Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1- Idea

Entre las oscuridad más profunda que podía ser encontrada entre las sombras superpuestas de aquellos gigantes de maderas que se alzaban hacia el cielo, pequeños murmullos que parecían mencionar cosas inentendibles, sonaban por todo el esplendor de la zona. Eco y eco se creaba reproduciendo aquellas palabras que parecían ser de un lenguaje desconocido para cualquier oído, incluso el más culto y sabio no podría reconocer de lo que estaban hablando esos murmullos de las sombras.
Sus vestiduras verdes, de distintos tamaños, tallados y detalles, eran arracadas por el suave viento que circulaba entre sus alrededores, provocando que algunas danzaran en el mismo aire, piruetas y giros realizaban mientras otras caían directamente al suelo, donde terminarían todas dentro de un tiempo. Con el pasar de los días, se acumularían más y más, su tonalidades se irían apagando y su composición se volvería quebradiza que al cualquier infante, desearía saltar sobre las misma e incluso patearlas, disfrutado los sonidos crujientes de estas bajos sus pies.

Las historias, mitos, rumores y cualquier manera de relato que podría contarse de aquel extenso y espeso bosque, era en gran cantidad. Recibía distintos nombres, detalles y personajes, ninguna de las historia llegaba a coincidir con otra, y si eso llegaba a pasar, era el mismo relato contado de labios y pensamientos diferentes.
La historia que se podía acercar más a la realidad de lo que no se podría encontrarse en el bosque, era de las que eran relatadas en el pequeño pueblo que se encontraba a unos metros del mismo bosque; aunque para algunos, la realidad que serian contada en estos relatos no encajaba con lo que es el concepto de "realidad".
Es decir, las historias no son precisamente un relato que se adapta a lo que pasa a un ambiente normal. Existe un toque especial que hace que sea tan conocido y a la vez tan desconocido. Cuando oigas una, pensaras que solo es algo sacado de la mente más imaginaria o que solo ha sido proyecto de una ilusión pasajera de una mente estresada pero aun así, querrás escuchar mas, la curiosidad por conocer si aquello es verdadero no podrá ser contrala y el deseo de poder entender cada palabra de cualquier relato de ese pueblo será como la misma necesidad de respirar.
¿Exageración? Quizás...pero que aquello sea verdadero, según las palabras de los ciudadanos que no tienen motivo alguno para mentir y que pueden ver en sus ojos que hay algo más que verdad en vez de una locura retoricada, es lo que hace que el hambre de saber más, sea insaciable.

¿Mentiras? Para nada, te podrías sorprender de que no haya ninguna mentira en este relato. Cada habitante sabe que mentir no les va llevar a ningún lado y que no ganarían nada a cambio, sobretodo que bromear sobre el tema, no es algo que se le considere correcto.
que cada relato no llega con un final feliz, puede ser la historia más tranquila y suave mientras se va contando, pero sus consecuencias llegan de una vez por todas y la sensación de un cierre "a lo normal", es lo más distante que puede haber.

Miedo. Miedo es lo que más abunda entre las personas que viven en este pueblito cercano al bosque misterioso, a pesar que existan historia de lo mas fantásticas, que pueden ser algo totalmente emocionante y asombroso, llenando de adrenalina tu cuerpo, puede ser reemplazo por esa fría sensación de agobio, de incertidumbre y sobretodo...de miedo.

¿Cómo podría sentir miedo cuando eres atrapado por las palabras que relatan sobre pequeñas hadas de colores brillantes que iluminaban la peor oscuridad del bosque, creando un bello baile de destellos y luces en la noche? Pues podrías sorprenderte como una historia con un inicio tan colorido puede terminar con un final bastante oscuro. Estos finales suelen ser trazados, escritos, pintados con tonos carmesí. En donde una vida que nunca pensó que se acabaría, termina siendo marchitada por sucesos que pudieron ser advertidos, incluso existiendo anécdotas sobre aquellos. El final siempre termina con ese mismo tono rojizo. O al menos casi siempre, otros terminan inconcluso, en donde la locura es callada por murmullos y gritos que piden no volver a recordar.

