1

Tanto Helen como Celina lo sabían, ellas solían juntarse cada fin de semana, en un encuentro grupal donde se consumían diferentes tipos de drogas, Celina no era fanática de las drogas, sin embargo, adoraba el alcohol, Helen en cambio, en ese momento andaba metida en ácido.

Celina bebía mientras hablaba con el resto del grupo, David el barman, Sergei el guitarrista y Dalma la estudiante a periodista les acompañaba. Celina dejó su copa en el suelo.

—Gente, ¿alguien escuchó de la gran inundación de la ciudad celeste hace dos años?

—Yo, se dice por acá que el gobierno cambió el temporal con una máquina, con intenciones de matar gente y disminuir su población. —dijo Sergei

—Sí, oí eso, y creo que es verdad, —contestó Dalma.

Helen en ese momento andaba viajando, al igual que varias personas de ahí.

—Creo que sí, algo me lo dice. —explica Helen. —El gobierno puede controlar si llueve o no, y obviamente cambió el temporal en aquella ciudad.

—Sí, mi primo vivía ahí durante la inundación, tuvo que venir a vivir a este pueblo después de eso. —contestó Dalma.

—Una tía mía murió ahí, al parecer una corriente de agua la arrastró hasta las vías del tren, y un tren la partió en medio. —dijo Sergei—. Eso me contaron.

—Es triste lo de tu tía. —Contestó Celina.

—Lo sé

—Lo lamento.

—No pasa nada, a todo el mundo de le habrá muerto alguien cercano en algún punto.
—Mi madre murió cuando yo era una niña apenas —dijo Celina en un tono de voz baja—; murió de un ataque al corazón en una reunión de trabajo.

2

En las frías calles se encontraba Celina junto a Helen, Celina andaba cuidando a Helen, la cual andaba intoxicada, mientras que en la oscuridad de la noche, no se podía ver ni un alma en la calle. Caminaron por un camino empedrado donde la oscuridad se hacía más evidente, los árboles tapaban el lugar, evitando el paso de la luz que refleja la luna, dejando simplemente la luz de las pocas farolas que había a su paso. En el medio del camino se podía una música proveniente de una casa, era un violín que estaba siendo tocado tal vez por alguien que estaba aprendiendo.

En la mitad de la calle Celina siente una presencia tras ella, algo que le enerva mucho, a lo que acelera la marcha, sin embargo, empieza a oír pasos, pasos que cada vez iban más rápidos hasta su dirección. Celina continúa el camino, tomando del brazo a Helen, caminando hasta el final de la calle. Cuando se da vuelta para ver que lo seguía, logra ver una figura oscura desvanecerse en el viento.

Al llegar a su casa, Celina posa sobre un sillón a Helen, la cual está dormida, y ella se acuesta en la cama, algo mareada por los efectos del alcohol, pensado en lo ocurrido en el camino. El grifo goteaba, mientras que se oía por fuera a los vecinos discutir por la economía familiar.

Celina lentamente comenzó a confundir sus pensamientos, hasta que finalmente se durmió.

La tranquilidad de Celina se esfumó cuando al despertar vio una figura encapuchada y enmascarada encima de ella, parecía estar mirándola, aunque no tenía ojos, tenía una máscara sonriente.

—¿Quién eres? —preguntó Celina.

—Yo soy aquello que ocultas. —susurró la comedia, quien inmediatamente materializó un cuchillo en su mano, con el cual comenzó a sortear a Celina.

Celina ponía su mano en el brazo de la máscara con intención de pararla, sin embargo, la máscara la tenía agarrada con su otra mano, lo que le imposibilitaba el movimiento. La máscara le hizo un corte en forma de S en el brazo de Celina, la cual comenzó a gritar.

—Aquí me ves. —dijo la comedia.

Celina piensa, y al cabo de un rato actúa.

—¡Idiota!

—¿̵͕̹̅̒Ä̵̭̗͋ ̸͚͊q̷͚̈́͝ṷ̴̎i̷̢͇̐̈́ȩ̵̝̎ṋ̷͝ ̴̫͐̂l̵̻̘̐͝e̶͊ͅ ̸̢̝̊̍d̵̦̉i̵͔͝c̶͖̀e̸̟͘͝s̷͍̭͒?̴̪͂͛

Celina le encaja un puñetazo en la máscara de la comedia, la cual retrocede.

La chica comenzó a mirarse el brazo, «Secreto», escrito con sus cortadas, unas cortadas un poco violentas, aunque no tan profundas.

—¡Mierda!

Celina comenzó a correr, sorteando los muebles de la casa, lo cuales sonaban a estruendos contra la pared cada que ella los empujaba para atacar a comedia, sin embargo, era algo proveniente de otro mundo, su presencia era fría y hostil, generaba incomodidad en Celina, una incomodidad de proporciones catastróficas, la cual hacía que cada vez intente escaparse más.

—¡Vuelve al basurero de donde viniste!

Al haber hecho retroceder a la comedia lo suficiente, Celina corre hasta la sala de su departamento, despierta a Helen y ambas salen corriendo hasta la calle, donde al ver por la ventana, logran presenciar la figura de La comedia desvaneciéndose en su balcón.


3

Los días pasaron, Celina se encontró con su tío Sergei, fumador al igual que ella, ese día había ido a visitar a su padre para hablar, sin embargo, para romper con los asuntos serios, este solía llevar una linda guitarra color marrón, con la que solía tocar baladas. Celina luego de la cena subió nuevamente a su cuarto, pues ella estaba algo cansada, sin embargo, desde aquel día en el que se encontró con la comedia, no pudo volver a dormir sin antes pasar por una crisis de pánico, en la que creía que iba a volver a aparecer mientras estaba durmiendo. Es raro pensar que cuando una persona duerme está en su momento más vulnerable, cualquier persona podría llegar a matarla, incluso gente de su propia famila. A Celina le tocó ser atacada por esa entidad, entidad que de repente comenzó a seguir a las chicas sin cesar, nadie sabía los objetivos que esta tendría. La vida es impredecible, nadie sabe cuándo puedes morir, sin embargo, una persona normalmente no despierta pensando en su propia muerte, o en el momento en el que llegará. Nadie sabe ni siquiera si su propia muerte será dolorosa, o un combo entre Dolor y que sea en el día que despertaste con intención de ir a una feria, y que tu cabeza sea cortada de tu cuerpo, o que te secuestren y te corten el pellejo para luego mostrártelo a la cara, sin embargo, algo que nadie conoce, es la condición de alma corrupta, aquella que poca gente conoce, sin embargo, los verdaderos investigan.