Trunks poco a poco fue abriendo sus ojos, una gran confusión lo inundó al darse cuenta de que se encontraba en su casa, además de ya no sentir tanto dolor y tener una venda alrededor de su cabeza y un parche en la mejilla derecha.

—¿Qué pasó? —preguntó un tanto desorientado mientras se sentaba en la cama.

—¡Trunks, despertaste! —su madre se acercó a él muy contenta— has dormido por cinco días enteros.

El muchacho miró a la mujer tratando de asimilar todo lo que le había dicho, fue en ese momento cuando todos los recuerdos de lo que había ocurrido lo golpearon como una fuerte patada.

—¡Mamá!, ¿Dónde está Giin? —preguntó alterado.

—Trunks tranquilo, ella esta bien.

—Debo verla, mamá.

Bulma miró a su hijo con profunda melancolía, sin embargo, al ver su preocupación no pudo negarse, por lo que lo ayudó a ponerse de pie y lo llevó a otra habitación dónde la joven androide se encontraba inconsciente.

—Le hice unas reparaciones de emergencia —explicó una vez que entraron— al atacar a los androides, el dispositivo de su cabeza provocó un cortocircuito que se extendió a las partes que tenía reconstruidas.

Trunks quedó conmocionado al ver el estado de la muchacha: su bello rostro ahora estaba rodeado por una venda que cubría su ojo derecho, del mismo modo que en su oído se posaba un enorme parche; sus brazos también estaban vendados, en especial su mano izquierda.

Recordó lo que Gohan le había advertido e inmediatamente cayó en cuenta de que fue culpa suya el que Giin haya terminado así.

—Mamá, ¿Podrías dejarme solo con ella? —pidió mientras la miraba— por favor.

Bulma únicamente asintió y salió de la habitación, cuando cerró la puerta Trunks se acercó a la cama donde Giin descansaba, tomó su mano, cayó de rodillas y, sin más, comenzó a llorar amargamente.

No soportaba verla así, tan débil y vulnerable, no podía oír su voz, no podía ver su sonrisa, su rostro estaba lleno de heridas mientras ella mantenía sus bellos ojos cerrados.

—Es mi culpa, si te hubiera escuchado tu estarías a salvo —sollozó— le fallé a Gohan, yo... yo prometí que no permitiría que 17 te encuentre, que no dejaría que nada malo te pase, nunca me perdonaré el daño que te hicieron.

Apretó la mano de su pareja con fuerza y la colocó sobre su propia mejilla, extrañaba su tacto y le quebraba el alma no poder escuchar su voz diciéndole que todo estaría bien.

—Eres la persona que más amo y haría lo que sea por ti, pero por favor despierta, necesito que estés a mi lado —suplicó al mirar su expresión calmada y sus ojos cerrados— somos un equipo, quiero estar contigo siempre —se puso de pie y dejó un suave beso en su frente— así que debes despertar, te estaré esperando, te amo.

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Pasaron siete días desde aquella terrible batalla, las heridas de Giin pudieron sanar casi por completo, sin embargo, aún no despertaba y Bulma había dicho que posiblemente tendría algunas secuelas.

Trunks tal y como prometió, no se separó de su lado durante todo ese tiempo: comía y dormía junto a ella, además de procurar no dejarla mucho tiempo sola, quería que al despertar lo viera a él, quería que supiera que nunca se separó de su lado.

Todavía se sentía culpable por todo el daño que los androides le habían hecho a Giin, a pesar de que Bulma insistía en que nada de lo ocurrido fue culpa suya, él sabía que no era así, había sido demasiado impaciente y confiado y quién pagó las consecuencias de la peor manera fue su amada.

—Giin —susurró al acariciar su mano— despierta por favor, te necesito... ahora mas que nunca.

Trunks no pudo más con el cansancio, terminó quedándose dormido en aquella silla, tomando la mano de la chica.

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Al día siguiente, Trunks continuaba durmiendo profundamente, cuándo sintió un leve apretón en su mano que lo hizo despertar, al levantar la vista se encontró con aquellos ojos negros que adoraba tanto.

—Hola —la joven lo saludó con dificultad mientras sonreía.

El muchacho no pudo aguantar la emoción, la abrazó y comenzó a llorar en su hombro mientras sonreía, se sentía demasiado feliz y emocionado por el simple hecho de haber escuchado su voz nuevamente.

Una vez que se calmó un poco, él la besó fuertemente, sorprendiéndola en el momento, sin embargo no dijo nada y simplemente correspondió a tan dulce acto, al separarse, él la miró con lágrimas en los ojos.

—No vuelvas a dejarme tanto tiempo —pidió al acariciar su mejilla— creí que te perdería.

—No tienes tanta suerte —bromeó un poco y sonrió— no me perderás, estaré contigo hasta el fin, en las buenas y en las malas.

—Discúlpame por favor —tomó la mano que ella se había lastimado— por mi culpa terminaste lastimándote por enfrentar a los androides y salvarme, y lo peor es que 17 estuvo a punto de controlarte por completo, todo porque no quise escucharte.

—Deja de culparte por lo que pasó —Bulma había entrado a la habitación— lo único que importa ahora es que ambos están bien y que Giin despertó.

