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"Desde que nuestros destinos se cruzaron en el camino, sabía muy bien que tenía esta y mil vidas para amarte"

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Esta historia de amor, nació en un pequeño pueblo ubicado al noroeste de Japón, en la aclamada Finca Mariposa, una de las mayores plantaciones de rosas en el año de 1920.

Todo en aquel lugar parecía un cuento de hadas, los inmensos pastizales, jardines, los invernaderos y las maripositas revoloteando al rededor era totalmente bello. Pero por desgracia todo cambió, con la muerte de Kanae primera hija del señor Muzan dueño absoluto de Finca Mariposa.

El patriarca de la familia ha tomado medidas extremas en cuanto al cuidado de sus dos hermosas retoños, Shinobu y Kanao. Volviéndolo así un hombre más calculador, extremista y celoso de lo que solía hacer.

Jamás se perdonaría por ser incapaz de no proteger a su hija cuando esta, fue cruelmente asesinada por un grupo de vándalos que pretendían llevársela como concubina. El mismo se encargo de asesinarlos a sangre fría y no es todo, tal fue su coraje que antes de su muerte, él los castro llenándose de placer al escuchar sus irritantes súplicas, aún así fue tarde, Kanae ya estaba muerta y desde ahí Muzan perdió la poca cordura que tenía.

Ante la tumba de su hija y fallecida esposa juró que iba a cuidar de cualquier patán a sus adoradas Shinobu (17) y Kanao (14) . Ningún hombre se acercaría a ellas a menos que sean sus empleados o conocidos de la Finca.

Un día antes de partir a la capital, la ama de llaves la señora Tamayo puso a disposición de Muzan guardaespaldas para cuidar a sus hijas.

- Como sabrán, hoy debo viajar a Tokio tengo una junta importante con unos accionistas del extranjero. Os veré dentro de 2 meses. Por lo tanto mi viaje será largo y bajo circunstancias ya explicadas anteriormente, he decidido contactar a dos guardaespaldas, uno para ti Shinobu y otro para Kanao. Tamayo os dejo todo en tus manos. ¡cuida de mis hijas! Esto que menciono, no lo tomes como un favor ¡ es una orden!.

- Como usted diga, mi señor. Prometo que cuidaré con mi vida a las doncellas de la Finca. Espero que su viaje mi señor sea lleno de bendiciones y éxitos. - Tamayo hizo una leve reverencia hacia Muzan mientras este se alejaba del lugar despidiéndose de sus hijas-

Una vez que Muzan se fue, la mayor del clan tenía una inmensa curiosidad sobre quienes serían sus guardaespaldas.

- Ara~ara Tamayo san. Por casualidad ¿quienes serán nuestros guardaespaldas? Cuestionó Shinobu.

- Mi lady, ellos son dos hombres que contrato el señor Muzan, ellos vienen de la aldea de los guerreros Kimetsu y aunque parezca extraño, ellos también suelen hacer este tipo de trabajos. Tengo entendido que su llegada será el día de mañana a primera hora.

- Oh interesante y no quiero sonar vulgar Tamayo san pero ¿usted los conoce? ¿ son guapos? Pero lo que más importa ¿son de nuestra edad?

- mi lady yo no los conozco personalmente... pero como se le ocurre decir eso. Si su padre la escucharía estoy segura que-

- Que mi padre me castigaría por tratar de acercarme a otros hombres... ¡si... ya lo se! ¡ahh!- musito resignada- sé que lo hace por que nos protege, pero es injusto que no podamos tener tan siquiera un amigo...¡que decepcionante!

- No digas eso neechan- intervino Kanao- nos tenemos las dos y con eso a mi me basta y me sobra. Soy feliz a ti lado.

- Tal como lo dijo la señorita Kanao, mi lady no se ponga triste.

- Jumm.. como sea, Tamayo san estaré en mi habitación probándome los kimonos nuevos que mi padre me ha comprado.

- Entendido mi lady. La llamaré en cuanto la cena esté lista.

- vienes- preguntó Shinobu a Kanao.

- No... neechan... estaré en el jardín recogiendo algunas rosas para adornar la mesa. ¿ quieres que te lleve unas?.

- Por supuesto Kanao chan. Te esperaré en mi recamara.

Las chicas se fueron a sus diferentes destinos, Tamayo junto con el grupo de mucamas se dispusieron a preparar la cena.

Mientras tanto, Shinobu se deleitaba con sus exquisitos y finos kimonos que su padre había mandado hacer para ella, pueda que sea de baja estatura pero estaba más que segura que su enigmática belleza la hacía lucir realmente preciosa. Aquellos ojos violeta y sus labios rosas encajaban perfectamente con su piel blanca y cabello negro con tintes morados.

Era única, especial, así era Shinobu la hermosa joven de la Finca Mariposa futura heredera de la Familia Kochou.

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A la mañana siguiente, dos jóvenes de nombre Giyu Tomioka y Tanjiro Kamado pertenecientes a la aldea de guerreros Kimetsu partieron al amanecer para dirigirse a la Finca Mariposa tal y como Tamayo dijo estos llegarían por la mañana. Todo ya estaba preparado para su llegada.

