Dedicado a @valeriacaballerosuda

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—¡Hija! —exclamó Corine y la estrechó entre sus brazos. Finalmente estaba de regreso a casa—. No puedo creer que estás aquí.

—Lo siento... —susurró ella con ojos llorosos—. Siento tanto todo lo que te he hecho pasar...

—Shhh... Está bien, bebé. Todo va a estar bien... —dijo su madre y la abrazó con más fuerza aún.

Cuando se separaron, Corine dio un paso hacia atrás y reparó en la presencia de Haru.

—Buenas tardes, señora —dijo él sin levantar la mirada e hizo una pequeña reverencia. Su nerviosismo era palpable—. Es un gusto conocerla.

Corine asintió, aunque era evidente que no comprendía la presencia de Haru en la casa. Hana le habló:

—Mamá, hay... hay un par de cosas que necesito contarte.

—No se queden aquí afuera. Entren, por favor. 

Corine se apartó de la puerta y les permitió pasar. Hana notó las enormes ojeras que tenía su madre y también sus temblorosas manos mientras los tres pasaban a la sala de estar y se sentaban en los sillones. Estaba peor que antes y Hana no dejaba de culparse por eso. Sabía perfectamente que se debía a su partida y a su silencio durante todo ese tiempo.

—¿Dónde has estado, hija? —preguntó Corine con gran aflicción—. ¿Qué has hecho durante todos estos meses?

—Yo... es una historia muy larga que no vale la pena contar por el momento. Solo necesitaba verte y pedirte disculpas por todo el sufrimiento que te he causado. 

—También es mi culpa por ocultarte la verdad sobre tu padre, pequeña... Solo trataba de protegerte...

—Lo sé —respondió Hana y se levantó para sentarse en el suelo a los pies de su madre y apoyar la cabeza en su regazo—. Ahora lo sé. 

Hana cerró los ojos un instante para disfrutar del calor de su madre. Corine comenzó a acariciarle el cabello y ella no resistió los deseos de llorar. No tenía forma de revertir el tiempo y cambiar las cosas horribles que le había gritado. Lo único que podía hacer era demostrarle cuán arrepentida estaba e intentar reparar al menos parte del daño.

El olor suave de las rosas entraba por el jardín y le traía recuerdos de su infancia de cuando se sentía triste por algo y su madre la consolaba como en ese momento. Sin embargo, en esa ocasión no debía sentirse triste, sino dichosa, y en algún punto sus lágrimas pasaron a ser de felicidad.

Luego de unos minutos levantó la cabeza y le extendió una mano a Haru. Él la tomó y se sentó a su lado en el suelo. No pudo pasar por alto la veneración hacia su madre en los ojos del chico. Él realmente la consideraba un ángel salvador.

—¿Ahora me dirás quién eres? —preguntó Corine a Haru con cariño maternal.

—Mi... mi nombre es Haru... Haru Miyasawa.

La expresión de Corine se modificó por completo al escuchar el apellido. Lo recordaba.

—¿Miyasawa? —repitió y miró a Hana con un profundo temor.

—Mamá, todo está bien. Ambos lo sabemos.

—¿Sabe qué...? —Ni siquiera pudo formular la pregunta completa.

—Que su padre es Hiroshi Sakura —terminó Haru por ella—, la persona que masacró a mis padres frente a mis ojos.

Una vez más la expresión de Corine se modificó. Palideció por un instante y sus ojos color miel observaban a Haru con incredulidad. 

—¿T-tú...?

—Llevo toda mi vida esperando por este momento, Astrid —dijo él y agachó la cabeza en señal de respeto—. Usted salvó mi vida cuando tenía solo cinco años, pero jamás pude olvidar su rostro. Usted es mi ángel de la guarda... Gracias por darme una segunda oportunidad.

Los labios de Haru temblaban mientras pronunciaba las palabras y Hana no pudo evitar sonreír ante la escena, a pesar de que las lágrimas no dejaban de empañar sus ojos. 

—Yo... no puedo creerlo... —dijo Corine y tomó suavemente el rostro de Haru con ambas manos para que él la mirara—. Tú... eres un hombre ahora... Eras tan pequeño. Y... ¿cómo es que ustedes...?

