14.
Una odisea estaba ocurriendo silenciosamente en aquella sala. El doctor no se esperó en absoluto esa reacción de ambos jovenes. Uno parecía estar procesandolo lentamente y tratando de encontrarle lógica a la situación mientras que otro parecía demasiado tranquilo.
Sospechosamente tranquilo.
—Disculpe, doctor. —le llamó Wonho rascándose la cabeza con una inesperada confusión. —¿No cree que se ha equivocado de diagnóstico? Es decir... —mientras él hablaba, Hyungwon se puso de pie llamando la atención de ambos. —Hyungwon, cariño, ¿estás bien? —cuestionó al ver que su novio caminaba hacia la salida del consultorio con toda la intención de irse.
Hyungwon asintió un par de veces, pero no lo miró. Ni siquiera se molestó en recoger el celular que dejó en el asiento, o el abrigo que se quitó para la inspección física con el médico, lo que alertó a Wonho.
—Sí, todo bien. —respondió con la mirada perdida.
Wonho frunció el ceño.
—¿Seguro? —cuestionó todavía más confundido.
Hyungwon volvió a asentir antes de tomar el pomo de la puerta para abrirla.
—Sí, ¿por qué no lo estaría? —dijo soltando una risita leve. —Después de todo sólo se trata de un embarazo... De un... ¡Un embarazo! —gritó antes de que se desmayara en los brazos de su novio.
—¡Hyungwon! —le llamó el asustado Wonho sin recibir una respuesta.
El doctor que había visto toda la escena desde su asiento, soltó un largo suspiro y se puso de pie con calma.
—Me estoy haciendo viejo para estas cosas. —dijo con indignación. —No te preocupes chico. —le tocó el hombro al asustado novio. —Es sólo una bajada de presión arterial repentina por la noticia, muy común durante el embarazo pero realmente Hyungwon siempre ha sido así. —dijo mientras ayudaba a Wonho a recostar al delgado en la camilla. —Este chico se parece demasiado a su mamá... —dijo soltando una risita. —Déjemoslo descansar de momento, voy a aplicarle un suero vitaminado y lo pondremos a dormir un rato.
Wonho miró a su novio siendo atendido por el médico y realmente no sabía que decir.
—Doctor... —le llamó después de unos minutos. —Esto... Yo...
—No habría dicho nada de haber sabido que no habían sido informados de su condición antes. —dijo el doctor manteniendo una expresión de molestia. —Quédate con él un momento, necesito llamar a su manager.
El aturdido chico no entendía la relación que tenía toda la situación con la mujer, por lo que no pudo evitar ventilar sus preguntas.
—¿Por qué? —dijo casi asustado. —¿Qué le va a decir? ¿Acaso ya no podrá seguir con su carrera?
El doctor que estaba buscando unos papeles no lo miró ni antes ni después de responder. Parecía lo suficientemente ocupado con algo más importante que aclararle al confuso novio sus dudas.
—Ella es la tutora legal de Hyungwon desde que su madre murió. —explicó. —Su madre acordó con ella que se le daría a conocer su condición cuando alcanzara la mayoría de edad y se le orientaría para poder llevar una vida tranquila. El cómo se lo haría saber, dependía de ella. —de repente pareció encontrar sus papeles y tomó el teléfono de consultorio. —Al no hacerlo ella incumplió con su juramento, por ende Hyungwon está en todo su derecho de tomar acciones legales en su contra por ocultar información importante.
Wonho sentía que su cabeza estaba a punto de explotar. En un momento todo había pasado de un simple vomito a peleas legales y ni siquiera había tenido tiempo y oportunidad de digerir la primera parte.
—Pero... —dijo con un hilo de voz.
El doctor que ya tenía el teléfono en la oreja lo miró y antes de salir del consultorio se acercó a él.
—Mira chico, sé que todo esto está siendo inesperado, pero hazme caso y no le digas a nadie de todo esto hasta que tengamos un acuerdo. —le dijo apretando su hombro. —Si el embarazo se confirma sé que serías el padre, pero toma en cuenta que tu novio es una figura pública, así que no puedes decirle a nadie de momento. Porque incluso si se lo dices sólo a tu mamá puede que ella se emocione y le cuente a alguien más y pueden enfrentar cargos por esparcir información confidencial. —le explicó. —Sobretodo tú. Así que mientras su consentimiento no haya sido dado, ni una sola palabra. —dio dos palmaditas en su hombro antes de proseguir hacia la salida. —Esto se trata de confindencialidad ética y legal.
Después de soltar esas palabras, salió dejando al pobre Wonho totalmente descolocado.
El fotógrafo miró a su novio durmiendo tranquilamente sobre la camilla y sólo pudo pensar: «¡¿En qué demonios me metí?!» pero aunque tenía todos sus pensamientos en desorden, seguía preocupado por Hyungwon y todo lo que podría conllevar algo como eso respecto a su carrera.
Aunque siendo sinceros, todavía esperaba que le dijeran que era una broma, que habían cámaras escondidas en algún sitio y que pronto se emitiría el reality show. Eso tenía más sentido, ¿no?
Después de unos minutos entró el doctor, y la mujer detrás de él venía llorando desconsoladamente. Entraron a la oficina y empezaron a ver papeles y discutir acerca de ellos, pero Wonho prefirió no escuchar nada más porque sentía que no podría soportar una noticia más en ese día.
No fue hasta que Hyungwon empezó a despertar lentamente que se hizo silencio en la sala y se acercaron para rodear su camilla.
—¿Qué demonios pasó? —preguntó con la voz ronca tratando de levantarse, golpeándose la mano en el proceso. —Auchs, ¿por qué tengo una aguja en el brazo? Quitamela... —se quejó.
De repente se fijó bien en las personas que estaban ahí y pudo recordar claramente lo que le habían dicho antes de que se desmayara. Su expresión delató a sus pensamientos y el doctor suspiró.
—Hyungwon, hay mucho que decir pero no será ahora. —dijo con firmeza. —Aunque quisiera afirmar o negar el diagnóstico, en este caso me es imposible aunque ya haya pasado un mes. —el delgado frunció el ceño exigiendo una mejor explicación por lo que el médico continuó. —Tu condición es diferente, así que hay cosas que cambian. Me temo que tendremos que esperar por lo menos un par de semanas más para confirmar o negar lo que te dije. A partir de eso ya sabremos qué hacer.
El delgado bajó la mirada y asintió. Repentinamente se sentía culpable como si hubiera metido a Wonho en un desagradable problema.
El doctor quiso explicarle algunas cosas más y su nanager también quería hablarle, sin embargo no sentía fuerzas para seguir ahí, por lo que simplemente tomó la mano de Wonho y estando al borde de las lágrimas lo miró.
—¿Podemos irnos ahora? —preguntó con una mirada suplicante y triste. —¿Por favor?
Wonho accedió inmediatamente y después del consentimiento silencioso del doctor abandonaron el hospital sin decir una palabra.
¿Cómo se suponía que debían abordar
tanta información de repente?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro