6. Difficile à croire
Ni siquiera cuando vio le nombre de a quien le pertenecía el camerino cuya puerta Maria había tocado, ni siquiera cuando ella les abrió la puerta, ni siquiera cuando ella dejó en claro que había sido una de las compradoras del producto... Kyoko pudo creer lo que estaba sucediendo.
— ¡¿Tú...?!
— ¿Sí...?
—¡¿Moko-chan?!
— Sí —suspira—... Sí.
— ¡¿Por qué?!
— Yo no creo en estas cosas para dejarlo en claro, simplemente —se interrumpe y parece que está a punto de decir algo que le da vergüenza, puesto que se puede notar un ligero rubor brotando en sus mejillas—... Quería ayudar a alguien a tener más confianza en sí mismo para lograr de una vez declararse a quien le gusta y ser feliz.
Kyoko iba a decir algo pero no se le ocurría qué o no pudo ocurrírsele algo a tiempo pues Kanae siguió hablando antes de que ella lo piense mucho o al menos lo suficiente como para interrumpir en ese momento.
— Creo que ella le corresponde así que todo estará bien.
Maria sonreía entretenida la expresión confusa de Kyoko a pesar de que ya toda la historia había sido narrada por la misma Kanae Kotonami. Hiou-kun tenía un crush con alguna actriz y Kotonami no sabía que era ella misma, pensó que se trataba de la niña de su edad que actuaba como su amiga en el drama en el que se encontraban trabajando actualmente. Es así que decidió darle esa poción, que para ella era falsa, como un placebo que le daría seguridad para intentar cautivar a esa niña. Obviamente no se imaginaba que el pequeño a quien en verdad quería darle la poción era a ella misma, así que, por la confusión, en resumen: la pequeña actriz tomó la poción, Hiou-kun también y Kanae igual. No hace falta decir que Maria se divirtió mucho al escuchar aquella historia. Claramente, tanto Kyoko como Kanae no entendían lo que había sucedido realmente, por lo que solo Maria tenía conocimiento necesario como para entender el chiste.
— Maria-chan, ¿qué sucede?
Le preguntaba Kyoko, por milésima vez, y por milésima vez Maria volvía a reírse con más ganas.
Volviendo al punto, como resultado Hiou-kun está portándose muy mal con Kanae y con la niña en cuestión; aunque más que nada con Kanae. Kanae estaba teniendo un odio "irracional" por uno de los guionistas del drama que, hay que decirlo, era joven, atractivo y muy del tipo de Kanae aunque ella no lo admitiría. Y mientras la niña odiaba a Hiou-kun al punto que le pegó en plena filmación. Todo era un completo caos y el director ya no sabía qué hacer.
Cuando paró de reír Maria tenía una sonrisa maliciosa en el rostro, pidió un momento a solas con Kyoko y de mala gana Kanae se retiró para que hablen en privado.
— ¿No te parece que esta situación es similar a...?
— ¡Sí! —exclamó Kyoko inexpresiva, para luego mirarla esperanzada— Es justo el mismo problema que tengo con —no terminó de decir nada y salió corriendo—... ¡Moko-chan!
— ¿Qué pasa? —la miró preocupada, se notaba que requerían la solución ya.
— ¿Dónde está el manual? ¡La solución tiene que estar ahí!
Hubo un silencio en el que el rostro de Kanae se volvió prácticamente de piedra.
— Yo no creía en esas cosas, así que la bote a la basura hace una semana, a penas recibí el producto.
Kyoko sonrió, cayó de rodillas y soltó un gritó desesperado mientras se despeinaba frenéticamente. No podía comprender por qué la vida tenía que ser así con ella, era tan frustrante este juego en el que la vida la usaba de pelota de pimpón, llevándola de aquí para allá en una búsqueda inútil.
— Maldita sea —Kanae suspiró y explotó en desesperación a su manera—... ¡Cállate y levántate de una buena vez! —se calmó— Ahora lo que vamos a hacer es buscar la explicación lógica a todo esto... ¡Debe haber una maldita explicación lógica!
