
25, La llave.
Aria contaba emocionada a sus amigas lo que pasó en la tarde anterior. Y aunque estaban felices por ella, si un poco decepcionadas por no saber nada del beso.
—¿Sabes lo que está en juego? —murmuro Clara.
—Si, y no me importa —rio Aria—. Es un empate, compartan el almuerzo.
Lo único que interrumpía la conversación, además de algún profesor pidiendo que hablen más bajo, eran los estornudos de Aria. Ahora no solo la aquejaba no poder dormir bien de noche, sino también un picor en la nariz que la hacía estornudar sin control.
—Deberías ir a ver a tu suegra.— dijo Clara, durante el receso.
Esta veía las uñas de sus manos, y sonrió ante el silencio de su amiga. Además de otros puntos débiles, ya tenía otro con cuál jugar.
La mañana paso tranquila entre las clases, y miradas cómplices con Jim. Luego de aquel beso, volvieron a sus casas, de la mano, hablando de lo ocurrido en el entrenamiento. En su momento, Aria no sabía como tomar lo que él hizo. Era algo peligroso, y coincidía con Blinky, existía otra manera de terminar con Gunmar, sin ser como él. Esperaba poder ser capaz de proteger su humanidad, como parte de su tarea sagrada.
No dejaba de estar preocupada. Y a eso se le sumaba, la desaparición de la princesa, su extraña alergia, y no saber lo que Candra le propuso a Asteria. A demás de la cantidad de tarea que se iba acumulando.
•
En la salida, el grupo se estaba organizando para ir a los ensayos. Aria efectivamente haría las porras mientras las demás chicas actuarían.
En un momento Clara le estaba indicando algo con la mirada a Aria, y está volteó a ver. A lo lejos, haciendo señas, estaba Hisirdoux.
—Creo que te busca.— murmuró Clara.
—Vayan sin mí, más tarde nos vemos.— dijo Aria alejándose.
—Recuerda que ya tienes novio, y él es mayor que tú.
Aria se avergonzó de inmediato ¿Jim como su novio? Era algo que no se esperaba oír en su vida. Apuro el paso y llego hasta donde están el pelinegro viendo tan nervioso a la más joven como ella a él.
Cerca, la tomo de brazo de inmediato, y la hizo apurar el paso. Aria intentó resistirse, pero y pese a que ella entrenaba casi a diario y él lucía muy delgado para su edad, no pudo soltarse de su agarre.
—Esto es raro ¿Qué pasa contigo?— susurró.
—Y se va a poner aún más raro. Debemos ir a mí departamento.
—¿Te debo decir que soy menor de edad?
—Ah, no hagas esto más raro de lo que suena y ven a ver.— insistió.
Aria rio nerviosa. Y solo pudo imaginar que se trataba de la princesa.
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Al llegar, Hisirdoux la hizo entrar. Aún lado estaba la rubia del bar, viendo al frente, y cuando Aria le siguió la mirada se encontró con algo difícil de digerir.
—Dios, esto si es raro.— dijo y vio a Hisirdoux.—¿Cómo ocurrió esto?
—Fue mí culpa.— exclamó Arabella—. O no, no se, fueron las flechas.
La princesa Aria, vio en dirección a la entrada y se encontró con la adolescente que estaba tan sorprendida como ella horas atrás. Soltó las manos de Draal y se puso de pie.
—¿Qué pasa contigo? —preguntaron las dos al mismo tiempo.
—Yo estoy bien —respondió Aria—, a ti, a ustedes ¿Qué les pasó?
La princesa vio al hombre detrás de ella, y otra vez a la adolescente. No tenía una forma lógica de decirle sin pensar que la bruja lo hizo por accidente o no.
—El tiempo, el tiempo lo va a resolver —respondió por ella Arabella.
Y cuando iba a decir algo más, se mantuvo callada. Una extraña energía lleno el departamento cuando Aria estornudó. Por un instante se torno oscuro, y otra vez una magia más clara tomo su lugar.
—Si, el tiempo —repitió.
A la más joven la pusieron al día. Ahora que le explicaban con más calma, entendió de lo que se trataba. Y le dio la razón a la bruja que no dejaba de actuar nerviosa.
Que Draal sea un hombre, y que la Princesa aún conservara su aspecto físico, se redujo a un pequeño tropiezo.
—Bien, creo que es todo —dijo la princesa—. Iremos al Mercadotroll, y tú a la cama. Bueno, donde sea que tengan el refugio ahora.
—Ah, necesitaba que me dieras órdenes —dijo Aria y dio una sonrisa.
—Si, también te extrañaba.
No sé dijo más nada, y los tres se fueron. Cuando la puerta se cerró, algo quedó en el aire que hizo a la rubia suspirar.
—Creo que esa niña está en problemas —le dijo a Hisirdoux.
—¿Hablas del resfrío?
—Creo que hay algo más detrás —respondió, y se pegó a él en un abrazo.
