XIX: La estaca que quiso clavarse en el corazón de un alma en pena.
1-Traición.
Mes de enero - 2010.
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El señor Conall tomó un café en la mano, y comenzó a beberlo, como de costumbre lo hacía. Mirando por la ventana, donde se encontraba un buen panorama de la ciudad. Él había sido invitado a una reunión en la ciudad, por lo que tuvo que irse del pueblo, y fuera lo esperaba el presidente; Ernesto Gonzalez, ahí fuera. Howard, quien lo había acompañado, se encontraba yendo de habitación a habitación, reuniendo papeles y todo lo que su trabajo le indicaba.
La habitación parecía muy tranquila, el reloj pasaba cuando el momento de la reunión se acercaba, el presidente, quien fue en busca del resto de los integrantes de aquella futura reunión, estaba por llegar.
«Lo impresionaré, después de todo, soy un buen gobernante.» Pensó Enrique, mientras le daba otro sorbo a ese café. «Me preparé excelentemente para que nuestro lider esté orgulloso de nuestro trabajo.»... Un ventilador golpeaba con aire el rostro del intendente, quien se preparó, luego de un largo discurso en el mes de diciembre de 2009, para aquella reunión. El sonido de las helices del ventilador fue interrumpido por los portazos de alguien. Al parecer el presidente había regresado, junto a un grupo de ejecutivos y a un grupo de militares. Se encontraban llegando a la habitación, y el intendente los recibiría.
—Ha vuelto, señor presidente.
—Sí, he traído a mi equipo.
El presidente dejó pasar a todo el equipo, sentándose cada uno en sillas. Una mesa gigante atravesaba el comedor, suficientemente grande como para que entren todos los de la reunión.
—Bien...
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Aquella reunión se podía oír desde la sala de calderas, donde Howard se encontraba fumando un cigarro, y carraspeando levemente mientras ponía sus oídos en el techo. Así es, esa sala se encontraba debajo del gran comedor, justo en un sótano que, al igual que el edificio de los verdaderos, parecía un laberinto. Bajo su mano, Howard tenía un cofre, algo que él había estado guardando hace años.
Sacó su teléfono, marcó a un número, y llamó.
-—¿Hola? —El señor Scheiderman hablaba del otro lado.
—Sir, tengo la idea perfecta para hacer que el gobernante entienda el peligro que el mundo está pasando.
—¿Podrías explicarme cual es?...
—Ya sabrás... Sólo detén al demonio de mierda.
Colgó el teléfono y siguió oyendo al gobernante desde su escondite. Al parecer había descubierto al grupo "Los verdaderos", los consideraba unos farsantes, ya que no confiaba en la ciencia. Él estaba intentando convencer al presidente de perseguir a "Los verdaderos"; pues los consideraba peligrosos.
En ese momento Howard sacó un revolver con 6 balas cargadas del cofre, y salió del lugar con el arma guardada.
«Hoy el día estará algo nublado, los siguientes días tendrán probabilidades de lluvia, pero en unos días habrá una tormenta.» La radio sonaba en la sala de calderas mientras Howard subía las escaleras. El chico subió hacia el segundo piso, a la sala de reuniones (el comedor), y abrió la puerta, entrando.
—Enrique, necesitamos hablar... —dijo antes de sacar su pistola y dispararle; el cadáver quedó tendido en el suelo.. Los militares se levantaron todos de sus asientos y comenzaron a perseguirlo mientras él escapaba. Al llegar a su sótano, abrió una trampilla que lo llevaba a una salida secreta, y luego de 30 minutos caminando, llegó a un bosque fuera de la ciudad.
—Bueno, acá acabó todo. —Llevó el arma a su boca— Sólo espero que no se activen los 7 sellos. —En ese momento, jaló del gatillo, muriendo al instante.
2- Mundo sensible
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En el refugio de la mansión de Scheiderman se podía sobrevivir a cualquier catástrofe, pues estaba hecho a prueba de cualquier suceso. Las chicas entraron junto a Aura, quien las había ayudado a escapar de la situación en la que estaban, una habitación de un tamaño decente las esperaba. Ese lugar, aún teniendo un tamaño de una habitación cualquiera, estaba cargado de herramientas y muchas cosas, las cuales les serviría en un futuro. Tiempo había pasado desde ese acontecimiento, pasaban planeando todo, hasta la llegada de aquél momento, el cual estuvieron esperando por días. La feria regresaría pronto, y aunque Scheiderman quería enviar a las chicas, estas simplemente temían por sus vidas. Mucha gente la cual aún no estaba en la situación de corruptas entraría ahí, pues los corruptos por ese entonces eran pocos, sin embargo, el número subía. Sin un gobierno, entonces nadie podía avisar nada, lo que complicaría hacer las cosas sin dañar a nadie, sin embargo, Scheiderman ya tenía eso en mente, y diseñó un plan a prueba de fallos; una pistola cargada con aquel líquido Almico, el cual ayudaría a absorber almas, pero con tecnología la cual detectaba si un alma era humana o de un demonio, y así, él evitaría hacer daño a alguien inocente. Según Scheiderman el líquido provenía de las almas infectadas de los verdaderos muertos en experimentos, y podría contra la mascara.