— Es magia, Moko-chan, no...
— ¡La vamos a encontrar, he dicho!
Entonces Kanae hizo que Kyoko cuente su pésima experiencia usando la poción con Tsuruga Ren, ante lo cual Kanae se preparó para una confesión que jamás llegó pero que era implícita. Ni para Maria ni para Kanae era un secreto ya el que estuviese enamorada de él. Pero el que Kyoko le contase su historia fue suficiente para que Kanae una los cabos sueltos.
En el mismo instante descubrió y confirmó varias verdades, y eso era algo que no sucede todos los días.
Primero que nada, la poción tenía efectos reales, por ende o la magia existe o hay un efecto químico y tecnología extraña involucrada en todo esto. Algo que por supuesto la heredera del presidente excéntrico podría costearse con la mesada de tan solo un día.
Segundo, si seguimos esta lógica no hay otra manera. Esta poción que se supone que es de amor tiene el efecto de hacer que la persona que la tome odie a la persona que ama o que le atrae. Mientras más intensos sean los sentimientos de amor que tenía antes de ingerir la poción, mayor repulsión sentirá después de tomarla.
Tercero, Tsuruga Ren definitivamente estaba enamorado de Kyoko y esta estúpida de su mejor amiga no se daba cuenta, y principalmente no quería verlo. Así que supuso que no era nadie para tratar de sacarla de una ceguera voluntaria, pero trataría de ayudarla a entender de otras maneras.
Cuarto, Hiou-kun sentía atracción por la niña, pero tenía un enamoramiento platónico más fuerte por... Por su persona. Le daba cosa pensar en eso, es solo un niño que veía cual hermanito pequeño. Pero el que también sintiese atracción por su co-estrella de su edad le dio la tranquilidad de darse cuenta de que de a pocos estaba superando ese enamoramiento platónico.
Quinto, no podía confiar en Maria Takarada del todo, ya que, claramente, ella lo planeó todo. El por qué también ya era un hecho, su enamoramiento por Tsuruga Ren era muy fuerte y seguramente ya descubrió que algo sucede entre su amiga y el actor. Entonces esta podría ser una broma como revancha amistosa por arrebatarle a su crush, porque sinceramente su amiga tenía suerte de que la pequeña Takarada se vengue de esta manera y no de otra más mortal. Para Kanae esto demostraba que la pequeña heredera se resignaba, pero de todos modos había de tener cuidado.
Sexto, la única manera era yendo a buscar a la que creo este producto diabólico en primer lugar.
Séptimo pero no menos importante, aunque sea terrible tener aceptarlo, estaba enamorándose de ese tipo con cara de idiota, pero bastante atractivo, inteligente, divertido... Y asquerosamente imbécil. En serio, ya deberían despedirlo, no aguantaba ver su cara más porque... Ah, la poción haciendo efecto de nuevo en ella. Ahora que lo pensaba prefería quedarse con los efectos de la poción, así no tendría que preocuparse luego.
— Mo —soltó Kanae repentinamente una vez que salió de sus pensamientos—, tenemos que ir a París.
Entonces le dedicó a Maria una mirada desafiante, y mientras la niña se burlaba mentalmente. Ahora estaba totalmente satisfecha consigo misma y su mente maestra para el mal. Definitivamente ahora se encontraba a un paso menos de lograr sus maléficos planes.
— Yo estoy dispuesta a guiarlas a la hechicera —sonrió inocentemente de pronto—, pero deben estar seguras y entender que esto será complicado.
— Está bien, pero tenemos que arreglar las cosas ya.
Kyoko se veía bastante decidida, mientras Kanae miraba a Maria con reproche, pero entendía que no había mejor opción. Acordaron con el presidente y cuánto iba a durar, ante lo que sorpresivamente él aceptó como si lo hubiera estado esperando todo el día.
Poco tiempo entonces ya estaban subiéndose al avión privado de los Takarada rumbo a París, la ciudad del amor, o del desamor. En estos casos definitivamente era desamor.
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