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Diez

Capítulo 10
No te enojes conmigo

Era sábado y DaeSoo se encontraba en la construcción de su salón de belleza. Tenía más forma que antes, aun así faltaban varias cosas por hacer todavía, no quería algo grande, con tener algo pequeño y de buena calidad sería suficiente, animarse con la apertura de su propio negocio fue algo repentino que comenzó a hacer énfasis en ella día tras día, JungKook fue el impulso que faltaba opinando que si quería hacerlo, debía hacerlo. Muchas agencias querían contratarla como maquilladora y aunque lo pensó terminó rechazándolas, no quería ser parte del entretenimiento cuando era novia de uno de los actores más queridos y hablados del país, la fama de JungKook iba en ascenso todavía más desde que se reveló la noticia de su familia, los programas de variedades querían que Joon DaeSoo asistiera para conocer mejor a la novia del actor, su temor era decir algo incorrecto, que lo malinterpretaran y la colocaran como la villana.

Había sido ridículo para la pareja los comentarios absurdos que salieron cuando la prensa mostró fotos de los rasguños en el rostro de JungKook por la tormenta de hace días, los haters decían que seguramente habían sido hechos por la misma DaeSoo ya que era una mujer violenta. NamJoon al ser el mánager del actor se encargó de que la agencia lanzara un comunicado indicando que tomarían consecuencias legales a ese tipo de comentarios tan ridículos.

La castaña salió del salón de belleza luego de acabar con su pequeña reunión con los encargados de dicha construcción, miró la hora en su teléfono sabiendo que DaeYang seguiría con sus abuelos maternos, también sabía que ese día Jeon JiHoon saldría libre generando un ligero malestar en su abdomen, MinGyu, su guardaespaldas salió del auto para abrirle la puerta, era un chico muy amable, DaeYang lo adoraba con apenas días de conocerlo.

Un dolor inusual en su vientre bajo hizo que la castaña se detuviera llevando su mano allí. ¿Por qué se sentía tan familiar?

—Señorita Joon—el guardaespaldas se acercó a ella al verla tan pálida en segundos—¿Se siente bien?

Su mente pensó en mucho en un instante.

—MinGyu, ¿Puedes llevarme a una farmacia?

—Sí, claro—la ayudó a llegar al vehículo. Su trabajo era cuidar de DaeSoo y de DaeYang informando tanto a NamJoon como JungKook de cualquier inconveniente, más claro no podía ser.

▪︎▪︎▪︎

Con recelo miró las tres pruebas de embarazo siendo todas negativas. Había hecho un conteo de su periodo, aun faltaban unos pocos días para que lo tuviera. Su mente ya se hacía muchas ideas, sobretodo cuando recordó que la noche que salieron con los demás y terminaron bebiendo no habían usado protección, se sentía tan estúpida al haberse dejado llevar por el momento cuando sabía perfectamente que tenía consecuencias, ¡¿Acaso no había aprendido con DaeYang?!, tomó su teléfono apartando una cita con su doctora general, sería mejor hacerse unos exámenes de sangre y salir de duda.

Tomó las pruebas de embarazo arrojándolas a la basura, JungKook estaría fuera ese fin de semana debido a las primeras grabaciones a séis horas de donde vivían. No tenía miedo de contarle, se imaginó un momento como serían las cosas con otro bebé, no debía ser como fue con DaeYang, ¿No?, cada embarazo era diferente así como cada niño lo era. Sus recuerdos durante el embarazo de hace años le hizo sentir nerviosa, tomó asiento en la tapa del retrete pasando su mano por su cabello, había tenido malas experiencias para tener a DaeYang, no quería que se repitiera con ese bebé.

—No, no es igual—se dijo así misma—Esta vez vivimos juntos, estamos más estables y tenemos una familia más sólida—susurró—Sí, así es, no debe ser igual este embarazo—llevó sus manos a su vientre teniendo esos leves dolores allí—Debo dejar de beber tanto.

▪︎▪︎▪︎

—Corte—se escuchó decir al director. Los actores de la escena detuvieron la actuación retirándose para descansar unos minutos, JungKook tenía tres días sin sentirse del todo bien, repentinamente tenía deseos de comer y luego venían las náuseas. No sabía si estaba presionándose de más con esa serie al ser un género atrevido para él por algunas escenas.

—¿Se siente bien, señor Jeon?—preguntó una de sus maquilladoras.

—Necesito ir un momento a mi camerino.

Su guardaespaldas no dudó en acompañarlo, EunWoo comenzaba a preocuparse por su salud, sabía que debía informar a NamJoon. El actor fue directo al baño al estar solo, devolvió lo que tenía en el estómago en el retrete, el malestar le hizo quejarse en medio de aquello, al acabar dejó que el agua corriera. Lavó sus manos y su boca cepillándose los dientes, en el espejo se notó tan pálido como una hoja de papel.

—No puedo enfermar ahora.

Su teléfono comenzó a sonar con una llamada entrante. Tomó la toalla para secarse mejor y respondió acercando el móvil a su oreja.

—¿Hola?

—¿Estás ocupado?

—No, estoy...de descanso—no era tan pesada esa mentira—¿Pasó algo?—se sostuvo del lavabo mirándose al espejo.

—¿Te has sentido bien?

Aquello fue inesperado.

—¿Qué?

—Bueno, es que...tuve un sueño de ti y...quería saber que estabas bien—por su tono, supo que mentía. Conocía tan bien a DaeSoo que no necesitaba verla para saber que mentía—¿Estás bien, JungKook?

—Creo que estoy enfermando con algún virus, no lo sé—decidió contarle—Acabo de vomitar, de hecho.

—¿Tu apetito ha cambiado también?

El pelinegro frunció el ceño. Mirándose al espejo ladeó la cabeza, un flashback pasó por su mente, cuando hace años atrás tenía síntomas durante el embarazo de DaeYang.

—¿Estás embarazada?—su pregunta fue una bomba.

—¿Qué?

—Dijiste que tu apetito ha cambiado.

—Estaba preguntándote...

—DaeSoo, no intentes tomarme por estúpido.

—¿Por qué crees esa locura?

—Porque la última vez que me sentí de este modo ambos esperábamos a DaeYang—tuvo que controlar el timbre de su voz—No me creo lo del supuesto sueño, sé cuando me mientes, ¿Estás embarazada?

—No.

—DaeSoo.

—¡No lo estoy!—se hizo escuchar—Me hice tres pruebas de embarazos y fueron negativas.

—No lo creo.

—¿Quieres una maldita foto?

—Escucha, tampoco estoy de ánimos para discutir contigo, si estás embarazada o no sólo dilo...

—Te estoy diciendo que no—para entonces ambos se habían molestado sin razón alguna—Yo tampoco estoy de ánimos...

—¡¿Entonces por qué te estás enojando?!

—¡Tú empezaste a gritarme!

Los toques a la puerta llamaron su atención.

—Debo colgar. Te llamaré en la noche.

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