Las chicas, en sus momentos libres se la pasaban hablando entre ellas, Samila había llevado aquel día al colegio su DS, entonces también la tenía en el refugio. La radio las entretenía también mientras la consola cargaba. «Se informa que el gobernante "Enrique Conall" ha sido asesinado. El asesino, quien fue su asistente, fue encontrado muerto a kilómetros del lugar, no se sabe cómo llegó hacia ahí.», noticias las cuales daban a cada rato, como que se estaba buscando un nuevo gobernante en el pueblo. Ese país tenía una peculiaridad, en la que cada pueblo tenía leyes propias, mientras no incumpliese las del país en sí, a lo que era necesario que tengan gobernantes.
Esos anuncios le hacían recordar a Jacqueline el momento en el que llegó al pueblo por primera vez, ver el letrero de "Has llegado a Pueblo Esmeralda, espero disfruten su estadía", lo asustada que se sentía al tener que dejar su pasado atrás. Sus "Amistades" en el colegio anterior habían dejado de interactuar con ella, y mantenían charlas entre ellos constantemente, cosa que le dolía a Jacqueline, pero sabía que tenía a sus amigas para confiar.
Los días pasaron, las chicas ya estaban preparadas, Scheiderman había puesto una tetera a calentar mientras esperaba hacerse un café en saco. La gente en ese momento iba a montones en la feria, un gobernante el cual estaba muerto, las cosas no cambiarían en la ciudad a menos que se escoja otro nuevo.
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—Chicas, hoy vamos a volver a aquel lugar, y ver si podremos solucionar el problema. —Estefanía declaró ante el grupo. Scheiderman se encontraba en la cocina calentando agua en su vieja tetera para hacer café. La radio estaba prendida, y apenas podía distinguirse las voces de los locutores y la música de lo que era "la lluvia" en aquel altavoz,' con un sonido similar a la lluvia que anunciaban sin cansancio por la radio. «I remember the day, when you left on Santa Monica...» sonaba una canción en la radio, mientras amanecía lentamente.
—Bueno, tendremos que intentar enfrentarnos al problema. —replicó Samila. —No se irá solo.
-A veces el miedo hace que no quisieses tratar un asunto, sin embargo este queda atormentandote de por vida. -dijo Katherine.
—Tendremos que intentar. —Le sigue Jacqueline.
—¿Y este ser qué es realmente? —preguntó Helen
—Ese ser es la base de toda la maldad, aquella idea de miedo que tiene el ser humano, una idea materializada.
Las chicas miraron a Scheiderman, quien sostenía una jarra con café.
—Nosotros somos eres humanos, pero somos diferentes. ¿Por qué el termino ser humano aplica para todos?, existe una idea que sirve como base para lo que "Ser humano" significa. La mascara es la idea de los sentimientos negativos, el dolor y el miedo. Sin embargo al invocarlo en el pasado, la secta de la flor lo que hizo es materializarlo. Simplemente tuvieron que pensar en sus profundos miedos y hacer ciertas cosas que, son confidenciales y muy horridas. —dijo Scheiderman. Todo estaba escrito en los libros que hicieron los de esa secta.
El señor Scheiderman mostró un libro donde explicaba la apariencia del demonio al que presenciaban, y sacó otro papel. El acta de defunción de Enrique Conall (1975 - 1998)... El gobernante estaba señalado como muerto desde antes de que en la radio fuese anunciada su muerte.
—¿C...cómo es posible? —Celina miraba fijamente el papel del acta, de lado a lado, lo revisaba minuciosamente al igual que una farola iluminando el mar para que los barcos se guíen. Al final, no encontraba lógica en el asunto, ¿Acaso el señor Conall regresó a la vida?
