Gael no pudo decirme nada, el profesor había pedido que hagamos silencio y nos entregó el examen. Toda mi concentración pasó a escribir las respuestas pero también pensaba en lo que quería decirme, no hablamos hace mucho, no hay tanto para decir o contar, o eso creo yo.

Pasó la media hora y revisé la hoja de examen como 5 veces para que ninguna pregunta haya quedado sin responder y que las respuestas estén todas bien. Casi siempre era el primero en terminar los exámenes, pero esperaba a que los demás empezaran a entregarlo, me daba vergüenza ser el primero.

Ahora si, después de salir de esa clase, fui hacia Gael para que por fin me diga lo que me quería decir. No puedo dormir si me dicen "te tengo que contar algo" y después pasa algo y no me lo cuentan, necesito saber el chisme desde un principio, no tres años después. Bueno, eso fue exagerado, solo pasó una hora.

Me dirijo hacia la mesa donde está Gael pero me detengo al ver que a su lado estaba Tony hablando con él. No parecía una charla amistosa, Gael tenía el rostro serio y Tony parecía estar regañandolo así que di media vuelta y salí de ahí, no era un buen momento y tampoco tenia ganas de que el idiota de Tony me vea.

En la clase de gimnasia, el profesor nos puso a jugar vóley, esta vez somos un grupo mixto, tanto de chicos como de chicas, antes no era así, nos ponían separados y vivíamos jugando fútbol. Le agradezco a la vida que Tony y los idiotas que lo acompañan no están en esta clase, ellos hacen básquetbol dos horas después que nosotros. Pero había alguien que si hacía con nosotros, Gael.

Era mi oportunidad para que me diga eso que quería decirme, la verdad mientras jugábamos no quise concentrarme en eso y si en el juego pero casi no pude, aunque nuestro equipo haya ganado. Después de terminar la clase, Gael se había sentado en uno de los bancos y me acerqué a el.

-Hey. Le digo sentandome a su lado.

-Hola Ciro. Responde el con una sonrisa leve.

-Estuvo bueno el partido. Le digo para hablar de algo antes de preguntarle directamente.

-Si, estuvo bueno. Dice el mientras ata los cordones de sus zapatillas.

-Hoy me querías decir algo, ¿Qué era?.

El dudó un momento, se quedó pensando sin decir nada hasta que contestó.

-Ah, si, este... Tony nunca me ha caído del todo bien, este último tiempo lo terminé de confirmar.

¿Era eso lo que me quería decir desde hace mucho tiempo?, creo que mi mente pensó cualquier cosa menos en eso, pero ahora que lo pienso, los vi discutir más temprano, tiene sentido que Tony lo me caiga bien, a nadie le cae bien ese idiota, solo a sus amigos que son iguales de tontos que el.

-Creo que no eres el único. Me limito a responder.

-Es odioso, siempre está quejándose por todo, ya no lo aguanto. Comenta Gael poniendo los ojos en blanco.

-¿Y no has pensado en dejar de hablar con el?. Pregunto.

-Si, hoy fue la última vez. Responde el asintiendo.

-Creo que es una buena decisión. Le digo y el sonríe. -Aunque antes parecía divertirte lo que él decía.

-No me divertía en absoluto, tenía que fingir para tener su aceptación. Respondió Gael.

-Tener la aceptación de Tony es como tener la aceptación de una puerta.

El re sie y asiente divertido.

-Pero eso no era todo lo que tenía para decirte.

Bien, más intriga.

-No tienes que hacerlo si no quieres. Le digo negando pero con toda la curiosidad por dentro.

-Odiaba cuando Tony te molestaba, y más cuando me hacía molestarte, parece estupido lo que estoy diciendo, pero el siempre me decía que hacer y yo solamente aceptaba sin chistar.

Me quedo en silencio unos segundos.

-Me gustaría que dijeras algo. Agrega el.

-¿Quieres que te sea sincero?. Pregunto levantando una ceja.

-Si, porfavor.

-Eres un idiota por hacerle caso a Tony. Le digo y el sonríe nervioso. -Pero es bueno que te hayas alejado de él. Agrego.

-Hay muchas cosas que las estoy tratando, y esto es lo que vengo hablando hace semanas. Comenta Gael jugando con sus dedos.

-¿Por qué es tan importante para ti estar bien conmigo?. Pregunto confundido.

El duda unos segundos pero responde.

-Porque así voy a estar bien conmigo mismo, y pedirte perdón es lo mínimo que debo hacer.

-Eres de las únicas personas que quieren cambiar, Tony cambia, de ser idiota pasa a ser tarado.

Gael suelta una carcajada fuerte, su risa es contagiosa, da alegría y te hace querer reír por horas. Es raro porque nunca creí que me iba a reírme con Gael de Tony, siempre era al revés, ellos se reían de mí. Mi madre me enseñó que las personas cambian, a algunos les cuesta más, pero lo intentan y eso es lo que cuenta, la intención.

