5. ¿Amor?
Esa noche, sin saber porqué.
Astrid presentía la soledad más terrible que nunca. Jamás se había preocupado por compartir el espacio con alguien más ni mucho menos sintió que tuviera la necesidad de sentir el calor corporal de otra persona para tranquilizarse.
Los brazos de Hiccup tenían un gran poder que la hacían relajarse y bajar la guardia al instante. Era como si fuera una persona
especial e hiciera magia con ella. Porque solo con la presencia de Hiccup había encontrado eso que tanto había estado buscando desde pequeña: paz.
La paz que añoraba con tanta ansia, una entre dragones y humanos para terminar las guerras. Ella más que nadie las odiaba por las grandes perdidas que representaban. Su infancia siempre había sido la opción entre matar o morir. Y a ella le gustaba la vida, incluso si eso significara matar a alguien más para conseguir el panorama que necesitaba.
Sin embargo, Hiccup aquí estaba y le había demostrado que es posible alcanzar la paz mediante un acuerdo con los enemigos en ese entonces. Ahora solo se refleja que eran guerras causadas por la ignorancia. No porque realmente estuvieran con una enemistad y matar y morir la únicas opciones.
Sí que lo amaba.
Desde joven se había dado cuenta que necesitaba a Hiccup y la necesidad de amarlo como ser amada.
Es por eso que entonces iba a ser sincera con él.
Cuando Hiccup le ofreció cualquier cosa, no desaprovechó para pedir lo que más deseaba esa noche: no estar sola.
Pero al parecer, su novio pensaba en otro asunto con esas palabras. Lo supo notar cuando sus mejillas se enrojecieron y batalló para tratar de hablar de manera correcta sin tropezar con sus propias palabras.
Dios mío.
Bajó su mirada, pero él no desistió en tomar sus manos para después robarle un beso con todo el cariño del mundo. No era lo que ella había pedido realmente, pero se dejó llevar por las acciones de Hiccup y se relajó en ese beso dónde más que compartir una acción, compartieron sentimientos.
Él tenía ese don de hacer cualquier cosa en ella y siempre significaba mucho más que unas simples acciones comunes.
Por otra parte, Astrid significaba el mundo para él. Era lo único que quedaba en ese lugar para él. Claro, también estaban sus amigos. Y su madre, pero Astrid era esa mujer que él necesitaba para seguir adelante.
- Te amo.- Pronunció finalmente para separarse de ella difícilmente.- Hagámoslo.
Ahora era ella la que estaba completamente sonrojada. ¿En qué momento comenzó a hacer tanto calor cuando estaban en medio de una tormenta? Sólo Hiccup lograba hacer que olvidara el resto del mundo.
Tomó toda la valentía mediante una respiración profunda para aclarar las cosas. Su corazón latía tan fuerte y perdía el aire constantemente que parecía que cualquier cosa que quisiera hacer no lo lograría. Pero lo intentó.
- Me refiero a dormir.- Aclaró bajando la mirada mientras que Hiccup abría por completo los ojos.- Dormir juntos.
Rápidamente se cubrió su rostro por la vergüenza y le dió la espalda tratando de que no lo viera de esa manera. ¡Claro, solo Astrid podría hacerlo pensar en otras cosas!
Ella solo quiere dormir.
Y él ya se había adelantado en cómo debería hacerlo para que no se sienta incómoda en el primer momento.
Ahora todo era lo contrario.
Ella tenía que hacer que él perdiera la incomodidad del momento. Se habían confundido las cosas pero estaba bien.
Y como siempre, Astrid dió el siguiente paso para tranquilizarlo.
- Iré a prepararme para dormir, te espero arriba. ¿Está bien?- Interrogó sin voltearlo a ver.
- S-Sí. Te alcanzo en... Unos minutos.- Aceptó de todas maneras agradeciendo que no volvieran a cruzar miradas.
Aprovecharía esos minutos que ella le ofrecía para calmarse y relajar sus pensamientos. Su novia siempre tenía ese don de sacarlo de esos problemas en las que él solo se metía.
≈ ★ ≈
- Es la primera vez.- Habló Astrid cuando ambos ya estaban acostados en la cama. Claro, él separado unos centímetros de ella.- La primera vez que estamos juntos.
- Y en una cama.- Respondió Hiccup mirando el techo pero después dirigió su mirada a ella. Astrid de igual manera miraba el techo y sus mejillas seguían sonrojadas. Había sido un día de muchos secretos revelados y sentimientos encontrados.
- ¿Te incomoda?- Le cuestionó preocupada. Pero después elevó una ceja.- No te vi tan incómodo cuando creíste en la idea de hacer otra cosa.