—El señor Conall fue mi alumno en la secundaria, no sabía de su muerte, hasta haber visto esto. Curiosamente también fue mi compañero el hombre que inventó "La secta de la flor", los mismos que invocaron al demonio. Así que deduzco que el Conall que conocemos fue sólo una idea. -Scheiderman dejó el acta sobre el escritorio mientras bajaba la radio un poco. «Oh Elise doesn't matter what you said, I just can't stay here everyday» la canción había cambiado, más triste que la anterior, pero ese día el señor Konrad de la radio se encontraba pasando música rock. Nada parecía diferente a antes, sin embargo, pareciera que aunque todo parecía ir bien, por fuera hubiese un apocalipsis. ¿Acaso después de todas las cosas raras que ocurrieron, hay lógica en algo aún?, a esas alturas parecía que todo era posible.
El café había pasado muy rápido, las tazas se vaciaron a la velocidad del sonido, el café había activado todas las neuronas de la cabeza de las chicas. Ese atardecer debían enfrentarse a sus peores miedos. No sabían qué truco podía usar la máscara para engañarlas, él básicamente era la base de todo, una entidad bastante peligrosa, que si bien, antes no les hizo nada por suerte, en ese momento, enfrentándose cara a cara con esa entidad, podía ser la cosa más devastadora que exista. Peor que cualquier ser humano trastornado e histérico que haya existido, hasta el peor emperador o dictador se quedaría corto. Ahí estaba la ligera diferencia en la destrucción que puede causar un humano, y un ser que representa la idea de la maldad pura, un ser que no sería real si no fuese imaginado en algún momento.
—Bien... tendremos que esperar.
3‐ Retrospectiva
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—¡Ustedes deben de estudiar las matemáticas, son muy necesarias para todo en la vida.
El alumnado miraba a la profesora y seguía con lo suyo, cuando un chico en el fondo levantó la mano sutilmente. La profesora señaló a ese chico, mientras toda la clase miraba.
—¿Y en qué nos servirá realmente? -Preguntó el chico, quien resultaba ser Enrique Conall.
—¿A qué viene esa pregunta? —preguntó la profesora mientras fruncía el ceño. —Si te regalan un tractor, y aprendes a usarlo, aunque aún no lo utilices eso te servirá en algún punto.
El niño se levantó de la silla, y observó a la profesora con la cabeza hacia abajo, una mirada de malicia.
-Yo no lo usaré nunca. —dijo, y salió del salón. La profesora mandó a dos alumnos a buscarlo.
A la mitad del pasillo ese joven se tropezó con un hombre, el cual lo observaba. Era Scheiderman.
—Hijo, debes estar en tu clase, ¿qué haces aquí?
—Yo de grande seré un vagabundo, no necesito lo que me enseñan.
Scheiderman miró a Conall.
—Mijo, debes de darle una oportunidad a lo que te enseñan, estoy seguro que algún día lo usarás. Eso te facilitará la vida.
Los compañeros de Conall aparecieron por detrás, y miraron a Scheiderman. Scheiderman miró a Conall, y este decidió regresar.
En el salón, Conall estaba enamorado de una muchacha, era de pelo rubio, y bastante largo. Sin embargo esa chica siempre lo ignoraba. Conall muchas veces insistía con ella, pero para ella, él era un patán. Aida Leiman, una joven la cual era bastante aplicada, solía reunirse con los "Frikis" del salón.
Para Aida, su vida normal era entrar al colegio, y luego volver a la casa. Esa rutina fue una de las ayudas más grande que tuvo para terminar el colegio y entrar a la universidad, donde se recibió como científica. Sin embargo, Conall se fue para la rama de la política.
Los años habían pasado tan rápido como la luz, Aida fue contratada por un grupo de personas, los cuales querían descubrir un tipo de materia diferente a la tangible, llamada Supramateria, la cual es formada por ondas, al igual que la materia ordinaria, pero esta era negativa, a lo que si se unía con la materia ordinaria, esta se cancelaba.
También ellos encontraron formas de manipular la realidad, pero no sabían que con ello podían crear verdaderos horrores. Un día, se reunieron para pensar en sus miedos, con el objetivo de liberarse de ellos, e hicieron un tipo de rito. Ahí apareció "La máscara" quien sacó un tentáculo y decapitó a todos, excepto a Aida. Según él, Aida sería su nueva esposa.
Poco tiempo después, Conall fue asesinado, sin embargo, el recuerdo de Aida creó una replica, usando una Kepder (Distorsión de la realidad).
4- La Santa alegría del pueblo.
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Las chicas se encontraban en el vehículo, junto a Scheiderman, estaban preparadas, cada una con una pistola recargada de Líquido almico, el cual usarían para vencer a la bestia. Las chicas deseaban en el fondo no tener que hacer eso, sin embargo, sabían que si no hacían lo que se les pedía, la vida que tenían estaba en peligro. Scheiderman conducía hasta lo que se conocía como "La feria del pueblo", la cual al ver a través de la ventanilla, muchos recuerdos le regresaron a la mente.