Sobrevivientes, son aquellas voces que pueden relatar con vivas memorias lo que ocurrió en el más recóndito lugar de las hectáreas y hectáreas de bosque. Puede describir con los detalles más exacto a una criatura que jamás creerías que existía, como un Pegaso bebiendo agua en un claro, que el ambiente que te va describiendo te atrapa totalmente pero no te esperas que esa bella imagen en tu cabeza pueda terminar con un giro totalmente inesperado en cual la voz quizás no quiera seguir, tal vez comience a gritar, sollozar quizás o que quede simplemente en silencio. Cuando ocurre eso, es que la historia ha llegado a su "final".

"¿Cómo algo tan Asombroso puede contener semejante peligros?" Es una de las varias preguntas las cual los ciudadanos no dejan de repasar en su mente, como si en algún lugar recóndito en sus cabezas se hallara la respuesta. Pero son solo preguntas vacías debido al miedo que causa lo desconocido, o de lo poco que conocen. El poco conocimiento del lugar y las experiencias vividas dan una única respuesta, "Todo puede ser hermoso pero es peligroso".
Ya se está desconfiando de los propios arboles, como si en cualquier segundo, sus raíces se elevarían dejando el paso a grandes gigantes que podrían causar grandes estragos en el inocente poblado.

-Vaya exageración...- Se dijo un joven de cabellos castaños, recordando todas las historias que le fueron relatadas, de las advertencias y de los consejos. Cerró el libro que se encontraba frente suyo y miro hacia la ventada. La vista que tenia a través de esta era directamente al inmenso bosque, con el atardecer haciendo presencia detrás del mismo, recibía una apariencia tétrica pero con cierta belleza innegable.-"Hermosamente peligroso"- repitió la frase que acababa leer del libro y no pudo evitar soltar una leve risa.
Tomo su cámara instantánea y se enfoco en poder captar el ambiente que se encontraba frente suyo, tras el flash, la foto fue sacudida entre sus dedos revelando el paisaje que para él era más bello que peligroso.

-¿Acaso estas demente?- Comento con cierta seriedad tratando de ocultar su preocupación.
-Gracias por tu apoyo Fran...- Quería que su sarcasmo fuera notable para su amigo, estaba enfadado ya que esperaba una respuesta distinta.
-No sé qué esperabas pero todos te dirían lo mismo... ¿Acaso no recuerdas al ulti...
-Lo recuerdo muy bien- Le interrumpió total frialdad.
-Me preocupo por ti Gonzalo-
-Eso no propio de ti- Esa repuesta tomo desprevenido a Francisco.
-Te d-digo lo mismo de tu idea-
-Si, sería algo más propio de vos, por eso esperaba que me apoyes- Francisco suspiro bajando la mirada para luego volver a posarla en de Gonzalo, podía ver la determinación en la misma.
-Puede ser...pero hasta yo sé cuando una idea es totalmente una locura.

El silencio se hizo presente, haciendo que la situación en la que se encontraba estos amigos se vuelva un poco incomoda. Ninguna se dirigía la mirada, se conocían desde hace tiempo, que podían tener una idea de lo que el otro estaba pensando.
-¿No puedo hacerte nada para detenerte, no?- Gonzalo solo asintió y su amigo soltó un sonoro suspiro.- ¿Sabes lo peligroso que es no?- Su amigo volvió a asentir.-No soy una madre para andar controlando y menos para estar tan preocupado de esta manera...
-Yo...
-Eras como un hermano para mi ¿Lo sabes?- Gonzalo quiso responder pero Francisco volvió a hablar- Y como un hermano, te estoy diciendo que es muy peligroso.
-Aun así iré...
-Lo sé y también sé que cuando algo se mete en la cabeza, no paras hasta conseguirlo-
-Podrías venir conmigo...

Francisco no respondió, no sabía que decir, la propuesta de Gonzalo le hacía temblar hasta los huesos pero era su mejor amigo no podía dejarlo ir como si nada a una "aventura" completamente solo, sobretodo que es él quien siempre lo arrastro a aventuras que Gonzalo siempre le decía que era locas. Aun así, esta cruzaba el límite de lo loco hacia lo descabellado, y con peligroso no alcanzaba a describir la situación en la que se estaba metiendo.
-¿Tengo que volver a repetirte las posibles consecuencias?
-Si no quieres ir, yo n...
-Iré- La alegría se hizo visible en brillo de los ojos de Gonzalo, acompañado con una sonrisa, abrazo a su amigo quien se sorprendió un poco ante tal acción.-Si llegamos a morir, te juro que te perseguiré hasta al infierno para hacer tu existencia miserable- Después de decir eso, ambos reventaron carcajadas para luego estrecharse las manos.

