Atenea ha estallado y entrar a casa solo magnífico la gravedad de los daños, encontró los huecos en las paredes de la pijamada con la carpa improvisada que hizo Scarlett, miró las fotos de los niños cuando eran bebés, y por último recorrió parando frente a la habitación que no ha querido abrir pero de la cual siempre lleva la llave encima.

-Pone la llave en la cerradura gira y abre la puerta- ¡Atenea que mierda te pasa!

Scarlett siente el llanto desesperado de ella, ese que guardó desde hace meses cuando le dijeron que su bebé no tenía latidos, ese que guardo al tener que vestir con el enterito de stitch que le quedaba enorme a Collen que cabía en la palma de su mano, ese que guardó al enterrar su pequeño cajoncito blanco junto con una parte de ella misma. Abraza un peluche y cae al suelo, sin poder respirar para tomar aire y llorar expulsando con fuerza por primera vez todo ese dolor.

-No pude hacer que se quedaran con nosotras...

-Amor... -Scarlett duda un momento en entrar a esa habitación o no.

-Cuantos hijos más debemos perder para que nos dejen quedarnos con uno. Emma ni siquiera la ama, pero la alejó de nosotras -llora en el suelo desconsolada abrazada a su esposa- ya hemos perdido a demasiados, no quiero perder a mi hija, no quiero. Ay Dios por qué duele tanto, tanto.

-La vamos a recuperar.

-Todo es mi culpa. Yo te insistí en los embarazos, yo le dí el dinero a tus espaldas, solo te he hecho sufrir y a nuestros hijos -dice todo esto mientras intenta hablar- déjame Scarlett, abandoname porque yo no puedo hacerlo, no puedo dejarte, pero no merezco que estés a mi lado.

-Amor para -la abraza amacandola en sus brazos- primero salgamos de aquí -la levanta, cerrando nuevamente con llave y llevándola al living, la sienta en el sillón y le trae un vaso con agua- mírame -ella se niega a hacerlo, le da vergüenza mirarla.

-Dejame, pídeme el divorcio y déjame, así nos los sigo haciendo sufrir.

-Deja de decir cosas sin sentido Atenea. Mírame -ella niega con la cabeza-. Bueno está bien, pero voy a decirte algunas cosas -la toma de las manos- nada de esto es tu culpa...

-...Si lo es.

-Dejame terminar. No lo es, no es tu culpa, y si te sientes así, también es mía entonces, por no ser lo suficientemente fuerte para llevar a nuestros hijos -toca su vientre- por no ser lo suficientemente fuerte para que confiaras en mí y demostrarte que yo también podía ayudarte en esto...

-No es así...

-Otra vez me interrumpes Antonopoulos, la próxima no te la voy a dejar pasar. También es mi culpa por centrarme en mi dolor y no ver qué sufrias, por ignorarte, por poner mi sufrir por encima del tuyo y cargarte, perdón mi amor, fui egoísta. Estoy demasiado acostumbrada a verte fuerte que me se me olvidó al parecer que también te duele. Por favor cuéntame y habla conmigo, por favor -levanta su rostro para encontrarse en su mirada- quiero ser tu apoyo, es lo que esto significa -le muestra su alianza- en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte nos separe.

Atenea recuesta su cabeza sobre la falda de Scarlett y se encoge como un niño, no puede parar de llorar, la pelinegra hace lo posible para consolarla. Es el llanto reprimido de hace meses, es el dolor de todo, de siempre.

-Amor...

La llama pero ella se ha quedado dormida bajo las caricias de Scarlett y luego de haber descargado todo en el llanto. Como pudo se sale colocándole una almohada en vez de sus piernas, le llama a Alice para explicarle brevemente todo y ella iba a pedirle justamente que le permitieran quedarse a Valentín hoy. Guarda luego el auto que había quedado andando y vuelve a la casa.

Mira a la castaña aún dormida acostada en el sillón, tal vulnerable, tan frágil y tan humana, de diosa solo tiene el nombre, pero es mucho más humana y sensible de lo que aparenta.

Se acuesta a su lado la abraza y ella se despierta, toma su brazo entrelazando su mano y la besa.

-Perdón por esto... -Dice con la voz ronca.

-No te disculpes por permitirte ser vulnerable, era nuestro hijo, es nuestra hija y sé que te duele amor, lo sé -la abraza aún más fuerte y la besa en la mejilla- ¿Nos levantamos o nos quedamos aquí?

-Tenemos que ir a buscar a Valen -se sienta de repente- no quiero que me vea así, solo dame un momento para reponerme.

-Scarlett se sienta a su espalda abrazándola nuevamente y besando su cuello- No te preocupes que Alice me pidió que lo dejara quedarse a dormir -se da vuelta para verla- te iba a preguntar si lo dejábamos pero estabas durmiendo -beso su hombro.

-En realidad iba a decirte que hiciste bien, me siento como la mierda hoy.

-Te iba a proponer que fueramos a dar una vuelta en la moto, quizás un poco de aire fresco nos haga bien.

-Está bien.

Se levantan y con Scarlett como conductora llegan a un campo abierto, de una de las propiedades que tienen. Entrelazan sus manos caminando hasta un tronco caído, sentandose a respirar un poco de aire fresco. Con la brisa en el rostro y los ojos cerrados, Scarlett retoma una conversación necesaria.

-Amor ese cuarto es... doloroso. La semana que viene por favor lo desarmemos. Iba a proponerte si querías que le dijéramos a nuestros amigos y familia que nos ayudaran.

-Sí, no podemos hacer esto solas, ya hemos pasado por mucho y no quiero seguir así... tratando de poder con todo.

Luego de una semana todos o la mayoría que pudieron vinieron a ayudar a desarmar la habitación, por supuesto que fue entre muchas lágrimas y hasta los niños estuvieron, sí, Alma también con Joaquín mirando como un espectador todo desde una distancia prudencial. Luego fueron al campo abierto y prendieron lamparas rosas y celestes simbolizando todos los embarazos perdidos que en total fueron 3, y una especial que tomaron los cuatro con el nombre de Collen. Las aventaron al cielo y desearon que el amor les llegara a todos esos hijos, hermanos, nietos, sobrinos que se fueron antes de llegar.

Capitulo dedicado a todos a quiénes perdimos a personas importantes en nuestra vida, personas a las que extrañamos mucho.