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Capitulo 2- Agotado (Parte 2)

Su mente se preparaba para dar la orden. El silencio le acompañaba en aquella decisión. Sabía que solo tenía una oportunidad antes de que le encontrasen. No dudaría en oponer la mayor resistencia posible. Lucharía con garras y dientes. No, no dejaría que los tipos a los que debía dinero por esa droga que aun no pagó le intimidasen.

Su pulgar iba ya a apretar el gatillo cuando algo le interrumpió.

-          Jason, se que estas apuntando con el revólver hacia la puerta- dijo una voz al otro lado-. Hazme el favor, ¿te importaría bajar el arma antes de que cometas otra estupidez?

Carville bajó el arma enseguida al escuchar lo que acababan de decirle. No le costó demasiado deducir a quien pertenecía esa voz y aliviado, decidió ir a abrirle.

Se acercó lo suficientemente como para escuchar mejor a la misteriosa voz, la cual comenzó a hablarle nada más se detuvo frente a la entrada.

-          Anda, ábreme- le habló algo cansado-Se que estás al otro lado, amigo.

No se demoró demasiado. Accionó el sistema de cierre, que se activaba con ayuda de un sensor que identificaba la huella dactilar y la puerta se abrió. Entonces fue cuando Jason pudo verlo. A su viejo amigo Dave Strickland.

El hombre era más alto que el capitán y tenía el pelo de color rubio claro. Su cara estaba salpicada de algunas pecas y su piel clara hacía que resaltasen sus ojos azul oscuro bastante. La expresión de su rostro mostraba a un tipo jovial y bonachon. No parecía la clase de hombre que fuera un soldado peligroso y letal. Pero a pesar de las apariencias, lo era.

-          Que, ¿me vas a mirar con cara de besugo o me dejas pasar?- preguntó el hombre a su amigo, quien parecía aún perdido en otra dimensión.

Jason volvió en sí y le hizo pasar. Las luces se encendieron de forma automática al entrar Strickland y revelaron con mejor detalle la estancia donde Jason se había ocultado. El salón estaba desordenado. Ropa sucia sobre sofás, sillas y mesa. Restos de comida y botellines vacios por el suelo. Vasos y tazones usados llenos de cigarros por todos lados. Un desolador panorama que al rubio no le gustó ni un pelo.

-          Menuda pocilga- exclamó.

-          Buen veredicto- contestó Jason pasando detrás de él.

El capitán se sentó de nuevo en el sillón y prosiguió viendo la tele. Con su brazo metálico, le hizo una seña a Strickland para que se sentase. El hombre, aunque reacio, hizo caso a su amigo. Apartó varias prendas de ropa sin lavar y se acomodó en un lado del sofá que había al lado del capitán. El hedor a suciedad y sudor de hombre inundó sus fosas nasales. No pudo evitar el gesto de disgusto.

-          ¿Qué te trae por aquí?- preguntó Carville sin mirarle.

A Dave le sorprendió la forma tan directa de hablarle. Y que lo hiciera sin ni siquiera devolverle la vista, le ponía aun más nervioso.

-          ¿Tú qué crees?- dijo él enfadado.

Jason se volvió para mirarle y notó como sus oscuros ojos centelleaban. Parecía molesto ante su respuesta. Pero no le habló. En vez de eso, siguió mirando el absurdo reality de supervivencia. Strickland resopló. Carville tenía un comportamiento bastante complicado.

-          Desapareciste hace 10 días. No informaste a nadie de adonde ibas ni cuál era el motivo de tu marcha- Jason permanecía en silencio, imperturbable ante lo que le decían-. Tardamos un poquito en encontrarte pero hace ya 4 días que sabíamos dónde te habías metido.

-          ¿Y los mafiosos?- preguntó el capitán.

Strickland quedó dubitativo. No es que no supiese que contestar, si no que se cuestionaba la idea de hacerlo. Pero al final, lo hizo.

-          Entre rejas- contestó abochornado-. No hay nada de qué preocuparse.

-          Bien- fue la contestación de Jason.

Y así, se quedó callado de nuevo y continúo viendo la televisión. Como si todo aquello ya no fuera con él. Strickland no podía estar más furioso.

-          ¿Y ya está?- preguntó crispado por los nervios- ¿Te quedas ahí sentado sin decir que hago yo aquí? ¿Cual es el motivo de mi visita?

Carville giró su cabeza y miró a su amigo. Hizo una leve mueca de incomprensión y se volvió de nuevo al aparato.

-          No sé, me echabas de menos.

La contestación sacó de sus casillas a Strickland. Cabreado, se levantó y fue hacia su amigo. Aunque lo lógico seria asestarle un puñetazo en la cara, Dave comenzó a analizar el cuello de Jason.

-          ¿Pero qué coño haces?- preguntó molesto Carville.

-          Deja que te mire el otro lado- dijo Strickland dando manotazos al capitán-. Quiero mirarte el otro lado.

No había ninguna marca de pinchazo. Eso le hizo respirar tranquilo. Euforia era el nombre de una droga sintética que se inyectaba por el cuello con ayuda de un aparato provisto de un punzón que filtraba la droga a la arteria carótida para que esta llegase más pronto al cerebro. Causaba alucinaciones en aquel que la consumiese y una gran dependencia a ella, obligándole a tener que consumirla.

-          Si crees que me he metido otro chute de Euforia, puedes estar tranquilo- le comentó Jason-. Solo he fumado un poco de maría. Eso es todo.

-          ¿La que le robaste a esos mafiosos?- pregunto Strickland.

-          Touché- le contestó Jason fingiendo disparar con su mano.

Tras la poca agraciada conversación, Dave empezó a inspeccionar la ropa de Jason. Mucha olía mal y estaba empapada del sudor del hombre. 10 días y el tío vivía en una pocilga. Un mes y moriría de alguna enfermedad o sepultado bajo su propia basura. Revisó cada prenda y puso cara de disgusto al ver una camiseta llena de salsa boloñesa de algunos espaguetis que habría comido.

-          ¿Qué haces?- preguntó extrañado Carville a Strickland.

-          ¿Tú qué crees?- le dijo su amigo enfadado- Buscándote algo de ropa limpia para ponerte y llevarte presentable ante el Mando.

Carville le miró extrañado.

-          ¿Qué es lo que quieren esos ahora?- preguntó el hombre mientras intentaba ponerse en pie. Logró hacerlo pero tropezó con un botellín de cerveza y estuvo a punto de caer al suelo. Pudo evitarlo apoyándose en el respaldo del sillón.

-          A nosotros- le respondió Strickland-. La campaña en Midgard ha sido un desastre.

Se sorprendió al mencionarle Dave la contienda militar en aquel planeta. Recordaba que fue a la Infantería Básica, el antiguo cuerpo militar al que sirvió, a quien se le encomendó el asalto de ese planeta. En un principio, era para usarlo como futura avanzadilla de la invasión de mundos ocupados por la Xeno-Alianza pero la realidad era bien diferente. La Vanguardia detectó una semana antes de la invasión varios picos de energía procedentes del planeta. No eran producto de un fenómeno natural sino de algo artificial. Y la presencia de Gélidos en Midgard, hizo que las sospechas de que pudiera tratarse de un artefacto de la Primera Raza fueron en aumento. Por ello, se puso en marcha la operación Tormenta de Espadas. Para hacerse con el artefacto bajo el pretexto de una conquista planetaria.

-          ¿Y cómo es posible que Maddox la haya cagado?- La cuestión sonaba desagradable- ¿Creía que lo tenían todo bajo control?

-          Eso pensábamos- dijo Strickland-, pero me temo que Maddox no era al final de tanta confianza. Ha perdido 31000 hombres de tres compañías distintas. Una entera ha sido completamente aniquilada.

-          ¡Joder!- dijo sorprendido el hombre del brazo metálico-¿Y cuál fue?

-          La Compañía Lobo.

Recuerdos volvieron a inundar la mente de Jason Carville. La Compañía Lobo fue la unidad de Infantería Básica donde sirvió antes de ser transferido a Vanguardia tras lo de Cambris. Al escuchar que toda la compañía había perecido, sitio una gran desazón en su interior.

-          Mierda- fue lo único que masculló.

-          ¿Te ocurre algo?- pregunto Strickland mientras le lanzaba una camiseta.

-          ¿Cómo coño ha podido Maddox cagarla? ¿Creía que confiábamos en él?

-          Eso creíamos- puntualizo su amigo-. Pero es evidente que no.

Cuando la operación Tormenta de Espadas se puso en marcha, el general Hank Coriolis, uno de los máximos líderes del Mando Militar, selecciono al coronel Thomas Maddox para encargarse de dirigir la contienda. Se le reveló lo que lo que se sabía sobre el artefacto y su posible localización. Solo unos pocos dentro del Mando y la Vanguardia conocían la existencia de este objeto y ahora, se lo habían desvelado a Maddox. Tras esto, una vez iniciada la campaña en Midgard, la información que recibían era en cuenta gotas. Poca cosa. Un video y datos inconexos que solo daban para la especulación.  Dos oficiales que desconocían parte de la operación quisieron sonsacarle más información y fueron increpados por este. Eso fue lo que llevó a un grupo de soldados de Vanguardia a robar un artefacto en las propias narices del coronel. Tuvieron que mediar él y Strickland para evitar malentendidos. Carville empezó a preguntarse si fue buena idea darle cancha al coronel. Ahora, creía que no había sido una buena idea.

-          Pues vaya- dijo el capitán consternado mientras Dave le daba un pantalón de color marrón claro-. ¿Y que se supone que quiere Coriolis que hagamos?

-          Quiere que tu y yo asumamos el mando de las fuerzas que quedan allí- le explicó su amigo mientras revolvía entre un montón de ropa en busca de un calzoncillo-. Quiere que nos ocupemos de hacernos con ese artefacto y descubrir que es y para qué sirve.

-          ¿Nosotros?- Carville se encontraba estupefacto ante lo que oía- Pero si nunca hemos dirigido un ejército.

-          Pues ya ves, ahora sí- le habló Strickland con una amplia sonrisa en su rostro-. Y venga, dúchate que tenemos prisa.

Notando el azoramiento de su amigo, Jason se dirigió al baño para darse una ducha. Iba ya a entrar cuando su amigo, de repente, le llamó. Se giró y vio como Strickland parecía a punto de decirle algo.

-          Antes de ir a Midgard, pasaremos por la Estación Central- le explicó-. Tenemos que ir a ver a alguien.

-          ¿A quién?- preguntó extrañado a Carville.

-          Tú la conoces muy bien- le dijo Strickland con una sonrisa pícara en su rostro-. La sargento mayor Sonya Walker.


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Aquí teneis la segunda parte del capitulo 2. Perdón la demora pero la cosa se me fue un poco de las manos. En unos días publicaré la tercera parte, que seguro os gustara mucho. Y en el siguiente capitulo viajaremos de vuelta a Asgard para ver como es el mundo de los Gélidos. Saludos!!!

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