«¡¡AUXILIO!!, ¡¡ESTOY MURIENDO!!» la voz de una niña pasaba por la cabeza de las niñas. Una niña gritando entre un sonido similar a unas llamas. Unas paredes cerrandose, Jacqueline en ese momento se preocupó un poco por su hermana, sin embargo, aún estaba con su madre, estaría muy segura allí. ¿Y si no volvían?, el mundo podría llegar a terminar.
Jacqueline recordaba el rostro de su hermanita en el video, con sus ojos en blanco, mientras ellas dormían.
—Bueno, 18:40, llegamos. —dijo Scheiderman—, aquí es donde vamos a arrancar la maleza desde la raíz.
—¿Era necesario ponernos esto? —preguntó Estefanía, quien se encontraba con ropa que parecía mucho un disfraz blanco ajustado al igual que el resto de las chicas. Era un traje plano, y uno solo, es decir, se lo ponían y le cubría todo el cuerpo menos la cabeza, las manos y los pies.
—Sí, yo también tengo uno ahora mismo. —dijo Scheiderman—, es para mejorar la movilidad en caso de que tengan que moverse rápido. Ustedes deben distraerlo, yo iré a su centro, y atacaré el lugar donde se origina su poder. Si hago eso, el portal que lo trajo se romperá, y sin el portal no puede mantenerse.
Las chicas bajaron del coche junto a Scheiderman, el cual se había aparcado lejos de la feria, de ese modo nada de lo que ocurriese ahí lo dañaría y al final podrían escapar. Las chicas se prepararon y comenzaron a entrar de a una.
En la feria había mucha gente, los payasos, los puestos comerciales, los juegos. La feria se veía bastante animada. Las chicas iban junto a Scheiderman a escondidas, no quería que les viera la gente y se alarmen.
—¿Ven ese edificio? -Preguntó Scheiderman—, el portal quizás esté ahí.
«¿Creen que van a vencerme fácilmente?»
—Mierda... —Celina dijo en voz baja —¡Sal de ahí, inútil! —gritó.
De pronto comenzaron a materializarse muchas figuras encapuchadas, estaban enmascaradas, y se acercaban al lugar. En el centro de esas figuras se encontraba La comedia, y a su lado, la tragedia, pero a diferencia de las veces anteriores, la máscara llevaba consigo a una niña; era Nina.
—Jacqueline, ¿me puedo quedar a tu hermanita?...
-¿P...para qué la quieres? -Pregunta Jacqueline, frunciendo el ceño pero algo nerviosa.
-¡Hijo de puta! -Grita Estefanía.
-¿Ustedes creen que ella es una niña normal?, ella tiene algo que muy poca gente tiene, y es que es un nodo.
Las chicas se miraron entre ellas, no sabían a qué se refería con eso.
—Los nodos, son la manifestación física de La gran máquina, la que creó toda esta realidad —dijo La Máscara de la comedia, mientras emitía risas —, es decir, pueden controlar la realidad a su antojo. Mi esposa es otro nodo, y sin ella, nunca hubiese llegado hasta acá. —agregó.
Scheiderman en cambio, se encontraba entrando por la parte trasera del edificio. Toma el pomo de la puerta y se da cuenta que no gira. La única forma de entrar es el frente.
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La máscara seguía hablando, Estefanía tenía sus manos en la espalda, quería disimular, y tomar su pistola, cosa que logró hacer.
—¡Ahí te va! —grita Estefanía, cuando de un chasquido su arma sale disparada hacia un lado, junto a la de sus amigas.
—Ah, querían derrotarme, pero conmigo no lograrás eso. —ríe la máscara. Tras las rejas que separaban la feria del exterior llega volando una botella con una mecha encendida. El suelo comienza a arder, el sonido del fuego se extiende en el edificio donde impactó, y un poste de luz cae, incendiando el resto de la feria.
Se comenzaban a escuchar poco a poco gritos, los cuales se hacían cada vez más fuertes. La gente no podía ver a La mascara, ni a su ejercito, pero sí el fuego, a lo que era algo tangible. La máscara vuela hasta donde están las chicas y las dispara a cada una para lugares opuestos. Un circulo de fuego rodeaba a cada una.
3
Jacqueline se encontraba junto a Samila, un puente les separaba de La máscara junto a su hermana. El puente... estaba lleno de cadáveres y gusanos.
—Niña, la gente que está ahí son la comida de los gusanos, pronto te tocará a ti. —comenzó a repetir la máscara, mientras Jacqueline solamente optó por dejarse caer al suelo. Aún sin entrar al puente, sólo miró la situación.
