Montmeló, 3 de junio de 2023

La práctica libre 3 terminó hace un cuarto de hora; Alonso había acabado quinto y Stroll decimotercero. Los Red Bull seguían pareciendo los grandes dominadores aunque en carrera no estuvieran teniendo tanta suerte.

Era el momento de la comida. A pesar de estar acostumbrada a ese clima mediterráneo húmedo y amenazante de lluvia, la botella de agua de dos litros que se llevó había volado durante la tercera práctica. Nai se dirigía a la cafetería para comprar más bebida para la tarde. El subjefe (como lo llamaban), era exigente en el tema de horarios e incluso de relaciones de amistad entre trabajadores, pero eso le daba calma para pensar. "Quizás Ferran si llevara razón en lo de no abandonar esto sin un trabajo asegurado fuera...", pensó la de Pedreguer casi constantemente esa mañana. Una llamada de teléfono fue lo que le sacó de esa nube de autoestima alta que llevaba en el día de hoy.

"Llamada de teléfono"

-¿Por qué no vas a Sevilla a ver el partido final de tu hermano? Se juegan seguir en primera.

-Porque aunque quisiera, este fin de semana hay gran premio y es mi trabajo.

-A mí me hablas en valenciano. ¿Queda claro?

-Las rutas más rápidas son casi siete horas. Saliendo en cuanto acabara el podio, llegaría a Sevilla a las once o doce de la noche. Con el partido ya acabado.

-¡Pide días libres!

-Y yo te digo que porque no entiendes que este es mi trabajo, papá. Que ya suficiente con que me han cubrido días que no me correspondían. ¡No puedo ir a Sevilla!

-¿Qué te he dicho del valenciano, Natalia María?

-Me importa una mierda ahora mismo el idioma. Eres mi padre, me deberías apoyar y solo me hundes en cada llamada o cada vez que bajo a Pedreguer.

-Tenías trabajo sin salir de Valencia. ¿Por qué no lo dijiste?

-Porque no quería depender de la familia. Quiero tener mi vida. ¿Entiendes eso, papá? Porque yo creo que no. Sigo esperando una felicitación de cumpleaños por tu parte.

-Ven a casa y la tendrás. Y deja ese puto trabajo. ¿De acuerdo?

-No.

"Fin llamada de teléfono"

Ni esperó a que le contestara algo más. Su padre le desesperaba cada vez más y a veces le daba por llorar, otras por gritar, insultar... Y en ese momento le dió por buscar un sitio poco transitado y hacerse bolita y llorar.

-¿Necesitas un abrazo?-oyó que le preguntaron.

Miró hacia arriba y vió a Carlos. Vendría de probar algo en el coche o camino a la clasificación porque llevaba el mono a medio poner. Ya que él había hecho la pregunta, le abrazó directamente.

-Si quieres contarme que te ha pasado por si te puedo ayudar.

-Con el abrazo ya lo estás haciendo. No quiero hablar de mi padre.

-Hasta que me llamen podemos seguir de esta manera.

-Gracias. Necesitaba este abrazo.-dijo separándose Nai.-Voy a comprar bebida que tengo que volver a mi sitio.

-Si necesitas hablar, deja una nota en mi habitación del motorhome y cuando acabe la qualy te busco. ¿Vale?

-De más has hecho. Nos vamos viendo lo que queda de finde, ¿ok?

-Relájate. La Fórmula Uno ha ganado a la mejor fotógrafa. Si te despiden, te van a salir ofertas sin parar. ¡Seguro!-le dijo Carlos yéndose al box de Ferrari.

Le tranquilizó por la conversación que había tenido con su padre. Pero le dejó con la mosca detrás de la oreja por lo del despido. ¿Quién de Aston Martin se lo habría dicho? ¿O podría ser Esteban quien lo dijera? Recordó un estudio que hicieron en Estados Unidos de que con una media de 6 personas, se podían conectar dos personas completamente desconocidas de una costa a otra. La única cadena que le salió fue:
•Lance-Esteban-Sergio-Fernando-Carlos.

Aunque también recordó aquella reunión del chisme con Zoe y Lando donde el canadiense llegó diciendo que tenían que cenar con su padre y lo que pasó al volver del restaurante. Entonces pensó en la siguiente cadena:
•Lando-Carlos y Charles.

