Esta vez si estaba concentrado en las clases, por lo que no le presté mucha atención a Jesús. Después de unas horas, finalmente terminaron  y me acerqué a él.

—El tiempo se pasó un poco rápido, ¿verdad?— Sonreí levemente.

Sin embargo, él se levantó de su asiento y me ignoro por completo. Me quedé unos segundos en silencio preguntándome si me había escuchado. Cuando intenté hablarle y preguntarle por qué me había ignorado, ya se había ido. Lo busqué por todas partes, pero no lo encontraba. Así que decidí esperarlo en la salida para hablar con él, pero después de un tiempo, me di cuenta de que muy pocas personas salían de la preparatoria. Me cansé de esperar, así que pedí un taxi para dirigirme a casa. Minutos después,  vi a Jesús saliendo de la preparatoria, tomado de la mano de Paula, una compañera del salón que también era hermana de Antonio. A simple vista se notaba que ella traía el cabello un poco desordenado y Jesús la camisa un poco arrugada. Empezaba a perder la poca esperanza que me quedaba. Quería estar con él, pero si me iba a lastimar mejor olvidarlo, no quería pasar nuevamente por ese sentimiento. Cuando pasaron cerca de mí los saludé pero me ignoraron por completo. Estaba confundido, no sabía qué pasaba, de un momento a otro el chico más amable que había conocido cambió a ser un completo idiota. 

Al día siguiente, llegué temprano a la preparatoria con la esperanza de hablar con él. Esperé y esperé, pero no apareció. Luego de algunos minutos, las clases comenzaron y Jesús aún no había llegado. Me puse triste, no quería perderlo, realmente me importaba. Quería ver su preciosa cara y esos hermosos ojos, y también quería preguntarle por qué me había ignorado. El fin de semana se acercaba, y mis compañeros del salón planeaban una fiesta en la casa de Paula, como era costumbre. Todo el que quería ir iba, aunque sea de curso diferente, yo no iba a ir, no me gustan las fiestas. A la hora del descanso me encontré con Elena y tomamos unas bebidas, luego nos sentamos en una banqueta.

—David, ¿irás a la fiesta que harán tus compañeros de grupo?—

—No, ya sabes que no me gustan las fiestas, especialmente este tipo de fiestas—respondí.

—Qué mal, escuché que Jesús irá a la fiesta— Me golpeó el hombro y puso una cara un poco pervertida. Me sonrojé mucho y Ella se echó a reír.

—Está bien, está bien. Iré a la fiesta solo porque ese día no haré nada y estaré muy aburrido— comento con algo de sarcasmo.

—Sí, claro, suena muy creíble— Elena se siguió riendo. Me sonrojé aún más y también me reí un poco.

—Por ahí escuché que Antonio también irá a la fiesta— Puse una cara muy pervertida mientras le golpeaba el hombro.

—Tienes razón, espero que ambos tengamos suerte y encontremos a alguien especial en la fiesta— en su rostro se le dibujó una sonrisa muy adorable. 

Nos reímos un rato más y seguimos conversando hasta que se acabó el descanso. Ese día salimos temprano y para no aburrirnos en nuestras casas, Elena y yo preferimos ir al cine. Vimos una película de terror y, como siempre, gritamos en las escenas más aterradoras. Aunque nos daba miedo, seguimos viéndola hasta el final. Luego de que se acabara la película hablamos con nuestros padres para que Elena se quedara a dormir en mi casa. Ellos nos dieron permiso, pedimos un taxi y fuimos a mi casa. 

Al llegar a casa, cenamos juntos, vimos más películas, comimos muchas más palomitas y disfruté mucho de la compañía de Elena.

Finalmente, llegó el día de la fiesta, pero Jesús no había asistido a la preparatoria durante tres días seguidos y ya lo extrañaba. Quería ver su hermoso rostro y su adorable sonrisa. Elena me llamó para ir de compras,  y obvio dije que sí. Compré una camisa negra con puntos blancos y un pantalón negro, mientras que Elena se compró un vestido blanco muy precioso. Después llegamos a casa, nos arreglamos y nos fuimos directo a "disfrutar".  

Había mucha gente en la fiesta,  pero no veía a Jesús por ninguna parte. Sin embargo, después de un rato muy aburrido, recibí un mensaje de él. Decía que quería verme en el jardín, que tenía una sorpresa para mí. Me emocioné mucho y obvio fui. Al llegar, Jesús me acorraló contra la pared, acarició mi mejilla y me miró a los ojos.

—Te amo— Me dice Jesús con una voz muy sexy.

Me sonrojé mucho, él se dio cuenta y me besó. No lo podía creer, me había besado, me sentía en las nubes. Le correspondí el beso y me abrazo de la cintura.

—Persona X: Perfecto, los tengo *toma una foto de ellos besándose*.

•Nota del autor•

¡Hola de nuevo! ¿Cómo están? Espero que estén disfrutando de la historia hasta ahora. ¡Las cosas se están poniendo interesantes! ¿Por qué creen que Jesús besó a David? ¡Me encantó escribir esa escena y espero que a ustedes también les haya gustado! ¿Quién será la persona misteriosa que tomó esa foto en la fiesta? Uff, el drama y el romance están en el aire, y prometen que habrá muchos capítulos emocionantes por venir.

Les agradezco mucho por su apoyo. Sus comentarios y opiniones son muy importantes para mí y me motivan a seguir escribiendo esta maravillosa novela. Los quiero mucho y espero que sigan disfrutando de esta fantástica historia. ¡Hasta el próximo capítulo!

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