Peleas Constantes
En medio de la noche Ryoga daba vueltas por toda la carpa, buscando calentarse.
-tengo frío -decía entre sueños, mientras se tapaba con las colchas de Ranma.
Sin darse cuenta, Ryoga amaneció al costado de su rival. En sueños Ranma sentía que alguien la estaba abrazando, después tuvo la sensación de unas manos sobre sus pechos.
-ahora que estás conmigo, nunca te dejaré ir -escucho una voz entre sueños, mientras sentía que alguien apretaba sus senos.
-¡kyaaaa! -gimió Ranma despertando poco a poco.
Abrió los ojos lentamente y cayó en cuenta de que no lo estaba soñando.
-¡cerdo hentai! -gritó con una vena en la frente.
Le dio una cachetada en las mejilla, qué hizo qué Ryoga despertará de golpe.
-¡aaaayyyy! -gritó.
Tomando conciencia de los hechos, Ryoga se dio cuenta de que tenía sus manos, sobre los pechos de Ranma.
-disculpame, no fue mi intención -se disculpo avergonzado.
-¿quieres morirte?, ¿como fue que terminaste abrazándome? -preguntó indignada.
-supongo que tenía frío, la verdad es que no lo se -respondió rascándose el cuello.
-si sigues así, lo mejor será que duermas afuera -dijo cruzando los brazos.
-¿y yo por qué?, además no lo hice apropósito, después de todo la carpa es mía, tienes razón lo mejor será dormir separados -argumentó Ryoga.
-simplemente no te apegues a mi por las noches -dijo viendo que tenia todas las de perder.
-no lo volveré hacer -aseguro, saliendo hasta el exterior.
Ranma suspiró molesta, por los toqueteos de su rival.
-ya vengo iré a lavar los servicios -aviso.
-espérame, iré contigo, te puedes perder -dijo queriendo asearse.
La llevó como siempre lo hacía, podía con ella y la olla, y con los platos. Al llegar al río Ranma se lavó la cara y cepillo los dientes, como diariamente lo hacía.
-«parece que sus pechos están más grandes» -pensó recordando la sensación en sus manos.
Ranma sintiéndose observada lo volteó a mirar. Vio que este movía la cabeza muy ruborizado.
-¿que te pasa? -preguntó extrañada.
-no es nada -respondió mirando hacía otro lado.
Para despegar las ideas, se quitó la ropa, quedando en paños menores. Ranma desvío la mirada viendo que se quitaba la ropa, no quería que los recuerdos regresarán a ella.
-cuidado tonto -dijo Ranma cuándo la salpicó con el agua.
-¿a quién llamas tonto? -dijo jalandola hacía el agua.
-¡suéltame idiota! -chillo.
Ryoga se reía a carcajadas, de la cara molesta de Ranma.
-ya verás cerdo -dijo moviendo sus manos rápidamente.
-eso es todo lo que tienes Saotome -dijo Ryoga imitandola.
-claro que no -dijo aumentando la velocidad de sus brazos.
Al principio se atacaban para ver quien era él mejor, luego lo hicieron por diversión.
-declaró un empate -dijo Ranma con los brazos cansados.
-estoy de acuerdo -dijo Ryoga estirando los brazos.
Salió del río con Ranma, recargandola en su hombro, aún tenía fuerzas para regresar a dónde acampaban.
-un poco más y yo terminaba como campeón -dijo riéndose.
-si como no -dijo sacándole la lengua.
Luego de unas vueltas, llegaron al lugar.
-si fuera por ti, ya llegaríamos con la ropa seca -dijo aburrida.
-no te estés quejando, ya llegamos -dijo defendiéndose.
Como pudo entró con Ranma en brazos a la carpa. La tiró sin cuidado, como si fuera un bulto pesado.
-oye no soy un paquete -se quejo molesta.
-lo siento damisela, solo cambiate rápido -dijo burlón.
-cerdo tonto -gruñó molesta.
Pensando que Ryoga la había dejado sola, se quitó la camiseta mojada rápidamente.
-dame permiso -dijo Ryoga para poder cambiarse.
Ranma volteo sorprendida, poniéndose nerviosa inmediatamente.
-tal como lo pensé -murmuró en voz baja, viendo el tamaño de sus senos.
-¿que tanto miras? -preguntó tapándose los senos.
-yo nada -fingió y la empujó para avanzar.
-«creó que no se dio cuenta del tamaño de mi vientre» -pensó aliviada.
Durante el desayuno no dijeron nada, apenas se miraban.
-iré a lavar mi ropa -dijo cargando una canasta.
-creo que también yo haré lo mismo -pensó Ranma.
-como quieras -dijo Ryoga.
Ryoga lavaba su ropa muy bien, mientras Ranma lo hacía torpemente.
-trae acá, eres un inútil, ni siquiera sabes hacer eso bien -dijo arrebantandole su ropa.
-es por mi pie -dijo escudándose.
-si claro -respondió alzando los ojos.
Al regresar Ryoga tuvo que improvisar un tendero, mientras Ranma estaba recostada sobre un árbol.
-yo hago todo el trabajo, mientras la otra está bien sentada -gruñó molestó.
-te quedo bien el tendero -dijo Ranma sin malicia.
Ryoga se enojo con su comentario y se fue a buscar más leña.
-ojalá se recupere pronto, ya estoy cansado de hacerlo todo yo -murmuró pateando piedras en el camino.