—Jackie.... —Jacqueline observa a un lado, Samila se encontraba ahí, separada por fuego, con tono decaído.-Sé lo que te ocurre, y sé que tu mente puede contigo pero, ¿sábes?, la imagen que piensas no es el problema, el problema es que temes a tus pensamientos.
¿Cuál era la razón por la que ella era así?, Su humanidad le aterraba, se sentía culpable por su oscuridad interna, y evitaba pensar. Si se olvidaba de sus rastros humanos podría redimirse a si misma
—Pero, simplemente me cuesta salir de esto, valoro mucho mi vida, cómo a ustedes.
—Entiendo, sé que cuando vas al baño intentas no pensar en tus seres queridos, sientes que manchas al resto, pero, no necesitas hacerlo, un pensamiento no puede dar lugar a tu verdadero yo, tu yo debe controlar tus pensamientos. —contestó Samila. Jacqueline dirige su mirada a ella—J-Jackie... Tienes una máscara, quítatela.
Jacqueline pensó en algo metafórico, hasta que comenzó a sentir que aquella ansiedad, la cual sentía al ver aquellos gusanos, estaba en su rostro. Al tocarse el rostro sintió algo sólido, que no era su cara... ¡Era plástico!
Jacqueline toma el plástico, y comienza a arrancarlo de su cara, sintiendo dolor mientras lo hacía, un dolor tan fuerte como lo sería un parto, pero ubicado en su rostro. Logra sacar la máscara y la lanza que había bajo el puente. Los gusanos son imaginarios, todo está en la mente de Jacqueline, ella cuando tenía pensamientos malos se sentía sucia, pero eso se acabó.
El puente era muy largo, sin embargo Jacqueline se atrevió a recorrerlo, sorteando los gusanos que había en ese mismo.
«Soy fuerte... es todo un pensamiento... ¡Soy fuerte!» Jacqueline llega a donde se encuentra Nina, esta abrazándola. Al quitarse la máscara de la comedia, Jackie dejó al descubierto su verdadero ser, y dejó salir la ansiedad de si misma.
—Tengo miedo... —Le dijo Nina con un tono preocupado.
—No te preocupes, saldremos de esta... —Le contestó Jacqueline antes que el pilar donde su hermanita estaba comience a caer.
(...)
Katherine se encontraba en ese momento en una de las esquinas de una de las instalaciones...
—No puedo, ya no puedo, ya no puedo, ya no puedo, ya no puedo. —susurró Katherine mientras cerraba los ojos esperando despertar en su casa nuevamente.
—¡Katherine!, ¿Cómo te sientes?
—¿Cómo debería de sentirme?
—¿Ocurre algo?
...
...
—Todo lo hago mal, nadie me necesita.
Katherine se levantó de la penumbra, una máscara se encontraba en su rostro, máscara la cual a ella le molestaba.
—Nada lo hago bien...
«No haces nada bien, por eso no me caes bien a nadie.»
—No, sólo eres humana, quieres la aceptación...—resonó una voz.
—¿Estefanía?, ¿Samila?, ¿Jaqueline?
—Katy, no es que no le agrades a nadie, solamente no eres de tu propio tipo y reflejas tus ideas en los demás, pero sí eres el tipo de persona que queremos como amiga.
Katherine comenzó a tocarse la máscara con la palma de las manos, y de una tirada se la arrancó, con una mueca de dolor.
«Aún recuerdo cuando era feliz, antes de la adolescencia, solía jugar con Estefanía mucho, y prácticamente ignoraba a quienes me molestaban, pero, no puedo evitar ver en la mujer esa imagen de quién me molestaba.»
Estefanía se acercó a Katherine, y la ayudó a levantarse, mientras un suspiro salía de su boca.
—Te dije que evadir la realidad era una mala idea, ¿No?... —Estefanía le dijo a Katherine. -Debes de enfrentar la vida, debes enfrentar a tu madre, enfrentar a todo el mundo.
«Sé que me abandonarán, cómo Jessica...»
—No lo haremos, te queremos, por eso pedimos que no huyas...
—Yo las defenderé, son quienes me ayudaron en todo.
«Pero lástima Estefanía, que ningún chico te va a amar igual que los personajes de tus novelas juveniles» la voz de la máscara resonaba en la cabeza de Estefanía. «¡Tus estúpidos blogs románticos no te servirán de nada, Evelyn!»
—¡Yo, no necesito la aprobación de nadie!, ¡mis amigas están antes!...
«Mientes, también evades la realidad, crees que todo será como en una historia, tu vida es miserable, y te atreves a darle consejos a tu amiga...»
—Todo el mundo lo hace, pero, es mejor a veces afrontarla. —Estefanía metió sus dedos en el hueco de su máscara y tira de ella, quitándosela.