Definitivamente, ya no sólo estaba jodida por la presión que ejercía Lawrence Stroll sobre su puesto de trabajo. Necesitaba adivinar como Sainz se había enterado de su posible despido.

Compró más bebida y volvió al puesto que le había tocado para las fotos en el día de hoy. La clasificación amenazaba lluvia. Aunque al final las gotas cayeron en otras partes cercanas a Montmeló. En la Q1, la principal sorpresa fue que Charles Leclerc caía tras no adaptarse bien al circuito y acabar decimonoveno. La Q2 también trajo sorpresas cuando Pérez acabó undécimo y Russell duodécimo. Un Ferrari, un Mercedes y un Red Bull fuera de la lucha por la pole. Aunque en la Q3, el de siempre, Max Verstappen conseguía la pole seguido de un 2-3 Carlando. Stroll arrancaría sexto seguido de Ocon en séptima plaza. Fernando Alonso saldría noveno mañana.

Esa noche, después de los horarios de la cena...

-La carrera acaba a las cinco. El partido empieza a las nueve. Ya sé que no llegas a Sevilla pero nos puedes ver sin problemas. ¿Tienes localizado algún bar con el fútbol?

-Más de uno y más de dos. Pero fuera de Valencia o Sevilla dudo que pongan ese partido. Tengo varias páginas pirata localizadas para verlo.

-Tú y tu pirateo...

-Demasiados partidos donde sabría que podía verlo de fondo pero no ir a Mestalla o algún bar. Te dejo. Llaman a la puerta.

-Duerme bien, germana. Y si es Carlos, usad protección.

-Vete a la mierda, José. Mañana hablamos. ¡Adiós!

-Adiós.

Colgó la llamada y puso a cargar el móvil mientras gritaba un "ya va". Quién estuviera fuera tendría prisa porque no dejaba de golpear la puerta.

-¡Vaya! Eres quién menos me esperaba.

-Solo venía a preguntar que tal estabas.

-Estoy mejor, Carlos. Gracias por preocuparte.

-¿De verdad o lo dices para que me vaya?

-Por ambas. ¿Me dejas dormir?

-Siempre tienes sueño.-le dijo riéndose.

-Mis pasiones son la fotografía, el Valencia y dormir. Y ahora mismo estás frustrando una.

-Y yo que venía con la intención de hablar...-dijo el piloto levantando las manos como si no hubiera roto nunca un plato.

-¿Tú no tienes que madrugar mañana para hacer una carrera?

-¿Tú no tienes que madrugar mañana para trabajar? Ya voy conociendo tu sentido del humor, valenciana.

-¿Entonces pasas y mañana, al menos yo, dependo del café para ser persona y hablamos? ¿O te vas y me dejas dormir?

-Mañana te pago yo los cafés que necesites para ser persona.

-Pasa para dentro, madrileño.

-Mejor otra cosa.

-¡Suéltame, Carlos! ¡Qué no llevo el móvil ni la tarjeta de la habitación!

-¿Y la tradición de llevarte como saco de patatas?

-Mañana. Ahora suéltame, quiero dormir.

-Descansa, valenciana.-dijo al soltarla sobre la cama.- ¿Te pasa algo?

Y ese momento, donde vió esa sonrisilla de medio lado de Carlos y ella podría echarle las culpas al sueño si le decía que no, se lanzó a decirle todo.

-Después de todas las malas situaciones que he vivido por amor, todo lo ocultaba diciendo que yo era la enamoradiza y me hacía la dura para que no se me notara. Pero en tres meses me has jodido todos los esquemas porque parecemos amigos, un matrimonio o dos adolescentes locos por el sexo. Y me parece tan bien vivir todo eso contigo al lado... Descansa, madrileño. Mañana tiene que llegar tu tercera victoria.

Se acercaron tanto que al final se besaron. A pesar de que iban rápido, lo notaban diferente porque era el primero sin alcohol de por medio ni robado.

-Coge tu móvil y tu teléfono.-le dijo Carlos cuando se separaron tras el beso.-¿No pretenderás que te deje sola después de lo que me has dicho?

-Pero no me lleves como un saco de patatas.-contestó mientras desenchufaba el móvil y cogía la tarjeta.

-¿Lo tienes todo? ¡Andando!

-¿Qué te he dicho antes?

Pero ignoró la pregunta y siguió camino a su habitación con la chica Gayà a cuestas. Aunque ahora tendría que pensar como le diría sus sentimientos sobre ella...