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— ¿Por qué tardas tanto? — murmuró la pelicastaña mientras esperaba a su amiga.

Jennie era una persona que no podía estar quieta en un lugar por mucho tiempo, se estresaba si no hacía nada. Empezó a caminar alrededor de aquella banca color marrón mientras miraba hacia los lados en busca de algún rastro de su amigo, pero no lo había.

Estaba mirando hacia al piso mientras caminaba que no se dió cuenta que una pelinegra se acercaba hasta donde estaba ella. Las dos estaban en su mundo que no se percataron una de la otra y ambas chocaron, Jennie cayó de sentón y Lisa soltó una maldición.

— Deberías fijarte por dónde caminas — dijo mientras le ayudaba al menor a levantarse

— Perdón... — hizo una pequeña reverencia.

Lisa no sabía que hacer o decir cuando vio a la pelicastaña, era la persona más bella que había visto en toda su vida. Piel levemente bronceada y sin imperfecciones, parecía de porcelana, sus bonitos labios, cabello castaño y lacio, ojos rasgados como los de un gatito y de color café y qué decir de ese pequeño lunar bajo su ceja que adornaba su bello rostro.

— Disculpa, ¿Puedes ser mi amiga? Es que en la universidad nadie quiere ser mi amiga — dijo Lisa mientras seguía admirando la belleza de la pelicastaña.

— Voy en preparatoria y no te conozco — respondió Jennie.

— Ah sí, ya sabía. — tomo asiento en la banca y decido ya no ver a la linda chica, no después del ridículo que hizo.

La pelicastaña miro a Lisa unos momentos y suspiro antes de acercarse a ella.

"Tranquilo Jennie, puedes hacer una amiga en lo que llega Rosé"

— Soy Jennie, ¿Cuál es tu nombre? — hablo tomando asiento a un lado de la chico a una distancia prudente con una pequeña sonrisa.

— Soy Lalisa Manobal... Entonces ¿Si serás mi amiga? — cuestionó emocionado.

— Claro, solo hay que conocernos un poco más — respondió Jennie.

Pasaron varios minutos en los que Lisa dejo pasar tres autobuses solo para seguir hablando con Jennie.

— No puedo creer que te haya pasado eso — rió ante la anécdota de la menor.

— Yo tampoco, pero eso me pasa por estar jugando en la ducha — hizo un puchero.

— ¿Tu clavícula si quedo igual? — cuestionó con una sonrisa mirando a la menor.

— Pues sí, a veces ando crujiendo como un pan pero ya me acostumbré — dijo levantando los hombros.

Lisa soltó una carcajada al escuchar la respuesta del menor. No solo era bonita sino que también era graciosa y tierna.

— ¡Dios! Ya voy tarde a mi clase. — gritó Jennie — ¿Te puedo dar mi número para poder seguir hablando?

— Sí, toma — le dió su teléfono

— Listo. — le regresó el teléfono y se fue de ahí corriendo, tomaría el bus pero este tardaría y no. Si corría llegaría a tiempo.

Lisa vio como la chica corría.

— Es muy tierna — dijo desbloqueando su teléfono, se sonrojo levemente al ver como se había agendado la menor.

'JenJen 🧸'

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— ¡¿Rosé?! ¿Qué haces aquí? — cuestionó Jennie al ver a su amiga en la escuela — ¡Te estuve esperando como una tonta!

— Si llegué pero te ví muy feliz con una chica pelinegra y no quise interrumpir — dijo Rosé — ¿Quién era?

— La conocí apenas hoy — respondió con un rubor.

— Te gusto, ¿Cierto? — Rosé se acercó a su amiga

Jennie se puso nerviosa, porque su amiga decía la verdad. Lisa era una persona atractiva y alguien muy amable y se podría decir que le gustó un poquito.

— Solo poquito — respondió.

— Ajá, poquito — rió divertido al ver a su amiga.

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— Ayer saque un 8 en química, estoy muy feliz. Siempre reprobaba esa materia pero esta vez la pasé — platico Jennie caminando a lado de Lisa

— ¿En serio? Entonces vamos a festejar que aprobaste química — dijo la mayor.

— ¿Qué? No es para tanto

— Ándale, no todos los días apruebas química — intento convencer a la menor

— mmmhh bueno, vamos por unas golosinas. — sonrió Jennie.

— Vamos por golosinas entonces — dijo Lisa.

La pelicastaña observo la mano de su mayor, era grande y varias venas sobresalían. Su mano era muy bonita, inhaló y exhaló aire antes de tomar el valor suficiente de tomar la mano de Lisa.

Lisa miro sorprendida su mano entrelazada con la de la menor, encajaban perfectamente. Miro a Jennie la cual estaba volteando hacia otro lado con un sonrojo. Lisa simplemente sonrió y camino junto a Jennie muy feliz por ese simple agarre de manos.