(...)
A veces vivir en las sombras del mundo es agonizante, como, por destino, algún día agonizarás.
4
Jacqueline se encontraba en aquella feria, el fuego las rodeaba, pero, Nina ya estaba con ella. La niña abrazó a su hermana, y ella fue a buscar al resto de sus amigas.
—No te creas... —una mano sostuvo el cuello de Jacqueline y la lanzó junto a su hermana hacia una pared del edificio.
—Ahora, les toca morir...
La máscara cayó hacia un lado, un empujón que vino de Celina la lanzó lejos.
—¡Mira bien con quien te metes, zorra! —Celina soltó aquellas palabras que Jacqueline perfectamente recordaba—, mis amigas, son sagradas.
Jacqueline veía a Celina acercarse a ella.
—¡Jackie!... —gritó Celina—, idiota... me estaba preocupando por ti. -Le extiende la mano para ayudarla a levantarse..
—Celina... Gracias. —Celina abrazaba a Jacqueline y continúan corriendo por el lugar, hasta que algo golpea a Jacqueline, o mejor dicho, a Nina. Quien salió disparada lejos de Jacqueline, mientras esta simplemente caía en su lugar. La comedia le había dado con la pistola a Nina.
Las llamas se hicieron aún más grandes, parecían muros. Nina fue levantada por Jacqueline, quien estaba preocupada. —Hermanita... despierta...
—No lo hará, ya tengo su alma aquí. —dijo la comedia.
Jacqueline siente que Nina aún respira, y comienza a ver los ojos de su hermanita abriendose.
La niña seguía viva.
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El resto del grupo se acerca a la comedia, todas las chicas con máscaras, quitándoselas.
La comedia se alejaba lentamente de ellas, mientras su máscara poco a poco desaparecía, dejando descubierta su verdadera forma. Una luz oscura salió de aquel disfraz, aquella luz negra que se desprendía de su disfraz, era lo que escondía su máscara. Tras las chicas se encontraba mascara de la tristeza.
—Celina, te he estado buscando por mucho tiempo.
—¡Dejanos en paz!
—No quiero hacerles daño, sólo quiero que sepas que, soy Aida, tu madre...
(...)
Celina miró a la tragedia, y una lágrima comenzó a salir de ella. Su madre había sido tragada por un demonio.
—¿Madre?
—Soy yo. —dijo Aida. -¡Estás tan grande!
—Vuelve con nosotros...
—No puedo, mientras yo exista, la comedia seguirá aquí. Debo sacrificarme por ustedes. —dijo Aida—, y por el mundo... —agregó. Acto seguido metió su mano en su propio pecho, y se arrancó el corazón, desvaneciéndose lentamente en el aire.
Celina no pudo contenerse y entró en llanto. Helen, quien la vio, fue a consolarla.
La máscara estaba bastante débil en ese momento, al irse el nodo, no le quedaba fuente de poder, más que atrapar la niña. Salió disparada hacia Jacqueline y Nina, cuando estas se corrieron, y la máscara terminó por golpear un contenedor de gas; este rodó por el pavimento hasta una zona con fuego cerca, y estalló junto al portal.
En ese momento las chicas miraban como poco a poco aquella pesadilla se desvanecía poco a poco. «Ustedes... cuando vuelva... iré a por ustedes...» Se escuchaba en el aire mientras la la mascarase desvanecía. El sonido de los relámpagos, las gotas golpear el pavimento, era una excelente sinfonía natural, muy similar a la que oían en el restaurante mientras llovía. El agua comenzó a empaparlas, y a la vez a apagar las llamas poco a poco. Si bien eran algo grandes, no lo suficiente como para resistirse a la naturaleza.
Las lágrimas de Celina se camuflaban con la lluvia, pero sus llantos alertó al resto del grupo, quienes se reunieron en el lugar.
—Era mi madre... —dijo Celina.
—Celina querida, ella se sacrificó por el mundo, por nosotras y por ti. —Le decía Helen a Celina mientras le abrazaba. Celina simplemente levantó el rostro, y besó a Helen en los labios. La lluvia golpeaba a ambas chicas y al resto del grupo. El beso de ambas se rompió con un sonido mojado, y una mirada tierna entre ambas, quienes esbozaron una sonrisa para dedicarla a la otra.
Scheiderman se acercaba desde lejos, y tenía algo en sus manos, un circulo blanco, el cual según él, provenía de la mascara.
Las chicas simplemente fueron al vehículo, y se marcharon del lugar.
