Narrado por Danny.

Lo mejor era evitar comentar algo con respecto al mensaje que recibí sobre la nota. Definitivamente alguien nos estaba jugando una muy buena broma, tanto que nos mantenía vigilados. ¿Qué demonios pasaba con la gente? ¿Morbo? ¿Solo querían jodernos? No le daría importancia, esta noche sin duda tendría que pasarla bien con los siete.

Terminé de ducharme y esta vez me puse una camisa de mezclilla azul de manga corta y con botones blancos. Hacían resaltar mi tez clara, parecía del tono de una dona espolvoreada. Mi pantalón negro entubado quedaba bien con esa camisa y unos buenos tennis negros para tampoco ir con tantos colores. Bajé de mi habitación llevando unos pequeños presentes que había hecho para cada uno —excepto para Bryan, tenía sus tennis nuevos— ya que era algo que hacía todos los años. Me despedí de mis padres, salí y caminé en dirección a la casa de Violet.

Teníamos suerte de vivir "cerca", solo eran unas cuadras de diferencia. Al ir caminando miré hacia el horizonte, el sol ya se estaba ocultado. Siempre me había encantado ese tipo de sucesos, disfrutabas mucho la vista. Continúe a mi paso otras cuadras más sin quitar la vista del cielo hasta que llegué a mi destino. Toco el timbre y en seguida aparece Violet.

—¡Hola Mrs. Chandler!

—Tantos años y seguimos hablándonos de usted Danny —me responde su mamá.

—Es la costumbre, y siento que para tutearnos deberíamos tener mínimo dieciocho años.

—¡Ay Danny! Tú y tus ocurrencias, ya mejor vámonos —responde Violet.

—Se cuidan por favor y no vayan a beber tanto. Te la encargo mucho Danny.

—No se preocupe Mr. Chandler, yo la cuidaré.

Violet se despidió de sus padres y nos encaminamos hacia la fiesta. Sabía que íbamos un poco temprano, pero no importaba. Lo que realmente necesitábamos era tener alcohol en nuestros organismos y bailar como si no hubiera un mañana. Aunque la resaca para el siguiente día habiendo clases, estaría bonita. Nuestra anfitriona de esta fiesta sería nada más y menos que: Tiffany. La chica más popular de la escuela, animadora y por supuesto: novia del quarterback. Se ofreció para que la fiesta fuera en su casa, y claro que todos dijeron que sí, sin pensarlo. Siendo una chica de dinero, seguro pondría buenas bebidas y un buen ambiente.

Narrado por Max.

Después de ayudar a Barrie en su entrenamiento y que me haya hecho ese comentario sobre Delilah, me había dejado desconcertado. Y la cereza del pastel fue llegar a mi casa y ver una cajita con un regalo dentro. Al abrirlo vi que era un reloj, y en la parte trasera tenía serigrafiado #7, cosa que no entendía. La primera persona que se me vino a la mente, casualmente, había sido Delilah.

Terminé todos mis pendientes para ducharme rápidamente y esperar a que Barrie llegara por mí. Me había llamado para ir por las bebidas que serían exclusivamente para nosotros, porque bien sabíamos que Tiffany nos brindaría lo mejor en su casa. Eso no significaba que Barrie no llevaría algo.

Bajé de mi habitación en cuanto escuché el claxon sonar, me despedí de mis padres y me dijeron que no fuera a consumir tanto alcohol sabiendo que el día de mañana tendría clases. Yo asentí diciéndoles que no se preocuparan, que todo estaría bien. Salí y me subí al Porsche Cayman de Barrie.

—Mira nada más. ¡Qué guapo te ves! —se ríe Barrie al decirlo.

—Eres un cabrón Barrie.

—Ya, ya. Tranquilo, que hoy conseguiremos que alguien te estrene.

