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12.

Escuchaba el sonido de una guitarra acústica con notas bastante pacíficas pero no sabía de donde provenía esa dulce canción. Todo lo que podía ver era un campo lleno de flores de muchos colores y pájaros volando de un lado a otro soltando su característico canto que pasaba casi imperceptible y combinado con el sonido de la guitarra.

Realmente no podía entender donde estaba y aunque mirara a su alrededor, no había nada que pudiera darle una pista exacta.

¿Estaba ahí para hacer una sesión de fotos?
¿Dónde estaba el equipo de trabajo?

—¡Hyungwon! —le llamó una dulce voz femenina que le resultó familiar. —Hyungwon, ven cariño.

Al notar que la voz provenía de la derecha, volteó y notó que a unos metros de distancia estaba una figura esbelta de cabello rubio extendiendo sus manos como si esperara recibir un abrazo.

—¿M-mamá? —preguntó con un hilo de voz. —¿Mamá? ¿Realmente eres tú?

La mujer soltó una risa e instó con sus manos a que se acercara.

—Date prisa, cariño. —le susurró con voz suave. —Mamá no puede estar aquí por demasiado tiempo.

Al escuchar aquellas palabras sintió una opresión en el pecho, y aunque intentaba avanzar con más prisa, las flores del campo eran como matorrales espesos que le impedían ir más rápido y aunque la distancia no parecía mucha, sentía que le estaba tomando una eternidad llegar a ella.

—Mamá, espera por mí. —le pidió con desesperación. —No te vayas, Hyungwon va a llegar a ti pronto...

La mujer que mantenía su sonrisa a lo lejos sostuvo un pequeño bulto en sus manos y lo extendió hacia él.

—Hyungwon, date prisa. —le pidió con ternura. —Pero por favor, ten cuidado. No quiero que se lastimen.

Ante sus confusas palabras, el delgado frunció el ceño, pero antes de que pudiera preguntar vio como Wonho llegaba al lado de la mujer con una gran sonrisa y una ropa similar a la suya. Quiso decir algo pero su madre inmediatamente entregó a Wonho lo que tenía entre sus brazos hace un momento, a pesar de que se lo había ofrecido a él primero.

—¿Mamá? —preguntó al llegar junto a ellos. —Eso es... ¿Un orbe? —cuestionó al ver lo que Wonho sostenía en sus manos. —¿Por qué estás...

—Yeouiju. —mencionó en tono de corrección.

Hyungwon quiso preguntar qué significaba eso, pero tan pronto como quiso mover los labios Wonho tomó el pequeño orbe dorado casi del tamaño de una pelota de golf y lo presionó contra su abdomen, el cuál pareció absorberlo en milésimas de segundos.

—¡¿Pero qué demonios?! —preguntó asustado, pero aunque esperara una explicación de sus seres amados, ellos sólo lo veían con una sonrisa inmensa de felicidad. —¿Mamá?

De repente una gran debilidad le sobrevino y se le hizo difícil mantenerse en pie, por lo que Wonho lo cargó en sus brazos sin ningún esfuerzo.

—Cuídate. —le dijo la mujer antes de dejar un beso en su frente y después todo se volvió cegadoramente blanco.

Con mucho esfuerzo abrió sus ojos y notó las luces encima de él y a alguien tocándole la frente con un dedo.

—Heng Yuan, lamento despertarte cuando estas durmiendo tan profundamente pero hemos llegado al sitio de la grabación. —explicó la única persona que lo acompañaba de cerca en esos viajes.

Él realmente quería levantarse, pero la pesadez en sus ojos era tanta que acababan por cerrarse solos y su cuerpo tampoco quería responder cuando le ordenaba soltar al viejo oso de peluche con el que dormía siempre.

—¿Qué hora es? —cuestionó arrastrando las palabras. —¿Podemos cancelar? —sollozó. —Quiero irme a casa...

La mujer miró el reloj de su muñeca y suspiró.

—Las nueve de la noche. —respondió apesarada. —Mira, sé que estas despierto desde la madrugada y ha sido un día realmente largo y cansado, pero por favor aguanta un poco más, ¿si? —le pidió sosteniendo sus manos. —Si acabamos con esto ahora, nos olvidamos de los compromisos por un par de días e incluso hasta por una semana entera si me apresuro a hacer el papeleo para el próximo evento.

Hyungwon se cubrió los ojos con el antebrazo derecho y empezó a sollozar suavemente. La única evidencia de que el chico estaba llorando era que debido a la luz del auto era muy fácil ver las lágrimas que rodaban por sus mejillas.

A la mujer a su lado se le estrujó el corazón al igual que siempre que miraba llorar al chico que miraba como a su propio hijo.

La verdad es que era muy raro ver a Hyungwon llorar, ya que él siempre parecía tener una buena actitud pese al cansancio y valoraba el trabajo por sobretodo, sin embargo esa había sido la primera vez que él le había pedido cancelar un compromiso por cansancio y no por una fuerza mayor que saliera de su control.

—Hyungwon, cariño... —le llamó intentando apartar su brazo para verle el rostro. —¿Qué ocurre? ¿Te duele algo? —cuestionó preocupada pero él negó levemente. —¿Estás demasiado cansado para seguir?

Él no respondió nada, sólo lloró silenciosamente por varios minutos hasta que logró calmarse un poco como siempre lo hacía. Incluso ella que era la persona más cercana a él nunca vio a Hyungwon llorar de forma audible.

—Estaba soñando con mamá... —confesó con la voz ronca debido al llanto. —Realmente no quería despertar.

Al escuchar la respuesta la mujer inmediatamente lo abrazó y él correspondió su abrazo.

—Lo siento mucho. —dijo sinceramente.

Él negó y se apartó de ella luciendo igual de cansado pero quizá un poquito mejor anímicamente.

—Terminemos con esto y vayamos a casa. —respondió con actitud. —Pero asegúrate de darme al menos una semana de descanso.

La mujer asintió con una sonrisa y empezó a limpiar las lágrimas de sus mejillas con suavidad.

—Pero mira estos ojos hinchados como de rana. —susurró al ver como habían quedado debido al llanto. —Pediré que pongan té verde en agua fría mientras estacionen la camioneta, puedes esperar aquí unos minutos.

El delgado asintió y suspiró volviéndose a recostar cuando la mujer salió del auto.

Fue entonces cuando vino a su mente el sueño y se preguntó qué significaba, sobretodo el asunto de la orbe dorada en su abdomen, entonces se tocó por inercia y no sintió nada extraño, pero se prometió a sí mismo investigar en su semana libre el nombre raro que su madre le había mencionado en el sueño y quizá así podría ver de qué se trataba.

¿Acaso era un sueño de buen augurio?

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