Cuando conocí a mi esposo fue cuando tenía doce años a través de una revista recuerdo que tenía el rostro de un niño con pelo tupido de un color rubio obscuro, con ojos azules y una sonrisa cálida, lucía una expresión de felicidad y seguridad en sí mismo que en ese momento me hipnotizó, me colaba al cuarto de mi hermana solo para ver la foto de ese niño por años, una vez que logre conocer al niño detrás de esa foto yo tenía dieciocho años en unas Olimpiadas de verano en Río de Janeiro vi que esa felicidad había desaparecido hace tiempo junto con su difunto padre y esa seguridad se volvió un escudo de arrogancia para su corazón; aunque al principio deteste a aquel joven príncipe de Inglaterra, por culpa de un pastel nuestras vidas se volvieron a reunir esta vez diferente nos comprendimos y nos apoyamos, estábamos decididos a luchar contra quien fuera por nosotros incluyendo al rey entre ellos.

Nuestra salida del closet no fue de la mejor manera y mucho menos como nos hubiera gustado anunciarla, lo malo de la política es que cualquier imbécil puede tener el dinero suficiente para afectar la reputación de sus contrincantes, como lo fue en el caso de mi madre, el político Jeffrey Richards, presunto líder de la oposición de mi madre en las votaciones de en ese tiempo, es del tipo de imbécil que hablo, queriendo afectar a mi madre con mi relación homosexual; sin embargo, gracias a mi mejor amiga Nora pudimos comprobar sus sucios tratos y jugadas, logrando convencer a la gente de Texas que apoyaran a mi madre sin importar mi relación y logrando que el rey de Inglaterra a regañadientes aceptara nuestra relación.

Ahora casi veintidós años después con cuarenta y tres años, puedo decir que todo lo que paso solo hizo que tuviera otro pensar y no depender de un solo camino, lo cual le quiero enseñar a mis hijos.

Definitivamente, no era su mejor discurso que podría decir ¿los nervios?, el hecho de que por fin ¿podría presentar a mis hijos ante los medios?, el punto es que no tenía el discurso listo el cual presentará en menos de 20 minutos.

- Ya terminaste tu discurso, espero -dijo Henry recargado en la puerta de nuestra habitación-

- Estás trabajando con un profesional cariño -caminé hacia él para besarlo- ¿Ya nos vamos? 

- ¿Me empiezo a preocupar? -sin duda me conocía mejor que nadie- aún no,pero casi, los chicos están nerviosos, quieren tus consejos de padre -me miro con notoria preocupación- quieren que salga todo bien antes de irse a sus escuelas.

- Saldrá todo bien -lo tomé de las manos- y creo que nada mejor que tener consejos de sus padres para calmar los nervios, después de todo es su presentación ante el mundo -abrace a Henry para confortarlo-

- ¿Crees que hicimos bien en mantenerlos lejos de la prensa por 17 años? -cuestiono audiblemente nervioso- no quiero que pasen por lo que pasamos.

- Dígame su alteza real cree que yo su caballero de la alcoba dejaría que exponga a nuestros hijos sin estar listos -junte nuestras frentes- Charlie y Simón son más fuertes de lo que crees -bese su frente- se parecen a su papá.

- Sé que son fuertes, pero no quiero que Charlie recaiga en su trastorno, ni que Simón vuelva a sufrir de bullying como en su anterior escuela -murmura- quiero que esta presentación los ayude.

- Cariño, todo saldrá bien, sabes por qué lo sé -Henry negó- porque de esta manera podremos ser una familia normal, sin restricciones o salidas a escondidas, sin que tengamos que guardar las apariencias -sonreí- solo tú, yo y nuestros hijos, como siempre debió ser -lo bese-

- Su alteza real ya es hora -tocaron la puesta informando- Los príncipes están listos.

Salimos tomados de las manos a la sala del palacio de Buckingham, a lo largo de los años era algo normal para todos el hecho de tomarnos de las manos al menos era de las pocas cosas que se nos permitía en público, y aunque no estuvieran permitidas jamás fue un impedimento hacerlas, siempre y cuando el rey no estuviera presente.