—De todas formas discúlpenme, ambas tenían toda la razón, aún existe mucha diferencia entre los poderes de los androides y los míos.

—Me alegra que ambos esten bien —Bulma les sonrió a ambos— ¿Cómo te sientes, linda? Has estado durmiendo por una semana entera.

—Veo un poco borroso de mi ojo derecho —explicó dejando un tanto preocupados a los dos— pero me siento bien, nada de que preocuparse.

—¿Sabes mamá? En cuanto Giin se recupere tenemos planeado volver al pasado —el muchacho dijo decidido, tomando la mano de su pareja.

—Eso es lo mejor, así podrán viajar veinte años atrás y le entregarán la medicina al papá de Gohan, es decir a Goku —explicó tomando un nuevo juego de vendas para cambiar las de la joven— este mundo no se encontraría en esta terrible situación si él no hubiera fallecido por esa enfermedad del corazón.

—¿Y el papá de Gohan de verdad era un hombre muy fuerte?

—¿En verdad era capaz de derrotar a cualquier enemigo?

—Así es —respondió Bulma con un toque de nostalgia— era un hombre muy fuerte pero, sobre todo, él siempre hacía todo lo posible para salir adelante. Siempre me hizo sentir más tranquila en la peor situación.

—Pues yo... —Trunks sonrió— me siento muy emocionado porque conoceré a mi padre.

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Dos días después, Giin logró recuperarse casi por completo, desafortunadamente, su ojo derecho ya no podía ver del todo bien, la imagen estaba ahí pero era borrosa, del mismo modo, su oído derecho había sufrido un daño severo. Trunks quedó devastado al escuchar eso, ella tuvo que repetirle varias veces que nada era su culpa.

Una vez que ella pudo levantarse de la cama, fue a ver a su madre quién había estado muy preocupada por ella y, al recibir su visita, la opresión en su corazón finalmente desapareció, Giin le comentó todo lo que había pasado con los androides y que dentro de unos días iría al pasado con Trunks.

Milk se sorprendió con aquella noticia y miró con completa preocupación a su hija, se sentía completamente angustiada al saber de su ojo y oído, quiso pedirle que se quedara con ella y no se enfrente a más peligro, sin embargo, sus palabras fueron claras:

"Debo hacer esto para que tú puedas vivir en un mundo en paz"

En su determinación pudo ver reflejados a sus queridos Goku y Gohan, sabía que no podría detenerla por lo que solamente le quedó desearle mucha suerte en su viaje. Continuaron platicando hasta muy tarde en la noche, fue cuando Giin se despidió con un abrazo de su madre y salió volando hacia la Corporación Cápsula.

Una vez que llegó, ella entró a su habitación por la ventana y cambió su ropa por algo más cómodo; estuvo a punto de acostarse cuando sintió un par de brazos alrededor de su cintura y un beso en la mejilla.

—"Trunks" —fue lo que le dijo su mente, inmediatamente tomó sus manos correspondiendo a su abrazo, sintiendo su calor.

—Te extrañé tanto Giin —le dijo mientras la abrazaba mas fuerte y ocultaba su cabeza en el cuello femenino.

—Trunks...

Ella no pudo continuar hablando, los fuertes brazos del muchacho la hicieron mirarlo de frente y, sin perder más tiempo, él atacó sus labios en un ansiado beso lleno de pasión y ternura dirigidos únicamente a la joven de ojos tan profundos como la noche que los acompañaba.

El pelivioleta se aferró a su cintura, a la vez que ella abrazó su cuello, sonriendo ante tan dulce contacto, permanecieron en esa posición durante largos minutos hasta que Trunks se separó lentamente, la miró por un momento y terminó por abrazarla con fuerza.

—Realmente me extrañaste, cariño —mencionó de una forma divertida, sin embargo, su expresión cambió al sentir sus cálidos besos sobre su ojo derecho— Trunks, te he dicho que...

—Giin, han pasado ocho años desde que te conocí y tres años desde que eres mi novia —la interrumpió mientras su mano acomodaba su cabello, rozando su oído— a pesar de todo el infierno en el que vivimos siempre logras hacerme sonreír, no puedo imaginarme un mundo dónde tú no estés, te has vuelto lo mejor de mi vida y nadie me hace tan feliz como tú...

Ella simplemente sonrió mientras un par de lágrimas traicioneras escapaban de sus ojos, amaba las bellas palabras que su querido novio le decía.

—No llores, aún no —le sonrió mientras secaba sus lágrimas— cuando nos enfrentamos a los androides y vi como número 17 te obligaba a seguirlo... juro que nunca tuve tanto miedo en mi vida, tenía miedo de perderte y cuando te vi herida e inconsciente me sentí como la peor escoria de todas, fuí un completo idiota al no escucharte, le prometí a tu hermano que te cuidaría siempre, así que...

El muchacho se arrodilló frente a ella y de su bolsillo sacó un pequeño anillo dejando completamente anonadada a Giin, quien instintivamente colocó ambas manos sobre su boca, mirando las acciones del chico que había robado su corazón.

—Son Giin, ¿Me concederías el maravilloso honor de pasar el resto de mi vida contigo? —la miró a los ojos— por favor cásate conmigo, se mi esposa... y te prometo que siempre te protegeré y te amaré.

—Trunks...