9-Acercándose
Tienen 12 días para prepararse para el juicio y preparar a los testigos y eso es lo que hacen, aparte de su trabajo, trabajan en casa, con esto como máxima prioridad. Pero no se ponen de acuerdo en un testigo crucial, aunque lo más probable es que la jueza pida la palabra del mismo... su hija.
—Atenea lo más seguro es que la jueza la haga subir al estrado y que ella de testimonio, tenemos que prepararla.
—¿Para que diga qué? Es solo una niña, aunque la preparemos ella no va a acordarse de lo que tenga que decir, es demasiado presión, es muy chica Scarlett.
—Tocan la puerta— Mami...
—¿Te despertamos? —ella asiente— perdón mi amor.
—No peleen mami.
—Solo estamos hablando fuerte con mamá, ven —la alza— vamos a acostarnos —al llegar ve a Valentín en la cama de su hermana.
—Le dije que me acompañara tengo miedo.
—La acuesta— ¿Miedo de qué amor?
—De que me lleven, yo no quiero irme con mamá Emma, quiero quedarme con ustedes.
—¿Quién dijo que iba a llevarte?
—El señor ese día en tu trabajo, lo dijo.
Atenea entra en la habitación y ambas se sientan una a cada lado de la cama, la diosa toma a Alma la alza, le hace la seña y Scarlett que toma a Valentín para llevarse a ambos a su cama. Acuestan a los niños en el medio de la cama con ellas al costado. En el trayecto de cambio de lugar Valentín se despierta.
—¿Qué hacemos en la pieza de las mamás Alma? Mamá, va a querer que vamos a dormir a nuestras camas.
—Hoy van a dormir con nosotras hijo —lo besa Atenea en la frente—. Hijos quiero que sepan que mami y yo haremos todo lo posible para que no nos separen, somos una familia y vamos a permanecer unidos, solo deben confiar en nosotras.
—Los amamos hijos, los amamos muchísimo —el perro aparece en la puerta— ¿Qué hace Boby adentro?
—Tambien es parte de esta familia —dice Alma— no lo saquen afuera, porfis.
—Porfi puede dormir aquí con nosotros —dice Valen.
—Sí —dicen ambas.
—Pero no en la cama —dice Atenea y el pero frena antes de subirse. Ella fue y le trajo su almohada— ahí, echate ahí —él obediente se queda en su almohada— ahora todo el mundo a dormír.
—Hasta mañana mamás —ambos niños besan a ambas con las buenas noches.
A la mañana siguiente ambas amanecen con dolor de cuerpo, los niños despaturrados en la cama y el perro acostado a los pies. La diosa griega amenace arrepentida de haberse llevado a todos a la cama anoche.
Sentados desayunando, Atenea se toca el cuello y lo mueve tratando de aliviar la contractura y el dolor, Scarlett se ríe al lado de ella en la mesa.
—Creo que se te está notando la edad.
—Cállate mocosa —agacha la cabeza, su esposa se levanta y le hace masajes— fue mala idea llevar a los niños a nuestra cama anoche, ya no son tan chiquitos, ocupan mucho más lugar y se mueven mucho más.
—Ellos miran la tele mientras desayunan— Todos dormimos bien, menos tú amor, hasta el perro durmió excelente.
—Encima hoy es un día largo, tengo una audiencia antes de ir a la oficina, ay Dios que bien se sienten tus masajes —apoya su cabeza en sus brazos para relajarse—. No vengo a almorzar, necesito ponerme al día con unos casos.
—No te demores en llegar a casa —Scarlett pasa las manos de los hombros a los pechos de su diosa— que te estaré esperando para unos masajes más profundos.
—Amor los niños —dice ella ruborizada.
—Están entretenidos con los dibujos —la besa— tú vé si vas a demorarte o no, aparte casualmente hoy, tienen pijamada en lo de Alice como mañana es sábado y no van a la escuela —le guiña un ojo, comiendo una tostada— tendremos la casa para nosotras.
—Hoy terminaré temprano —se retracta— ¿Desde que hora tenemos la casa?
—Desde las 6 —se chupa el dedo con dulce, provocandola— ¿Llegaras a tiempo? ¿O me tendré que acostar a dormir temprano?
—Ni se te ocurra dormirte —le chupa el otro dedo con dulce de su pelinegra— o te despierto y sabes que tengo maneras ingeniosas de despertarte.
La alarma suena, cargan las loncheras de los pequeños, dejan todo más o menos ordenado y los suben al auto. Scarlett se devuelve a comprobar que Boby haya quedado afuera, sino cuando llegan se encuentran con la gracia del perro en medio de la alfombra y la diosa se pone un poco muy de mal humor cuando eso ocurre.
Al darse vuelta para salir se encuentra con Atenea quien la toma desprevenida, llevándola hasta una de las paredes besándola con fuerza y desespero, metiendo y subiendo su mano, hasta que le arranca un gemido a su esposa. El asalto deja a Scarlett en shock pero eso es lo que gana por andar provocando a su esposa que hace un poco más de dos meses que no toca.
—Es para que no se te olvide nuestra cita de hoy, te aseguro que no yo me voy a olvidar. Nos vemos a las 7 cariño.
Le da un suave beso, luego de haberle sacado el aire, y se marcha a paso firme mientras se pinta la boca. Scarlett se queda arreglándose la ropa y el maquillaje antes de salir otra vez, echa llave a la puerta y sube al auto a empezar con la rutina del último día de la semana.
Llega la hora y Scarlett dejando a los niños en lo de Alice va por un conjunto de ropa interior nueva al centro comercial, elige un color que no ha usado antes, pero que le gustó como le queda, también compra un nuevo juguete para ambas de pasada a casa.
Espera a la diosa acostada en el sillón toda tapada hasta los hombros, mirando tele "aparentemente". Atenea entra llamándola y la ve acostada toda tapada.
—¿Te sientes bien? —ya ve que su noche de sexo va a terminar en nada.
—Sí —se destapa— ¿Tú te sientes bien?
Ella sonríe y una lujuria se enciende en sus ojos, tira la cartera al suelo y el teléfono a uno de los sillones, desprendiéndose la camisa.
—Ese conjunto es nuevo.
—Claro, lo quise estrenar hoy.
—Excelente elección de color, el plateado combina con tus ojos, yo me decidí por el color tradicional —desprende su camisa y muestra el conjunto que ella también compró hoy.
—El negro te queda bastante bien, combina con tus pupilas súper dilatadas ¿Acaso te gusta lo que ves? —abre sus piernas quedando apoyada en sus antebrazos
—Me encanta.
Se acerca a ella gateando, besando el camino de sus pantorrillas y subiendo, luego yendo por el interior de sus piernas, estira y suelta el portaligas haciendo que le de un pequeño azote en la pierna.
Se toma su tiempo para recorrer a besos y caricias el interior de sus piernas, la mira y se saltea la parte que ella tanto desea, soltando un reproche en forma de ceño fruncido de su esposa.
—Paciencia mocosa, que yo también tengo hambre.
Sube por encima de ella, dejando su mano en su entrepierna, haciendo círculos y tocando por encima, Scarlett muerde su labio inferior para aguantarse el gemido, algo que sabe que a Atenea la vuelve loca y aplica aún más su espíritu depredador para arrancarle gemidos a su esposa.
—¿Hoy estás combativa?
—Quizás me da la gana.
—Deja de aguantarte y déjame escucharte, sabés como me pongo.
—Tal vez —la toma de la nuca— eso es lo que quiero —la besa con pasión.
Con la mano medio adentro y medio afuera de sus bragas, baja de a poco, la vuelve loca y saca su mano. Se deshace de su brasier, del de ambas y antes de seguir va por una bolsa de regalo, dejando en la mesilla del living un arnés con doble dildo. Scarlett gira la cabeza para verlo.
—Yo seré quien lo use para penetrarte, claramente fue mi idea comprarlo.
—Pero yo lo quería hace tiempo.
—Y como lo querías —se lo coloca— lo vamos a usar, pero yo primero en ti.
La acuesta, abre sus piernas y baja primero a comprobarla y probarla, con una estimulador de 12 velocidades, una vez que estuvo lo suficiente mojada, lubrica el dildo con el que va penetrarla y así fue como la noche se hizo demasiado larga para ambas.
Se dieron hasta para llevar, pero es parte del encanto de estás dos. La diosa griega la va a dejar destartalada si la hace pasar por otra abstinencia así.
Si claro, que boneto, como si no acabaran de leer alta escena hot. Recen mil padre nuestros, lectores impuros (yo no cuento, como lo escribí tengo pase Vip al infierno, nos vemos abajo mis cielas)
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