Montados en sus caballos partieron hacia su destino.

- Tomioka san... ¿a escuchado sobre la finca Mariposa? Preguntó Tanjiro Kamado un hermoso y alegre muchacho de 15 años cuyos cabellos eran rojo carmesí.

- Solo sé que son unas de las mayores productores de finas rosas- contestó Giyu Tomioka un joven de largos cabellos negros y ojos azules al cual no se le daba muy bien interactuar con los demás a diferencia de su compañero Tanjiro.

- ¡Vaya ese lugar debe ser precioso e inmenso! Aunque me pregunto como serán a las doncellas que debemos escoltar... es decir tan importantes son como para que nuestra paga sea una gran cantidad.

- No lo sé- se limitó a contestar Giyu.

- ah... Tomioka san usted ¿nunca cambiará no es así? Siempre sus respuestas son limitadas. Bueno como sea, de ahora en adelante tenemos un largo trabajo por hacer.

- si- nuevamente, Giyu volvió hacer de las suyas con sus pequeñas respuestas. Tanjiro ya no habló más, su viaje fu en completo silencio hasta que finalmente llegaron a Finca Mariposa, en la entrada pudieron observar como una mujer de media edad los estaba ahí esperando. Ella inmediatamente los reconoció gracias a la descripción de Muzan.

- Buenos Días señores Tanjiro y Giyu por favor sean bienvenidos a Finca Mariposa.

Estos al oir el saludo de la mujer, respondieron cortésmente. Tamayo les dio un tour por toda la casa explicándoles que su tarea es cuidar de las señoritas Kanao y Shinobu. Uno vez llegados a la gran sala, la menor de las hermanas estaba ahí esperándoles pero Shinobu no se encontraba ahí.

- Tanjiro, Giyu. Os presento a la señorita Kanao, ella es la menor de la familia Kochou.

- Mucho gusto dijo esta mientras hizo una reverencia- los muchachos.

también le devolvieron el saludo.

- Tanjiro tu estarás a cargo de Kanao san y giyu tu... te encargaras de Shinobu. ¿Por cierto Kanao san y mi lady dónde está?

- neechan sigue dormida. Dijo que le daba igual ver a los guardaespaldas.

- Kanao san cuida tus modales- Tamayo enseguida la reprendió.

- solo repito lo que neechan dijo Tamayo san.

- muchachos esperaos aquí ya regreso pronto.

Tamayo se dirigió a la habitación de Shinobu y en efecto está todavía seguía dormida.

- mi lady, despierte por favor. Ya llegaron los guardaespaldas. ¡despierte!

- ¡Ahg.... Tamayo san que fastidio! no sé por que hay tanto apuro en conocerlos- respondió molesta.

- Hoy empiezan su trabajo, así que le suplicó. Levántese.

- ara...ara... esta bien... ya me arreglare por favor vete.

- Como diga mi lady.

Una vez que Tamayo salió de la habitación. Shinobu se puso su Kimono favorito, uno de color morado con estampado de mariposas y su obi fue un color palo de rosa.

Recogió su cabello que su típico moño y cono accesorio para el cabello, utilizó un hermoso broche de mariposa, recuerdo de su madre. Ya lista salió de su habitación fingiendo una cálida sonrisa como solo ella podía hacerlo.

Se dirigió hacia la sala y en efecto, sus ojos se abrieron como platillo al ver que los nuevos guardaespaldas eran contemporáneos de su edad, al menos eso pensaba con el joven de cabellos negros que de una u otra forma captó su atención.

- Y bien señores Tanjiro y Giyu ella es lady Shinobu Kochou la futura heredera de la Finca Mariposa. Giyu su vida está en tus manos.

Shinobu hizo una reverencia a Tanjiro y Giyu y de inmediato inclinó su mano derecha hacia Tomioka esperando que este la bese pero, el pelinegro ni enterado estaba de lo que tenía que hacer. Shinobu lo miraba fijamente ... hasta que el pelirrojo le dio un codazo a su compañero para que este reaccionara.

- Ara- ara parece que tenemos un problema Tomioka san. Es de muy mala educación dejar a una dama con la mano estirada....

- yo..- disculpe... Kochou san- el pelinegro hizo una reverencia para tapar su error, pero fue demasiado tarde. El no sabía nada de etiquetas o mucho menos como tratar a damas de sociedad. Mejor dicho el no sabía como entablar relaciones. Era un joven de pocas palabras. Tanjiro nuevamente, lo codeo y se dirigió a Shinobu, quién a su vez puso su mano inclinada hacia el.

El pelirrojo tomo la delicada mano de la mujer y le deposito un suave beso en señal de saludo a lo que Tomioka se quedó sorprendido.

《¿Acaso ella esperó... a que bese su mano?》

Pensó mientras veía al pelirrojo enmendando su error.

Shinobu, aquel día se llevó una gran decepción al saber que su guardaespaldas era un inútil para atender a una dama, aún así aquella escena le pareció divertida.

Hola con todos, este es mi primer fic giyuxshinobu. Espero que les guste y gracias por la oportunidad, tiempo de leerlo. De verdad estoy muy a gusto de escribir sobre ellos.
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