Al terminar la hora de gimnasia, que era la última del día, Gael y yo salimos de la escuela pero no sabíamos que hacer, yo tenía planeado agarrar el camino de casa pero Gael se quedó parado en donde estábamos.

-¿Estás bien?. Le pregunto y el tarda unos segundos en responder.

-Si, estoy bien, solo que... ¿te gustaría ir a cenar en estos días?. Pregunta Gael, parecía dudar al preguntar.

Yo también tardó unos segundos en responder, no sabía que me preguntaría eso, o más bien, que me iba a invitar a cenar.

-Si, porque no. Me limito a responder.

-Okey, estamos hablando, adiós. Se despide mientras va a la parada del transporte público.

Yo también agarro mi camino hacia casa, hoy mi madre no podía venir a buscarme así que queda caminar. Tengo suerte de que esta ciudad es súper tranquila, no hay casi nada de robos y la gente suele ser muy amable, excepto la señora de la esquina, odia a todos y cree que su marido la visita en las noches.

Veo la hora y tengo tiempo de sobra, no estoy tan lejos de la casa de Peter, son dos cuadras de donde me encuentro. Mientras me dirijo, tomo mi teléfono y le mando un mensaje pero no llego a enviarlo cuando a lo lejos lo veo, estaba por llamarlo pero alguien más esta con el, es un chico, debe ser uno de sus amigos que tenía en el barrio.

Pero esa suposición se desvaneció rápidamente cuando el chico se acerca a Peter para besarlo, pestañeo varias veces sorprendido hasta que estos se separan y notan mi presencia en la esquina. Peter saluda rápido al otro chico y viene hacia donde estoy yo.

-Hola, Ciro.

-Ey, hola. Le digo con una sonrisa leve.

-¿Qué haces por acá?. Pregunta Peter.

-Este, salí de la escuela y como tenía tiempo para ir a casa, pensé en venir a saludar. Le respondo y me rasco la cabeza.-¿Interrumpi?. Agrego.

-No no, para nada, es un amigo. Contesta pero se ve incómodo. -Perdón, te lo iba a contar.

-No hace falta, esta todo bien. Le respondo.

-Soy bi, lo supe hace bastante tiempo pero hace muy poco lo acepté.

-Y eso me pone muy contento, Peter.

-Nos estamos conociendo con Aarón, vive al frente de casa. Comenta Peter.

-Pues, si te hace bien, me hace bien a mi también.

—¿No sentiste nada?. Pregunta Peter.

—No entendí la pregunta.

—Si no te pasó nada al verme con él.

—Me tomó por sorpresa, solo eso.

—¿Solo eso?. Vuelve a preguntar pero su tomo parece frustrante.

—En verdad no estoy entendiendo lo que me estas preguntando. Me limito a decir.

—Nada, dejemos el tema ahí, tengo que hacer cosas, veni otro día. Dice y se mete rápidamente adentro de su casa dejándome afuera y sin poder decirle algo.

Me quedé parado unos segundos, es extraña esa reacción que tuvo, nunca fue así conmigo, quizás le molestó que llegara sin avisar, pero no tiene sentido que reaccione así por eso, Peter tiene algo que no me quiere decir y no lo voy a presionar.

Volvi a mi casa y mi madre estaba  tomando café, agarré una taza y me serví lo que había quedado en la cafetera para sentarme con ella en la mesa de la cocina. Siempre le cuento mis cosas, necesitaba la opinión de alguien más sobre lo que sucedió hace un momento.

—Entonces, me hizo esa pregunta pero después pareció ofenderse y me cerró la puerta en la cara. Termino de contarle a mi madre.

Ella piensa unos segundos.

—Creo que sé lo que está pasando, y es muy evidente.

—De verdad que no sé lo que le sucede.

—Ciro, le dolió que no sintieras nada al verlo con ese chico.

—Eso es lo que no entiendo, ¿qué es lo que tengo que sentir con respecto a eso?.

—Celos, Ciro, Peter quiere que estés celoso al verlo con otro chico.

Darme cuenta de lo que sucede me cayó pesado, bastante pesado, es que soy un imbecil, era tan evidente lo que le pasaba a Peter y yo no lo vi venir, en ningún momento. Tengo que hablar con el ya mismo.

Me levanto rápidamente y salgo de casa en dirección a la de Peter, mi mejor amigo siente eso y necesito hablarlo, que el hable conmigo, así lo hicimos siempre y así seguirá siendo, nada de evadir temas y ocultar, por eso mismo tengo que hablar con el cuanto antes.

Minutos después, llego y toco la puerta, se tarda unos segundos y abre. Me costó decirlo, pero es mejor ir directamente al grano y no dar demasiadas vueltas al asunto.

—¿Por qué nunca me dijiste lo que sentís por mi?.