5- El nuevo mundo
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De lo sucedido había pasado un par de días, y los cambios eran muy notorios. El pueblo en ese momento se encontraba bajo elecciones de gobernante, ante la supuesta muerte del gobernador Enrique Conall, el cual era una idea de un nodo; aquello que programaba el mundo, y le daba información a la mente, quien la interpretaba. Los candidatos Jorge Ermen, Ernesto Sinco, y Nicol A Sotvik competían para gobernar a uno de los pueblos más grandes del país, y a la vez el más misterioso. Al igual que lo que pasó con la feria, este puede llegar a ocultar muchos otros secretos que aún no han sido explorados.
Las chicas vivieron casi despreocupadas por todo el verano. Casi todo lo que les atormentaba al final se fue de ellas. A veces el proceso a solucionar algo podía ser doloroso, pero necesario, al fin y al cabo. El dolor se atenúa desde las profundidades de las personas, aquello que su mente oculta y no quiere liberar. El simple hecho de tocar el tema puede enervar, pero sigue ahí, esperando a ser liberado.
Poco después el último año de las chicas llega, iniciaron bien, su vida era bastante normal al inicio, ellas continuaron todo el año, hasta los últimos meses, donde les encargaron un último trabajo, el cual les ayudaría a terminar la preparatoria.
—Samila, ¿estás ahí?... —Jacqueline entró a la cafetería , buscando a su mejor amiga por todos lados. Samila se había sentado en una de las sillas, y estaba esperándola. A ellas les había tocado un proyecto sobre el ciclo del agua. Era algo que ellas ya sabían, pero necesitaban esfuerzo, ya que debía verse en orden.
Jacqueline, al terminar la clase acompañaba a Samila a un restaurante cercano, y así continuar la tarea. A veces pedían algo del menú para descansar un rato. Una Coca cola, y continuaban con el proyecto. Un afiche verde, letra gótica dibujada con marcador de punta plana, las habilidades de dibujo de Samila. Era un cóctel perfecto para un buen trabajo.
2
Katherine en esos días, a diferencia de las chicas, recibió la noticia de la muerte de su madre, quien sufrió un infarto durante una operación. Una clínica, que desde ese entonces sería conocida como "El corredor de la muerte.", ya que mucha gente que entraba nunca salía de ahí. Ellas no se enteraron hasta después, que cerraron el hospital debido a ello. El padre de Katherine era algo estricto.
«¿Acaso pude haberlo evitado?», Una voz resonaba en la cabeza de Katherine, quién pensaba en su madre. «¿Acaso yo podría haber tenido la culpa de no haber hecho nada?», «¿Acaso aún seguirá ahí, o de verdad se fue?»
Katherine odiaba la vida que le tocó vivir después de la muerte de su madre. En el colegio, había un chico que le gustaba pero al final, este decidió rechazarla, buscaba a Celina, aunque Celina era bastante cruel con él, y no le agradaba su insistencia, a pesar de los rechazos.
Al llegar a casa, Katherine fue recibida por su padre: Estoy seguro que tú madre murió por la angustia que tú le causaste. No hubiese necesitado esa operación urgente si hubiese tenido tiempo para ir antes de que sea tarde.
En el colegio, las cosas cambiaron bastante, había gente nueva que ingresó, y gente que se fue. Katherine recibió, uno de los últimos días de colegio, a sus amigas con una sonrisa, a pesar de todo. Las chicas recibieron, cada una, un regalo de Katherine. Ella dijo «Gracias por todo», y esbozó una sonrisa.
«Hazlo... —dijo una sonrisa apagada con ganas de volver a existir»
La tarde era tranquila, para toda la gente en el colegio. Los directivos ordenaban sus papeles en el escritorio, y hablaban sobre cosas que implementar para el siguiente año.
—Hey, considero que para el año que viene tendríamos que agregar Cuarto de faltas, dividiremos los minutos. —dijo el director.
—Es buena idea. —dijo la vicedirectora.
En ese momento alguien interrumpe gritando en el lugar.
—¡UNA CHICA, ESTA MURIENDO!
—¿Qué... Qué pasa? —pregunta la directora algo ansiosa.
—Hay una chica sobre un charco de sangre en el baño del colegio.
Los directivos directamente se turnaron, fueron al baño con un teléfono celular en la mano. Katherine yacía en el suelo, se había cortado una vena y la sangre caía a chorros de su brazo...
Llamaron inmediatamente a la ambulancia, y estuvo internada algunos días, hasta que, murió.
El funeral fue la parte más desgarradora para el grupo de sus amigas, ninguna pudo resistir a llorar, ni siquiera Celina, quien era la mas ruda del grupo.