Aunque viera una y otra vez como las agujas avanzaban y como los segundos que pasaban se iban acumulando en el tiempo de su espera, ya sabía cuál era la respuesta a la incógnita que tenía en su mente la cual cuestionaba el porqué su amigo no se había presentado todavía.
Una hora ya había transcurrido desde la acordada que Francisco y Gonzalo habían decidido ayer para encontrarse a la afueras del pueblo. Apoyado en la cerca de madera, el castaño se encontraba con la mirada hacia el gran "pórtico" de madera gastada que se encontraba a la "entrada" del pueblo en lo que alguna había sido el comienzo de la ruta principal y que algún vez tuvo un color rojo intenso pero que ahora no era más que poste de madeja rajada con un color parecido al ladrillo y un gran cartel el cual todavía se podía leer el "Bienvenidos a Lost Tales".

La "entrada" se encontraba al norte de Lost Tales pero al final nunca se llevo a cabo el plan de una nueva ruta debido a que esta debía pasar a través del Bosque por lo que sin más rodeo, el asfaltamiento se detuvo y el comienzo de la calle quedo como una especie de camino al bosque.
A nadie le importó que el proyecto se abandonara, era como si todos estuvieran de acuerdo que la justificación de la detención y olvido de una vía de circulación fuera abandonada porque esta tendría que pasar por el bosque, dejando así como única manera de ingreso al pueblo, la ruta 183 al sur de la población.

Decidió dedicarle una última mirada a su reloj antes de aventurarse al frondoso bosque que se presentaba a sus espaldas. Eran las 11 am, habían acordado en encontrarse a las 10 y Gonzalo había llegado puntual con su paciencia infinita y la ilusión de que su amigo no lo abandonaría hizo que lo quedara esperando una hora.

Su amigo no era para nada cobarde, Franco era quien tenía las ideas más alocadas de los dos pero estaba vez, el castaño había ido un poco más lejos y sabía que la participación no iba ser del todo aceptada.
Miro al bosque, no le importaba que tipo de consecuencias, las advertencias y los sermones, ni que su conciencia le repitiera una y otra vez que lo que estaba por hacer podría acabar muy mal. Demasiado mal. Él estaba decido entrar al bosque, no iba dar marcha atrás, ya que no se iba rendir hasta conseguir lo que quería.

Era como si la temperatura hubiera descendido estrepitosamente o quizás fue la sensación que recorrió todo su cuerpo, la piel de gallina y un ligero temblor hizo presencia haciéndolo sentir cierto estremecimiento. Apenas había cruzado los pequeños arboles que daban la bienvenida al verdadero "Lost tales" y ya sentía como las sensaciones explotaban en su cuerpo.
Sus ojos iban de lado a lado, registrando todo lo que su vista podía captar, la cámara temblaba en sus manos y los pasos eran lentos e inciertos. La emoción apareció entre su cuerpo, tomo con firmeza la cámara y apunto hacia arriba, sorprendiese de lo que cámara capto.
Como si fueran torres que buscaban el contacto con el punto más alto del cielo, los árboles se alzaban hasta que cada unas de sus ramas se perdían con las del otro, como formando un enorme y extenso techado natural. La luz del sol cruzaba entre aquellas espesa capa de hojas y el lugar recibía una iluminación tenue y verdosa. Gonzalo sacudió la foto en su mano, la cual fue tomada hace unos segundos y pudo apreciar como en la imagen, los árboles parecían alzarse hasta el infinito. Definitivamente esta seria unas de sus fotos favorita, ya no podía esperaba volver a su casa para ir pegarla con las demás en mural en su cuarto.

Definitivamente el ambiente se sentía más frio, como si también una leve brisa cruzara entre los tronco dando suaves caricias de frescura. Gonzalo inspiró hinchando su pecho, sintiendo como el aire llenaba sus pulmones y exhalo despacio, el aire se sentía mas puro y su aromaba era una mezcla de expresión más pura de la naturaleza, el aroma que más fuerte se hacía presente era el de los Pinos.
Arbustos, helechos y muchas variedades de plantas que no podía reconocer, adornaban el suelo con distintos colores y tamaños. Se preguntaba cómo se vería este lugar en plena primavera. Grandes y robustas raíces emergían de la tierra, marcaban el lugar como si de venas se trataran. Las raíces de los árboles más grandes a veces llegaban a más de medio metro de altura.