Hiccup sonrió y soltó una carcajada ante la mirada de su novia. Se acercó a ella y la apegó a su cuerpo. La noche había comenzado a descender su clima y el frío se presentaba ante ellos. Astrid pegó su oído al pecho de su novio y se relajó al escuchar sus latidos.
- Sé que esto está mal.- Mencionó ella.- Dormir juntos cuando no estamos casados, y sé que si nos descubren es posible que...
- Astrid, ¿Cuántas veces no hemos roto las reglas?- Cuestionó mientras besaba su cabello.- El primero fui yo haciéndome amigo del peor enemigo de la aldea. La siguiente fuiste tú en decidir entre matar o desobedecer. Y después de allí rompimos muchas reglas más que son "extremadamente éticas". Por ejemplo...
- El primer beso.- Sonrió divertida ocultando su rostro.
En Berk el primer beso significaba compromiso. Si ambos se besaban, en ese momento eran novios oficiales. Más nunca lo hablaron ni lo dejaron en claro hasta varios años después.
Hiccup tampoco la había presionado con formalizar una relación. Pensaba que Astrid lo besaba por el calor del momento y no porque realmente quisiera besarlo y ser su novia.
Cuan equivocado estaba.
La abrazó por la cintura y dió leves caricias mientras su cuerpo comenzaba a entregarse al sueño.
- Hiccup...
- ¿Sí?
- ¿Ya vas a dormir?
- Ha sido un día largo M'Lady.- Afirmó en un bostezo mientras que parecía que ella no pensaba lo mismo que él. Le besó en los labios una vez más, y él se dejó llevar. Unos besos extras no hacían daño.
- Ey Hiccup.
- ¿Sí?- La besó nuevamente tratando de que desistiera en continuar hablando.
- ¿Por qué me has rechazado la propuesta de matrimonio?
Hiccup quedó pensando. ¿Cómo pudo realmente decirle que no? Por la presión del momento. Podía ver el miedo en la mirada de su novia y estaba seguro que no estaba siendo sincera. Estaba acorralada y podía ver el terror del futuro en sus ojos azules.
- Porque no me gustó tu propuesta.- No mintió del todo. Él esperaba un momento mucho más especial. La siguiente propuesta sería la perfecta. Él se aseguraría de ello.
- ¿No quieres casarte conmigo?
- Todos mis planes son contigo.- Afirmó cerrando los ojos y besando su frente para eliminar ese entrecejo.
- ¿Cómo cuáles?
- Dormir juntos, comer juntos, descubrir el resto del mundo juntos, viajar juntos, jugar juntos, vivir juntos, tener hijos.- Le confesó.- Ser felices. Te diría mas, pero no terminaría de contarte todos los planes que tengo contigo.
Astrid sonrió.
- ¿Hijos?, ¿A qué edad?- Le cuestionó sonriente.
- Cuando sea el momento indicado y cuando tú desees. Claro, y si te sientes lista para...- Volvió a trabar sus palabras.
- ¿Sabes lo que tenemos que hacer para tener hijos?
- Por supuesto. No soy un niño. ¿A-Astrid?- Ella se había subido encima de él e Hiccup pudo contemplar sus curvas debajo de esa fina pijama.
- Tranquilo, Chico Dragón. No te haré nada.- Sonrió divertida al ver el extremo sonroje.- Solo quiero verte cara a cara. Y dormir así.- Se acostó encima de el y volvió a colocar su cabeza en su pecho. Hiccup la cubrió con la sábana y la abrazó por la cintura.- ¿Te importa?
- Para nada. Eres muy ligera M'Lady.
- Bien.- Ella comenzó a cerrar sus ojos con lentitud y sonrió que esa primera noche después de tantos años, ignoraría la soledad y se entregaría al calor de otra persona.
- Duerme bien.- Besó su cabello y junto con ella cerró los ojos.
Sinceramente no sabía qué les depararía el destino pero ambos estaban seguros que no querían un mundo diferente al que tenían.
Uno donde estaban juntos.
Pero las verdaderas pruebas vendrían más pronto de lo que no esperaban.
≈ ★ ≈
- Aquí está tu oportunidad final.- Habló una voz masculina a una mujer.- Si realmente lo amas, sabrás lo que es correcto para él. Tú mejor que nadie, sabes quién merece ese amor de Hiccup Haddock. Y no es esa mujer que lo ama por interés y lo humilló durante casi toda la mitad de su vida.
La mujer bajó la mirada con tristeza. Hiccup había sido muchos años humillado. ¿Por qué ahora esa mujer había decidido ser su novia? Existían otras mejores.
Y le haría saber a Hiccup Haddock que merece una mujer mejor.
- Lo haré. Porque también amo a Hiccup Haddock.
Aquel hombre sonrió al ver la mirada decidida de su nueva aliada.
- Mañana voy a entretener a Astrid. Tienes el camino libre.
Continuará.
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