Capítulo 15: El Lider
"Me dirijo a todos los distritos libres de Panem" empieza Gale "Nuestra lucha empieza ahora necesitamos de su apoyo, no podemos hacerlo solos. Quiero que empuñen las armas, que nos sigan a derrocar la tiranía del capitolio. Que resistan. ¡Los hombres y mujeres nacimos libres! ¡No somos sus esclavos ni su entretenimiento! Rompe las cadenas, hermano, hermana. Levántate. ¡Atrévete a ser libre! ¡Esta noche le daremos al Capitolio una lección que jamás olvidará! Cada distrito, guiado por sus vencedores, vamos a liberarnos y a decir ¡Basta! Esta noche, empieza el cambio. No tengan miedo, estamos con ustedes, estamos entre ustedes"
Apenas la transmisión es cortada escucho una fuerte explosión, no es aquí, es rio arriba. Miro a Peeta desesperada, hemos estado allí esta mañana, es el generador que intentamos echar a perder. La valla ha caído.
—¡Prim!— grito antes de empezar a correr, golpeando a quienes encuentro en mi camino. Tengo que sacarla de aquí, debo ponerla a salvo.
Corro con todas mis fuerzas, el camino a la Veta está lleno de gente que corre en ambas direcciones. Escucho gritos, llanto. El caos se ha desatado. Veo aerodeslizadores en el cielo, iluminan por todas partes. Sólo hay un lugar a donde correr y es al bosque. Si Prim está a salvo, yo puedo volver e intentar luchar contra los agentes de la paz o mantener limpio el sendero que da al bosque.
Siento pasos detrás de mí. Es Peeta que corre conmigo.
Llego a casa, mamá está echando todo lo que tiene en su estante de hierbas y ungüentos en una bolsa.
—¡Prim!— grito a voz en cuello.
—¡Katniss!— sale corriendo mi patito y la abrazo.
—Nos vamos al bosque— les digo. Mi madre asiente y Prim está ya vestida con pantalones gruesos, suéter, cazadora y una mochila donde presumo lleva alimentos, agua y cosas de supervivencias básicas.
—Katniss, voy por mi papá— Peeta se agita en el umbral de la puerta.
—No tardes Peeta, ya sabes por qué camino iremos si salimos antes. ¡No demores!— le pido. Sale corriendo y me siento partida en dos. No quiero dejarlo ir pero necesito poner a salvo a Prim y a mamá.
—¡Katniss! ¡Katniss! ¡Gale está aquí!— dice mi hermanita apenas ve a Peeta marcharse
—¿Qué?— pregunto asustada. ¿Aquí en el 12?
—Sí. Por fin ha podido venir nuevamente, va a traer a Hazelle y a sus hermanos....
—¿Nuevamente?— pregunto al ver su semblante alegre. —¿Ya había venido antes?— pregunto muy seria. Mi madre se acerca a escuchar nuestra conversación.
—¿Primrose?— pregunta ella también.
—Lo lamento Katniss, no podía decirte. Ha venido dos veces. Pasó por aquí el invierno pasado pero tú no estabas, casi era media noche... Y hace poco, estaba en la escuela. ¿Recuerdas que te alcancé corriendo? Pero creo que ese agente de la paz te estaba siguiendo, Gale quería hablar contigo...
—¿Por qué no me dijiste?
—Se lo prometí. Él debía verte en persona, no quería que te dijera nada. Lo lamento— suspiró apenada mi pequeña.
Me desplomo en una silla. Lo creí muerto todo es te tiempo y resulta que estaba en el trece preparando una revolución ¿Y no pudo enviarme un mensaje o sacarnos de aquí?
Busco mi maleta para guardar cosas, echo mis provisiones y voy por mis monedas aunque no creo que tengan valor en el bosque. Estamos listas para partir. Tomo los cuchillos de la cocina y se los doy a ambas para que lo guarden cerca. También tomo unas tenazas como las que llevó Peeta aquella vez que me abrió el enrejado de la valla.
Salimos a la puerta, Peeta no aparece por ningún lado, la gente de la Veta también está enloquecida, corriendo hacia el bosque. Más de uno se ha dado cuenta que el alambrado ya no tiene corriente. Otros sin embargo optan por tomar el camino principal que va a las vías del tren. Empiezo a escuchar disparos a lo lejos.
—Debemos irnos— digo a ambas. Mi madre también mira en dirección norte, por donde Peeta y su padre deberían venir. –Él va a estar en el bosque— jalo a Prim por el camino hacia la casa de los Hawthorne pero pocos metros más allá veo a Rory, Vick y a Hazelle. Y detrás de ellos, cargando a Posy en sus brazos está Gale.
Me sonríe desde lejos. ¡Estúpido! ¡Tonto! Quiero correr y golpearlo por no haberme buscado. Mis ojos se llenan de lágrimas y sin decir más corro a su encentro, él entiende, deja a su hermana en el suelo y también viene hacia mí.
Nos fundimos en un fuerte abrazo y me echo a llorar como una niña boba. Cuando él estaba aquí yo me sentía protegida, no como la protección de mi padre pero sé que mi mejor amigo dejó un gran vacío en mí. Sufrí, lloré y maldije largos meses por su muerte.
—¡Catnip! ¡Catnip! Perdóname— susurra entré lágrimas. Yo estoy sollozando sin poder contenerme. Y en un arranque de locura, me besa antes que pueda responderle y mirarlo a los ojos. Su beso me deja sorprendida, siento los cálidos labios que alguna vez besé en el pasado. Su boca carnosa y tibia se junta con la mía que pasmada se deja besar.
