8 Nuevos rumbos
Pese a la operación con el mejor cirujano y la recuperación a la cual le dedicó su mayor esfuerzo, Hope no logró estar al cien, el tiempo sin entrenar le ha pasado factura, pese a entrenar y poner su mayor esfuerzo para tratar de lograr estar al mismo nivel, meses de sufrimiento que ella siente que fueron para nada, todo su esfuerzo al tacho por una lesión que se hizo en un campamento de verano y le arruinó su futuro.
—Hope.
—Quiero estar sola —le dice a su mami acostada en la cama viendo el techo mientras las lágrimas caen.
—Hija.
—Sé, que me van a decir que no es el fin, pero era mi sueño, era lo que más quería en el mundo y ahora se arruinó —se seca las lágrimas, mientras siente a Scarlett acostarse a su lado que la envuelve en sus brazos y la contiene de manera maternal—. Todo se vino abajo mami ¿por qué?
—Hija, vamos a encontrar otra solución, podemos ver a otro especialista y...
—No, yo ya no quiero —le dice sollozando en su pecho.
—No te des por vencida, mi cielo.
—He fatigado mi pierna, en la noche me duele, a veces ni siquiera duermo, si sigo así me haré adicta a los calmantes —Scarlett la separa de ella y la mira—. Perdón, sé que debería haberles dicho, pero pensé que podría.
—Hija —Atenea suspira y se acuesta a su espalda, mientras entre ambas la reconfortan—, haremos lo que tú quieras, si quieres vamos con otro especialista, te vamos a llevar a dónde esté el mejor.
—No, mamá, ya entendí que en el deporte esto es así, estudiaré una carrera en la universidad, tendré un titulo y trabajaré de eso.
—¿Ya sabes que quieres estudiar?
—No.
—Lo que decidas te apoyaremos, solo trata de no irte de la barbie hippie un año con tus amigas, que mamá no duerme bien —Hope se ríe y voltea a abrazarla—. Hay que lindo, aún recuerdo cuando eran unos bebés que necesitaban a mamá todo el tiempo.
—Siempre las vamos a necesitar —se separa un poco.
Luego de la charla, Hope toma una caja y comienza a meter sus trofeos y medallas, saca a puñados llenos medallas de sus cajones, títulos de mención, todo va desapareciendo de apoco y la habitación se ve ahora mucho más vacía y opaca, ya que las medallas y trofeos brillando le daban brillo, también toma los trofeos que hay por la casa y los coloca en las cajas que va llenando, es como si quisiera limpiar todo para poder empezar de nuevo.
—Hope ¿qué haces? —pregunta su mamá— ¿dónde está el trofeo de mejor scout? o el que ganamos en el kinder en la carrera de sacos.
—Voy a tirar todos mis trofeos, ya no los necesito —Atenea se lleva una mano frustrada al rostro.
—Hija, entiendo que los quieras sacar porque serían un recordatorio constante de que ya no vas a volver a jugar, pero hay otros que a mí y a tu mami, nos importan.
—Bien, aquí están todos —dice señalando la caja— lo vendrán a buscar de la caridad para las escuelitas de deportes, saquen los que quieran quedarse, los demás se van —voltea y deja a sus madres revisando las cajas y eligiendo con que quedarse.
La caridad viene y ve como suben las cajas llenas de trofeos contentos, ella observa desde la ventana y exhala el aire contenido en cuanto se van, sabe que ya no hay marcha atrás acaba de tomar una decisión y se está deshaciendo de todo su pasado, va hasta la cocina y se pone a ver la serie que sus madres adoran como adicta a las leyes, "Suits" a la que nunca le había prestado atención.
—¿Mamá de verdad eres como Harvey Specter en la firma?
—Es peor —dice su esposa riendo— y ni te imaginas lo perr... lo desagradable que era como profesora, suerte la mía de haberla tenido el único año que cubrió una catedra, ya ves como le puse la correa bien amarrada.
—Mocosa —le advierte su esposa—, tu tampoco fuiste la gran alumna del siglo, aunque si fuiste la mejor de tu clase, nuestro primer encuentro dejó mucho que desear prácticamente me atropellaste.
—Ah que épocas —dice con una sonrisa suspirando—. Eso te pasa por ponerte al medio.
—¿Qué? Yo iba bien, tu pasaste corriendo como una loca desquiciada y...
Entra divertida a la cocina riendo mientras Atenea la sigue detrás. Cuando les contaron la historia de como se conocieron, tanto ella como Julia con Victoria, nadie podía creer que pasaran del odio al amor tan fácil, pero aunque ellas lo cuenten de manera ligera y como enamoradas que son de sus esposa, lo cierto es que ni Victoria, ni Scarlett se las hicieron muy fácil a las amigas voltea heteros, pero si es cierto que ambas amigas se enamoraron y dieron todo por amor ellas, sobre todo Victoria que hasta recibió una bala que iba para Julia.
—¿Todo bien? —pregunta su hermano mellizo sentándose a su lado, cada vez se parecen menos pero comparten la misma heterocromía. Ahora parecen llevarse mejor también— ¿Suits? Pensé que solo ellas lo veían.
—Mami dice que mamá es peor que Harvey Specter en la firma y quise ver de nuevo a ver como es, la verdad que si mamá es peor que bueno ser sus hijos —le responde con una sonrisa.
—Vi tu habitación —Hope traga— y cuando se llevaron los trofeos en cajas. Veo que es definitiva tu decisión ¿cómo te sientes con eso? —coloca una mano en su hombro.
—Lo sigo procesando si te soy honesta, pero supongo que ya no hay vuelta atrás.
—Aún pueden ver a un especialista y...
—Kirán, eres el más inteligente de los cuatro —lo observa— sabes que estadísticamente un deportista no tiene muchos años "buenos", yo tuve esa lesión, he forzado a mi cuerpo y hoy les confesé que llorado del dolor, gracias por no haberles dicho nada por cierto. Supongo que estudiaré una carrera y haré deportes en mis tiempos libres, necesito quemar energía, pero ya no quiero sufrir más o aferrarme a algo, sobre exigirme y cagarla peor. Porque me conozco y soy capaz de llevarme al límite y hasta no terminar con una secuela no voy a parar —vuelve la mirada al televisor—. Aparte el año que viene elegimos universidad, quizás esto pasó en el momento que debía pasar.
—Está bien —asiente—, Bian, me ha dicho que hace un tiempo que no le hablas ¿puedes escribirle? está preocupada.
—Lo haré.
—Gracias.
La puerta de entrada se abre de pronto y entra Valentín con una gran sonrisa y sus bolsos, los hermanos corren a abrazar a su alto y corpulento hermano mayor, él los toma con fuerza y los hace girar con él como cuando eran niños, por suerte con sus madres es un poco más delicado.
—¿Y te quedas esta semana?
—Así como escuchaste ¿tienes algún partido a cual tu sexy hermano mayor pueda ir a verte? —Hope sonríe con tristeza.
—En realidad ya no juego más, decidí que voy a estudiar una carrera el año que viene y haré deportes como hobby.
—Oh, bueno ¿Ya tienes pensado que carrera? por que estás dos están deseosas de dejarle la firma a alguno de nosotros.
—Hijo sírvete más —le dice Scarlett— que el hambre te hace hablar tonteras. Ella como ustedes pueden elegir la carrera que les plazca, no les impondremos nada.
La verdad es que Hope si ha estado barajando la carrera de abogacía, claro que ni loca hace derecho penal como lo su mamá que es una fiera en los juzgados, ni tampoco le gustaría dedicarse a lo familiar como Scarlett, si ella elige alguna rama podría ser relacionado a lo laboral y de contratos de empresas. Sabe que no tiene corazón para lidiar con casos como los que lidiaba Scarlett y no podría ser una fiera que destroza como Atenea, sería vivir bajo las expectativas de la gente, por tener de madres a dos excelentes abogadas y no quiere vivir bajo esas sombras.
—Ya que estás aquí —Scarlett mira a Valentín— ¿Qué les parece hacer una pijamada como cuando eran chicos?
—¡GENIAL! —dicen los mellizos sincronizados.
—Me encanta —expresa Valentín—, aunque falta Alma. Bueno le hacemos video llamada de lo que se pierde por irse de aventurera.
Esa misma noche alistan todo en el living, la diosa griega, no se queja ni se enoja por el lío que están haciendo, sabe que momentos como este de poder compartir así con sus hijos quedan pocos, aunque les falta la viajera, tener a tres de cuatro con ellas reviviendo un ritual de familia, es una bendición.
—Bien, todo listo —sale Valentín de adentro de la tienda que montaron con las sábanas e invita a entrar a sus madres con una reverencia—, adelante majestades.
Al entrar bajo la tienda, ven las luces, las almohadas y los colchones bien acomodados, ven a sus hijos y no pueden evitar recordar el pasado cuando los mellizos eran pequeños y las veían emocionados con los ojos brillantes mientras entraban, su hermano mayor y hermana se sentaban a sus lados y disfrutaban todos las pizzas que pedían a domicilio para ver todos una película y luego poner a jugar juegos de mesa, el primero en dormirse aparecía pintado al día siguiente.
Suena el timbre.
—Las pizzas han llegado, voy yo y luego le hacemos la videollamada a Alma.
Él se levanta y vuelve con las pizzas, se preparan y le llaman a la que falta, que hace puchero y se lamenta por no estar ahí con ellos, luego de cortar se disponen a comer.
—Yo quiero la de cuatro quesos —dice Hope.
—Yo la fugazetta —exclama Valentín.
—Yo quiero la de peperoni —habla Alma y todos la miran—. Están locos si pensaban que iba a perderme la pijamada familiar, locos.
Todos se le tiran encima para abrazarla fuerte, les explica que el viaje que iba a ser de un año, se va a acortar a estos nueve meses, ya que el padre de una de las chicas no está bien y todas acordaron que querían pasar las fiestas con la familia, ella tiene que volver en dos días al campamento con las chicas y pegan la vuelta, algo que claro que tranquiliza a sus madres.
Alma es la primera en dormirse, tomo un avión y no ha descansado, pero no por eso tienen piedad con ella, así que es la primera en ser pintada mientras descansa su cabeza en las piernas de Atenea que no deja de acariciar su cabello, la última en dormirse como competitiva que es, es la diosa griega y es ella quién gana.
Alma el tiempo que pasa en casa, se acuesta al lado de su hermanita mientras están en la cama.
—Bebita —como suele llamarla— ¿estás bien con la decisión? mira que si quieres los trofeos de vuelta sino me los quieren dar me los robo —Hope ríe.
—Te creo que lo harías, pero estoy bien, de verdad. En realidad supongo que lo sigo procesando y van a haber días en los que llore, y no quiera ni salir, y otros en el que simplemente parezca que ya lo asumí.
—Volveré a casa antes de fin de mes si me necesitas y...
—Hermana —la frena—, de verdad estaré bien, pero no vuelvas por mí.
—¿Segura? es más puedo pedir que me manden la bicicleta y...
—Segura.
—Te amo, bebita.
—Nosotros también.
Entran sus dos hermanos, Kirán se sienta a los pies de la cama y Valentín como puede se tira del otro lado besando su cabeza. Atenea y Scarlett los encuentran a los cuatro juntos y ven que han hecho bien, han creado una red de apoyo y amor entre ellos.
—Todos para uno —dice Alma levantando su mano.
—Y uno para todos —los demás levantan las manos y dicen la frase de los tres mosqueteros.
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