-¡si te pierdes es tu culpa! -grito Ranma viendo que se iba.
Ryoga empezó a golpear los árboles como entrenamiento, hace semanas que no lo hacía.
-espero que pronto encontremos los estanques -dijo dando su último golpe.
Cuándo regreso con la leña, vio que esta aún dormía. Se le acercó sigilosamente y le metió en su nariz una pequeña hoja. Ranma despertó exaltada, rascándose la nariz.
-ja, ja, ja -reía Ryoga rodando por el pasto.
-ya veraz tonto -dijo Ranma rodando como él.
Cuándo lo alcanzó, se puso en su encima, para darle un fuerte puñetazo, por haberla asustado de esa manera. Ryoga se defendía con sus brazos, enfureciendola más.
-ya basta de juegos -dijo tomando sus manos y levantadola en brazos.
Ranma golpeaba su espalda y pateaba su pecho.
-cálmate Ranma -dijo sentandola en el pasto.
-no me digas que hacer -dijo mirándolo con odio.
-no aguantas nada -dijo Ryoga burlon.
-mira quien habla, el que no aguanta nada eres tú -dijo sacándole la lengua.
-ya me aburriste, iré a pasear -dijo Ryoga poniéndose su palicate.
-espera yo también quiero ir contigo -dijo tratando de levantarse.
-no te escuchó -dijo alejandose.
-no me dejes, regresa cerdo tonto -grito frustrada.
Pero Ryoga la siguió ignorarla, estaba harto de sus constantes cambios de humor.
-espero que te pierdas -dijo cruzando los brazos.
En su interior sabía que eso no le convenía, todavía no podía caminar por su cuenta.
-una vez que me sane lo mandaré a volar y seguiré solo mi camino -dijo echando chispas.
-sería bueno cazar algún animal, para el almuerzo -pensó Ryoga.
Antes de hacerlo se puso a entrenar un rato, una vez que Ranma se sane, lo retaría a un duelo.
-espero algún día ganarle a Ranma y buscar a mi prometida -dijo mirando el cielo.
Como Ryoga no regresaba, se aburrió sola y se quedo dormida.
-sigues durmiendo otra vez, debe haber algo malo contigo -dijo en tono burlesco.
-ya volviste, con razón olía a cerdo sudado -dijo sobandose los ojos.
-traje algo para el almuerzo, así que vas ayudarme a prepararlo -dijo colocando la leña.
-al menos me eres útil en algo -dijo Ranma para molestarlo.
-yo diría todo lo contrario -respondió.
Los dos prepararon el almuerzo, mientras decían sus defectos y burlándose uno del otro.
-come despacio, pareces un animal salvaje -dijo asqueado.
-yo como como me de la gana -dijo arrojandole los huesos.
-como te atreves -dijo arrojandole lo mismo.
-los cerdos también comen los desperdicios -dijo tirándole su plato.
Ryoga la imitó lanzandole los restos de su comida.
-¡ya me tienes harto imbécil! -dijeron al unísono.
Se arrojaron el uno sobre el otro, rodaron por el pasto, tratando de hacerse todo el daño posible. Parecían dos animalitos salvajes peleándose, ninguno quería ceder.
-yo gane esta vez -dijo Ryoga cerniendose sobre ella.
-tuviste suerte -dijo no aceptando la derrota.
-acepta tu derrota Ranma -dijo acercando su rostro al de ella.
Ella lo miraba desafiante, sin apartar la mirada, sin mostrar debilidad. Ninguno hizo un movimiento, solo se miraban desafiantes a los ojos .
-«había olvidado lo fuerte que era este idiota» -pensó Ranma.
-«siento que Ranma me recuerda a
alguien» -pensó Ryoga por unos instantes.
-¿hasta cuando vas estar encima de mi tonto? -grito empujandolo con su pie sano.
-¡aaaahhh! -dijo Ryoga cayendo más allá.
Ranma se incorporó, quitando los pastos secos, de su roja camiseta.
-no era necesario eso -dijo Ryoga acomodándose la ropa.
-así... -dijo sintiendo náuseas de repente .
Se dio la vuelta y arrojó todo lo que había comido.
-rayos -dijo limpiandose los labios.
-toma esto -dijo Ryoga ofreciéndole un vaso con agua.
-gracias -dijo tímidamente.
-no debimos pelear con el estómago lleno -dijo mostrando una gran sonrisa.
Ella se le quedó mirando por unos instantes, mientras bebía el agua.
-tienes razón -dijo con las mejillas enrojecidas.
-¿ya te sientes mejor? -preguntó.
-si algo -respondió Ranma.
-vamos para que te cambies -dijo extendiendo su mano.
Ranma no quería su cercanía en ese momento, pero no podía rechazar su ayuda. La sentó sobre el futon y la dejo sola, para que se cambiará.
-tengo que sanarme rápido -dijo quitándose la camiseta.
Se echo sobre el futon, sintiéndose cansada. Últimamente tenía mucho sueño, se sentía sin energías.
-después de todo es una bonita noche -dijo Ryoga mirando el cielo lleno de estrellas.
Soltó un largo suspiro, pensando en su prometida, quería volver a verla de nuevo y formalizar su noviazgo.
¿Algún día dejaran de pelear y podrán llevarse mejor?.
Este es un nuevo capitulo, espero disfruten de la lectura. Gracias por seguir esta historia.
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