Cuando nuestras bocas se separan, lo miro a los ojos. Allí está la chispa de rebeldía que siempre me incitó a luchar. Gale tiene fuego en la mirada, podría incendiar Panem si quisiera. Y ciertamente lo va a hacer. Pero no puedo perder el tiempo contemplándolo. Es hora de moverse.
—¡Estúpido! ¡Te odio!— le digo antes de sonreír. —¿Hacia dónde? –pregunto, ahora somos responsables de nuestras familias.
—Ya vienen por mí, vamos a tomar la villa de los agentes de la paz y a secuestrar al alcalde, no le haremos nada, es una medida contra las autoridades del capitolio. Esta noche vamos a liberar a los distritos y mañana avanzaremos hacia el Capitolio. Allá también están saboteando sus sistemas de defensa.
—¿Dónde iremos? ¿Es seguro quedarse?— pregunto.
—No. Tienes que llevarlos al bosque, tomar el camino al lago. Unos diez kilómetros más al sur hay un campamento con comida y armas. Allí pueden quedarse hasta que podamos volver.
—Puedo hacer eso— le contesto.
—Vayan pronto, esto se va a poner feo. Katniss quiero que me acompañes al capitolio mañana. Hay un aerodeslizador allá. ¿Aún recuerdas como disparar?— me guiña un ojo.
—Hay cosas que no se olvidan. Allí estaré— le prometo antes de separarnos.
Él y otros dos hombres que no había advertido su presencia corren y se pierden en la calles de la Veta.
Me giro para empezar la huida del Doce. Debemos llegar a la base rebelde antes del amanecer. Calculo que son unos 15 kilómetros. Debemos apurarnos.
Pero me desarman los ojos entristecidos de mi panadero, que al lado de su padre está a unos pasos. ¿Ha visto lo que pasó entre Gale y yo? No tengo tiempo de preguntarle.
—Debemos llegar al punto fijado— les digo a todos. –Vick, Rory, ustedes cubren la retaguardia. Vamos a reunir a la mayor cantidad de gente que podamos para señalarles el camino. Hazelle, sujeta bien a Posy, Mamá y Prim ustedes van con el señor Mellark, no se separen. Peeta... ven conmigo— ordeno. Sin decir palabra, los nombrados se mueven. Hazelle sujeta bien a su hija, mamá, Prim y el señor Mellark se juntan. Pero Peeta se queda quieto, como decidiendo que hacer. Luego de unos segundos camina hacia mí.
Iniciamos así nuestra partida de la Veta.
Cuando llegamos a la valla, hay un gran forado. No necesito las pinzas, las personas que han salido antes nos han ahorrado el trabajo. Ayudo a los Hawthorne a cruzar.
Llevamos un par de horas en el bosque, está muy oscuro, los gritos son cada vez más lejanos. Hemos podido juntar a un par de docenas de personas que estaban deambulando. Entre ellos niños perdidos, personas que vivían solas, o los que más rápido pudieron llegar al bosque.
Nos detenemos a mi orden a descansar. Calculo que los más pequeños deben estar cansados, también hay dos ancianos.
—Tenemos agua y pan— dice Peeta señalando el morral que carga en la espalda.
—Reparte un poco— le susurro. Voy a ver cómo está la pequeña Posy, Rory la lleva en sus hombros.
—Katniss ¿dónde dormiremos?— pregunta mamá.
—Mucho más adelante, tenemos que alejarnos lo más posible, debemos intentar llegar esta noche al campamento rebelde.
No he terminado de hablar con ella, cuando una explosión nos sorprende. La tierra tiembla, los pájaros salen de sus nidos, alborotados. Todo el bosque se resiente ante las sacudidas. Un enorme hongo se levanta al sur. Trepo al árbol más cercano para poder mirar mejor.
Me magullo las manos y me lastimo el codo en mi apuro, llego jadeante a una alta rama desde dónde puedo ver. La explosión ha sido el distrito. Distingo la montaña azul desde aquí. No puedo precisar si es en la Veta o en la zona comercial del pueblo. O en ambos.
Escucho el fuerte sonido de otros impactos más. Esta vez no es tan lejos. Eso ha sonado a un par de kilómetros de aquí. Me apresuro a bajar, todos están de pie, algunos ya han echado a andar en distintas direcciones.
—Vamos a seguir el camino— grito. –¡Apaguen las lámparas!
—¿Cuál camino?— alguien me responde.
—En el que estás parado— respondo, no sé quién es pero debe ser de la Veta. –Vamos a movernos más ligeros, siempre al norte, debemos llegar al campamento que tienen los del 13.
Asustados por las explosiones y los gritos que se acercan, todos echamos a andar. Sin las lámparas es un poco más difícil guiarse, hay luna pero no alumbra mucho porque hay nubes negras. Ojalá que no llueva, ruego por dentro.
Pero la suerte no está de mi parte, una hora más allá, los truenos ensordecedores nos sorprenden y un fuerte aguacero nos cala hasta los huesos.
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ANUNCIO: Tengo que anunciarles algo muy desafortunado. Hace años publiqué esta historia y Wattpad me la elimino por contenido adulto, pensé que la tenía terminada pero no puedo encontrar los capítulos 16, 17 y 18 en mis archivos. Tengo del 19 en adelante, asi que estoy a ciegas. Si alguien guardó alguna copia que fue borrada de aquí o de fanfiction por favor contacteme. Esperaré unos días de lo contrario tengo dos opciones: reescribirlos (lo cual no quiero porque segun recuerdo los capítulos eran bastante intensos) o me queda la opción de eliminar la historia para siempre. Espero sus comentarios :(
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