-Le juro que no se va a arrepentir señor Thomson,esta escuela lo tiene todo y cuenta con muy buenos servicios.

-Me lo he de imaginar señorita Wilson, toda mi vida me esforcé para poder obtener mi propósito, y no lo pienso dejar pasar.

- Eso es todo señor Thomson, puede ir a su aula.

Yeicon salió de la oficina de la subdirectora con mucha emoción, miraba el papel como si fuera el boleto de lotería ganador.

Después de las clases, Yeicon se le acercó en la salida a Turquesa y ella al mirarlo cerca respondió :

-(sarcástica)¡ No puedo creer que hayas aceptado ir a ese lugar Thomson! .

-¿Qué tiene?, es mi oportunidad y no pienso dejarla pasar Tur, debiste haber hecho lo mismo.

-La verdad no, la subdirectora no me agrada, además que su manera de ofrecimiento de la escuela fue muy rara.

-Tu y tus ideales.

Turquesa volteó a ver de frente a Yeicon y exclamó con cierto enojo :

-¡EXACTO!

Pasó la tarde,Yeicon estaba en la biblioteca a unas cuantas cuadras de su casa.
Estaba buscando información acerca del Instituto 110,a lo que la bibliotecaria se acercó y le preguntó :

-¿Estas buscando un libro en especial?

-No, bueno.
La verdad sí, estoy buscando un libro que hable acerca de este instituto.

La bibliotecaria se acercó y exclamó :
-¿instituto 110?,que raro joven este lugar no lo conozco y mucho menos recuerdo que en algún rincón de acá pueda encontrar un libro cómo el que está buscando.

Yeicon tomó otro libro, del cual le llamó demasido la atención.

-¿Puedo tomar este libro prestado señorita?

-Claro, no olvides llenar tu ficha.

-Yeicon salió de la biblioteca, tomó su patineta y salió patinando como lo hacía en los viejos tiempos.

En eso Yeicon llegó al lugar de su infancia, un hermoso lugar en donde los girasoles crecían sin parar, un lugar perfecto para un romántico atardecer, un lugar para volver a creer en la fé.

Yeicon sentía tan buena vibra y su corazón latía, se sentó y leyó el libro de amuletos y piedras preciosas que le había interesado leer en la biblioteca.

Yeicon leía y leía las páginas, hasta cuando leyó una que despertó toda su atención.
Se mostraba un misterio amuleto, triangular era su forma y con un orificio en medio se podía notar.
Ese amuleto era místico y misterioso, del cuál es capaz de detectar las gemas más hermosas del mundo entero.

Yeicon reflexionó todo el tiempo de su ida a Vancouver, el niño de aquel entonces que soñaba con tener más reconocimiento estaba a punto de cumplir su sueño, pero al mismo tiempo estaba triste de no poder volver a ver a Turquesa, su amor secreto.

Yeicon vio algo más en ella.
Claro, siempre la ha amado como a ningún persona en este mundo.

Se hizo la noche y Yeicon volvió a sus hogar.

¡Toc, toc, toc!

-Soy yo padre, Yeicon.

Unos pasos brutescos se acercaron a la puerta poco a poco y con una voz bastante gruesa el señor Thomson exclamó :

-Vaya hijo vagabundo tengo.

Yeicon se sonrojó y con una mirada de vergüenza entró a su casa.

-Padre, tengo una noticia que darte - exclamó Yeicon -

-Espero y sea una buena noticia, por qué con la pérdida de mi empleo no he podido pagar los gatos del hogar.

-Es fantástica padre, al fin voy a poder ayudarte con mis estudios. He sido becado por mis buenas calificaciones a una universidad en Vancouver.

El padre de Yeicon al escuchar tal explicación, con una cara de asombro y boca abierta dijo :

-¿Cómo está eso?

-Si padre, la subdirectora Honey, hoy por la tarde a Turquesa y a mí nos ofreció esta beca ¡Mira que hermosa escuela!

-Definitivamente es preciosa hijo, ¿Turquesa aceptó?

-No, ella no aceptó.
Dice que no le da confianza la señorita Honey.

El señor Thomson le dio un muy fuerte abrazo a Yeicon y le dijo en el oído :

-(llorando) Te amo hijo, estoy orgulloso de ti.

Yeicon abrazó fuertemente a su padre y le dio un tierno beso.

Yeicon subió a su cuarto, sentado en su cama y con mirada agachada  sólo pensó :

Ojalá el destino me dé una oportunidad, de verdad que no la pienso desaprovechar.