Ya no le respondí nada, solo reí y entonces aceleró para ir lo más rápido que se pudiera al centro comercial. Mientras íbamos de camino puso una canción que hasta cierto punto ya me traía hasta la coronilla, Bangarang de Skrillex. Que era una de las canciones más escuchadas por todos los jóvenes e incluso adultos que se creían que todavía estaban en plena juventud.

Narrado por Tania.

Llegué a la fiesta y a los primeros que logré encontrar fueron a Violet y Danny. Me acerqué a ellos y comenzamos a platicar sobre lo bien que Tiffany había organizado la fiesta. Tampoco es que fuéramos a tener un festejo tipo Proyecto X, pero se había encargado de meter un inflable en su patio trasero y ahí mismo estaba su alberca. Bueno, pensándolo bien, sí era algo como Proyecto X. Nos acercamos a su sala para tomar un tazón con frituras y así empezar a comer aunque sea algo. Danny tomó unos cacahuates, ya que le encantaban. Después de que cada quien tomara algo nos dirigimos hacia donde se encontraba la fiesta. Vimos que Delilah llegó y en seguida corrió hacia nosotros. Traía un regalo en sus manos, que por simple deducción era para Violet. Sin pensarlo Danny se acercó a un buró que estaba por los sillones de la sala, lo abrió y también sacó varios regalos para nosotras. Y lo más gracioso fue que en cuanto nos los dio, Bryan también llegó. Era muy cómico que uno llegara tras de otro, nada más faltaban Barrie, Max y Caroline.

Delilah dijo que no fuéramos los que estuviéramos apagados durante esta fiesta, así que nos fue acercando hacia el patio trasero. Cuando ya estábamos a punto de salir, Caroline dio un grito enorme que hizo que nos diéramos media vuelta para verla, y no venía sola. A su derecha se encontraba Christopher, su novio. Era dos años mayor que ella, pero afortunadamente habían vencido ese factor llamado distancia, el cual muchas veces termina destruyendo relaciones. Así mi triste caso.

Nos saludó diciéndonos que se alegraba de estar en casa para festejarnos a los ocho, porque para él siempre estaríamos presentes en su vida. Caroline lo besó en cuanto dijo que éramos importantes para él, entonces nos dimos media vuelta y ahora sí llegamos a la parte trasera. La música comenzó a invadirnos, Feel So Close de Calvin Harris fue la canción que nos hizo danzar en medio de todos. Cada uno llevaba en mano un vaso rojo con alguna bebida y saltando nos movíamos al ritmo de la canción. Era divertido compartir este tipo de experiencias con ellos, experiencias que siempre recordaría. En cuanto inició la parte movida Barrie y Max hicieron acto de presencia gritando: ¡Qué comience la fiesta! Abriendo cervezas a montones y pasándolas entre todos, incluso Barrie agitó una tanto que al abrirla la lanzó por los aires y varios chicos abrían la boca para ver si algún trago les llegaba a caer. Continuamos bailando durante un buen tiempo, hasta que mis pies ya no aguantaron. Le dije a Violet que en un momento regresaba y ella asintió. Me fui moviendo entre toda la gente que se encontraba alrededor, llegué a la sala y me llevé una gran sorpresa. Patrick se encontraba de pie junto a la puerta con otra chica, besándola. Me acerqué furiosa hacia ellos y le eché mi cerveza en la cara.

—¿Para eso querías que viniera? ¿Para restregarme a esta perra? Pensé que querías que habláramos.

—¿Estás loca? Tú y yo ya habíamos hablado de esto Tania —me responde seguro de sí mismo.

Me le quedé viendo con cara de decepción y salí de la fiesta. Muchas de las personas comenzaron a abuchearme, otras más querían consolarme mientras mis lágrimas iniciaban a caer. No quise darme media vuelta y buscar a alguna de las chicas, no hoy. Continúe mi camino a casa, un poco mareada por la combinación de bebidas que solo consumía sin pensar. Sentí mi celular vibrar, lo tomé para ver qué era. Un mensaje de texto nuevo.

"Tú eres la primera."