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Primera vez

Lisa y Jennie estuvieron hablando sobre estar de una manera más íntima. La pelinegra tenía planeado una gran sorpresa para que la primera vez de su novia fuera hermosa.

- ¿Vamos a ir muy lejos? - pregunto Jennie mientras Lisa le abrochaba el cinturón de seguridad.

- Un poco, pero el viaje va valer la pena, créeme - dejo un beso en la frente de Jennie y la pelinegra cerró la puerta de la camioneta.

Lisa rodeo la camioneta de su padre para subirse en el asiento del conductor.

- Primero iremos a comprar algunas golosinas para tí ¿Está bien? - dijo prendiendo la camioneta.

- Pero traigo dulces en mi mochila - aviso Jennie.

- No importa, a lo mejor se te antoja algo diferente a golosinas cuándo estemos en el súper - Lisa sonrió.

- Vamos al pasillo de lácteos, gatita - agarró la mano de Jennie y caminaron al pasillo antes mencionado.

- ¿Compraremos leche de fresa? - cuestionó la menor.

- Ah no, quería comprar leche de chocolate para mí... ¿Quieres leche de fresas? - preguntó Lisa viendo a Jennie.

Jennie asintió levemente.

- Agárrala y si quieres algo más solo tómalo, Nini. - dijo Lisa.

Salieron del centro comercial y Jennie se llevó los bocadillos que habían comprado al asiento delantero.

Nuevamente emprendieron el viaje. En el trayecto iban cantando algunas canciones, reían y comían los bocadillos que Lisa había comprado.

- Llegamos - la pelinegra estacionó el carro.

La menor observo el paisaje por la ventana.

Un área verde, se ponía apreciar árboles gigantescos, montañas, rocas grandes y algunas flores. También había fauna hermosa, como pájaros de color azul, otros de color café y demás.

- ¿Aquí no hay animales salvajes? - cuestionó Jennie con miedo.

- No, para nada, aquí no hay animales salvajes. No te preocupes Jen, yo te cuidare - se acercó a su novia - bajemos.

Ambas bajaron de la camioneta y se dirigieron a la cajuela dónde empezaron a sacar las cosas.

Tardaron como una hora en armar la tienda y Lisa casi se desmaya por querer inflar el colchón ella sola, ya que se le olvidó la bomba. Después se adentraron un poco al pequeño bosque a buscar algo de leña.

Ya era de noche y la pareja estaba recostada en una manta viendo las estrellas.

- Me gusta estar contigo - confesó Jennie.

- A mí igual... El simple hecho de estar contigo me hace feliz, gatita - Sonrió la tailandesa.

- Lisa...quiero hacerlo - miro al mencionado con sus mejillas rojas.

- ¿Ahora? Pero dijimos que sería mañana. - dijo Lisa sentándose.

Jennie también se sentó.

- La noche es muy linda hoy y yo realmente ya no aguanto el no poder hacer el amor contigo - sus mejillas estaban rojas a más no poder.

- Vamos adentro de la tienda, aquí está fresco y te puedes enfermar - jaló la mano de Jennie.

- Y-yo quiero hacerlo aquí... Por favor - pidió avergonzada.

- Será como tú digas deja voy por otra manta y unas almohadas. - Lisa se levantó del suelo y se metió a la tienda a buscar las cosas.

Jennie permaneció ahí sentada, se despojó de su chaqueta y la dejo a un lado, estaba tratando de calmarse. Quería hacerlo, por supuesto, pero eso no quitaba el hecho de sentirse nerviosa y más aún sabiendo que su novia tenía experiencia.

- Llegué - dijo Lisa otra vez sentándose.

La pelicastaña sonrió tiernamente. Jennie justo ahora estaba sentada arriba de los muslos de Lisa.

Estuvieron unos segundos observándose hasta que Jennie se acercó al rostro de Lisa y junto sus labios, empezaron con un beso tierno pero después la mayor metió su lengua y se intensificó el beso.

- ¿Puedo quitar tu camisa? - pregunto la menor.

- Claro, puedes hacer lo que quieras - dijo Lisa con una sonrisa mientras acariciaba la fina cintura de Jennie.

Lisa estaba abrazando a Jennie mientras la cubría con la manta. La pelicastaña cayó dormida después de la tercera ronda.

La mayor cubrió su desnudez, se levantó del suelo y después cargo a Jennie con sumo cuidado para meterla en la tienda.

La acostó en el colchón inflable y la cobijo muy bien, ella fue a recoger las cosas que se habían quedado ahí en el suelo.

- Auch... Jennie realmente es un poco salvaje - dijo al sentir ardor en su espalda y ya sabía la razón.

- Jen... Puede que esto vaya a doler un poco, pero si te relajas será más fácil. - avisó dejando de frotar el hinchado clítoris de la menor para adentrar un poco uno de sus dedos en su interior. Mientras que Jennie soltaba suaves gemidos que iban en aumento a medida que Lisa movía su dedo en su interior.

- Está bien, Lili - Jennie abrazó a Lisa y cuando sintió cómo entraba un dedo más dentro de ella encajó sus uñas en la espalda de ésta y la empezó a rasguñar mientras sus gemidos se hacían más ruidosos.

Lisa sonrió al recordar lo maravilloso que se sintió estar con Jennie.

Después de recoger las cosas finalmente se metió a la tienda y se acostó al lado de Jennie mientras dejaba suaves besos en la espalda desnuda de la coreana.

- Te amo, Nini. - dijo antes de quedar profundamente dormida mientras abrazaba a Jennie por la cintura.

FIIIN DEL MARATÓN.

espero lo hayan disfrutado, tal vez actualice de nuevo esta semana. maybe or maybe not.

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