•
Ya en su cama, acompañada de la princesa, la puso al corriente. Le conto lo que pasó en su ausencia, o sea, aquello que estaba relacionado a la cita con Jim.
—Es tan lindo —exclamo emocionada—, me hace tan feliz que puedan tener un momento. Los quiero casar.
Aria rio nerviosa.
—Eso no va a suceder —dijo—. ¿Tu estás bien?
—Si, algo confundida con esto de ser humana por más tiempo —dijo, y dio un suspiro—. Me había olvidado esto del cansancio, y el hambre.
—¿Estarás en el Mercadotroll hasta que pase el efecto? ¿No te quieres quedar aquí?
—No, con tu abuela, no creo que sea seguro andar diciendo que soy la novia de Robert —dijo, y se puso de pie—. Hasta que esto pase, tu descansa, y yo haré lo mismo.
Se acerco, y le dejo un suave beso en la frente. Sin embargo, lo que parecía ser un gesto maternal, la princesa noto algo. Además de la febrícula, una extraña magia al simple tacto.
Le dio un último vistazo, y se fue sin decir más nada. No quería imaginar de que se trataba aquella magia, no sin antes hacer preguntas.
•
Volvió al departamento de Arabella, y fue atendida por ella. Ambas compartieron miradas serias.
—¿Lo sentiste?
—Ella uso magia, magia del collar para hacer un portal, ¿Cuántas probabilidades hay que ...?
—¿Nix quiera tomar su cuerpo? —interrumpió Arabella—. Son altas si el collar no fue limpiado.
Aria se cubrió la boca, y comenzó a caminar de un lado a otro. No quería entrar en pánico, sin embargo, la situación parecía ir más rápido de lo que imaginaba. Era como si la historia se volviera a repetir, y no existía alguna forma de hacer que no pasara.
—¿Crees que tiene mucha potencia para traer a mi madre de vuelta? —pregunto preocupada Arabella.
—Si todo sigue como alguna vez fue escrito, tendrá la energía suficiente para hacerlo sin la necesidad del bastón de Merlín —respondió con seguridad.
—Y solo hizo falta la gota de magia …
—De alguien que no estaba destinada a ser bruja —añadió Aria.
•
En cuanto la princesa se marchó, Aria se quedó haciendo reposo. No dejaba de estornudar. Sentía que la cabeza le iba a estallar en cualquier momento. No tenía fuerzas ni para agarrar el celular y escribirle a sus amigos.
Al apoyar la cabeza en la almohada, y cerrar los ojos, el malestar que la agobiada se disipó. Sintió el cuerpo liviano, sin dolores ni fiebre. Era una pluma arrullada por la suave brisa.
—Déjate llevar —oyó una voz—, y acércate a mi.
Lento se fue acercando a la mujer que le hablaba. No podía distinguir la voz de la extraña, pero se le hacía cálida y familiar. Llena de bondad, que la atraía con facilidad.
—¿Cumplirás con tu destino? —pregunto con suavidad.
Aria sonrisa, y dio un suspiro.
—Si —dijo con simpleza—, acepto mi destino.
—Me alegra oír eso —susurro la mujer—, has que ella venga a mi.
Aria tomo aire, y lo dejo escapar con cuidado, dando un suave movimiento de cabeza.
—La noche eterna estará con usted —murmuro.
Abrió los ojos, y dio una suave respiración. Se sentó con cuidado, y se estiró dando una amplia sonrisa. Era como si hubiera dormido de corrido toda la noche, todas las noches. Como si el collar no lo hubiera tomado nunca.
Aun así, no se cuestiono el bienestar repentino.
—Cariño —llamo Meissa—. ¿Te encuentras bien?
Aria volteó en su dirección, y sin dejar de sonreír, asintió.
—Mejor que nunca, diría yo —respondió.
—Oh, me alegro tanto. Estabas tan pálida hace un momento —dijo, y se hizo a un lado—. Tienes visitas.
Jim paso al cuarto, algo nervioso, y tras saludar, Meissa se retiro.
La mujer cambio el semblante de repente en cuanto la puerta se cerró. Saco un relicario del bolsillo, y al abrirlo noto las agujas de su interior girar enloquecidas.
—Esto no está sucediendo —murmuro.
Alzó la mano al frente, y abrió un portal en medio del pasillo. Sin más, cruzó para terminar en la sala de Arabella quien seguía hablando con la princesa.
—Ustedes sigan hablando, discutiendo del pasado, que Nix está aquí —dijo furiosa, y ambas rubias la vieron—. Tiene a mi nieta, la guardiana de Avalon.
★★★
La puerta ha sido abierta ✨
Hola mis soles guerreros, ¿Cómo les va? Espero que bien 😎
Cada día más cerca del final, y menos mal, porque no me gusta dejar algo inconcluso.
Será el próximo capítulo en dónde se va a revelar más y más ✨
Sin más que decir ✨ besitos besitos, chau chau ✨
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