—Esa también es una larga historia, mamá. —Hana apretó con una mano la de su madre y con la otra la de Haru—. Solo necesitas saber que ambos conocemos el pasado y que no dejaremos que los errores de mi padre y de su familia se interpongan entre nosotros.

—Juro que protegeré a su hija hasta mi último aliento —dijo él con determinación—. Así tenga que entregar mi propia vida por ella... o por nuestro hijo...

—¿Hijo? ¿Hana, estás...?

Ella asintió y vio el rostro de su madre iluminarse de felicidad.

—Oh, Dios, no puedo creerlo. —Corine se inclinó hacia adelante y la abrazó con fuerza—. Estoy tan feliz por ustedes.

—Gracias, mamá... Y gracias por perdonarme a pesar de todo.

—Hija, tú eres lo más importante que tengo en la vida, ¿cómo creer que no iba a perdonarte? Yo te perdoné desde el día que te fuiste.

—Quizás necesitaba hacerlo para comprenderlo todo. —Hana miró a su madre a los ojos—. Gracias por no ser como él... Yo... no puedo evitar parecérmele, pero espero hacer las cosas bien y algún día llegar a ser al menos la mitad de lo valiente y compasiva que siempre has sido...

—Él no era el monstruo que todos creen —dijo Corine con tristeza—. La vida que vivió fue la que lo llevó a hacer todo lo que hizo.

—No lo sé... —respondió Hana y apretó con fuerza el agarre de la mano de Haru—. Siempre podemos elegir... y él eligió mal. Los Dragones Rojos sufrieron el destino que ellos mismos se trazaron, sobre todo él.

—Ishiro Tanaka, el abogado de tu padre, solía decir que tú eras la última de ellos —dijo Corine y bajó la mirada—. Por eso decidí que era mejor mantenerlo bien lejos de nuestras vidas.

Hana sintió a Haru tensarse a su lado con la simple mención del nombre. Las sangrientas imágenes de su muerte se reprodujeron en su mente por un instante, pero ella decidió alejarlas de su pensamiento. Había muchas cosas que prefería olvidar por completo, aunque sabía que nunca lo lograría del todo.

—Quizás pensar eso fue su peor equivocación —aseguró ella—. Mi nombre es Hana Langford, en poco tiempo Hana Miyasawa. Y el único padre del que quiero escuchar es de Ethan Sigler, ese famoso abogado que te amó con todas sus fuerzas, te hizo feliz y estuvo a punto de casarse contigo. Porque esa es la historia que me hubiera gustado para ti, una menos turbia y sangrienta. Esa fue tu elección el día que apretaste el gatillo. Y también es la mía a partir de este momento. Sí que hubo un último Dragón Rojo, y su nombre fue Hiroshi Sakura. 

Holaaaaa. Bueno, llegamos al capítulo final de la historia, tengo un montón de cosas que me gustaría compartirles al respecto pero lo haré mañana o pasado cuando suba el epílogo 😁 Espero que les haya gustado el capítulo 🤗

Y bueno, disculpen el spam propio 😅 pero vengo a invitarlos a leer mi nueva historia jjjj. No sé si están al tanto del Concurso de Novela Corta que está teniendo lugar en la plataforma, pero me animé a participar.

Se llama "Aunque tú nunca me elijas" y es una historia de boys love. Es juvenil y ligera, sin escenas trágicas, toxicidad o drama innecesario. Tiene algo de humor y romance, por supuesto, empalagoso en ocasiones y en otras bastante alocado XD

Es totalmente lo opuesto a lo que suelo escribir, por lo que es todo un reto para mí. Sin importar si llega a tener algún resultado o no en el concurso, creo que será muy divertido y refrescante escribir algo tan distinto y siguiendo las reglas del concurso.

Realmente me haría muy feliz que se animaran a darle una oportunidad 😁 👉👈

PD: El personaje principal es coreano, pero no transcurre en Corea ni tampoco es un fanfic jjjj.

Um beso grandote para todos, los AMOOOOO 😍🥰❤️