Libros y libros se necesitarían para poder llegar a describir la variedad de vegetación que estaba rodeando a Gonzalo. No podía de dirigir su vista a todos lados, ya que siempre había algo diferente, nunca veía algo parecido a lo que pudo apreciar pasos atrás.
Por solo mera coincidencia, bajo su vista para encontrarse con algo que le había robado totalmente la atención. Un pequeña plantita de un verde intenso, con hojas en abundancia y finos y delicados tallos daban mostrar unas flores de intenso y profundo azul con algunas franjas violáceas. Acercó su mano para poder tomar la flor pero un pasamiento cruzo su mente, la idea de que la planta fuera altamente venenosa le helo sangre.
Tomo su cámara y saco una foto, luego buscaría en la biblioteca de que planta se trataba. Saco un pañuelo de su bolsillo y con suma delicadeza, envolvió la planta cortando talle con un rápido tirón. Envolvió la delicada flor, siendo precavido de no tocarla por la dudas de que llegara a ser letal, y la guardo en bolsillo de su mochila.

Simplemente no pensaba, no escuchaba a su conciencia la cual le advertía que mientras más tiempo pasara ahí, mientras más lejos estuviera de su hogar, el volver a encontrar el camino o la posibilidad sería nula. Pero no podía controlar el sentirse encantado por aquel bosque, cada vez encontraba algo que le llamaba la atención y entraba mas al bosque.

Los gigantes a su alrededor parecían ser más grandes y más robustos, las depresiones que surcan en sus troncos, parecían ser profundas y otros parecían tener un armadura grisácea que resultaba áspera al tacto.
Su follaje parecía variar de color mientras más profundo en el bosque uno se encontrara, era como si los colores a su alrededor se distorsionaran. Aquellas gamas verdecías parecían ser más amplia ahora, como si abarcara mas colores.
Observo con atención la hoja entre su manos, la cual parecía ser un verdoso azulado, se le hacía difícil de cuál de los dos abarcaba mas. Decidió guardarla en la mochila, sería un recuerdo que para él tendría un valor único.
"Si es que llegas a volver" Gonzalo se rio por la positividad del pensamiento que se había cruzado por su mente. "Esa es la actitud" pensó como reprendiéndose así mismo. La verdad no se preocupaba mucho en perderse, confiaba mucho en que encontraría el camino a casa por seguir su instinto y sus sentidos o por el libro en su mochila que había tomado "prestado" de la Biblioteca.

Con la cámara en su mano, capto como la luz de sol se iba filtrando a través de aquellas hojas con nuevas tonalidades para su ojo y como le daban al lugar, una imagen mágica y misteriosa. Al revelarse, la foto había captado algo más que recién se dio cuenta.
Como si fueran luciérnagas, pequeños orbes de luz bailaban en el aire con tal lentitud como si lo invitaran a seguirles. Dando un paso, hechizado por los bellos colores que estos desprendían, los fue siguiendo mientras posaba su mirada en cada una estas misteriosas formas de vidas, si es que aquello formara parte de la vida.

Era un claro, lo habían guiado hasta un claro, el lugar parecía estar mucho más iluminado, vivo y mágico desde lo que había llegado a ver desde su entrada al bosque. Las pequeñas luciérnagas seguían con sus delicados movimientos y estas se encontraban danzando en lo que parecía ser una pequeña represa. Se puso de rodillas para poder admirar el agua que era tan clara y pura que podía ver las piedras del fondo y algunos peces escondiéndose ante su presencia.
Un escalofrío recorrió por toda su espalda, poniendo su piel de gallina. Estaba helada. Tomo su cámara y captura la escena. Esta foto estaba en su lista de favorita. Embobado por la mágica escena a su alrededor, no se dio cuenta como aquellos farolitos empezaban a volar a su alrededor.
Como si lo saludaran, la pequeña criatura dio unos tres giros frente a su rostro. Sus ojos se abrieron al ver con mayor claridad la conformación del pequeño ser. No se lo podía creer, había cuentos de los sobrevivientes e historias en los libros de la biblioteca del pueblo pero no podía creer tuviera una frente suyo.

