Alone
Estuve teniendo problemas con wattpad ( y también tomé un descanso)
Así que parte del capítulo va a tener dos guiones cortos en lugar del largo
No sé porque ya no puedo copiar y pegar, además estoy desde mi portátil y no se como sacarlo aquí ;v el grande no me sirve.
Sorry por la demora, mátenme si quieren, ahque.
XOXO
10 AÑOS DESPUÉS, 10 DE FEBRERO DE 1885
Miks trabajaba diario de mucama en las mañanas y tardes, en la noches trabajaba como mesera en Whitechapel, su vida era así desde que cumplió los dieciocho años de edad cuando tuvo la valentía de sumarse a las aventuras de Armin y Eren, siendo los tres colados dentro de un barco de carga que los llevaría según ellos a lugares desconocidos pero en dicho lugar los marineros ya sospechaba de que había algo o alguien con ellos que robaba la comida de las alacenas así que desconociendo donde estaban se instalaron en Inglaterra Miks sabía algo de aquella lengua anglosajona que el bastardo de su hermano mayor le había enseñado antes de abandonarla.
Ahora Miks de 22 años de edad trabajaba día y noche para ayudarse no solo a ella si no también a Eren y Armin a subsistir en aquel mundo, debía aceptar que en el sector en donde vivía no era el mejor de todos pero el trabajo era abundante, eso sí siempre se aseguraba de raer con ella un cuchillo de cocina con ella, había escuchado de parte de sus compañeras de trabajo como muchas de ellas habían sido abusadas cuando se iban a casa tarde por la noche, ella tenía la suerte de que nada de eso le había sucedido aún y se aseguraría por su intimidad en que nunca sucedería, debía protegerse. Armin trabajaba en una biblioteca como ayudante cerca del río Támesis, Eren por su parte aún seguía buscando un empleo pero por su naturaleza impulsiva resultaba metido en problemas ya sea con apostadores o con sucias ex amantes, Miks no entendía que veía en esas chicas sucias sin valor cuando ella era mucho mejor.
La hora a la que tanto el rubio como la castaña volvían a casa era impredecible en especial para la segunda que por lo general llegaba a casa por las madrugadas y por temprano volvía a las doce de la noche para a la mañana siguiente reportarse en Mayfair a las cinco en la casa del dueño de muchos prostíbulos y compañías en su "casa de campo" como la solía llamar había edificios enteros que pertenecían a hombre ricos que llegaban allí solo para el fin de semana y divertirse con la señoritas de los clubs, Armin por su gran cerebro fue recibido por un bibliotecario en una de estas casas del conocimiento como su aprendiz cerca de El palacio de Westminster, el joven rubio estaba realmente muy emocionado desde el primer día, a veces no estaba en casa pero Miks no se preocupaba por ello ya que conocía la pureza y nobleza de Armin, así que estaba segura de que las noches en donde el no llegaba se quedaba en la biblioteca.
—Señorita Miks, casi llega tarde—dijo Jean al abrirle la puerta trasera de la cocina para hacerla pasar desapercibida.
—No hace falta tanta formalidad Jean, no mientras no nos vean los señores de la casa—respondió Mikasa después de hacer una reverencia con su vestido para de inmediato entrar al cuarto en donde cambiaba sus ropas de calle por su uniforme de empleada.
Jean solo se limitó a bostezar y a estirarse desacomodando su uniforme mientras cerraba la puerta del baño de cambio para darle su merecida privacidad a la joven que desde que entró a trabajar lo traía loco, esa piel pálida, sus labios rosas casi rojos era como si estuviera viendo a blanca nieves, su carácter siempre serio y fuerte le daban esos aires de misterio únicos en ella, no era similar ninguna de las otras criadas que había pasado por ese lugar, su traje negro con su delantal negro, su pelo recogido para dejar expuesto su bello rostro con su expresión de indiferencia que solía conservar siempre aunque las circunstancias fueras ajenas a esto.
—Krischstein, ¿Dónde esta Miks?, la solicitan en la tercera planta en la biblioteca—dijo Annie, la chica rubia que al igual que Miks eran sirvientes de aquel lugar, Annie llevaba más tiempo allí exactamente desde sus doce años trabajaba en aquel lugar, es una chica no muy alta de cabellos rubios, ojos como el mar pero fuerte como los elefantes de los circos.
