedes llamarme hunter,......Cameron.
El de ojos verdes lo miro raro. ¿Llamar por su nombre al príncipe?. Nunca. Sería una falta de respeto gravísima merecía cualquier cosa si lo hiciera...........no merecia semejante honor.........era inaceptable.........oh espera.........el principe esperaba por una respuesta.
-......No....no podría......Alteza sería muy inapropiado de mi parte...
-entonces......¿Que tal......"príncipe hunter".....¿suena bien para ti?.
El ojiverde lo pensó un poco y lo miro a los ojos con sorpresa.
-si Alteza lo pide.....no puedo negarme......príncipe hunter- el principe se sentó junto a él y el ojiverde revolvió los negros cabellos de su acompañante.
-sabe majestad....los de cabello lacio y negro como el de usted.....merecen un mejor peinado, si me permite decir- hablo el ojiverde.
-mira que fácil.....tu tienes un cabello rizado-revolvió el cabello de este-.....tienes lindo cabello rizado y anaranjado y un lindo rostro. A puesto a qué no debes esforzarte por conseguir prometida.
-¿eh?....- expreso el elogiado con rareza. Nunca nadie le había dicho de forma tan casual que tenía un lindo rostro. Casi siempre venían muchas ofensas a su persona después.
-si....un lindo rostro, eso podría notarse a kilómetros.- puso su mano en su rosado cachete y estiró de el, mientras el otro le suplicaba que parará - podrías fácilmente pasar desapercibido en la nobleza....y......tal vez también por una chica.....no incluso por un elfo del bosque-concluyo soltando su cachete.
El ojiverde acaricio su ahora roja mejilla. Pues el estirón le dejo un tono rojizo en su piel. Y hizo una mueca, inflando su otra mejilla.
-no haga eso por favor príncipe.....duele- dijo frunciendo el ceño y inflando ambas mejillas.
El pelinegro rio con fuerza y le dió un pequeño empujón.
Desde ahí comenzaron a verse todos los días en el jardín. Estudiaban juntos en principe estudiaba cosas como política y geografía de su país y el de cabellos naranjas estudiaba sobre venenos y curaciones y se ayudaban a repasar mutuamente.
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