- Bien ¿están listos? -me dirigí a mis hijos- todo está perfectamente planeado, no necesitan preocuparse ¿bien? -intenté tranquilizar sus nervios-

-Estamos bien es necesario -hablo Simón con seguridad-

- Es tiempo, aunque eso no me quita los nervios -comento Charlie-

- Todo está bien, somos una familia con o sin títulos, seguimos siendo sus padres sin importar nada -abrazo a los chicos Henry- Estamos aquí para ustedes -beso sus frentes-

-Me parece que ya es hora -hablo el rey quien iba llegando al salón- Debemos mantener la imagen lo más tradicional que se pueda -como siempre su discurso de la imagen real- no queremos otro escándalo como el de hace tiempo

- Muy sutil abuelo -contraataco Henry- pero como comentaste es necesario mantener la imagen de la realeza, más no la tradicional

- Bien es hora, tus hermanos esperan. -avanzo hacia la dirección del balcón-

Como había comentado su majestad, Bea y Philip, ya se encontraban listos para dar el anuncio, después de todo seguían siendo sus sobrinos aunque no fueran de sangre, como solía decir Bea, Philip es otro tema.

- Espero que este todo listo para el anuncio -comento Philip de manera nada casual- Charlie espalda recta serás parte de la realeza pronto -regaño con desdén-

- Ya es parte de la familia real desde que llego a esta casa Philip -defendió Bea- Charlie tranquilo todos estamos aquí, no pasara nada -hablo para calmar a Charlie-

- No es necesario un nombramiento de príncipes para que nos sintamos parte de la familia, tío -hablo burlonamente Simón- ¿no es verdad papá?

- Definitivamente -le continúa Henry- después de todo son nuestros hijos -recalcando nuestros hijos en su frase-

Después del pequeño intento de minimizar a nuestros hijos algo horriblemente normal de parte de Philip, salió al balcón la familia real sanguínea.

- Consorte del príncipe Henry -hice el esfuerzo de no voltear los ojos tras el título con el que me hablo Shaan- la princesa Catherine se encuentra al teléfono queriendo hablar a los príncipes antes del anuncio -comento dándoles el celular donde se encontraba mi suegra en videollamada-

- Abuela -hablaron Simón y Charlie al mismo tiempo- ¿cómo estás? ¿Vas a venir? -siguieron preguntando ambos-

- Lamentablemente, no mis niños, aunque los veré desde el celular -hablo con notoria tristeza- en la fundación hay mucho trabajo -enfoco una pila de  de papeles-  solo les llamaba para desearles suerte, los quiero mucho mis niños, tengo que colgar, ¿pero los veré en el celular si? -se despidió mi suegra-

- Está bien abuela, cuídate, te queremos -colgaron con cierta tristeza-

Estaba por reconfortar a mis hijos, cuando la cuerda de mi pecho que me jalaba a Henry me oprimía, algo andaba mal, no sabía que era, pero se relacionaba con Henry, Henry no estaba bien.

- Padre ¿qué tienes? ¡Estás pálido! -pregunto Charlie-

No pasaron ni dos segundos de la exclamación de Charlie cuando un sonido ensordecedor se escuchó cerca del balcón donde la familia real se encontraba, lo primero que hice fue correr con Charlie y Simón hacia el otro lado, parando en el primer cuarto seguro del palacio.

- Necesito que se queden aquí, no se muevan en un momento vendrán los guardias para custodiarlos -habla lo más deprisa- 

- Padre no nos dejes -suplico Charlie- 

- ¿Qué está pasando? -pregunto nervioso Simón- ¿dónde está papá?

- Ahora vuelvo por favor quédense aquí -les suplique- no salgan por nada hasta que todo esté controlado -los abrace- voy a buscar a su papá ¿sí? -ambos asintieron-

Una vez seguro de que Simón y Charlie estuvieran custodiados por lo menos con 3 guardias, salí corriendo hacia el balcón del castillo, seguía teniendo esa opresión horrible en mi pecho que con cada paso incrementaba, corría y corría sin importarme las reglas o los protocolos, esquivando guardias como si mi vida dependiera de ello porque así era, quería saber qué paso, necesitaba no más bien me desesperaba saber una cosa...

¿Cómo está Henry?

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Hola este es el primer capítulo de muchos, espero que les guste, cualquier error gramatical no duden en avisare, gracias por leer.

Como último punto como se habrán dado cuenta Simón y Charlie le dicen papá a Henry y padre a Alex esto es para que no se cree confusión a la hora de que hablen de uno u otro.

Gracias por leer, nos leemos en el próximo, xoxo.