—Esta haciendo el té— respondió Jean acomodando su uniforme y peinando sus cabellos rebeldes, debía permanecer impecable durante todo el día, el es el único que lleva pan a la mesa de su familia.
—No te preocupes Annie, ya se lo que quiere el viejo—dijo Miks acomodando las galletas favoritas de su "amo" un hombre calvo que olía a cigarillos y sexo.
—Cuida la boca idiota, ya sabes lo que sucede con quien profana al "amo"—suspiró Annie que miraba a Miks desde el otro lado de la cocina, fuera quien fuera, mucama, sirviente o mozo, nadie debía profanar el nombre de aquel "honorable" señor, si este se llegaba a enterrar lo más posible es que esa persona terminara en la red de prostitución de este sujeto, así había sucedido con varia de sus ex compañeras.
Miks solo se limitó a dar una reverencia a sus dos compañeros para luego salir de allí y subir las escaleras color rojo con barandales de madera oscura, el primer piso se encontraba la cocina, la sala de invitados y la de estar, junto con una larga mesa con muchas sillas de bordados costosos que usualmente era utilizado para la venta de mujeres y mozos a demás personas de la altas esferas sociales.
El segundo piso estaban una serie de habitaciones y por rumores de las mujeres que limpiaban esa zona decían que hasta los más insanos deseos sexuales se encontraban encerrados en esas cuatro paredes, Miks tenía la fortuna de pertenecer al circulo medio de mucamas de ese hombre así que solo debía de encargarse de sus necesidades superficiales, ya la tercera y última planta, había una sala de estudios, la biblioteca, una oficina y la habitación del "amo".
—Miks, preciosa, deja la bandeja allí—dijo el hombre señalando una pequeña mesita de vidrio en frente suyo mientras el estaba sentado con sus piernas abiertas en su sillón de cuero negro, la joven chica ya estaba preparada para lo que vendría era igual todo los días. Con delicadeza, alejada de aquel cerdo que observaba su cuerpo con cada movimiento que hacía para servir su té y sus galletas en un plato y vaso aún más minimalistas que la extravagante bandeja de plata.
Su corazón casi salió de su cuerpo al sentir las manos de aquel hombre subiendo por su pierna, en ese momento con la calma que siempre le ha sido característico de su personalidad, se alejó dando una nueva reverencia para salir del lugar pero esta vez su "amo" no se lo permitió, la dejó parada a su lado mientras leía sus cartas, Miks ya estaba considerando renunciar desde que inició a trabajar allí, ese lugar era un horror, pero no podía debía de llevar sustento y su trabajo como mesera no la aportaba mucho dinero, la situación financiera tampoco se veía realmente bien, ella ya había estado buscando otro lugares para trabajar.
—Miks siéntate—Ordenó el hombre sin quitar sus ojos de sus cartas, la joven que se disponía a dirigirse a la silla del al lado—Allí no mujer tonta, aquí—dijo el hombre de tal vez ya 50 años sentando a la joven en su regazo sumiendo su nariz en el olor que desprendía sus ropas apretando su cuerpo con sus brazos, Era la primera vez que este hombre procedía a hacer algo de este tipo con ella.
—S-señor, debo terminar el resto de mis labores—dijo Miks moviéndose incomoda con cada roce que aquel hombre le proporcionaba, pero este no planeaba soltarla hasta que alguien tocó a su puerta, esa fue la excusa perfecta de Miks para levantarse y abrir la puerta, y actuar como si nada hubiese ocurrido hace solo un momento.
--¿Qué quieres Jean?—preguntó el hombre con evidente mal humor por haberlo interrumpido, el joven adulto se asustó un poco frente a esto pero solo se limitó a dar entrada a un hombre de cabellos rubios, bigote y barba con sobrero un poco gracioso que tenía una mirada sería y que movía su nariz como si fuera un sabuesos.—¡Mike!, hombre hace mucho que no pasabas por aquí, Miks niña tráenos más té—Miks no dudó en salir de allí cuando tuvo la oportunidad, podía defenderse pero perdería su trabajo y esto no beneficiaria en nada a los usuales gastos que tenia en casa.
Jean le dio una mirada preocupada mirada antes de cerrar la puerta detrás de él cuando la joven pasó por su lado más acelerada de lo normal, Miks bajó torpemente las escaleras tratando de no tropezar con la bandeja en sus manos, sentía sus ojos picar por la impotencia y rabia que sentía en cuanto la anterior situación, Annie seguía en las cocinas cambiando su sonrisa al verla pasar con su rostro totalmente enrojecido por el enojo.
--¿Qué sucedió?-- Preguntó la rubia al instante mientras la observaba llenar nerviosamente otra tetera con más té.-- Miks--Repitió Annie esta vez haciéndola quebrarse durante un momento.
--Maldito puerco-- respondió la joven adulta con voz baja para que solo Annie la escuchará, esta por inercia le acarició la cabeza, le dio un leve abrazo entendiendo la situación de inmediato, ella ya llevaba allí desde muy joven y conocía bien como era estar entre los brazos de ese sujeto.
Miks por su parte limpió una de sus lágrimas arregló su uniforme y se dispuso a subir nuevamente a pesar de que Annie se ofreció en su lugar. Al llegar a la puerta grande de roblé tomó una bocanada de aire que luego soltó en un largo y profundo suspiro para tocar con delicadeza la puerta, pero se percató de un peculiar ruido desde adentro, no debía fisgonear esa una de la principales reglas de ese lugar si no quería terminar en algún prostíbulo pero era evidente de que estaban teniendo "diversión" allí adentro, se escuchaba los gimoteos y jadeos de lo que parecía un chico joven, desde que llegó a ese lugar conoció mucho tipos de personas, muchas de esas persona era trabajadores sexuales por lo cual tenía un idea de que era lo que iban a hacer allí, sin embargo tuvo cierta curiosidad en cuanto en que momento metieron a aquel chico a la mansión, talvez no lo notó al salir tan acelerada de aquel lugar.
Tomó otra bocanada de aire para soltarlo un poco más rápido que el anterior y finalmente tocar la puerta escuchando un gruñido de frustración dentro de la sala para finalmente escuchar la autorización de pase, Jean se encontraba en la otra esquina del despacho del "amo" sin expresión alguna, todos en aquel lugar habían aprendido a hacer ese modismo para no "provocar" al amo, por otro lado había un chico realmente joven desnudo protegiendo sus parte intimas con sus manos sentado a un lado del amo quien solo portaba su pantalón negro y una camisa roja, el hombre del bigote seguía completamente vestido esperando por su vestida sin ningún cambio en su mirada, Miks con delicadeza comenzó a servir el té para los dos mientras sentía su cuerpo helarse en tan solo pensar la razón por la cual ese niño, porque no le ponía más de 14 años, estaba en lugar como ese.
--¿A cuanto vendes el niño?-- Preguntó el hombre del sombrero y bigote, si mal no recordaba se llamaba Miks, por otro lado el viejo cerdo de lamo solo lanzó una carcajada mientras daba un leve aplauso.
--Aprecio tus visitas Mike, eres uno de mis mejores compradores, este es uno chelines más barato que los anteriores que te he vendido, por desgracias este ya no es virgen-- Decía con toda naturalidad aquel viejo mientras acariciaba el pelo del pequeño que trataba de no llorar.
--¿Lo estrenó usted de casualidad?--bufó Mike haciendo que "el señor de las flores" que se supone que siempre traía a las flores más bellas y frescas de los "campos", la verdad era otra, la posibilidad de que esas flores no fueran tan "frescas" era muy alta teniendo en cuenta con la suciedad de persona con la que vivían, pero ahora su compra se volvió más interesante al ver a la joven pelinegra ingresar nuevamente, tenía un parecido increíble con una niña de una casa grande Inglesa que desapareció hace un tiempo, su hermosa piel blanquecina le hizo fantasear en las formas en que podría marcarla, sin embargo podría sacar aún más provecho de eso, desde hace un tiempo se ha estado ofreciendo un suma importante de dinero por chicas de la características de aquella sirvienta.--¿Cuánto por la sirvienta?-- dijo Mike tomando a la chica en sus brazos para sentarla sobre sus piernas.
Miks se quedó congelada en aquel instante buscando con ojos suplicantes a alguien que pudiera ayudarla en ese momento, Jean tenía la boca abierta y sus ojos como platos sin poder moverse de su lugar, la sorpresa también se la llevó el tal "señor de las flores", pero no demoró en cambiar su rostro de sorpresa por uno más maquiavélico.
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