-Un hada...-Pensó en voz alta y su luz titilo como si les respondiera. Levanto su mano izquierda en aire y la pequeña hada se poso en mano. Con sumo cuidado y sigilo tomo la cámara. Estaba seguro que con una foto, su aventura estaría terminada y tendría que volver, él quería volver pero ya había encontrado lo que había buscado, o eso creía.
-¡Oye! N-no te vayas – El pequeño ser que se encontraba en su mano había volado lejos, seguido por los demás, que solo a unos segundos de su ausencia, el lugar parecía más apagado y oscuro de repente. Gonzalo se quedo mirando hacia donde las hadas se habían dirigido, el pensamiento de habían huido de algo se cruzo por su cabeza.

Giro rápidamente su cabeza al escuchar un ruido detrás suyo, como el sonido de una rama quebrase tras una pisada, miro hacia atrás pero no veía nada más que un sinfín de arboles. Con la idea de que habrá sido algún roedor o un ave, se puso de pie en dirección donde había desaparecido las hadas. "Quizás su comportamiento es así" pensó sin darle más vuelta al asunto y continuando su camino rodeando el estanque.

Quizás el mismo no era muy profundo pero podría decir era mucho más grande en cuanto superficie. Tomo una foto a un Sauce llorón que se encontraba en una pequeña porción de tierra prácticamente en el medio del estanque del cual ya pensaba de que se trataba de una laguna quizás.
Guardando la foto, miro de nuevo hacia al robusto sauce él cual, tras su cortinas hojas parecía esconder un objeto que no lograba identificar tras la distancia y por la sombra del mismo. Gonzalo se quedo meditando si lo siguiente que haría podría jugarle una mala pasada pero no le preocupo y con la idea de que sería solo un simple resfriado, comenzó a sacarse las botas.

-¡JODER QUE ESTA HELADA!- Gritó apenas puso los pies en el agua, los inviernos no solían ser muy frios por la zona pero el agua parecía estar a una temperatura como si se tratase del mismo polo norte. Exageración fue lo que se le cruzo por la mente pero aun así, eso no le impidió que empezara trotar hacia donde se encontraba el peculiar objeto oculto tras el follaje del sauce.
Movió un poco los dedos, removiendo la tierra y las hierbas bajo sus pies, tratando de entrar en calor de nuevo. Miro hacia atrás, asegurándose de que todavía estaban sus botas donde las habías dejando en la orilla.

El sauce no era de gran altura pero lo compensaba con su robustez y su espeso follaje. Apartando la cortina de hojas, Gonzalo se encontró con lo que había llamado su atención a la distancia, se encontraba de frente a lo que parecía ser un trozo de piedra tallada que daba la sensación de haber sido colocada ahí.
Mas cerca del extraño objeto, pudo ver como lo que parecía una huella estaba tallado en el frente de la piedra, le recordaba la huella de un perro pero al apoyar su mano como para comparar, esta era mucho más grande. Bajo la vista para encontrarse flores marchitas, sin pensarlo mucho y tomando un poco de distancia, tomó una foto.

-Es una lapida- Dijo pensando en voz alta al ver la foto revelarse, no lo había pensado antes pero al tener otra perspectiva, se dio cuenta en donde se encontraba realmente. Miro nuevamente a la roca tallada, tratando de descubrir algo más.

"¿De quién será? ¿Por qué aquí? ¿Por qué una huella? ¿Sera de una masco..." Sus pensamientos fueron interrumpidos tras un fuerte aullido que resonó por todo el lugar, incluso le pareció que la tierra tembló bajo sus pies, había sonado ronco como si se tratase de un gruñido o rugido quizás.
Por instinto, miro hacia atrás pero seguía encontrándose con la misma imagen desde que había ingresado al bosque, de su soledad rodeada por una increíble y variada fauna. Pero si encontrar al responsable de aquel sonido, decidió volver hacia la orilla con pasos rápidos.

Le dirigió una última mirada a donde se encontraba la lapida, aquel pequeño lugar bajo el cuidado de Sauce llorón seria un completo enigma al cual dudaba que le encontrara respuestas. Dudará de que se tratara de alguien que viviera en lugar, nunca nadie se había atrevido e incluso a pensarlo pero al tratarse de única opción posible y a la vez imposible, lo dejaba completamente en la nada.
Un gruñido lo hizo frenarse de repente, su estomago rugía hambriento. Miro su reloj y sus ojos se abrieron como platos, ya eran las dos de la tarde y no había almorzando nada todavía. El tiempo ahí se le había ido volando y no se había dado cuenta. De su mochila saco un emparedado que devoró en seguida, luego bebió agua de una botella que también había llevado para luego continuar con su recorrido.

Caminaba y caminaba, sentía como la planta de sus pies empezaba a arder y sus piernas flaqueaban por un descansó. Aunque aun se encontraba con energía por seguir con su búsqueda, sabía que no tenía que exigirse demasiado y un pequeño descanso no le haría mal a nadie.
Con un suspiro de tranquilad, dirigió su mirada hacia donde debería estar el cielo, pero una gran capas de ramas, robustas como delgas vestidas, con una gran variedad de hojas, le impedían ver por completo ese azul que apenas se percibía en los huecos por los cual se colaba débiles rayos de sol. Agradecía haber traído su reloj consigo, si en él, no se hubiera dado cuenta del pasar la hora y podría haber terminado en la noche con el bosque todavía a su alrededor.
Aun así era muy pronto para volver, había muchas cosas que quería descubrir y sabía que solo estaba en el comienzo. Según los supervivientes y el libro de la biblioteca, mientras más te adentras al bosques, más grandes son los arboles, tanto con respecto a su altura como en la dimensión del tronco. Por ahora los arboles era como podía encontrar en cualquier bosque por lo que su recorrido no había terminado.

Un leve sonido, como si fuera campanillas, llamo su atención haciendo que se ponga de pie y buscando por todos lados la fuente de ese sonido. Lo volvió a escuchar y confiando en su oído, siguió la dirección del sonido para encontrarse con un ave en el suelo buscando algo de alimento mientras con suave cantar imitaba el peculiar sonido.
Con pasos sigilosos se acercaba al animal que seguía picoteando el suelo buscando algún insecto para calmar su hambre, Gonzalo rebusco en su mochila otro de los emparedados que tenía en un tupper para desgranar el pan y tirar miguillas hacia el ave, la cual se acerco cantando con mas animo.

El ave ahora imitaba el sonido inconfundible de un pajero carpintero, supo enseguida que se traba de una Calandria. Esta imitaba como si se tratara de cantar propio, aprovechando para tomar la cámara entre sus manos y tomar una foto.
El flash no pareció espantar al ave pero esta si voló lejos cuando sintió el ruido que había escuchado a la orilla de la laguna, el quebrarse de una rama. Miro hacia atrás pero volvía encontrar con el mismo panorama, nada sospechoso.

Un maullido fue lo que capto de nuevo su atención, la Calandria no había huido, se encontraba a lejos en una rama baja de un árbol y volvía imitar el sonido del felino, como invitándolo a seguirla. Gonzalo sonrió ante la idea y se propuso en seguir al ave para poder escuchar el repertorio que esta tenía preparado.
Aun así, su sonrisa se fue borrando cuando todo a su alrededor parecía resultarle exactamente igual a lo que había visto pasos atrás. Giro viendo que todo era exactamente igual, los arboles, los arbustos y demás plantas. No era como el principió que todo era completamente diferente, en donde la semejanza parecía no existir. Ahora, parecía que hasta las mismas gritas de las maderas de los troncos parecían coincidir. Incluso ya no estaba acompañado por el ave imitadora que nunca se había dado cuenta cuando había dejado de oírla cantar.

Una risa resonó llenando el silencio del bosque de una escalofriante sensación, como si estuviera cargada de burla y algún resquicio de malicia. Tras un breve segundo, el sonido de algo quebrarse sonó acompañado de lo que pareció ser un quejido lastimero.
Gonzalo seguía girando sobre su eje pero más lento que antes, viendo detalladamente tratando de encontrar el dueño de aquella risa rechazando la idea de que haya sido imaginación propia. Su pensamiento quedo descartado al sentir suaves pisadas pero aun así seguía si ver si que había algo a su alrededor.
Un gruñido a su espalda lo hizo darse vuelta bruscamente pero sin encontrarse nada, hasta que un escalofrió recorrió pos su espalda al sentir una respiración en su nunca para encontrarse con una gran fila de dientes puntiagudos que parecían sonreírle.
-¿Acaso caperucita se perdió?-


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro