Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18-3er día contigo


Me despierto en la noche con Atenea sentada a mi lado poniéndome paños fríos, despierto con mi respiración agitada y totalmente transpirada.
  
   —No me toques —la aparto o al menos lo intento.

   —Ay mocosa, no empieces, estás volando de fiebre —lucho con ella para sacarme el paño de la frente— sino te quedas quieta voy a atarte —su amenaza suena seria y sé que lo hara.

   —Yo puedo cuidarme sola —no dice nada— ¡¿Me oíste?! ¡puedo sola, no necesito que me cuides! Te dije que te apartaras.

   —No me importa, sé que puedes, pero no voy a ignorar que estás así, acostándome a dormir a tu lado, siendo indiferente, no puedo ni voy a hacerlo.

   —¿Por qué Atenea?

   —Porque vuelas en fiebre.

   —No eso no —suspiro agotada—. ¿Por qué te fuiste, por qué me haz ignorado estos días? Perdón si hice algo que no te gustó, pero al menos merecía que me lo dijeras, ni una llamada, ni un mensaje, nada.

   —No es eso, es más es todo lo contrario —la miro sin entender—. Me gustas muchísimo Scarlett, mucho de verdad.

   —¿Pero?

   —Pero nada.

   —¿Eso es todo? Te gusto y te alejas —la miro enojada—. Dame el puto paño, yo misma bajaré mi fiebre, no eres mi madre o mi tutora.

   —Pero tengo cosas que resolver como mi divorcio, salí de una relación turbulenta, con alguien con quién nunca debería haberme casado, no sé si estoy lista para empezar algo con alguien y no quiero lastimarte... —se acerca tomando mi mano y la besa—. Eres tan diferente a ella, a todas las que he conocido, también me da miedo enamorarme... —trago con dificultad— y que me rompas el corazón —Mi mano sigue entre las suyas.

   —Toma —le doy el paño y me quedo quieta boca arriba, cerrando los ojos— ¿Cuánto tiempo tendré que esperar? —Se acerca a mí y me besa, solo un beso.

   —¿Entonces me perdonaste?

   —¿Tan fácil? No, claro que no, aparte no teníamos nada, ni siquiera estábamos saliendo —Se queda pensando unos minutos.

   —¿Quieres salir conmigo?

   —No lo sé.

   —Mocosa... —gruñe y me siento en la cama dejando el paño a un lado.

   —¿No volverás con tu ex?

   —Antes me hago hetero —comienzo a reír, por su seriedad al decirlo y la tos corta mis risas.

   —Estoy bien —viendo su preocupación— ya, ya puedo respirar —limpio las lágrimas— ¿Te asusté? —sonrío divertida, ella sigue con la mirada seria sobre mí, toca mis mejillas coloradas y corre mi cabello hacía un lado.

   —Me encanta cuando sonríes y cuando me miras, me encanta el contraste de tu pelo negro lacio, con tu piel blanca y tus ojos azules. No te das una idea de lo mucho que me ha dolido este tiempo que ni siquiera me miraras, por favor no vuelvas a hacerlo y yo te prometo que trataré de no ser tan idiota.

   —Está bien Atenea, no quiero favoritismos es lo único que te pido.

   —Eres mi favorita desde que —se acerca más a mí y mi respiración se agita— te ví el primer día.

   Me besa tiernamente, sube su mano con delicadeza llevándola hacia atrás de mi cuello y hundiéndola entre mi cabello, la otra sujeta mi cintura. Nos separamos, me mira a los ojos y vuelve a besarme, hundo mis manos en su cabello, y el ritmo de nuestro beso va en aumento, junto a la danza de nuestras manos explorando nuestros cuerpos, ella ya está encima de mí y se ha deshecho de mi camiseta. Todo va bien, hasta que un ataque de tos aparece en el momento más inoportuno

   —¿Mate el momento verdad?

   —No, pero me recordaste que estás enferma y tienes que descansar.

   —Un estudio hecho por mí, dice que con una efectividad del 87%, sudar ayuda a sanar el resfriado.

   —Lo siento, mocosa, pero no, debo cuidarte, no cul... bueno tú entiendes.

   —¿Te acuestas a mi lado?

   —¿Ya me has perdonado?

   —Que no, todavía no, pero yo te aviso cuando.

   —¿Saldrás conmigo?

   —¿No pararas hasta que te de una respuesta verdad? —sonríe afirmando con la cabeza— No lo sé, tal vez si.

   Me ayuda a ponerme mi camiseta y se acuesta a la orilla de la cama, yo me acuesto sobre su pecho, y escuchando sus latidos me quedo dormida, rendida ante el cansancio.

   Al despertar al otro día ella no está y antes de volver a enfurecer, ha dejado una nota de su puño y letra sobre la mesita de noche al lado de la cama, junto a los medicamentos y un vaso de agua.

   Buenos días mi súper heroína favorita, no me fui y te deje, otra vez... No quise despertarte, ayer en la madrugada logré bajarte la fiebre y te veías tan hermosa durmiendo que quería dejarte descansar. Vendré apenas pueda escaparme de la conferencia para almorzar contigo.

   Besos, tu diosa griega.

   Ay Dios porqué me dejo dormir tanto ¿Qué hora es? —miro la hora en mi nuevo teléfono— las 11 del día, parece que un camión me pasó por encima, hizo marcha atrás y volvió a atropellarme. Tomo un baño he transpirado bastante anoche y ojalá hubiese sido de otra manera, pero siendo honesta en el estado en el que estaba con lo que es Atenea no hubiese aguantado tanto.

   El hambre no tarda en hacerse presente, opto por bajar a tomar al menos un café, espero que no sea tan caro, tengo que reservar todos mis recursos al máximo, necesito cada centavo.

   Me siento mirando hacía afuera, luego llamo pará avisar que no voy a poder ir al hospital mañana. Si nos enfermamos por una cuestión obvia, no podemos estar con los niños, sus defensas son bajas y una simple gripe podría ser mortal para ellos. Al menos acordé una video llamada para hoy día y el sábado, en un horario en el que estoy sola, no quiero que Atenea lo sepa, ni nadie ya que es algo que hago por amor a ellos.

   No sé muy bien que pasó ayer, en que momento cedí, pero sigo necesitando explicaciones. No quiero estar con alguien que sus miedos le ganen y me deje sola huyendo, ante la primera señal de que me quiere.

   —Estás hermosa —le digo a Atena quien viene entrando y se acerca para besarme—. Estuviste fumando y no es una pregunta —frunce el ceño y esquivo su beso, corriéndome a un lado—. Lo lamento pero no, el olor y sabor del tabaco es horrible, aparte de todos los riesgos de salud que conlleva.

   —¿De verdad no me vas a dejar que te bese?

   —Sí, de verdad —Cruza sus brazos.

   —Lo dejaré, son más adictivos tus besos que la nicotina. Iré a lavarme los dientes y bañarme, es más mira —tira su cajetilla de cigarros.

   Sale del baño abrazándome por la espalda mientras estoy en una llamada con mis padres, pone su cabeza en mi hombro y lo besa, siento las gotas de su cabello mojado en mi espalda —Corto.

   —Hueles bien —me dice y me da vuelta para quedar frente a ella— las cosas que hago por ti mocosa —sonrío y me da un beso.

   —Espera estoy enferma.

   —Estaremos, porque no me importa enfermarme —a besos me lleva al sillón, baja besando mi cuello—. Eres hermosa Scarlett, muy hermosa —mete su mano entré mi ropa y suelto un gemido. Se sienta y me siento encima de ella—. Te he necesitado mucho estos días.

   —Espera —si me pusiera un apodo sería la mata momento, pero hay cosas que necesito hablar antes de que sigamos en esto—, hay cosas que necesitamos hablar —me siento a su lado derecho.

   —¿Hay preguntas que quieres hacerme verdad? —me mira seria, sabe que necesitamos aclarar algunos temas— Está bien, pero también necesito saber cosas sobre ti.

   —Es justo.

   —Dejame que avise que no iremos a la conferencia hoy, esto llevará tiempo y necesitamos hablar tranquilas —manda un mensaje, luego coloca su teléfono en silencio— ¿Qué quieres saber primero? —Acomoda su melena a un lado, apoyando el codo en el respaldar del sillón sosteniendo su cabeza con la mano. Autocontrol yo te invoco.

   —¿Por qué te estás divorciando? ¿Y quién es ella?

   Sonríe tragando con dificultad y noto en sus ojos tristeza entonces sé, que lo que viene a continuación no es para nada fácil, pero estoy lista para escucharla y saber, para entender, necesito entender.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro