Nueve
Capítulo 9
Tormenta repentina
—Omma, ¿Ya te enteraste?—el niño subió a la cama seguido de Bam quien se echó a sus pies—Tendremos un guardaespaldas.
A DaeSoo le causó ternura su emoción.
—Sí, lo sé—le acomodó la almohada. Había sido un día agotador.
—¿Te sientes bien?
—Estoy algo cansada—tomó asiento en la cama cubriéndolo con las sábanas. Las gotas cayendo en la ventana llamaron la atención de ambos, JungKook entró a la habitación para darle las buenas noches a DaeYang.
—Está lloviendo fuerte afuera—se agachó mirándolo—Dae, ¿No quieres dormir con nosotros?
DaeSoo supo porque lo decía. Cuando llovía demasiado fuerte la ansiedad de DaeYang podía crecer un poco colocándolo nervioso, en esos casos solían llevarlo a la cama para que durmiera con ambos.
—No, puedo hacerlo—aquello causó una pequeña sonrisa en ambos padres—Bam me acompaña esta noche.
DaeSoo acarició la cabeza del perro agradeciendo internamente que Bam siempre haya sido como un amigo para el niño, desde el primer momento que lo conoció fue así.
—Dejaremos la puerta abierta si cambias de opinión—JungKook besó su frente—¿Necesitas algo más?
—No olvides encender la lámpara.
En la mesa de noche había una lámpara que al encenderla creaba sombras con figuras de dinosaurios en las paredes, ambos adultos salieron de la habitación deseándole buenas noches. DaeSoo fue al baño para cepillar sus dientes y acto seguido JungKook hizo lo mismo, no habían tenido mucho tiempo para hablar durante el día.
—¿Estás seguro con esos guardaespaldas?—Dae lo miró a través del espejo. Éste enjuagó su boca con el agua secándose luego con una toalla—Sé que dijiste que tienen experiencia...
—Mañana te los presentaré, desde ahora quiero que MinGyu conduzca tu auto, EunWoo conducirá el mío—guardó el cepillo de dientes en el pequeño vaso.
—Está bien. Para DaeYang es muy fascinante tener un guardaespaldas.
—Algo me dice que vive en una película día a día—bromeó—¿Cómo estuvo tu día?, ¿Hubo muchas clases?
DaeSoo solía dar esos cursos en un salón alquilado el cual era amplio y que bueno, pues las alumnas en total por clase eran veinte. Dos clases por la mañana mientras que por la tarde eran tres. Las combinaciones que DaeSoo hacía con el maquillaje eran excepcionales, todas querían saber sus secretos y querían ser atendidas por la novia de Jeon JungKook.
—Agotador como siempre, ¿Sabes quién fue a verme hoy?, descubrí que Jimin no fue mucho de su agrado...
—¿Tu prima?—se sorprendió—¿Cómo que fue a verte?
—Quería visitarme y hablar conmigo sobre muchas cosas—regresó a la habitación seguida de él, JungKook apagó la luz del baño. Luego del cuarto dejando sólo la lámpara de la mesa de noche, ambos se acostaron en la cama junto al otro mirándose—Le conté sobre ti, sobre DaeYang, sobre el asunto de mis padres, sobre todo.
—¿Crees que sea buena idea?, ¿Y si habla con alguien de la prensa...?
—¿Hay algo de la historia que la prensa no sepa ya?—levantó una de sus cejas—Quiere conocer a DaeYang, le dije que la invitaría al departamento.
—Y le preguntaste sobre Jimin—indicó—Esto no le gustará, le romperá el corazón.
—Hablas como si estuviera muy enamorado de ella...
—Eso es porque no lo escuchaste.
—¿Cómo te fue en tu ensayo?, ¿Conociste al elenco?
—Los conocí y...conocí a la protagonista de este dorama—hizo una pausa. DaeSoo se cubrió con las sábanas esperando que siguiera—¿Recuerdas a Yeeun?
—Sí, ¿Por qué?—apenas lo dijo entendió—No. ¿Sí?, ¿No?—sus cambios de emociones fueron graciosos—Ella estaba en Estados Unidos...
—Pues volvió. Ambos seremos los rostros principales de este dorama, es...algo más maduro de lo que he hecho hasta ahora—aclaró su garganta—No me gustaría que DaeYang lo viera.
—¿Por qué?
—Será un poco subido de tono, hay algunas escenas...que requieren...contacto del tipo que conocemos...
—¿Tienes que tener escenas de sexo con tu ex?
—DaeSoo—reprochó por su forma de decirlo.
—DaeYang está dormido. No estoy hablando alto, ¿También es tóxico que me incomode esto?
—¿Qué?—JungKook apoyó su codo en la almohada apoyándose de éste—¿Qué dijiste?
—Nada, es...algo que HyeSoo me dijo, hay estúpidos artículos sobre mí que dicen que literalmente te maltrato, que soy una madre poco atenta y que soy una novia tóxica—bufó quedando boca arriba—No debí buscarlos en Internet.
—Sabes que los haters inventan cualquier cosa para hacernos quedar mal...
—No hablan mal de ti, hablan mal de mí, JungKook—lo miró—Sé que no saben lo que dicen, volver a leerlos me hizo sentir años atrás cuando iba a tener a DaeYang.
JungKook la abrazó recostando su cabeza en su pecho. Odiaba que se sintiera así, sintió las caricias de ella en su cabello relajándolo como siempre.
—No eres nada de lo que dicen, hace años me dijiste que hay alguien que me ama sin importar qué y que lo único que le interesa es que esté ahí para él—le recordó—DaeYang no pudiera vivir sin su madre, eres una super heroína para él y eres como la Mujer Maravilla para mí—escuchó su risita—Hablo enserio.
—Ellos dicen que tengo un carácter fuerte...
—Amo eso también. Me gusta que siempre dejes en claro lo que pienses, me gusta que seas tan transparente y me gusta tenerte para mí—depositó un beso en sus labios—Te amo, Joon DaeSoo, nuestro hijo te ama, ¿No es suficiente?
Dae sonrió abrazándolo al pasar sus brazos por su cuello.
—Es suficiente.
▪︎▪︎▪︎
El ladrido de Bam fue el ruido que despertó a JungKook en medio de la noche, le extrañó encontrar la habitación en total oscuridad, ésta era iluminada por breves segundos con los flashes de la tormenta afuera, su mano fue a la lámpara en la mesa de noche descubriendo que se había ido la luz. El segundo ladrido de Bam despertó a DaeSoo quien se estiró en la cama somnolienta.
—Bam está ladrando—murmuró con voz un poco ronca.
—Sí, lo escuché—respondió del mismo modo recostándose de nuevo—La luz se fue por la tormenta.
Tomó segundos para que ambos se levantaran casi al instante al pensar en DaeYang. Bam ladró de nuevo cuando ambos entraron a la habitación, DaeSoo iluminó con la linterna de su teléfono encontrando la cama vacía, como siempre Bam estaba indicándoles donde se encontraba el niño.
—¿DaeYang?—JungKook se agachó mirando debajo de la cama—Oye—usó un tono dulce al verlo allí. El pobre hiperventilaba además de temblar con evidente miedo en la mirada—DaeYang, es papá, toma mi mano.
El pequeño estaba paralizado de miedo. No podía ni era capaz de moverse. DaeSoo se agachó también sintiendo una punzada en el pecho al verlo así.
—DaeYang, es mamá—estiró su brazo con intenciones de alcanzarlo. DaeYang estaba muy adentro—Ven, nadie te hará daño.
—No creo que nos esté escuchando—susurró JungKook—Intentaré jalar de él—terminó de acostar su cuerpo en el suelo entrando debajo de la cama casi a rastras, estiró su brazo alcanzando al niño jalando de su camisa con cuidado, DaeYang parecía estar en trance.
Bam ladró moviendo su cola con inquietud, sabía que algo ocurría. Una vez JungKook lo sacó de la cama lo rodeó con sus brazos sintiendo sus temblores.
—DaeYang, ¿Puedes escucharme?, mamá y papá están aquí, nadie te lastimará—Bam que estaba a su lado comenzó a olfatear el niño mostrándose preocupado—¿Recuerdas lo que hablamos?, nada pasará, nadie vendrá a lastimarte.
El niño posó sus ojos oscuros sobre su padre cayendo en la realidad finalmente.
—Appa.
JungKook lo abrazó levantándose del suelo con él, DaeSoo fue con ellos seguida del perro a la sala. Buscó las velas en los estantes de la cocina encontrando unas pocas, las suficientes para iluminar algo. DaeYang había cesado en sus temblores dejándolo cansado como siempre.
—Intenta respirar como yo, ¿De acuerdo?—JungKook inhaló y exhaló profundo dejando que imitara su respiración—Eso es.
—Muy bien, cielo—DaeSoo acarició su mano dándole un poco más de seguridad.
—¿Quieres quedarte un momento con tu madre mientras voy por mi teléfono?
DaeYang asintió extendiendo sus brazos a la castaña, Bam subió al sofá con ellos acercando su hocico al niño quien lo acarició junto a su madre. JungKook fue a la habitación con una de las velas para iluminarse, tomó su teléfono de la mesa de noche encendiéndolo, una de las ventanas estaba abierta dejando que la agresiva brisa con llovizna entrara a empapar el suelo. El pelinegro se acercó con intenciones de cerrarla sin contar que ésta se atascaría.
—Mierda—gruñó ejerciendo presión. Una de las ramas del árbol que quedaba al costado del edificio golpeó la ventana haciéndola añicos por la fuerza, JungKook no pudo cubrirse a tiempo ganando algunos rasguños en el rostro y parte de su brazo.
—¿JungKook?—escuchó a DaeSoo. El pelinegro fue a la sala con ellos recogiendo su teléfono, no supo la gravedad del asunto hasta que vio el rostro preocupado de la chica—Dios mío, estás sangrando—se levantó del sofá tomando su rostro—¿Qué te pasó?
—La ventana se rompió.
—¿Qué?
—La brisa hizo que una de las ramas golpeara el cristal.
—Buscaré el botiquín, quédate con DaeYang.
▪︎▪︎▪︎
DaeYang abrazaba a Bam mirando a su madre curar con cuidado los rasguños del rostro de su padre. En el brazo de JungKook se habían hecho otros rasguños que afortunadamente no fue nada grave o profundo, la tormenta seguía sin intenciones de irse.
—Esto te traerá algunos problemas con tus grabaciones, ¿No?—susurró terminando de desinfectar los rasguños de su brazo.
—Será más trabajo para las maquilladoras. No te preocupes.
—¿No te duele?—miró al niño.
—Sólo arde un poco, ¿Te sientes mejor?
—No mucho. No me gusta la oscuridad.
DaeSoo guardó lo que había usado en el botiquín.
—¿Por qué no fuiste a nuestra habitación?
—No pude. Bam se había movido, estaba solo y tenía miedo—hizo un puchero—Lo siento, no pude lograrlo.
JungKook le extendió los brazos permitiéndole entrar en ellos. DaeYang gateó hasta él teniendo cuidado con sus rasguños, la castaña se levantó para guardar el botiquín cuando un suave mareo la tomó desprevenida enviándola de regreso al sofá.
—Wow, cuidado, ¿Estás bien?
—Sí, sólo perdí el equilibrio un segundo—volvió a incorporarse—¿Sabes?, ¿Y si hacemos una pequeña pijamada con DaeYang en la sala?
—Pero no podemos ver películas, no hay luz—el niño se quejó.
—No necesitamos ver películas para divertirnos.
—¿Enserio?—JungKook lo había dicho en voz alta ganando una mirada de reproche de su parte—Ah, sí, claro. ¿Alguna idea, super mamá?—insinuó.
—Super mamá—a DaeYang le había gustado como se escuchaba. Sonrió divertido olvidando el miedo—¡Eres una super omma!
Como si fuera afirmación, Bam ladró moviendo su cola.
—Buscaremos hojas, colores, pinceles, todo lo que tengas.
—¡Sí!
DaeSoo lo cargó sintiéndose mejor de verlo así de animado.
—Tu padre buscará almohadas y mantas.
Incluso JungKook se sentía mejor de verlo así.
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