El colegio cerró unos días por duelo, y en ese tiempo las chicas no se hablaron en ningún momento, no salieron, nada. Y después de esos días, las clases siguieron hasta el final, pero el duelo sería permanente para ellas. Después de todo, la vida no es tan feliz como parece. Ningún monstruo se compara con lo que el maldito tiempo tiene para ofrecerte
3
Llegó, después de tanto tiempo, el último día había llegado. Las chicas habían llegado un poco más temprano al colegio, donde al entrar, estaba todo el suelo cubierto de papel picado, parecía nieve pero eran hojas de las carpetas de los que peor nota se sacaban. El director estaba vigilando el pasillo con una pose muy rígida, luciendo el papel picado en su reluciente calva, mientras el personal limpiaba los papeles del suelo. Ese día fue puro reposo, se compartían café, comida, Tentempié. Un horario libre, música, tranquilidad, muchas cosas de la vida que se juntaron para despedir a quienes ese año terminaban el colegio.
Todo lo que habían vivido las había
La tarde pasó tan rápido como el sonido, las chicas estaban en el salón, cuando la profesora le dijo a todo el salón que la siga. Un escenario, donde Samila se había parado con una hoja, a recitar las palabras: «Gente mía, el tiempo es oro, y debe ser aprovechado. Sabemos que la vida cuesta, pero con esfuerzo todo se logra. Convivimos durante años, alegrías, tristezas, pero siempre seguimos hacia delante.
Gracias por todo, sé que pronto nos reuniremos, y Katherine, espero que descanses en paz, tu perdida se siente por aquí.» Samila recibió aplausos al bajar.
La profesora subió al escenario, entre carraspeos comenzó a hablar. «Bueno, se sabe que el bambú tarda años en su crecimiento, puede que lo riegues un día, otro, pero no crezca, sin embargo al séptimo año crece en su totalidad, en tan sólo los últimos 6 meses.
Imagina ser alguien que cuida del bambú, y tiene que cuidarlo. Puede que hayas estado cuidándolo durante años, pero si te rindes, al final sólo dejará de crecer, y habrás perdido años de tu vida. Pero si insistes, lo riegas cada tanto,y le daslos cuidados necesarios, este crecerá y se hará fuerte.
Lo mismo pasa con la vida, y su futuro, nunca se rindan.»
En ese momento el personal abre las puertas de salida al patio, y en el patio con mucha gente mirando, al final del pasillo que lleva a la salida, estaba la puerta hacia el futuro, donde todo el grupo caminó, y dejó de ser estudiante. La vida recién empezaba, y aunque hay que seguir por delante, nunca nadie olvidará a Katherine, y tampoco olvidarán lo sucedido.
6- La estaca que quiso clavarse en el corazón sangrante de un alma en pena.
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Las chicas eventualmente se reunirían durante todas sus vacaciones, ya, terminado em colegio, un vacío existencial les inundó, sin embargo, cada una ya tenía planes. La vida parecía estar jugándoles una broma, parecía que había terminado la historia, cuando para ellas apenas comenzó. El mundo del estudiante universitario no es fácil pero, se puede sobrellevar con valor, y con paciencia.
Las chicas se reunieron una vez en una de las colinas del pueblo, mientras miraban el amanecer en el fondo del mundo, y hablaban entre ellas.
—¿Crees que la máscara pueda volver?, ha estado muy tranquilo todo estos últimos días. —dijo Estefanía.
—No lo creo, ya pasaron meses, aún no ha ocurrido nada, y probablemente sólo quería asustarnos. —contestó Samila.
—¿Y al final, quienes eran los de las máscaras picudas? —preguntó Jacqueline.
—Eran los de la secta, quienes murieron en el rito, aunque parecen los doctores de la peste negra. —contestó Samila
El sol poco a poco iluminaba el pueblo, la vida comenzaba a aparecer, los pájaros cantaban, y fuera de sus interiores, había un mundo por explorar. Aún eran jóvenes, así que tenían un camino por delante.
—¿Vamos a la cafetería? —preguntó Jacqueline.
—Está bien, yo invito. —contestó Samila.
Las chicas agradecieron, y comenzaron a caminar, excepto Estefanía, quien se quedó mirando al horizonte.
—¿Acaso es por Katy? —preguntó Samila.
—Sí, la echo de menos.
—Todo el grupo lo hace, pero, hay que seguir adelante, no nos estancaremos. —dijo Samila—, tenemos mucho por hacer juntas.
Estefanía levantó la mirada, miró a las chicas y caminó con ellas. El grupo simplemente caminó, y caminó hacia el futuro. Nada podía detenerlas, sólo, siguieron de pie, y caminando mientras el sol se levantaba en Pueblo esmeralda.
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